Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⤷ 4

La semana culmina con muchas visitas de Jimin antes de las reuniones de estudios. En cada ocasión sus cuerpos se reencontraron con desesperación y aprovecharon muy bien el tiempo juntos para satisfacerse. Y no sólo eso, sino que además comenzaron a conocerse un poco mejor y descubrieron que tienen tanto en común.

Jimin es, definitivamente, un amigo más para Yoongi y eso lo pone contento. El pelinegro no es un tipo antisocial, pero además de Jungkook y Jackson, sólo tiene un grupo de compañeros de la primaria con los que suele juntarse un par de veces al año. Así que es gratificante para él tener al menor en su día a día. 

Hoy recibieron la calificación de su trabajo práctico y, a pesar de que ya tienen otro nuevo esperando, deciden salir a festejar su buen desempeño. La salida termina siendo aquel tour por la ciudad que le habían prometido al pelirrojo.

Son las tres de la tarde cuando Jimin llega a casa de Yoongi y este lo recibe con una sonrisa y un pequeño beso en los labios, ya normal en sus rutinas.

—¿Listo para ir a conocer la ciudad? —indaga al tiempo que escanea su cuerpo completo. Se ve tan lindo como siempre, de nuevo vistiendo prendas para el frío pero además una falda que contornea tan bien su figura.

—Por supuesto, he traído efectivo también para comprar cada tontería que me llame la atención —ríe caminando a la habitación del mayor, aún falta una hora para que Jungkook y Taehyung se les sumen.

—No te preocupes por eso, Jungkook y yo prometimos invitarte así que lo que te guste corre por nuestras billeteras —le asegura.

El pelirrojo niega de inmediato— Ni hablar, no dejaré que paguen todo por mí. Además... tengo ganas de comprar ropa, y mis gustos son caros —comenta con una sonrisa. Termina por tumbarse en la cama del mayor, a su lado, ambos miran al techo.

—Bueno, Jungkook es bastante millonario y Tae también —insiste, aunque en parte es broma, sabe que Jimin no aceptará algo como eso—. La merienda sí te la invito yo.

—¿No que Jungkook y tú? —ríe.

—No, te invito yo —ríe también, sus rostros se encuentran con sonrisas cómplices y acortan el espacio restante para besarse sin prisas. Pronto sus cuerpos se acomodan mejor, de costado, y se mantienen de aquella manera mientras disfrutan del contacto.

La pierna de Yoongi está metida entre las de Jimin y sus manos acarician los glúteos ajenos como pueden bajo la falda ajustada de color negro que lleva hoy el pelirrojo. Las manos del pelirrojo se encuentran apretando con gusto sus brazos sobre el suéter -también negro-, y a pesar de que el pelinegro no tenga musculatura trabajada, al menor le gustan aquellas venosas extremidades que con frecuencia lo sujetan con firmeza.

—Ni se te ocurra que lo haremos ahora, no quiero arrugar mi ropa —habla entre besos y sin despegarse del todo.

—Mm, está bien —acepta sin abrir los ojos siquiera—, de todas formas no tenemos mucho tiempo para eso.

—De qué hablas, somos unos precoses —ríe.

Aprovechan al máximo la hora que les queda y cuando el timbre vuelve a sonar, a Yoongi le cuesta horrores separarse de los labios hinchados y rojizos del menor. Se siguen besando incluso cuando tratan de incorporarse en la cama y es el mayor quien deja una mordida en su labio inferior antes de que sus pies toquen en el suelo y salga apresurado ante la insistencia del timbre. 

En el pasillo trata de arreglar su cabello pero aún así Jungkook se ríe de él al ver su boca que lo delata por completo. Cuando ambos llegan a la habitación de Yoongi, Jimin aparece ante ambos con una sonrisa característica de él; viene saliendo del baño privado del pelinegro y tanto sus ropas como su cabello están intactos, aunque sus labios lo delatan al igual que a Yoongi pero más notorio en su caso por el grosor de los mismos. 

—¿Qué tal, Jungkook? —saluda el pelirrojo.

—Todo bien, veo que tú también —lo molesta con una sonrisa.

Jimin simplemente rueda los ojos y ríe también.

—Entonces... ¿nos vamos? Taehyung me dijo que lo pasáramos a buscar, su casa queda en la misma dirección que el centro, según me dijo.

—Está bien, podemos irnos entonces —Yoongi toma un abrigo colgado en la silla y todos se encaminan hacia la puerta de entrada.

Es como si los tres se conocieran hace años y por eso la conversación fluye tranquilamente, con Yoongi indagando sobre la vida de Jimin y Jungkook haciendo chistes a cada rato. Cuando se les une Taehyung es igual de divertido y poco a poco van integrando al chico nuevo de la falda, que ya no es tan nuevo luego de un mes de clases.

—Bien, ¿qué haremos primero? —indaga Kim al vislumbrar a lo lejos los escaparates de las tiendas que indicaban haber llegado al centro de la ciudad.

—Bueno, aún es temprano para una merienda, así que... ¿por qué no dejamos que Jimin decida? —propone Yoongi.

El aludido se tapa el rostro sin saber qué hacer— Dios, no tengo idea, pareciera que este lugar es infinito... no, no sé, ni siquiera conozco los lugares a los que podemos ir.

—Dijiste que querías ver ropa, ¿no? —lo anima de nuevo el pelinegro.

—Oh, yo me encargo de eso —decide Taehyung, y con confianza toma a Jimin del brazo para llevarlo de un lado a otro a las tiendas de ropa más prestigiosas de Seúl. El otro par no tiene más remedio que seguirlos detrás.

Una de las primeras cosas que nota Yoongi es que Jimin tiene verdaderamente gustos caros que no duda en satisfacer; visitaron al menos unos diez locales de los que al menos tres eran de marcas reconocidas mundialmente, y en todas ellas el pelirrojo sumaba una bolsa más.

Lo segundo que percibe es que el menor se toma muy en serio su guardarropa. Puede ver en sus ojos el brillo y la dedicación con la que examina cada prenda que decide llevarse, y por supuesto que no compra nada que no se haya probado antes, por lo que Yoongi es testigo esa tarde de un desfile gratis de un modelo muy sexy.

Así que el mayor se siente feo y pobre, en conclusión.

Nunca en la vida tuvo el autoestima baja ni nada por el estilo, tampoco alta, se consideraba un chico común con una vida común. Pero de pronto se siente surrealista haber tenido relaciones con alguien como Jimin, ser su amigo siquiera es demasiado para su pobre cabeza.

—Lamento pedirte esto pero, ¿me ayudas con algunas bolsas? de verdad me estoy quedando sin dedos —el pedido del pelirrojo lo toma por sorpresa y de forma torpe asiente al tiempo que agarra algunas de las compras.

—Oh, sí, tienes dedos cortos, lo recuerdo —asiente.

Jimin ríe— Así es. Gracias.

—No hay de qué, bonito. Parece que te estás divirtiendo...

—Lo admito, esta es probablemente mi actividad favorita.

—¿Probablemente? —indaga interesado.

—Sí, me debato entre esto y bailar, ya sabes...

—Ah, claro, dos cosas en la que eres bueno —lo molesta. Jimin sonríe y lo empuja levemente antes de tomar su brazo de forma natural mientras siguen caminando.

La parte más divertida es que los dos restantes deciden que leyeron muy bien el ambiente y les dan un poco de privacidad mientras avanzan distantes de ellos. Pero ambos protagonistas simplemente ruedan los ojos.

—¿No están ellos muy obsesionados con nosotros dos teniendo sexo? —pregunta Yoongi.

—Taehyung ya quiere que nos casemos —coincide.

—Tendré que presentarte a mi mamá entonces —propone siguiéndole el juego.

—Dios, no, qué vergüenza —se queja y lo vuelve a empujar. Nota que Jimin hace mucho eso.

—¿Deberíamos ir a comer algo ahora sí? 

—Voto que sí —asiente antes de girarse a los otros dos que van charlando con calma—. Oigan, ¿vamos a merendar?

—Claro —contestan ambos, entonces Jimin sonríe y vuelve su vista al frente—. ¿A dónde iremos?

—Bueno, como me caes muy bien decidí que te llevaré a una de mis cafeterías preferidas. Ni siquiera suelo venir tan seguido porque la guardo para ocasiones especiales... como cuando salgo con modelos y así —bromea.

El menor suelta una carcajada que llama la atención de varias personas a su alrededor -y que de paso se quedan sorprendidos de ver un chico con falda- pero al mencionado parece no importarle o registrar aquello siquiera. 

—¿Te quedaste con esa tontería en la cabeza, verdad? ya se te pasará, cariño.

Y sorprendentemente aquello hace a Yoongi sentirse igual de relajado que antes a su lado, termina por sonreír contento.

—¿Entonces te llevo a otro lado?

—¡No, no seas malo!

Diez minutos más tarde cruzan la puerta de cristal que tintinea para avisar de su llegada. Se trata de una cafetería muy pintoresca con mesas y sillas altas, los colores que predominan son el beige y el negro; la decoración también es peculiar teniendo en cuenta que de una pared entera cuelgan docenas y docenas de relojes antiguos, cada uno con un diseño distinto. También hay una segunda pared tapizada en su totalidad con recortes de revistas y periódicos, y otra con un ventanal que da a la calle por la que vinieron. Finalmente, en la pared restante, está el mostrador donde atiende un hombre mayor con uniforme y una sonrisa en el rostro. Todos se dirigen a él cuando entran y Yoongi puede notar como Jimin y Taehyung admiran sus alrededores.

—Este lugar sí que no lo conocía —comenta Taehyung antes de llevar sus ojos al menú que se encuentra en la parte superior del muro.

—A mí me trajo en mi cumpleaños número 16 —presume Jungkook con una sonrisa.

—Les recomiendo los capuchinos por la temperatura de hoy, o el té de limón —dice ignorando a su amigo—. Pero si vienen otro día, los milkshakes son... —besa la punta de sus dedos  para darse a entender.

Luego de que Yoongi los asesorara y terminaran por pedir su orden, van a buscar lugar para sentarse. Su destino es una mesita en el rincón de las paredes tapizadas, a petición del pelirrojo.

—Te obligaré a ser mi fotógrafo, ¿lo sabes, no?

El pelinegro simplemente ríe y asiente— No tengo problema... sabía que te gustaría el lugar. 

—¡Me encanta, es mi estilo! —coincide— ¿Cómo lo descubriste? —indaga mientras los otros dos están enfrascados en una conversación sobre autos, al parecer.

—Mi tía me trajo una vez en mi cumpleaños, quedé encantado por completo. Tenía como 11 años así que tardé mucho en encontrar este lugar de nuevo, no recordaba ni el nombre ni sabía las calles. Entonces cuando volví a verla fue lo primero que le pregunté, ni siquiera la saludé —ríe.

—Qué tierno. Necesito ver una foto tuya con 11 años —exige de pronto.

Sus pedidos llegan sin mucho tiempo de espera y antes de tocar nada, sacan una selfie grupal para las redes. Y luego, aunque Yoongi pensó que tendría que sacar una única foto, pasa unos diez minutos fotografiando a Jimin con distintas expresiones.

—Listo, ya te dejo comer en paz —lo libera—. Lamentablemente salieron muy bien, tendré que molestarte más seguido.

—Me parece justo —asiente—. También Jungkook me tiene de esclavo, de todas formas, estoy acostumbrado.

—Asistente —corrige el mencionado al escuchar su nombre—.  Suena feo si lo pones así.

—No me pagas nada, así que es esclavitud —se encoge de hombros.

—¿Perdón? —finge ofenderse— ¿Acaso mi sincera amistad no es más que suficiente? Además, te haría el mismo favor si no fueses tan poco fotogénico. 

—Exacto, tus intereses no se superponen con los míos.

—Oh, por favor —interrumpe Jimin—. Vi tu instagram, sales bien en las fotos.

—¿Cuánto crees que me demoro en obtener una buena toma? La mayoría son fotos viejas, sólo subo historias últimamente.

—Y también sales bien, deja de lloriquear.

—¿Ves? Jimin lo entiende, tal vez deba dejarte en sus manos —opina.

—Eso sólo confirma que me vendes como a un esclavo.

—No te preocupes, Jimin paga bien —Taehyung guiña un ojo.

—¿Tienes frío? 

—Un poco —admite. Yoongi toma el abrigo extra que trajo aparte del suéter que lleva puesto y se lo ofrece.

—Oh, no, no hace falta. Úsalo tú —niega apenado.

—Descuida, no tengo frío... en serio —insiste. 

Jimin rueda los ojos en una sonrisa y termina por aceptarlo— Bien, sólo lo tomaré un rato, gracias.

—No hay de qué... lamento que no sea de marca —bromea.

El pelirrojo suelta una risa sin dejar de ver al frente, todavía no están emprendiendo el camino a casa pero no hay mucho que hacer por ahora— Tranquilo, no se nota —le asegura siguiéndole el juego, esta vez Yoongi lo codea ligeramente.

Está por proponer ciertas opciones que se le ocurrieron para seguir con el paseo, cuando su voz se corta a mitad de la propuesta al escuchar griterío detrás.

—¡Eres un idiota! —dice Taehyung.

—¡No, tú eres un desubicado! —contradice Jungkook.

—¿Qué sucede? —indaga Yoongi con toda la calma del mundo, asumiendo que estaban teniendo una discusión del tipo "Marvel es mejor que DC y cualquier otra opinión es errónea". 

—Este idiota intentó besarme —responde su amigo, al parecer el pelinegro se equivocó.

—¿Y qué, vas a lloriquear por eso? Madura, Jeon —Kim se cruza de brazos.

—¿Estás diciendo que cualquiera puede venir de la nada y besarme? ¡Enloqueciste!

—Oh, ¿ahora me tratas de cualquiera?

—Está bien, deténganse —pide Yoongi colocándose en medio de ambos—. Me parece que hubo un malentendido entre ambos, pero sería bueno si pueden hablarse con más calma y solucionarlo.

—Creo que Yoongi tiene razón, no será bueno que trabajemos si están en malos términos —apoya Jimin.

Se hace un breve silencio que da a entender que están de acuerdo, pero a la vez nadie habla y se intercambian miradas furiosas y apenadas entre los cuatro. Entonces el mayor de todos vuelve a tomar la palabra.

—Tal vez deban disculparse ambos... —sugiere. 

Taehyung es el primero en rodar los ojos y suspirar— Bien, lo siento.

—... ¿Eso es todo? —pregunta incrédulo Jungkook al tiempo que un bufido sale de sus labios.

—Tienes razón, me faltó decirte que eres un homofóbico —añade.

—¿¡Por no querer besarte!? Debes estar bromeando, Kim.

—No, porque a una mujer no la hubieses empujado de esa forma en esta situación, ¿o me equivoco?

—Pues no, soy equitativo, tú no eres una mujer —insiste.

Yoongi resopla— Jungkook...

—Ya está bien, esto es absurdo —Taehyung acomoda mejor su bolso y se voltea—. Me iré.

—Tae, no... —pide Jimin apenado.

—No te preocupes, nos vemos mañana en clases —le sonríe para hacerle saber que está todo bien y luego se gira hacia Yoongi—. Adiós Yoongi, Jeon... —añade antes de emprender camino por el lado contrario al que iban en un primer momento.

Se instala otro silencio un poco más incómodo que antes, Jungkook mirando a todos lados molesto y Yoongi sin sabe qué decir, después de todo no quería regañar a su mejor amigo al lado de Jimin, pero tampoco arruinar la salida.

—Quizá deba irme... —habla el pelirrojo en un murmullo.

—No —pide Yoongi, luego cierra sus ojos y los aprieta tratando de pensar en una solución rápida; cuando los abre ya sabe qué hacer—. ¿Puedes darnos un minuto? juro que no tardaré.

Jimin vacila pero termina por asentir y caminar hasta un banco cercano para sentarse y revisar su teléfono. En cuanto quedan a solas, el mayor se posiciona frente a Jungkook.

—Oye, estuviste un poco grosero... —comienza.

El castaño suspira rendido— ¿Y qué se suponía que hiciera? No quería besarlo.

—Ya lo sé, pero es cierto que si fuese una chica no lo hubieses empujado así, él sonaba muy enojado contigo.

—Pues claro que no, me gustan las chicas —trata de razonar.

—Está bien, pero si fuese una chica que no quisieses besar tampoco actuarías así, te he visto rechazar mujeres antes y simplemente las apartas con delicadeza y les explicas que no quieres —ante el silencio del menor, Yoongi se cruza de brazos—. Jungkook... —insiste.

—Bien, es cierto... tienes razón —acepta apenado y luego suspira—. Es sólo que...

—Está bien, dime —lo anima.

—No me dio tiempo a nada, ¿okey? Realmente se abalanzó sobre mí mientras estábamos charlando tranquilamente, no sé por qué hizo eso.

—Se ve que le gustas —se encoge de hombros.

—Eso parece, pero a mí no me gusta él, no me gustan los chicos, y definitivamente no quería besarlo —explica exasperado—. Actúe rápido y lo empujé, supongo que no medí mi fuerza.

—Está bien, entonces. Sólo deberías disculparte por eso, estás en todo tu derecho de negarle un beso a alguien después de todo... y él se disculpó.

—Debo reconocer que hizo el intento —rueda los ojos antes de sonreír más tranquilo—. Bien, le pediré disculpas en cuanto lo vea de nuevo, ¿okey?

—Okey, me parece bien —acepta. Le da un pequeño golpe para aligerar la tensión y ambos ríen—. ¿Seguimos paseando?

—¿Crees que soy tan malo para no dejarte a solas con tu crush? —alza una ceja—. Me iré a descansar por hoy, ustedes sigan con su cita.

—Bobo, no es una cita —rueda los ojos de nuevo —. Nos vemos mañana entonces.

—Claro, adiós.

Luego de verlo andar, el pelinegro voltea hacia el pelirrojo que se mantiene sentado y de piernas cruzadas, con el mentón apoyado en su mano y la mirada perdida en algún lado. Camina a su encuentro y cuando está cerca es que el menor se da cuenta de su presencia y lo observa desde su lugar, cambiando su posición aburrida a una inquisitiva.

—¿Y Jungkook?

—Decidió irse por hoy, pero no te preocupes, ya quedó zanjado el asunto —le asegura.

—Oh, está bien... —asiente, pero su mirada se nota apagada—. Lo siento, debí decirle a Taehyung que algo así podría suceder.

—¿Tú... lo sabías? —pregunta curioso y decide sentarse a su lado.

—Bueno, no exactamente. Pero lo supuse, él no deja de hablar de que Jungkook es un bombón. Incluso me advirtió que, en caso de voltearlo como a todos los heteros, no me metiera con él o no podríamos seguir siendo amigos.

Yoongi no puede evitar reír ante aquello— Por suerte es muy heterosexual, sino tu amistad estaría en peligro.

Jimin también ríe— Nah, no es mi tipo...

—Bueno, pero no te preocupes —lo anima, una de sus manos acaricia su pierna para llamar su atención y consigue que lo mire—. Jungkook asumió parte de la culpa y se disculpará luego, así que si todo sale bien nos podremos reír de esta tontería mañana.

—Lo sé, es solo que me siento mal por Taehyung... no defiendo sus modos, pero se nota que le gusta mucho —se encoge de hombros y luego le sonríe—. Le escribiré luego en todo caso.

—Está bien, entonces, ¿quieres irnos? tu pierna está helada, nene —comenta antes de soltarlo.

—Mm, no quería admitirlo pero me estoy congelando bastante. Quizá debamos dejarlo por hoy, tenemos tiempo de sobra para recorrer la ciudad.

—Así es, no te preocupes —se pone de pie y es seguido por él—. Te acompaño a casa.

—Está bien, gracias —acepta.

El primer tramo de vuelta es algo silencioso, pero recién lo notan cuando se alejan del centro y las voces bulliciosas se escuchan lejanas. Yoongi puede notar que Jimin sigue desganado y definitivamente no quiere que el día termine así de incómodo.

—¿Te divertiste hoy? —indaga.

El pelirrojo sonríe al instante— Claro que sí, tengo ropa nueva y el estómago lleno, es todo lo que necesito para ser feliz.

El contrario ríe— Bueno, me alegro de que así sea. Podemos recorrer lo que falta otro día, tengo muchos lugares en mente aunque... ¿qué te gusta a ti?

—Follar —bromea.

—Conozco un buen motel —dice siguiéndole el juego. Jimin tira su cabeza hacia atrás en una carcajada— Eres un bobo...

—Ya, pero en serio —insiste riendo también.

—Mm... oí que tienen una pista de patinaje sobre hielo, ¿eso es cierto?

—Sí, nunca he ido pero podría ser divertido... ¿qué más?

—Bueno, la verdad es que me gustaría conocer más cafeterías como la de hoy —se sincera—. ¿Tienes más de esos lugares especiales?

—Pues claro que sí, te llevaré a conocer todo lo que quieras, así tal vez encuentres tus lugares favoritos aquí... sé que no es tan hogareño como en tu ciudad natal pero...

—Oh, sí, pero... planeo hacer de este lugar mi hogar, no te preocupes —dice plantando su mejor sonrisa en el rostro y Yoongi lo imita por inercia.

Cuando se dan cuenta, ya están dentro del vecindario de ambos, más precisamente a una cuadra de la casa del mayor.

—Te acompañaré a tu casa primero —le hace saber.

—Gracias.

—... O podrías... pasar un rato... —propone de forma sutil.

La sonrisa de Jimin se ensancha sin pudor alguno— Suena bien.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro