chapter nine: wide awake.
Con un suspiro y mucha más conciencia London despertó por la noche, estaba abrazada a Dick mientras él dormía a su lado. Una corriente de viento la hizo darse cuenta de que debajo de las sábanas ella y Dick estaban completamente desnudos.
—No puede ser, London. Hiciste lo único que tenías prohibido hacer en la vida. —se regañó a sí misma, apartando el brazo de Dick lentamente—. Mierda, mierda y más mierda.
Buscó su ropa, la cual estaba esparcida por toda la habitación para vestirse y de vez en cuando echaba una mirada hacia la cama, comprobando qué Dick siguiera durmiendo. Lo cual seguía haciendo hasta que mientras intentaba ponerse uno de sus zapatos tropezó causando qué tirara algunas cosas y que ella ahogó un grito.
—¿Estás bien? —preguntó él, asomándose algo dormido aún.
—Si, si. Todo bien. —respondió sin verlo mientras se ponía de pie—. No te preocupes, solo tengo que revisar el perímetro.
—London, no tienes que revisar el perímetro. — musito, justo cuando London corría hacia la puerta.
—Solo olvidemos qué pasó, ¿Si? —pidió London en un suspiro—. Fue el Vodka, no yo.
Sin decir más ella salió corriendo hacia la habitación de Aralia y comenzó a tocar esta con insistencia.
—¡Ara, soy yo! —exclamó echando la cabeza atrás, para revisar que Dick no saliera de su habitación—. Por favor, necesito que abras la puerta.
—¿Estás loca? —preguntó la rubia, pero London no esperó ni un segundo antes de entrar y cerrar la puerta tras sus espaldas.
—Me acosté con Dick. —confesó recargándose sobre la puerta.
—¡Al fin!
—¿Cómo que "al fin"? —cuestionó y siguió a la rubia hasta su cama—. Hice lo que se suponía que no debía hacer.
—Pero si es lo que querías desde que eramos niñas —comentó su amiga, abrazándola—, hace unos años morías porque Dick te dejara de ver solo como una amiga y cuando finalmente lo logras te arrepientes de haberte acostado con él.
—¿Por qué nadie lo entiende? —se cuestionó London, cubriendo su cara con la almohada—. No quiero arruinar mi amistad, Dick lo es todo para mi. — suspiro—. ¿Qué pasa si no funciona y al final terminamos convirtiéndonos en completos extraños?
—Eso nunca pasará, no creo que alguna vez tú y él puedan llegar a distanciarse. —respondió la rubia—. Si de algo estoy segura es de...
Escucharon como alguien tocaba la puerta y London saltó detrás de la cama para esconderse.
—¡Si es él, yo no estoy aquí! —exclamó, sin salir de su escondite.
—Por dios, eres una dramática —bufó Aralia mientras iba a abrir la puerta—. Tu no eres Dick.
La rubia frunció el ceño al ver a la adolescente qué estaba frente a ella, sin embargo aquella pelirroja no lo dudó y le dio una patada en el estómago que la hizo caer.
—¡London! —bramó Ara mientras intentaba zafarse del agarre de la chica, quien la sujetó por el cabello antes de golpear su cabeza contra el suelo.
—Alejate de ella, perra —exigió London, qué apartó a la pelirroja de una patada para después ayudar a Aralia—. Corre, tenemos que salir de aquí.
—¿No deberíamos pelear con ella? —preguntó y London negó con la cabeza mientras salían de la habitación— ¿Por qué no?
—No tenemos oportunidad contra ellos, créeme —aseguró, cerrando la puerta tras de sí y atrajo cualquier mueble para sellarla—. Vamos, por aquí.
Se dirigieron a las escaleras donde se encontraron a Kory, Gar y Rachel.
—¡London, Ara! —escucho a Rachel y corrió hacia ellas— Volvieron… Ellos volvieron por mí.
—Si, lo note —London se detuvo por un momento al notar que el vodka seguía en su sistema—. Mierda, sigo ebria.
—¿Cómo se te ocurre tomar en esta situación? —le cuestionó Gar mientras la ayudaba a caminar.
—En primera, yo no sabía que iban a venir —objetó London, intentando mantener el equilibrio—. En segunda, Dick y yo teníamos unos asuntos pendientes y el vodka solo lo facilitó.
—Si qué los tenían —rió Aralia y si las miradas pudieran herir, la rubia ya hubiera sido asesinada por London—. Hablando de él, ¿dónde está?
—¿Buscan a alguien? —preguntó la qué se hacía llamar "madre", en seguida toda la familia se reunió alrededor de ellos.
—Gar, Rachel... —London se interpuso entre los dos chicos y la familia— Quédense detrás de mi, Kory ¿crees poder incendiar a estos bastardos?
La morena lo intentó y por un segundo parecía que si iba a funcionar, pero tal como batería descargada sus poderes se apagaron poco a poco.
—¡Maldita noche! —exclamó Kory y miró a London—. Lo siento, necesito la energía solar.
—Está bien, solo defiendanse —ordenó e intentó acercarse a uno de ellos y lanzó un golpe que él fácilmente esquivo al mismo tiempo que él le propinaba un buen golpe en el estómago, logrando desestabilizarla por unos segundos, los cuales usó para seguir dándole golpes que apenas y podía esquivar.
—¡¿Dónde está Dick cuando lo necesito?! —cuestionó y como si lo hubiera predecido una granada de humo fue lanzada y Robin apareció, sin dudarlo el joven maravilla se enfrentó a la familia, inspirando a todo el equipo para hacerlo también.
Gar corrió detrás de un auto para convertirse en una audaz tigre con la piel teñida de un vibrante color verde, Rachel dejó que su magia saliera sin embargo ella ahora era quien tenía el control mientras Aralia y London luchaban juntas y Kory cubría sus espaldas. Así que ahora y aunque antes parecía imposible, los seis lograron hacerle frente a la familia, quienes poco a poco se rindieron hasta que solo quedó la madre en pie.
Estaba dispuesta a seguir luchando con los seis, sin embargo se dio cuenta de que no tenía oportunidad sola. Entonces tiró al suelo su arma y fingió una sonrisa.
—Bueno… —murmuró y acomodo un mechón de cabello que se coló del perfecto peinado que llevaba— Miren el desastre que hicimos
London apretó con mas fuerza de la que se necesitaba los nudos que ataban a la familia en las sillas, y los miró con los ojos entrecerrados.
—Esto va a funcionar así… —London sacó un bate de detrás de la puerta y se paró frente a ellos, mostrando una postura intimidante— Yo y solo yo hago las preguntas, tal vez Dick y Ara pregunten pero deberán responder si no quieren que los golpee.
—London baja eso, no lo necesitamos —pidió Dick y le quitó el bate de las manos mirándola a los ojos—, no estamos jugando a policía bueno y policía malo.
—¿Quienes son ustedes y por que buscan a Rachel? —Aralia interrumpió el “momento” que habían comenzado donde ni Dick ni London podían apartar la vista del otro.
—Querido, tienes razón —exclamó la madre con la vista al frente como si no le molestara para nada estar atada a una silla, siendo prácticamente amenazada—. Que mal educados, no nos presentamos.
—Soy papá, ella es mamá —pronunció el hombre de igual manera que la madre, sin alguna molestia por su situación—. Un placer conocerlos, detective Grayson, a ustedes también señorita Sainclair, señorita Legnar.
—Que lindo traje de ave que tiene, si puedo decirlo —halagó ella y Dick se arrepintió de haber aparecido como Robin puesto que ahora sabían su secreto—. Vaya que eso fue inesperado.
—Les hice una pregunta —musitó Aralia y le quitó el bate de las manos a Dick para dárselo a London—, respondan o dejaré que ella haga las preguntas.
—Si, la hiciste. Te pido una disculpa por la pelea… —contestó con una sonrisa— Fue para entregarla, claro.
—¿A quién? —preguntó London acercándose con el bate a ellos, sin embargo ni siquiera se inmutaron.
—A nuestro jefe, claro.
—¿Quién es su jefe? —Dick se paró frente a ellos y los miró con una expresión impasible.
—No te podemos decir —contestó ella, miró a su compañero y río—, los soplones causan problemas.
—Es verdad, a nadie le gustan los bocones —confirmó el padre acompañando sus risas, lo que hizo que London perdiera los estribos.
—Bien, ya tuve suficiente —proclamó London y se iba a acercar a ellos con el bate en alto pero Dick la detuvo apartándola.
—Espera, ven aquí —Dick la tomo de la cintura y la llevó hacia la puerta mientras Aralia seguía intentando hacerlos hablar— ¿Viste como reaccionan? Ya vi algo así en Gotham mientras tú estabas en Francia… Les lavaron el cerebro, golpearlos no hará ninguna diferencia.
—Claramente —musito London y miro la vestimenta de la mujer—, tendrias que tener el cerebro lavado para usar algo así de feo.
—London… —la reprendió Dick suspirando— Concéntrate por favor.
—Está bien —bufó ella de mala gana— ¿entonces qué haremos?
—Ayúdense ustedes y entreguen a la chica —propuso la señora—. Prometemos irnos rápido.
—Podemos revisar que hay en su auto —propuso Dick y London asintió— ¿me acompañas?
London dudo por un momento de si debía estar a solas con Dick después de lo que había pasado horas antes, hasta que aceptó ir con él. Ella buscaba en el maletero y él en la parte del frente.
—¿Encontraste algo? —le pregunto apartando las armas que estaban esparcidas por todo el maletero.
—Creo que sí… —murmuro y London no tardó en acercarse, el le mostro un teléfono— ¿Vamos a seguir pretendiendo qué nada pasó?
La pregunta sorprendió a London, sin embargo no se dejó intimidar y se acercó aun más a Dick, pretendiendo ver el teléfono.
—No recuerdo que algo haya pasado —afirmó mirándolo a los ojos—. ¿Pasó algo entre nosotros?
—London… —susurro Dick acercando sus labios a los suyos, mientras London cerraba los ojos. Dick paso una mano por su mejilla y pudo sentir el cálido aliento de London. Aquel aroma a cigarrillos y vodka aún seguía presente.
—Oh… Gar, deberíamos volver después —escucharon una voz que los hizo respingar cual niños que habían sido descubiertos en alguna travesura.
—No… No es necesario, pueden quedarse —murmuró London después de apartarse de Dick y aclarar su garganta—, ¿qué pasa?
Rachel se cruzó de brazos y los miró con una ceja arriba.
—Así que eres Robin —afirmó para después dirigirse a London—. ¿White Swan o Mercury?
—White Swan —contestó sin tener escapatoria—. Juro que íbamos a decirte.
—Cuando estaba en Detroit planeabamos dejar los antifaces, London ya lo había hecho hasta que la arrastre en esto una vez más…
—Parece que no tuvieron mucho éxito —murmuró la adolescente de cabellos azules, disfrutando un poco de verlos incómodos—, ¿por que?
—Cuando me pongo ese antifaz me convierto en algo que no puedo controlar… —explicó Grayson, evitando el contacto visual— En alguien que le gusta lastimar a las personas.
—Se lo que sientes —musitó Rachel cabizbaja.
—Lo sé… —Un silencio incómodo se hizo presente por unos momentos hasta que Gar decidió hablar.
—¿Qué hay de ti? —Preguntó el de pelo verde a London— ¿Por qué dejaste el traje de White Swan?
—Nada importante, solo era muy cansado mantener dos vidas —Contestó ella alzando los hombros—, no podía ser White Swan y la it girl al mismo tiempo.
—¿Algún día conoceremos a Batman? —se atrevió a preguntar Gar después de unos momentos de desidia— Me encantaría conocer a Batman…
London y Dick se vieron por unos momentos, siendo los mismos cómplices qué siempre fueron y negaron con la cabeza.
—No, eso no pasará. —respondió Dick volviéndose a la camioneta y haciendo reír a London.
—¿Encontraste algo? —preguntó la pelinegra, asomándose a donde Dick iba.
—Descubriré quien es el jefe de esos raros —respondió y se subió en el asiento del conductor—, ¿vienes conmigo?
—No veo por qué no —London se subió al asiento del copiloto y antes de que Grayson arrancará el auto London se asomó por la ventanilla—. Si Aralia pregunta díganle a donde fuimos ¡Y que tiene mi permiso para golpearlos!
—Omitan lo último —exigió Dick, poniendo una mano sobre la boca de London para que dejara de hablar—, también díganle a Kory qué nadie debe resultar herido.
—¿No que estaríamos juntos? —cuestionó Rachel.
—Volveremos, lo prometo —afirmó London que mordió la mano de Dick para poder hablar, quien después de despedirse con una mano de Rachel y Gar arrancó el auto.
n/a
¿Odio los lectores fantasmas? Si ¿dejaré de actualizar por eso? No, decidí que amo escribir a London y Dick y lo haré por mi, pero por favor voten y comenten.
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