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Capítulo XX

Capítulo XX:

Atrás quedó aquel guerrillero de las "FARC" abatido en combate, únicamente le dieron una sepultura en un agujero que habían caído y le dejaron, únicamente, su cuchillo de combate pero el resto quedó en poder del grupo de Saul, mientras que Mike se hizo cargo de quemar el uniforme para eliminar cualquier indicio o pistas para sus Camaradas Comunistas. Una vez concluida su labor, pusieron rumbo hacia el Norte de EEUU, tenían que llegar y ponerse a salvo, aunque sería la travesía por el que deberían estar siempre atentos ante cualquier movimiento extraño por la carretera. En la parte trasera del coche que manejaba Nacho junto a Lalo y Gustavo, ahora era el empresario de Chile quien lo conducía, mientras que el hombre de bigotes estaba en el exterior del coche, vigilando el camino.

- ¿Algo, Lalo?.- Preguntó Fring, mirándolo por el reflejo del espejo retrovisor.

- ¡Nada aún pero estén atentos a cualquier infeliz que se nos cruce!.- Exclamó el mexicano de cabello negro, quien traía consigo una escopeta "Remington" en su poder.

- ¡Hey, Señor Fring, Lalo, Ignacio!.- Llamó Rei desde el "Humvee".- ¡Takashi dice que debemos hacer una parada en el próximo pueblo.- Informó la novia del chico, viendo que el día se estaba pasando y dentro de poco les sorprendería la noche.

- ¿Que paremos? ¿Ahora?.- Cuestionó Kim con ciertas dudas aquello.

Se encontraban atravesando el Norte del Estado de Nuevo México, casi estarían en los límites con Colorado pero estaba el tema de frenar. Aquel páramo desolado, desértico, daba una impresión de que no se podían quedar allí por mucho tiempo. Era un completo "Espacio Liminal", donde, únicamente, podían encontrarse pequeños poblados que habían sido evacuados por el Ejército de los EEUU y la "Guardia Nacional". La rubia estaba al volante del coche en el que iban con Saul y Mike, ya que se iban turnando. El viejo ex-Policía había cerrado los ojos un rato tras estar vigilando el camino y al abrirlos vio que la abogada se detenía.

- ¿Eh? ¿Qué pasó?.- Preguntó Mike al respecto, mientras que Kim se bajaba del vehículo.

Caminó por el camino de tierra, notó a Howard con Bill mostrando unos mapas y señalando los posibles tramos que deberían seguir de ahora en más. Las carreteras continuaban extendidas pero había ciertas dudas. Miró su reloj, eran las 15:00 PM, aún era temprano, ¿tanta necesidad había de detenerse ahora para ir a un pueblo?. Observó a Takashi y sus amigos bajarse del "Humvee", repartiéndose las tareas que deberían hacer. 

Saya junto a Hirano y la Capitana Saeko salieron en misión de reconocimiento hacia el desierto para investigar si había presencia de zombies. Mientras que eso sucedía, Shizuka contemplaba el camino de la carretera, donde habían varios coches y otros vehículos abandonados, cuerpos por doquier, así como también restos de alguna batalla que tuvo lugar hacía pocas horas atrás.

Una bandera del Ejército de los EEUU flameaba sobre un auto abandonado y un "Motor-Home" tenía las puertas abiertas junto a las gotas de sangre que empapaban el asfalto de la ruta. Hasta allí fueron Takashi y Rei para ver si encontraban algunas provisiones, combustible y municiones.

- Ustedes también deberán buscar en los coches. Lo que más necesitamos es gasolina.- Les informó la novia del castaño.

- Ok, pero ¿por qué quieren detenerse ahora?. Son las 15:00 AM, no hay necesidad de que nos vayamos a dormir.- Indagó Kim, acercándose hacia la pareja.

- No es eso.- Respondió Takashi, mientras que dirigía su mirada hacia la abogada rubia.- Estamos a poco para entrar en el Estado de Colorado y de ahí enfilaremos hacia el Oeste, por lo que los coches van a necesitar gasolina. El nuestro está con un problema en la batería.- Señaló el chico, teniendo a la Dra. Shizuka Marikawa y Rei comprobando el interior del motor y sus demás partes.

- ¿Qué crees? ¿Puede ser el Alternador?.- Preguntó Shizuka a Rei.

- Mmmm, quizás o es porque tenemos algún cable dañado.- Respondió la novia de Takashi en esos momentos.- Vamos a tener que detenernos frente a esa estación de servicio, la que está allí, en la entrada de dicho pueblo.- Señaló, a unos 2000 metros de distancia, dicho lugar en el cual tendrían que pasar la noche.

A su vez, tanto Hirano, Saeko y Saya se encontraba atravesando el desierto, entre los pastos secos característicos, el polvo levantado por el viento, el silencio que pasaba entre las montañas y formaciones rocosas. En un momento dado, con sus armas en ristre, la pelirosa de lentes levantó su mano al aire, hizo un movimiento que los otros dos captaron y detuvieron su marcha. Pronto, ella se tiró cuerpo a tierra, protegiéndose por la vegetación del lugar y señaló hacia unos 500 metros de distancia, donde podían verse una serie de "Sombras" que se hallaban detenidos.

- ¿Qué ves?.- Preguntó Hirano.

- No lo sé, parece ser personas pero no detecto movimiento en ellos. Están a unos 500-400 metros de distancia, quizás...quizás pueda obtener una mejor vista si cambio de posición.- Respondió la hija de aquella familia acaudalada de Tokyo, quien se puso de pie, corrió hacia unos riscos, siempre acompañada por su arma y de ahí comenzó a notar los primeros cambios que se estaban dando más al fondo del camino.

- Saya...Saya.- Le llamaba el chico de lentes a ella pero ésta pidió silencio, haciendo aquel gesto con su dedo índice de la mano derecha hasta sus labios, ordenando que nadie hiciera ningún ruido que pudiera alertar a la gente del fondo.

Con su escopeta Ithaca Modelo 37, la pelirosa se abrió camino, entre la arena y los riscos para alcanzar su objetivo, sin embargo, al llegar hasta aquel campamento, algo la detuvo: Un fuerte olor comenzó a impregnar sus fosas nasales, llevando a que se detuviera, cayera de rodillas al piso y contuviera las ganas de vomitar por lo que estaba viendo.

- Se están demorando.- Observó Shizuka que el tiempo pasaba y el grupo de Saeko no volvía.- ¿No deberíamos ir a buscarlos?.- Propuso la doctora de cabello rubio.

- Iré con Jimmy y Mike a ver.- Se ofreció Kim, cosa que dejó un poco preocupada a la peli naranja nipona, quien había escuchado aquello. Misma situación se dio en la rubia pero ambas supieron de que no debían perder ni un segundo más.

- De acuerdo, vayan para allá y encuentren a Hirano, Saeko y Saya. Que vuelvan inmediatamente. Ya el Sol se está ocultando.- Advirtió Rei, señalando hacia el Horizonte y con ello el Crepúsculo.

No mentían sus palabras cuando notaron aquel cambio en el horario. El Cielo se iba volviendo negro con la llegada de la noche, el Lucero del Alba pronto se asomaría, mientras que el aullido de los coyotes se hacía sentir por los alrededores. Aún tenían un poco de Luz Solar pero el tema estaba en la distancia por donde se encontraban Saeko, Hirano y Saya. Acompañados por Mike, Jimmy y Kim arribaron hasta su destino, cruzando la carretera e internándose por aquella zona del Desierto de Nuevo México. 

- Hay demasiada calma por aquí.- Advirtió el ex-Policía de la Ciudad de Filadelfia.- Demasiada.- Apuntó, dio una rápida mirada por los alrededores y aquello fue como un susurro que desapareció entre todos.-

- Sí, es verdad.- Le respaldó Jimmy.- Se giró y miró hacia atrás: La carretera, los vehículos y el resto del grupo que les estaba esperando.- ¿Qué creen que haya sido de ellos?. Deberían haber mandado algún mensaje o algo.

- Por eso mismo vamos para allá.- Respondió Kim, mientras que llevaba consigo un rifle "Winchester" automático y su novio iba con un fusil de caza "Mauser" junto a Mike.

Una vez que atravesaron los matorrales y los riscos, los tres llegaron hasta donde se encontraban otras formaciones rocosas y allí se detuvieron cuando notaron a una figura que les estaba haciendo señas. Mike se detuvo, tomaron posiciones de tiro y con ello vieron que aquella persona podía ser alguien conocido.

- ¿Qué dices?.- Preguntó Kim cerca del calvo.- ¿Son ellos?.

- Hmmmm.- Murmuró Mike en aquellos momentos, viendo, a través de sus binoculares, que uno de ellos les estaba llamando.- Dudo demasiado.- Dijo y le pasó los binoculares a la rubia.

Kim observó el sitio: Notó una serie de vehículos abandonados, a los tres chicos allí reunidos pero a Saya, por alguna extraña razón, ella no se sentía bien, así que le devolvió los binoculares al viejo calvo, le sacó el seguro a su "Winchester" y fue corriendo hacia ellos.

- ¡Vamos, Jimmy, Señor Ehrnmantraut!.- Pidió la abogada, yendo a toda prisa hacia donde se encontraban los jóvenes amigos de Takashi.

Kim fue la primera en llegar, sosteniendo su arma pudo comprobar la devastación que se cernía ante sus ojos. Luego fue el turno de su novio y del ex-Policía de la Ciudad de Filadelfia: Cuando dirigieron sus miradas hacia lo que parecía ser un campamento, lo único que hallaron fue a todo un grupo de enemigos que mantenían a Saya capturada, mientras que Hirano les apuntaba junto a Saeko. Inmediatamente uno de los presentes dio un paso al frente, acercándose con paso firme, pasando su mano por los cabellos de la chica japonesa e incluso metiendo su mano dentro de su uniforme escolar, manoseando sus pechos, llevando a que ella forcejara y pateara para liberarse.

- Será mejor que no intentes nada estúpido, "Querida".- Le advirtió aquel hombre de cabellos negros, sacando su Revólver .37 MM y apuntándole a la cabeza.- ¿No querrás que tome una decisión muy mala?.- Dijo con un tono "infantil" pero tanto Jimmy como Mike notaron que ese sujeto no estaba bien de la cabeza.

El abogado hizo una seña a Kim, quien retrocedió sobre sus pasos, mientras que los dos otros hacían un breve movimiento con las manos para Saeko, quien se percató de ello y asintió en silencio.

- Ahora, en cuanto a ti, gordito.- Dijo el pandillero con tono burlón.

- Me llamo Kohta Hirano, hijo de puta.- Le correspondió el peli negro de lentes.

- Bag: Hirano, Kohta, el Lagarto Juancho, el perro idiota de Scooby Doo, etc. ¿Qué mierda me importa cómo te llames?.- Cambió el tipo su expresión "infantil" y se dirigió hacia ellos dos.- Ya los vimos a ustedes avanzar por la carretera. Solo dennos todo lo que tienen y listo: Te devuelvo a tu noviecita sana, salva y virgen.

- ¡HIJO DE...!.- Bramó Saya y estaba por lanzarle una dentellada pero el hombre la detuvo, poniendo una mano sobre su boca y haciendo que ella se agitara.-

- Ohhhh, pero qué niña tan malcriada y yo creía que los japoneses eran todos unos civilizados.- Cerró los ojos, hizo un gesto con burla y puso su otra mano sobre la nariz de Saya, llevando a que ella no pudiera respirar.

- ¡No, espera! ¡No le haga eso, por favor!.- Rogó Hirano, desesperado, viendo como la chica parecía estar convulsionando y eso llevó a que el Jefe de la Pandilla se dirigiera a éste con una mirada burlona en su rostro.

- Te daré cinco segundos, como máximo, para que me digas dónde están tus amigos y me entreguen todo lo que llevan.- Le impuso dicho "Ultimátum" y de ahí una atmósfera gélida cayó sobre ambos.

Sin que ellos lo supieran, Saeko se había retirado, aprovechando las sombras que caían sobre el Desierto, corriendo a toda prisa, "mimetizándose", igual que los Camaleones, con aquellas zonas oscuras y de ahí tomaba posiciones para llevar a cabo un asalto rápido, feroz y letal como las tormentas. A su vez, desde unas colinas cercanas pero no tan altas, Mike, Saul y Kim estaban listos con sus armas. 

- ¿Puedes darle a los que vigilan, viejo?.- Inquirió el abogado al ex-Policía.

- Tú tranquilo, que esto es pan comido.- Prometió Mike, sacando el seguro de su rifle de francotirador, buscó al primer objetivo: Una mujer morena armada con una AK-47 y de ahí le hizo una señal a Kim para que le avisara a Saeko, quien seguía allí abajo.

Aprovechando los últimos destellos del Astro Rey en el Crepúsculo, rubia tomó un pequeño Cuarzo que había allí, reflejó los rayos del Sol sobre su superficie y éstos dieron el aviso a la Capitana del "Club de Kendo", la cual desenfundó su Pistola "M92 Vertec" y su katana. 

El brillo sobre el Metal resplandeció sobre los ojos de la peli morada, quien se puso seria y gélida. Esperó a que ellos dieran el primer disparo y de ahí entraría en acción, mientras que Hirano estaba tratando de ganar algo de tiempo con aquel Jefe de Pandilla.

- ¿Y bien?. Ya se te han acabado los cinco segundos y me parece que tu noviecita está por irse al otro Mundo. Jejejeje, ¿sabes lo que es el dolor en una mujer cuando le quitas la vida?. Es placentero, igual que cuando matas a un perro. Aunque el animal se defiende, aún cuando le hayas baleado en repetidas ocasiones las piernas, éste seguirá peleando pero una mujer o un hombre, ya se desangran y mueren como si nada.- Dio esa horrible comparación, haciendo enfurecer a Hirano.- Ahhh no, no, no, nada de juegos, amigo.

- En cuanto esto termine, no me importa si soy yo, mis amigos o los zombies los que te maten, pero juro que voy a hacerte sufrir por lo que has hecho: No tienes corazón. Eres un desalmado de mierda. Lastimas a personas y animales que nunca te han hecho nada por puro placer. Estás enfermo.- Le advirtió, empleando su tono de voz serio y frío, uno que llegaba a atemorizar a cualquiera y que demostraba que con Hirano no había que meterse.

La gente que acompañaba al pandillero se echó a reír por completo. Éste soltó su mano de la nariz de Saya y de ahí pidió el silencio.

- Veo que me estás haciendo perder mi preciado tiempo. Bien, entonces tendrá que ser así.- Sentenció y con ello estuvo por bajar sus manos hasta la falda de Saya, lista para quitársela de encima, gozar con su cuerpo pero, al instante en el que Hirano se lanzó para salvarla, disparando contra el primer objetivo, ya Mike había hecho fuego contra la cabeza de la morena que vigilaba, matándola al instante, siendo también la señal para que Saeko iniciara su carga contra el enemigo.

La Capitana peli violeta fue por el Flanco Izquierdo, decapitó a cuatro enemigos, a un quinto le atravesó el estómago y a otros tres les cercenó la Vena Yugular. La sangre iba cayendo por doquier y los disparos se hicieron sentir por los alrededores, llegando hasta donde se encontraban los demás en la carretera.

- ¡Carajo! ¡Vamos, Rei, Dra. Marikawa!.- Ordenó Takashi, sabiendo que algo no iba bien con sus amigos.

- Yo también voy.- Dijo Howard, el cual fue por una escopeta. A ésta le sacó el seguro y fue corriendo para hasta aquel destino, acompañado por Bill, quedando Lalo, Ignacio y Gustavo allí mismo, ya que debían montar guardia, en especial si veían a los zombies.

El joven mexicano giró su cabeza y miró hacia donde estaban desarrollándose los enfrentamientos. El eco de los disparos y gritos retumbaba por las zonas montañosas y colinas adyacentes, por lo que el trío de extranjeros permaneció allí, en espera. Lalo tomó un M-16 y le sacó el seguro, por lo que se parapetó arriba de la camioneta que traían, en la parte trasera, observando hacia el Sur de la carretera, por donde habían venido con anterioridad. 

- Van a venir.- Advirtió el hombre de bigotes.

- ¿Quiénes? ¿Ellos?.- Preguntó Gustavo, señalando hacia la zona de batalla.

- No, pero sí lo harán los zombies.- Respondió el otro, temiendo lo peor.

Y no estaba errado: Desde el Sur de la carretera se empezaron a oír los primeros gruñidos, avances torpes y una enorme "Horda" de criaturas sedientas de carne y sangre iban hacia ellos, listos para atacar, para saciar su hambre infinita. Gustavo también lo presintió, así que fue por un Fusil "Sten" Británico, le sacó el seguro e Ignacio agarró una AK-47 para vigilar y dar el aviso de que los zombies estarían allí en poco tiempo.

Por su parte, los pandilleros resultaron emboscados por Jimmy, Kim y Mike, mientras que Saeko iba masacrando a todo aquel que se interpusiera en su camino, empleando su katana. La sangre se mezclaba con la arena y las rocas caídas brillaban, con los últimos rayos del Sol bajo el Atardecer, dándoles una especie de "resplandor", como si fueran Piedras Preciosas. En medio del baño de sangre, los enemigos contemplaron la figura de la Espadachín, cuyos ojos parecían brillar igual que los rayos durante una tormenta. 

- ¡Ahora, vayan, vayan, yo los cubro!.- Pidió Mike, mientras que abatía a otro de los que acompañaban al Líder, dándole en la cabeza, igual que a la otra.

No dijeron nada, sabían que tenían el tiempo en su contra, por lo que descendieron, como un viento frío que baja desde una tormenta, a toda velocidad, desde la pendiente hasta el campo de batalla. 

En medio de la refriega, Hirano abatió a los últimos rivales, mientras que Saeko iba incendiando los coches de los enemigos, así como también rodeaban al Jefe de la Pandilla. Inmediatamente, éste se quedó solo, la mayoría de sus hombres y mujeres yacían muertos, otros huyeron pero, de pronto, llegaron los gritos de desesperación, incluso hasta donde estaba Mike, quien pudo contemplar una inmensa marea de zombies que estaban devorándose a los que habían querido huir de allí hasta que no quede ni un solo superviviente. 

- ¿Qué te dije?.- Le preguntó Hirano, mostrando aquella sonrisa aterradora y que, por primera vez, ponía los pelos de punta a más de uno.- Te quedaste solo, "amigo".

- ¡T...Todavía tengo a tu novia, no se muevan o la mato!.- Advirtió el joven pandillero.-

- Creo que podemos llegar a una solución.- "Sostuvo" Jimmy, apuntándole con el M-16 que llevaba consigo.- Por las buenas o por las malas. Tú decides.- Advirtió el rubio, mientras que oían a los zombies acercarse.

- No saben de que el tiempo en su contra.- Hizo un gesto con la cabeza, sin soltarse de su presa por ningún momento.- Nunca lo dije: Pero desde que empezó toda esta mierda, por fin puedo sacar lo que más quise hacer. Siempre tuve un gusto por las estudiantes japonesas, sobre todo aquellas que tienen buen cuerpo y usan esas faldas que pueden volver loco a cualquiera.- Señaló y al bajar sus manos tocó los muslos de Saya pero sin dejar de apuntarle con su arma.- Shhhh Shhhh, tranquila, tranquila, voy a ser "bueno" contigo.- 

- ¡Ni en un millón de años!.- Exclamó la chica y ante ese intento de vejación en su contra, le dirigió una patada en los genitales al rival, quien se cayó al suelo, adolorido pero se puso de pie y apuntó.

- ¡PUTA DE MIERDA!.- Bramó pero, al momento de tirar del gatillo, fue Hirano con Jimmy, Kim y Mike los que dispararon una lluvia de balas contra el Jefe de la Pandilla. Takashi y Hirano llegaron para ver cómo la descarga de fusilería acababa con la vida de aquel tipo, cayendo al piso, muerto y eso atraía a los zombies.

- ¡Vámonos, de prisa, tenemos que retirarnos antes de que...!.- Pidió Rei pero, al momento de retirarse por el camino que habían tomado, se toparon con que éste se encontraba atestado de muertos vivientes. 

Takashi intentó buscar una salida y fue entonces que Jimmy la localizó.

- ¡Rápido, por aquí!.- Señaló una de las pendientes de las colinas, por lo que podrían subir por ellas y alcanzar al grupo por el otro lado antes de que los zombies terminaran por estrechar el cerco sobre ellos.

No había tiempo que perder, por lo que iniciaron el ascenso por las colinas hasta alcanzar la cima.

[¿Lograrán salir vivos de ésta? ¿Qué les deparará en el resto del viaje?. No se lo vayan a perder y miren a que este tipo de encuentros con gente de dudosa "calidad" no es ni será el único. 

Cuídense, amigos. Mando saludos y agradecimientos para shadowbellatrixLiver020 y los demás seguidores.

Cuídense y buen inicio de día Martes de mi parte, Camaradas.].






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