Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo IX

Capítulo IX:

La Ciudad de Albuquerque no era lo que ellos habían visto en el Pasado, ahora parecía una zona de guerra. Sus calles con autos bloqueando el paso, incendios en los mismos como en los edificios, el Centro mismo daba una atmósfera de terror, de misterio y angustia ante lo desconocido que se cernía sobre ellos. El humo que se alzaba desde los lugares en llamas, así como también el olor a humo, los cuerpos en descomposición, zombies y caídos en todas partes. Takashi señaló un "Punto de Reunión" y la Doctora Marikawa frenó el "Humvee" justo allí, cerca de unos edificios, mientras que les hacían señas a Saul y los otros para que pararan.

Jimmy, Kim, Howard y Bill fueron los primeros en salir. Aquel superviviente que habían rescatado de la carretera, contemplando el paisaje, sintió una mezcla de sentimientos que iban desde la impotencia y la tristeza. Su hogar, el de muchos de ellos allí presentes, ya no existía. Un hueco se había formado en sus almas, donde todo lo que habían conocían, desparecieron sin más. Respiró hondo aquel abogado, buscó con la mirada algún "vestigio" del Pasado y se topó con un cartel publicitario de "HHM", donde aparecían él, Howard y Chuck. Las lágrimas amenazaban con emerger pero se las secó inmediatamente.

- Bill.- Le llamó Howard, poniendo su mano en los hombros y dándole un bate de baseball que llevaba consigo.- Pase lo que pase, nunca bajes la guardia, ¿sí?.- Dijo y éste se mantuvo en silencio.

- Howard, Jimmy, Kim.- El semi-calvo respiró hondo y los miró.- Gracias por rescatarme.

- No tienes por qué hacerlo, amigo.- Sostuvo la novia de Jimmy.

- No, en serio, sé...sé que esto es complicado, que el Mundo que conocíamos ya no existe pero...pero quiero dar lo mejor para poder salvar aunque solo sea una parte. ¿Quién sabe cuántos de los que conocíamos ya no estén?.- Apuntó y eso era un duro golpe de realidad, uno que muchos trataban de no asimilar por completo.

Pronto, al mismo tiempo, Mike, Gustavo, Lalo e Ignacio bajaron de sus coches. Los dos mexicanos, el viejo y el chileno descendieron, únicamente armados con una Pistola que llevaba cada uno de los tres mientras que el último tenía una barreta de acero, aún empapada con la sangre de los zombies tras escapar de la cantina que dirigía con su familia.

- Dios...- Ignacio suspiró al ver ese panorama y más al tener cerca las patrullas abandonadas de la Policía.

Desde el "Humvee", Takashi y los demás descendieron, armados con bates de baseball, una garrocha de salto, la katana de Saeko y una Pistola de Clavos que portaba Hirano consigo. Rei se acercó hasta ellos, lista para darles instrucciones de lo que debían hacer al respecto.

- Muy bien, estamos en la Ciudad de Albuquerque. ¿Cuántos de ustedes la conocen como la palma de su mano?.- Inquirió la peli naranja, ya que desconocía si ellos eran de allí en su totalidad.

- Todos la conocemos muy bien, Señorita Miyamoto.- Habló Gustavo Fring, levantando la mano y luego bajándola suavemente.

- Bueno, en este territorio, sabiendo muy bien los peligros que rondan, hay "Tres Reglas" que se deben seguir: La primera es nunca hay que separarse, la segunda, siempre la guardia en alto y la tercera y más importante de todas, nunca fiarse de un cuerpo que parezca estar muerto contra el piso, algunos tejen trampas.

- Como en Vietnam pero ahí eran con palos o "Estachas Pun-Yi", pozos, trampas caza-bobos, entre otras.- Recordó Mike al respecto.-

- Exacto pero aquí nos enfrentamos a muertos vivientes que pueden estar acechando en cualquier parte, incluso detrás de las puertas o paredes de los edificios.- Señaló Hirano a todos ellos.

- Ahora, ya con estas instrucciones dadas, adelante, busquen alrededor de donde estamos, sobre todo armas. Esos coches, asegúrense que no tengan la alarma puesta o atraerá a los muertos vivientes.- Dio Rei por finalizada las reglas y de ahí partieron en dos grupos pero juntos a la vez.

El aspecto de los edificios, recortados entre la Oscuridad, aquellos que tenían luz, todavía, encendidas y en otros que estaban sumidos en las penumbras, daban un aspecto gélido y tétrico al escenario. Sobre las calles, en medio de las filas de autos abandonados, Jimmy se fijó en uno de ellos, al cual pudo ingresar, ya que la puerta estaba abierta y revisó el interior en busca de algo que les fuera de utilidad.

- ¿Cómo vas, Kim, con el baúl?.- Preguntó su novio.

- Aquí no hay nada importante, ni siquiera un bidón de combustible.- Respondió, cerrando la puerta del citado.- Iré a revisar aquel que está a unos metros de nosotros.-

 - Ten cuidado, no te alejes mucho.- Aconsejó éste, saliendo del coche y de ahí iba con su novia a chequear los otros más cercanos que se hallaban.

A su vez, Lalo e Ignacio estaban concentrados en un camión que estaba detenido a la mitad del camino, sin su conductor y con el interior cubierto con la sangre de un zombie que tiraron a la calle. El segundo revisaba el interior, hallando una Pistola dañada pero el cargador extra guardado en la guantera, por lo que la tomó y de ahí lo entregó al primero para que tuviera munición de más consigo.

- Oye, ¿alguna vez te has puesto a pensar que, tal vez, esto sea un Castigo Divino?.- Inquirió Lalo al otro.

- No, no lo creo. Dios no haría una cosa así. Esta vez fue el Ser Humano que jugó mal su partida.- Respondió Ignacio y de ahí salió del camión.- No había nada más, tendríamos que volver con los otros.

- Si, estoy de acuerdo, pero oye: Quizás no seamos los únicos aquí. Puede que mi primo, Tuco, haya salido o esté refugiado, matando zombies.- Alegó el pariente de la Familia Salamanca.

Ignacio no dijo nada, solo siguió caminando con el otro, encontrándose con Gustavo y Mike, quienes no tenían nada de los otros autos pero, al menos, lo conseguido en aquel camión era un primer paso, pequeño pero valía la pena optar por ello. 

Por su parte, Takashi y su grupo peinaban la zona en busca de zombies. Éstos parecían haber desaparecido, sin dejar rastro alguno. Algunos especulaban de aquellas criaturas se habrían dirigido al Norte de Albuquerque, siguiendo la línea de la carretera.

- Amigos.- Les llamó Hirano, levantando la mano y haciéndoles una seña para que se acercaran.

Ante ellos, una armería se encontraba ante sus ojos, frente a frente, con su interior que, por lo que parecía, estaba intacto, así que tenían que ver si había alguna forma de abrirla y esperar a que no estuviera activa la alarma anti-robos. 

- El callejón, quizás podamos rodearla y abrir la puerta trasera.- Sugirió Kim, quien tomó un bate de baseball que le dio Miyamoto, caminó hasta aquel lugar y revisó de que todo estuviera despejado. Se volvió sobre sus asientos e hizo un gesto de que no había peligro.

La puerta trasera se encontraba también cerrada con llave, sin embargo, en un momento dado, la joven rubia la pateó en repetidas ocasiones, consiguiendo abrirla y con ello pudo ingresar, sin que saltara la alarma, cosa que, para sorpresa de ella, no había sido puesta. Una vez dentro, abrió la puerta principal para que entraran Saul y los otros. 

Dentro de ese negocio era un auténtico "Paraíso" de las armas, al igual que las de melé, donde Lalo agarró un machete para sí y también otro para Ignacio, así como también municiones para su Pistola 48 MM y dándole un Revólver Magnum al otro mexicano.

- Consíderalo un "pago" porque te ayudé a escapar.- Dijo el hombre de bigotes.

- No hacía falta.- Sostuvo Ignacio, sorprendido por la amabilidad del miembro de la Familia Salamanca, el cual se encogió de hombros y de ahí continuó con su deber.

- Hay que sobrevivir a toda costa y...para mí, esto de matar zombies va a ser tan genial como en aquellas épocas donde me la pasaba jugando al "Resident Evil". Jejeje, tenías que verme con la escopeta, les hacía volar la tapa de los sesos.- Río éste, agarrando unos cuantos cartuchos.

- ¿Por qué mejor no tomas una escopeta?. Te vendría bien,  ya que con una sola Pistola tendrás problemas.- Le sugirió "Nacho" Vargas, mientras que se acercaba al mostrador y tomaba una "Winchester" SXL Calibre.12 y de color negro, dándosela al otro.- Te vendrá bien.- Sugirió y el familiar de los Salamanca la sostuvo entre sus manos, analizándola por un rato.

A su vez, Mike tomó un rifle semi-automático "Benelli Argo e Batida", de los tradicionales para ir de caza y Gustavo veía una gran colección de armas de largo alcance. Sin embargo, a pesar de sus gustos finos y delicados, además de ser alguien extremadamente cuidadoso, detallista y limpio, escogió un fusil de asalto M-16 y también agarró una AK-47, por las dudas. 

- Wow, esto no se te lo veía venir, Fring.- Quedó el ex-Policía impresionado.

- Digamos que este tipo de armas es mejor para cuando hay que despejar el camino. Además, que los otros también la tengan.- Compartió ese ideal, ya que Jim, Kim, Howard y Bill seguían viendo cuáles de todas esas armas de fuego iban a tomar posesión.

Kim, por su parte, había agarrado un rifle de caza "Winchester" Calibre 300 con mira telescópica además de una mochila militar donde guardó una determinada cantidad de cajas y valijines con municiones, todo ante la mirada de Jimmy, el cual fue por unas Pistolas. Dos para su novia y una para él, mientras que tomaba los cartuchos y también otro Revólver Mágnum que le sería de utilidad por si tenían que enfrentarse ante cualquier peligro que deambulara por allí.

https://youtu.be/3DlFL17q-Ps

En el exterior de la armería, Saeko y Hirano vigilaban la calle junto a Saya. Takashi y Rei inspeccionaban, acompañados por la Dra. Marikawa, que todo estuviera orden. En el local, Jimmy caminó hasta Kim, tomándola del brazo.

- Oye, ¿tienes un minuto?.- Le preguntó a su pareja, la cual se encogió de hombros y terminó de asegurar sus armas obtenidas.

- Claro.- Respondió la citada, mirando hacia atrás y teniendo a Mike y Gustavo que conversaban en privado, mientras que Lalo e Ignacio tomaban unos cuantos cartuchos para las Pistolas.

- He estado pensando y...- Jimmy comenzó a hablarle en un tono bajo pero moderado, fijándose que no se le escapara ni una sola palabra ya que podía ser oída por los otros, así que trató de mantener dicha forma consigo.- Y creo que...no sé, ¿tú les tienes confianza?.- Preguntó, ladeando la cabeza hacia atrás.

- Si te refieres a Takashi, Rei y los otros, para serte sincera, Jimmy, no, no mucho. ¿Cómo podemos confiar en ellos? ¿Y si nos están usando para, después, abandonarnos? ¿Tú qué crees que haríamos sin armas ni comida?. Estamos en medio de la Ciudad de Albuquerque y seríamos presa fácil para los zombies y ni quisiera hablar de los delincuentes y miembros de bandas dedicados al pillaje y el saqueo.- Apuntó la rubia, mientras que trataba de dar un cuadro general en el contexto del que se hallaban,

- Oigan, si ya terminaron de hablar, cosa que oímos toda su "novela"; espero que sepan que nosotros casi los tomábamos como hostiles porque el Señor McGill fue hasta nosotros.- Sostuvo Takashi, llevando a que tuvieran que cambiar de parecer su forma de pensar.- Con calma, ¿sí?. Sé que esto es complicado pero tampoco podemos engañar por cualquier cosa y más cuando hablo de que la desconfianza es la principal adversaria, al igual que los zombies y los vivos.-

- Y entendemos que no tengan confianza en nosotros pero nunca haríamos una cosa tan horrible como dejarlos aquí, solos y desprovistos de cualquier tipo de recursos.- Añadió Rei.- Les estamos instruyendo para que sean como nosotros y luchemos juntos. Es un peligro rondar, ahora, por estas rutas con zombies que deambulan, incluso en las zonas rurales y los bosques.

- Quizás, con un poco de suerte, el frío los termine por matar.- Señaló Gustavo tras cargarse su mochila militar.

- No, no lo creo. Ese tipo de situaciones serían propicias de Inviernos muy duros y gélidos, cosa que, apenas, estamos en Primavera en EEUU y todo el Hemisferio Norte.- Contradijo Ignacio.- Oigan, por cierto, Lalo encontró unos machetes, ¿alguien necesita uno?.- Preguntó y señaló al de bigotes con el cargamento en su poder.

- Pásame uno a mí.- Pidió Mike.

- Yo paso, gracias.- Rechazó Saul la oferta pero Kim tomó uno.

- Me servirá.- Dijo la chica, guardándolo en una parte de su mochila, en el exterior, quedando colgado del mismo.

- Oigan, ¿ya tienen todo?. Debemos seguir.- Se acercó Takashi a los presentes, mientras que ellos asentían.- Bien, salgamos de aquí.- Pidió y al momento en el que dejaban la armería, un zombie apareció en la calle, caminando con lentitud, torpeza, por lo que fue Kim la que decidió probar su machete.

Ésta caminó, manteniendo el sigilo, apuntó con su arma afilada a la cabeza y con un rápido movimiento, cerrando sus ojos, le asestó un golpe certero contra el cráneo, el cual se partió como si fuera una nuez. Inmediatamente, con la sangre que empezó a brotar de la herida de su cabeza lacera, el zombie se derrumbó contra el piso, quedando inerte. 

La abogada de cabello rubio miró a ese enemigo sin vida. Al principio tembló, su cuerpo parecía estar en medio de un terremoto, uno que la dejara en ese estado. Lo había hecho por instinto pero, ahora, lo único que podía percibir era que había tomado la vida de otra persona, aunque ésta fuera un zombie. Jimmy fue hasta ella, la abrazó y se quedaron un rato, tomando asiento en las escaleras de un edificio evacuado, siendo observados por Takashi y los demás.

- ¿Qué creen?.- Preguntó Hirano, llevando una mano a la cabeza.- Yo creo que van a necesitar mucha práctica, no van a poder hacerlo todo en un santiamén.- Alegó con cierta preocupación.

- El desarrollo que uno consigue, a la hora de enfrentar los peligros, Hirano, son de durar bastante.- Apuntó Saya.- Ellos van a tener que ir aprendiendo que, pase lo que pase, esas criaturas, "Ellos" como los bautizó Takashi, no son más familia, amigos, parientes, parejas o compañeros del trabajo. Son zombies y como tal deben ser eliminados o serán ellos los que se conviertan en sus presas.- Lo dijo con un tono serio, mientras que verificaba que la calle estuviera segura.

- Aún así, la Señorita Wexler nunca ha hecho una cosa así. Se lo puede ver en su cara.- Señaló Saeko, notando que la rubia lloraba en silencio contra el hombro de su novio.- Pobre. Lo que debe de ser y hacer una cosa así.-

- Nadie desea matar, quitarle la vida a otra persona pero, en este contexto en el que nos hallamos, lo único que podemos hacer es sobrevivir.- Sentenció Takashi, verificando que el medidor del combustible estuviera lleno.-

- ¿Crees que podremos ir a otro lugar seguro?.- Preguntó Shizuka pero el chico se encogió de hombros ante la necesidad de conocer el destino que les tocaría.

- Solo puedo decirles que, si vamos para el Norte, quizás allí estemos a salvo. ¿O quieren ir al Sur?.- Dirigió su pregunta al grupo.

- ¿Para el Sur?.- Rompió Fring el "Silencio" que se había formado.- Ir allí es una locura, ¿creen que puedan atravesar las Planicies Centrales y llegar a buen puerto? ¿Dónde piensan ir? ¿Los Estados de Luisiana, Texas, Mississippi, Arkansas, Alabama, Georgia, La Florida?.- Preguntó pero nadie dijo nada al respecto.- Es "Temporada de Tornados" allí y si tienen un accidente, nadie los podrá auxiliar.

- Igualmente no pensábamos ir allí, Señor Fring.- Corrigió Takashi.- Solo era un decir, nada más.

- Lo sé.- Gustavo sonó más tranquilo y razonable.- Pero esto, lo que se está viviendo es...Es imposible de describir, te sientes raro pero haré todo lo posible, como los otros, en sobrevivir y salir adelante.- Juró y con ello fue cargando su mochila en la parte trasera del "Humvee".

- Así se habla.- Le felicitó Rei.- Bueno, ¡amigos!.- Llamó ella a los otros.

- ¿Tú crees que lo que hice estuvo bien, Jim?.- Preguntó Kim con dudas, ya que tras ese momento en el que debió matar a ese zombie, las interrogantes le perseguían sin darle descanso.

- Hey.- Dijo su novio, tomándola del rostro y besándola.- Tranquila. Escucha, eres fuerte, no te dejes atemorizar por lo que hagas. Esos chicos tienen razón: Estamos en medio de una "Guerra por la Supervivencia", esto no es más que el comienzo y debemos ponerle todo nuestro empeño y lucha si queremos salir adelante.- Le animó éste, mientras que se ponían de pie.

Kim, pronto, comenzó a sentirse mejor, en el plano emocional, mientras que la noche seguía estando allí presente, sobre ellos, con una "música" de soledad y melancolía, el grupo fue tomando asiento en sus vehículos y los encendieron. Takashi y los suyos subieron al "Humvee" y comenzaron a retomar el camino, yendo por la Calle Principal, en fila india, para proseguir con el viaje.

- Entonces, ¿para dónde vamos al final?.- Preguntó Mike a los jóvenes de Japón.

- Para el Norte, al Estado de Washington. Hace unos días atrás escuchamos, por la radio, que el Ejército tiene un refugio por allí.- Les contó Saeko.

- Esperen, antes de ir para allá, necesito ver si mi esposa está en un refugio de por aquí. No pudo decirme el nombre porque cayeron las comunicaciones pero, igualmente, debo ver si se encuentra en Nuevo México todavía.- Pidió Howard como única voluntad.

- De acuerdo, si es así, iremos a esos sitios y luego, si no está, puede que la hayan llevado a otro lugar.- Teorizó Jimmy, dándole ánimos al rubio, mientras que iban acelerando el paso, manteniendo la distancia y con ello eran los únicos vehículos de ese convoy que marchaba a paso tranquilo y ligero por las calles de una devastada Ciudad de Santa Fe, en el Estado de Nuevo México.

Cruzaron por otra calle, dejando el Centro de la urbe capitalina. Aquello parecía una escena de otro Mundo, algo que solo se veía en los libros, cómics, películas y videojuegos de ese género del terror. Zombies que deambulaban de un lado para el otro, perdidos, extraviados, desorientados, tal vez. Algunos parecían recordar lo que habían hecho, alguna vez, cuando estaban vivos. Tal era el caso de un zombie con traje y corbata, tratando de meter la llave en la cerradura de su auto pero no podía. 

Otros parecían ser los miembros de alguna banda para algún equipo de fútbol americano que alentaban, ya que uno de ellos seguía soplando su tuba con un ritmo lento y agonizante, como si fueran los latidos de alguien que estaba por fallecer en el hospital tras un grave accidente. Incluso se pudo percibir a una pareja que iba tomada de las manos, aún.

Todo resultaba "conmovedor" pero era una trampa, un engaño que aquellas criaturas ejercían con el único fin de ponerlos bajo su "bando". Incluso Lalo, quien había visto tanta violencia en el Cartel de los Salamanca, ahora sentía pena y comentaba que había disfrutar de la vida misma. Sonaba hipócrita pero en momentos como esos, hasta el hombre con el mayor desprecio hacia el Ser Humano y que solo desea verlos extinguirse puede sacar esa "Luz" desde lo más profundo de su corazón y alma, expiando los Pecados.

- Tantos autos abandonados...No tuvieron forma de salir los que prefirieron quedarse hasta el final.- Señaló Jimmy, impresionado.- 

- Fueron muy tontos al quedarse. Pensaron que, si se quedaban y defendían sus hogares de los zombies, los militares vendrían pero no fue así. En situaciones como éstas, las Fuerzas Armadas están bajo la orden de "salvar a todos los que puedan" pero es como jugar a la ruleta en un casino: No sabes si te va a tocar o no salir victorioso.- Habló Bill, quien sentía pena, en el fondo.- Oigan, ¿hay alguna radio que funcione?.

- Tiene que haber.- Respondió Kim y comenzó a probar con varias emisoras.

Cada una de las que pasaba daba estática, aquel sonido molesto y que anunciaba lo peor, era el único allí presente. Probó con otras estaciones estatales, fuera de Nuevo México, quizás podía agarrar la de Ohio o Filadelfia pero nada. Negó con la cabeza, Bill recostó la suya contra el respaldo del asiento y cerró los ojos, pensando en que todo esto era un sueño.

- ¿Va todo bien?.- Se acercó Mike con su auto y en el que viajaba Gustavo a su lado.

- Todo en orden, gracias. Solo la radio que no da ninguna emisora que aún funcione.- Dijo Jimmy, dando a entender que, posiblemente, todos los periodistas hubieran sido evacuados o terminaron siendo devorados por los zombies.

Howard, por su parte, estaba concentrado en un mapa que sostenía, probando su suerte en los sitios donde los Militares pudieran haber establecido campamentos. Miró hacia afuera, por la ventana y notó una señal luminosa en el camino. Se acercó hasta Jimmy y le mostró aquello.

- ¿Y eso?.- Se preguntó Ignacio, mientras que notaba, al igual que Lalo, Mike, Gustavo y el grupo de Takashi junto al de Jimmy lo que se estaba acercando: Una flecha dorada y un mensaje escrito en su Centro.

" Punto de Evacuación en el "Capital Jaguar Stadium".

[Quizás sea una pista, puede que allí se halle la esposa de Howard Hamlin pero...¿será seguro el Estadio? ¿Cómo será el viaje hacia el Norte? ¿Qué clase de peligros se toparán en su camino?. Y con este capítulo en suspenso, les agradezco a todos ustedes por seguir esta historia, no olviden comentar.

Mando saludos y agradecimientos para shadowbellatrixluismateoarauz y los demás seguidores.

Cuídense, amigos, hasta el próximo capítulo y que tengan un buen comienzo de día Viernes de mi parte.].


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro