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▎A F T E R  D A R K   ▎

· 。ﾟ୧ ⋆. 𝗣𝗟𝗔𝗬𝗘𝗥 𝟬𝟲𝟬. ₊˚.༄
ACTO UNO ━━━ CAPÍTULO DOS,
❝ luz roja, luz verde. ❞

𝓙i-Yoo abrió los ojos y vio que estaba en un lugar desconocido. Giró la cabeza hacia un lado y vio a alguien tumbado en otra cama frente a ella ── en realidad, había varias camas.

Ji-Yoo se incorporó y miró a su alrededor. Lo primero que notó fue que estaba en una habitación llena de camas en las que había gente en ellas. Lo segundo que notó fue que su ropa era diferente.

Ahora llevaba un chándal verde a juego, con una raya blanca a los lados de la chaqueta y los pantalones. Ji-Yoo vio que su chaqueta tenía el número "060" y que la camiseta blanca lisa que llevaba también tenía un gran número "060" en ella.

«¿Qué cojones quería decir 060?»

Se trataba de un juego, ¿así que quizá era su número de jugadora?

Al mirar a la gente que la rodeaba, se dio cuenta de que todos tenían la misma expresión de confusión que ella. Saltó de la cama en la que estaba tumbada y bajó las escaleras, ya que su cama estaba en el segundo nivel de la litera.

Ji-Yoo miró hacia arriba y vio un cartel en el que ponía «456». Ese debía ser el número de jugadores que había.

Giró la cabeza hacia el centro de la sala, donde el jugador 101 y la jugadora 067 estaban peleando. La gente empezó a rodearlos, queriendo presenciar la pelea.

No pasó mucho tiempo antes de que el jugador 456 interfiriera, pero eso no ayudó en absoluto, ya que parece que la chica le hizo algo al 456.

El sonido de una alarma cortó la pelea, la puerta se abrió revelando un grupo de enmascarados vestidos con un mono rosa. Había ocho de ellos con un círculo en su máscara negra y uno con un cuadrado.

—Me gustaría daros una cálida bienvenida a todos. Los que estáis aquí participaréis en seis juegos diferentes durante seis días. Aquellos que ganen los seis juegos obtendrán como premio una gran suma de dinero.

La gente empezó a cuchichear entre sí mientras un hombre gritaba:

—¿Y por qué tenemos que creeros? N-nos dormisteis, nos quitasteis todas nuestras cosas y nos habéis traído a este lugar. ¿Y tenemos que creeros que nos pagaréis si jugamos? ¿De verdad esperáis que os creamos?

—Tomamos estas medidas para mantener nuestra confidencialidad mientras os traíamos aquí. Os lo devolveremos todo cuando los juegos terminen.

Una mujer habló en voz alta levantando la mano.

—¿Por qué. . . por qué lleváis esas máscaras?

—No revelamos las caras, ni ningún tipo de información privada de nuestro personal —respondió el hombre de la máscara del cuadrado, que era el que hablaba en todo momento—. Debemos hacerlo por nuestra privacidad y para que los juegos sean justos. Por favor, entendedlo.

Ji-Yoo giró la cabeza cuando habló otro hombre, el jugador 218.

—No me creo nada de lo que dices. Nos habéis engañado. Y encerrado.

Ji-Yoo lo reconoció por alguna razón, se parecía y sonaba extrañamente como su primo, Cho Sang-woo.

Sacudió la cabeza, ¿por qué iba a necesitar Sang-woo participar en un juego que te da dinero? Por lo que había oído, Sang-woo era muy inteligente, se había graduado en la Universidad Nacional de Seúl y actualmente estaba en los Estados Unidos.

Es imposible que estuviera aquí en Corea, ella se habría enterado. Es su prima hermana, después de todo. La madre de Sang-woo es su tía, sus madres eran hermanas.

—Escondéis la cara porque sabéis que nada de lo que habéis hecho es legal. Dadnos una buena razón para que os podamos creer.

—Jugador 218, Cho Sang-woo —habló el guardia cuadrado. Los ojos de Ji-Yoo se abrieron de par en par ante las palabras que salieron de la boca del enmascarado.

Era en realidad su primo. No había mucha gente con el nombre "Cho Sang-woo", y tenía sentido porque se parecía y sonaba como él.

Pero, ¿por qué estaba aquí? ¿No era ya rico?

El enmascarado pulsó el botón del mando a distancia que sostenía y la pantalla mostró un vídeo de Sang-woo jugando al ddakji.

—46 años. Ex Director del Segundo Equipo de Inversiones Joy. —Ji-Yoo vio en la pantalla cómo Sang-woo recibía una bofetada en la cara— Desviaste dinero del saldo de tus clientes y lo invertiste en futuros y derivados financieros que fracasaron. Perdiste 650 millones de wones.

A continuación, el enmascarado empezó a dar información de otros jugadores, según mostraban sus vídeos jugando. Y por alguna razón, decidió mencionar a Ji-Yoo.

—060, Park Ji-Yoo, debe 500 millones —afirmó mientras se reproducía un vídeo de Ji-Yoo recibiendo una bofetada del hombre del traje. Ji-Yoo hizo una mueca por lo mal que se veía, pudo sentir unos cuantos ojos sobre ella y uno de esos pares de ojos eran los de Sang-woo.

Mientras se reproducían algunos clips más, Ji-Yoo se dio cuenta de que todos estaban jugando con el hombre del traje. Entonces se preguntó si había besado a alguna otra chica aparte de ella

«¡¿Por qué me importa si ha besado a otras chicas?!» se cuestionó Ji-Yoo mentalmente. «Ni siquiera le conozco». Sacudió la cabeza, borrando de sus pensamientos al hombre espeluznante, pero guapo, y centrándose en el guardia de la máscara cuadrada.

—Todos los que os encontráis ahora aquí estáis viviendo al límite, con deudas que no podéis saldar. La verdad es que cuando nosotros os encontramos, ninguno nos creyó. Pero jugamos a un juego, y os dimos dinero cuando ganasteis como os habíamos prometido. Todos los que estáis aquí nos creísteis, y os ofrecIsteis voluntarios para participar en este juego, sin coacciones. Aún así, os daré una última oportunidad para que escojáis. ¿Queréis volver a vuestras antiguas y caóticas vidas, donde vuestros acreedores os persiguen? ¿O aprovechareís esta última oportunidad que os estamos ofreciendo?

Mientras los jugadores murmuraban entre ellos, pensando en la oportunidad que les proponía el guardia enmascarado, Ji-Yoo intentaba acercarse a su primo.

Tardó un poco, pero finalmente lo alcanzó, Ji-Yoo se situó justo detrás del hombre con gafas.

—Psst —llamó, lo que hizo que Sang-woo girara la cabeza para mirar a quien intentaba llamar su atención—. ¡Sang-woo!

—¿Ji-Yoo? —Las cejas de Sang-woo se fruncieron y sus ojos se abrieron de par en par al ver a su prima, atónito de que ella también estuviera jugando al juego.

Sang-woo sabía que Ji-Yoo había intentado ponerse en contacto con su padre, una vez intentó ayudarla con sus "contactos". También sabía que su tía había fallecido hacía tres años, lo que dejó sola a Ji-Yoo. Sang-woo siempre se preocupó por su prima, era el pariente más cercano que tenía.

Así que cuando vio y oyó que ella participaba en el juego, Sang-woo empezó a preocuparse. Ji-Yoo era una chica inteligente, él lo sabía, pero era demasiado joven para darse cuenta del peligro que corría.

—¡¿Qué haces aquí, Sang-woo?! —le preguntó Ji-Yoo, asegurándose de que sólo él pudiera oírla ya que no quería empezar una discusión que les llevara a tener más ojos encima

—Yo debería hacerte esa pregunta, Ji-Yoo. No deberías estar aquí.

Ji-Yoo frunció el ceño.

—¡Tú tampoco deberías! ¿Por qué estás aquí, Sang-woo?

—Eso no es asunto tuyo... —Sang-woo no pudo terminar su afirmación ya que el jugador 199 tomó la palabra.

—Y, ¿a qué vamos a jugar?

—Para que el juego sea justo, no podemos adelantar información sobre los juegos.

El jugador 456 levantó la mano e hizo la pregunta que nadie parecía haber hecho aún: 

—Ah, disculpa. ¿De cuánto dinero es el premio ese?

El guardia enmascarado volvió a pulsar un botón cuando la puerta del techo empezó a abrirse y bajó un gran cerdo. Todos miraron hacia la hucha que tenía un brillo dorado intenso, que iluminaba la tenue habitación.

—El dinero del premio se acumularará ahí después de cada juego. Os revelaremos la cantidad a todos cuando haya terminado el primer juego. Aquellos que no quieran participar, por favor, hacédnoslo saber ahora.

Ji-Yoo se puso al frente de la fila y miró el formulario de consentimiento que  le tendió el guardia enmascarado para que firmara al pie. En el papel estaban las reglas;

Cláusula 1: El jugador no puede dejar de jugar.

Cláusula 2: El jugador que se niegue a jugar será eliminado.

Cláusula 3: Los juegos terminarán si la mayoría así lo acuerda.

Ji-Yoo respiró hondo y miró a su izquierda, entrecerrando los ojos cuando vio a Sang-woo firmando el papel. Sang-woo la miró a los ojos un segundo antes de alejarse y dirigirse a las camas, la mirada en sus ojos gritaba «no lo firmes».

Ella se encogió de hombros y lo firmó, con una sonrisita. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Ji-Yoo le dio el formulario al guardia enmascarado y se marchó, su sonrisita aún plasmada en su cara. Por el rabillo del ojo, vio que Sang-woo la miraba mal, pero ella le ignoró.

Si él puede unirse, ¿por qué ella no?

𝓙i-Yoo entró en la colorida habitación con la mirada perdida. El lugar era gigantesco, estaba estilizado en una especie de laberinto. «Hm, debe ser así para que los jugadores se pierdan si intentan escapar», supuso Ji-Yoo en su cabeza.

—Mira a la cámara, por favor. Sonríe.

Ji-Yoo se arregló el pelo y sonrió a la cámara, que hizo clic y le sacó una foto.

Su sonrisa cayó y siguió a la persona que tenía delante, en dirección al primer juego. Ji-Yoo entró en la habitación, que era un gran paisaje con hierba como fondo de pantalla, lo que hacía que pareciera que estaban en una especie de pradera. Ji-Yoo miró hacia delante y vio un gran árbol con una gran muñeca. «Hm, qué raro. . .»

Ji-Yoo miró a su alrededor y vio a Sang-woo hablando con el jugador 456. Decidió acercarse al dúo para confrontar a su primo.

—Sang-woo —llamó, lo que hizo que los dos giraran la cabeza hacia ella, que ahora estaba a la izquierda de Sang-woo—. ¿Listo para decirme por qué estás aquí? —Ji-Yoo enarcó una ceja.

Sang-woo suspiró.

—Yo─

—¿Usted también conoce a Sang-woo? —intervino el jugador 456, interrumpiendo a Sang-woo.

Ji-Yoo asintió.

—Sí. ¿Tú de qué le conoces?

—Éramos amigos de la infancia —el jugador 456 le dio un golpe juguetón en el hombro con el suyo, pero Sang-woo parecía aburrido.

Ji-Yoo respondió tarareando, mirando ligeramente a Sang-woo por no responder a su pregunta. El jugador 456 miró a los dos, confuso por saber quién era esa chica para su amigo de la infancia.

Por suerte para Sang-woo, 456 volvió a hablar antes de que pudiera decir nada.

—¿Señorita? ¿Usted de qué conoce a Sang-woo?

—Soy su prima —Ji-Yoo le dio a 456 una sonrisa a medias.

—Prestad atención, por favor —Una voz femenina habló por los altavoces—. Que todos los jugadores 

—Hablamos luego —dijo nada más Sang-woo, mirándolos a los dos, antes de alejarse. Ji-Yoo apretó la mandíbula y se marchó también, dejando a un confuso Gi-hun.

—. . . formen varias filas detrás de la línea blanca que hay dibujada en el campo de juego. Gracias.

Mientras la mujer repetía las instrucciones, Ji-Yoo decidió entablar conversación con la chica que estaba al lado.

—Hola.

La jugadora 067 giró despacio la cabeza.

—¿Hola?

—Yo soy Park Ji-Yoo, ¿tú cómo te llamas? —preguntó ella inocentemente.

La joven permaneció en silencio un momento, debatiendo si debía o no decirle su nombre a Ji-Yoo. Finalmente, contestó de mala gana:

—Kang Sae-byeok.

—Es un nombre muy bonito —Ji-Yoo le sonrió y se sorprendió cuando Sae-byeok le dedicó una pequeña sonrisa a cambio—. ¿A qué juego crees que vamos a jugar?

Sae-byeok se encogió de hombros.

—No estoy segura. No soy de aquí.

Ji-Yoo frunció las cejas antes de recordar lo que le había dicho el jugador 101 cuando se estaban peleando antes.

—Ah, claro. Eres de Corea del Norte.

Sae-byeok sólo asintió, sin saber qué responder. Ji-Yoo se limitó a dedicarle una genuina sonrisa antes de escuchar a la mujer que anunció en qué consistía el juego:

—El primer juego se llama Luz Roja, Luz Verde. —La muñeca se dio la vuelta, de cara al árbol— Las reglas son muy sencillas. Podéis moveros únicamente cuando oigáis "Luz Verde", si detectamos que os movéis en cualquier otro momento, seréis eliminados.

Sae-byeok se giró para mirar a Ji-Yoo.

—¿Conoces este juego?

—Sí. . . es un juego al que solía jugar de niña —Ji-Yoo frunció los labios y miró a Sae-byeok—. No estoy segura de por qué vamos a jugar a un juego de niños.

—Los que logren cruzar la línea de meta sin ser eliminados en cinco minutos, superarán este juego. Bien, que comience el juego.

Ji-Yoo y Sae-byeok compartieron una última mirada antes de que la muñeca hablara.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Algunos jugadores corrieron hacia adelante, pero Ji-Yoo se quedó parada. Quería ver primero qué pasaría si alguien era eliminado antes de arriesgarse.

Luz Roja.

El jugador 324, el del pelo decolorado, iba en cabeza. La muñeca se dio la vuelta cuando él tropezó un poco.

—Jugador 324, eliminado.

El jugador 250 esbozó una sonrisita.

—Joder, qué rápido.

Justo entonces, se oyó un fuerte estallido haciendo que la cara de Ji-Yoo cayera de confusión. 324 se cayó lo que hizo que Ji-Yoo se burlara de su "dramatismo". «Sólo porque te hayan eliminado no significa que tengas que dejarte caer».

La cabeza de la muñeca giró para mirar de nuevo el árbol.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

El jugador 250 se precipitó hacia adelante y se cernió sobre 324, que seguía tirado en el suelo.

—Eh, te han eliminado, idiota. Deja de hacer el tonto.

De la boca del jugador 324 salió un chorro de sangre que hizo retroceder a 250 del shock y la confusión. El jugador 250 se dio la vuelta y echó a correr, sólo para recibir un disparo en el corazón. La cara de Ji-Yoo cayó al darse cuenta. Estaba muerto.

Los jugadores gritaron y echaron a correr, lo que provocó que les dispararan.

Fue entonces cuando Ji-Yoo comprendió lo que estaba pasando. Parecía que la muñeca tenía una especie de detector de movimiento. Así que si te mueves, mueres.

Ji-Yoo se quedó congelada por el shock, la gente estaba muriendo justo a sus pies y ella sólo se quedó allí parada.

—Oh Dios mío. . . —susurró Ji-Yoo, mirando los cadáveres que la rodeaban.

—Os lo repetiré. Podéis moveros únicamente cuando oigáis la frase de "Luz Verde", si detectamos que os movéis en cualquier otro momento, seréis eliminados. ¿Entendido? —La mujer repitió las reglas una vez más antes de que la muñeca volviera a girar la cabeza—. Dicho esto, que se reanude el juego.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Nadie se movió, salvo el anciano que llevaba el número "001" en la chaqueta y la camisa.

La cabeza de la muñeca volvió a girar para mirarles.

Luz Roja.

—¡Ji-Yoo! —habló la familiar voz de su primo desde detrás de ella—. Por favor, por el amor de Dios, no te muevas.

—¡Intento no hacerlo, Sang-woo!

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

De nuevo, sólo el anciano avanzó y paró. Parecía que lo estaba disfrutando.

Luz Roja.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Esta vez, más gente caminó hacia adelante. Pero como antes, Ji-Yoo no se movió ni un centímetro.

Luz Roja.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Ji-Yoo decidió dar tres pasos hacia adelante, también oyó pasos que venían directamente detrás de ella.

Luz Roja.

—Gi-hun, no te gires. Y escucha. Tú también, Ji-Yoo —Sang-woo era el que estaba detrás de ella. Los ojos de Ji-Yoo parpadearon hacia Gi-hun, que estaba a su lado en el suelo, con un jugador muerto encima de él.

Ji-Yoo se estremeció ligeramente cuando se oyó otro disparo.

—Moriréis si os quedáis ahí. Creo que la muñeca detecta los movimientos. No os verá si os escondéis detrás de alguien.

—¡¿Me estás usando como escudo?! —casi gritó Ji-Yoo, sabiendo que Sang-woo estaba literalmente detrás de ella—. ¡Qué cojones, Sang-woo!

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Tanto Ji-Yoo como Sang-woo corrieron, pero esta vez, Sang-woo decidió ponerse detrás de otra persona.

Luz Roja.

Ji-Yoo siguió la táctica de Sang-woo y se quedó detrás de alguien, pero el jugador tras el que se escondía murió justo delante de sus narices.

—¡Mierda! —maldijo Ji-Yoo en voz alta, con los ojos fijos en el cadáver del jugador 389, que estaba justo a sus pies.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Ji-Yoo decidió arriesgarse y correr. De todos los de su curso, Ji-Yoo era siempre la corredora más rápida. Siempre ganaba a todos cuando el profesor de educación física les dejaba dar vueltas.

Luz Roja.

Así que, gracias a su habilidad para correr realmente rápido, Ji-Yoo estaba ahora entre los tres primeros jugadores. Ji-Yoo se detuvo unos centímetros delante del jugador 101, que tenía a Sae-byeok escondida detrás de él.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Luz Roja.

La muñeca empezó a decirlo más rápido, lo que hizo que Ji-Yoo diera unas zancadas largas en vez de correr.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Luz Roja.

Rápidamente corrió y se puso detrás de la persona que estaba más cerca de la línea de meta, usándolo como escudo.

Parecía que el jugador sabía que ella estaba detrás de él porque habló en voz alta: 

—¿Quién está detrás de mí? Te he oído.

Ji-Yoo le agarró la espalda de la chaqueta haciéndole respirar hondo.

—Tu peor pesadilla —Ella sonrió.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Ella tiró de su chaqueta y le empujó al suelo, corriendo rápido hacia delante.

Luz Roja.

Ji-Yoo esbozó una sonrisita cuando oyó un cuerpo caer detrás de ella y un grito ahogado que le decía que le habían disparado y había muerto. Se rió sin humor:

—Perdedor.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Luz Roja.

—Luz Verde, ya puedes correr y parar.

Ji-Yoo decidió aprovechar este momento para arriesgarlo todo y correr lo más rápido que había corrido en su vida, sonriendo cuando pasó la línea roja.

—Jugadora 060, pasas.