three : ¿who are you?
CAPITULO 3 | ¿ 𝗤𝗨𝗜𝗘𝗡 𝗘𝗥𝗘𝗦?
─── No, ella va a bajar ─ dijo Nam-ra, acercándose a la ventana mientras esperaba a su amiga.
Las demás consolaban a Nam-ra, excepto Na-yeon, a quien parecía no importarle la situación. Todos estaban preocupados por Su-hye y Su-hyeok, quienes se habían quedado atrás, algunos más preocupados que otros.
[....]
─── Mierda ─ maldijo la chica que se quedó arriba.
La puerta apenas lograba detener a los zombies y estaba a punto de caer. Ante esto, se subió al marco de la ventana con dificultad, miró hacia abajo y decidió que no quería morir de esa manera. Prefería que se lo llevara algo mucho más épico. Suspiró y agarró la manguera.
─── Está bien, Su-hye, no está tan alto ─ dijo, intentando convencerse a sí misma.
Cerró los ojos y puso el primer pie en aquel nudo, comenzando a bajar. Tenía la sensación de que se caería en cualquier momento, pero era mejor que ser mordida por un grupo de estudiantes, eso sí.
Mientras bajaba, levantó la mirada y vio a uno de sus compañeros saliendo de una ventana. Este también la miró.
─── Oye, ni se te ocurra colgarte hasta que yo baje ─ Su-hye fulminó con la mirada a Su-hyeok, que tenía la intención de agarrarse de la manguera.
Sus pies temblaban, haciendo que se balanceara, pero estaba a nada de llegar.
Los demás esperaban ansiosos a que su compañera bajara. Las chicas que estaban junto a la ventana se sobresaltaron al ver una pierna colgando mientras intentaba buscar otro nudo.
Nam-ra rápidamente abrió la ventana al reconocer el calzado de su amiga. Luego, Woojin y otros se apresuraron a ayudarla a entrar.
Su-hye apoyó sus manos sobre sus rodillas y tomó un suspiro. Su amiga no dijo nada, pero era obvio que hablaría con ella cuando las cosas se calmaran.
─── ¿En qué estabas pensando? ─ habló la profesora mientras le daba unos golpes de reproche.
─── Su-hye, ¿estás bien? ¿Te lastimaste? ─ le preguntó Woojin con preocupación mientras se acercaba a ella.
─── Estoy bien, pero... ─ Su-hye fue interrumpida.
─── ¿Estás loca? ¿En qué pensabas? ─ habló Joon-yeong, con una expresión de enojo. La castaña se sorprendió, pero se acercó lo suficiente a él.
─── ¿Y qué? No te metas ─ le contestó con una expresión seria, creando tensión en el ambiente.
Ambos seguían mirándose, sin saber si era un desafío de miradas o simplemente no podían evitarlo. El amigo de la castaña tosió, no estaba contento con lo que veía. Su-hye se alejó del chico de anteojos y se dirigió hacia la ventana.
─── Ya puedes bajar, tonto ─ dijo refiriéndose al chico que se encontró mientras bajaba.
─── ¿Qué? ─ On-jo se acercó.
─── Su-hyeok está vivo ─ después de decir esto, analizó la expresión de Nam-ra. Sus sospechas aumentaron; hablaría con ella más tarde.
Todos esperaron a que él bajara para ayudarlo.
─── ¡Cierren la ventana de una vez! ─ exclamó Na-yeon, extrañamente callada.
─── ¿No podemos cerrar la ventana hasta que él entre bien? ─ le contestó Gyeong-su, con poca paciencia.
─── Tenemos que tener la ventana siempre cerrada.
─── Tú solo piensas en ti, ¿no? ─ aquel chico la miró como si fuera un caso perdido.
─── No te soporto, estúpido pobretón ─ soltó la pelirroja y luego suspiró.
Todos observaban la situación como si fuera una telenovela, algunos indignados por el insulto de la pelirroja. Su-hye, que estaba sentada en una silla mientras pensaba, no era la excepción. Aunque anteriormente había perdido la paciencia, tenía que admitir que eso los mantenía distraídos de lo que realmente pasaba afuera. Esta vez no intervino, solo observó. Estaba más callada de lo usual, y Nam-ra lo notó, así que fue a sentarse a su lado.
─── ¿Cómo me llamaste? ─ Gyeong-su empujó a la chica que lo había insultado.
Aunque en el fondo la castaña no estaba a favor de la agresión, sabía que aquella al final se lo merecía.
─── ¿Ibas a golpearme? ─ lo miró con una expresión amenazante.
─── Sí, te dije que lo repitieras ─ Gyeong-su no pudo hacer nada más contra ella porque Cheong-san lo detuvo.
─── Chicos, cálmense, díganme qué está pasando aquí. ─ intervino la profesora.
─── ¿Lo vieron? Él me golpeó.
Su-hye soltó una risita; le parecía un chiste que ella fuera la víctima después de haber hecho un comentario ofensivo a alguien por su posición económica.
─── ¿Por qué me llamaste estúpido pobretón? ─ gritó el chico involucrado en la pelea.
─── ¿Acaso mentí?
─── ¿Cómo pudiste llamarlo así? ─ Cheong-san se dirigió a Na-yeon.
─── ¿Por qué le dijiste eso? ─ preguntó la adulta.
Todos bajaron la mirada, Su-hyeok fue el único que se atrevió a hablar.
─── Él recibe ayuda económica, eso es todo.
¿Acaso eso era motivo para avergonzarse?
La profesora suspiró.
─── Na-yeon, no vuelvas a ofender a nadie de esa manera, y tú, Gyeong-su, no te rebajes golpeando a quien te lo dice ─ intervino la adulta.───Chicos, no podemos estar peleándonos en una situación así. No sabemos qué está pasando allí afuera.
─── ¿Y qué hay de los otros, profesora? ¿Ya llamaron a la policía? ─ preguntó Ji-min.
─── Estoy seguro de que alguien lo hizo, yo no pude. Perdí mi teléfono.
─── Nosotros ya llamamos, la policía no hizo caso, ni los rescatistas.
─── Estoy segura de que vienen en camino, tengan paciencia.
Su-hye tocó el teléfono que tenía guardado en el bolsillo de su abrigo. Parece ser que ella no estaba en el momento en que sus compañeros intentaron llamar a la policía; en ese momento estaba en el patio, corriendo de aquel estudiante y de ese profesor.
─── Profesora, las manos de Hyeon-ju estaban frías. ¿Y si todo empezó con ella?
Hyeon-ju... La chica de esta mañana a la que llevaron a la enfermería. Claro, aquella tenía los mismos síntomas que todos los estudiantes antes de convertirse.
─── La llevaron al hospital ─ habló Hyo Ryung.
─── Es probable que el virus se haya extendido hasta allí ─ añadió Joon-yeong.
─── Por eso no vino nadie.
─── Espera, ¿eso funciona? ─ el chico de lentes se acercó a la computadora que había en la sala y que nadie había notado antes.
Con rapidez, todos se acercaron a ver si el dispositivo funcionaba. Su-hye fue una de las primeras, poniendo la silla en la que estaba sentada antes, junto a Joon-yeong.
─── Es para hacer trabajos, no creo que sea muy rápida.
─── Y por lo que veo no. ─ dijo la castaña impaciente.
Estuvieron algunos minutos pegados a la pantalla esperando que cargue por completo.
─── Ahí está ─ varias voces dijeron lo mismo.
─── Abre el navegador.
─── Tienes que buscar virus zombie.
─── Claro que no, tienes que buscar emergencia.
Todos comenzaron a discutir sobre qué deberían buscar. Su-hye no podía esperar y apoyó la mano sobre el mouse.
─── Ustedes simplemente tienen que ir a tendencias o noticias, miren ─ movió su mano y se dio cuenta de que la había apoyado sobre la del chico de lentes.
Se dio vuelta y vio a Dae-su.
─── Su-hye.. hubieras empezado por ahí, jamás me lo hubiera imaginado ─ le dio un codazo a Woojin y este frunció el ceño.
Los demás comenzaron a reírse por el comentario de Dae-su.
─── Que.. No. ─ corrió su mano con rapidez, y luego miró para otro lado, intentó disimular que no se había puesto nerviosa. Capaz esta vez había fallado, el chico de lentes hizo lo mismo y desvió su mirada a la pantalla.
─── Bueno.. ─ dijo.
─── Bueno, yo me sentaré justo aquí ─ habló Woojin mientras corría a todos para sentarse entre medio de Joon-yeong y Su-hye.
─── ¿Qué haces? ─ le dijo la castaña.
Pero antes de que pudiera contestar, el ruido de la ventana rompiéndose hizo que todos se asustaran, la manguera se movía, como si alguien estuviera bajando.
Todos se movieron hacia atrás.
─── ¿Qué demonios?
─── ¿Alguien todavía no bajó?
─── No, estamos todos.
Cheong-san caminó con cautela hacia la ventana.
─── Oye idiota, ven aquí.
Pero casi al mismo tiempo, la manguera dejó de moverse, por un momento sintieron alivio.
─── Seguro era el viento...
Pero la calma se esfumó cuando un zombie apareció, colgado de la soga casera que habían hecho. Todos entraron en pánico.
─── Demonios, van a entrar.
Aquel chico que estaba cerca de la ventana se apresuró a agarrar una escoba y romperla para pegarle al estudiante. En un intento, hizo que se cayera una de las cortinas provocando varios gritos de los demás. Se preparó para clavarle el objeto al zombie, pero no hubo otro movimiento por parte de él.
─── ¿Qué haces? ─ le dijo Su-hyeok mientras le quitaba la escoba. El movimiento de eso hizo que el objeto golpeara a Gyeong-su, nadie se había percatado excepto Su-hye, que observaba todo pero no podía hacer nada.
Y aunque él lo golpeara mil veces, el zombie seguía dispuesto a morder a alguien.
─── ¡Estamos jodidos!
─── ¡Solo empújalo!
La adrenalina llevó a Gyeong-su a tomar una parte del ordenador y correr hacia la ventana. Terminó tirando esa pieza, pero gracias a eso el zombie cayó.
Varios se acercaron a la ventana para observar a aquel que había caído por la misma, y todos calmaban sus respiraciones agitadas.
─── ¿Estás bien? ─ le preguntó Woojin a Gyeong-su.
─── Estoy bien ─ le contestó y le dio unas cuantas palmadas en el hombro.
─── Oye.. ─ la pelirroja que estaba mirando a este se puso pálida.
El chico la miró confundido.
─── Gyeong-su.. te sangra la nariz. ─ habló Cheong-san.
─ ¿Sí? ─ se tocó la nariz y miró sus dedos manchados de sangre, lo observaron con sorpresa ─── No, esto es porque Su-hyeok me golpeó con la escoba.
─── No te acerques, aléjate, ¿te mordieron verdad? ─ insistió
─── Te estoy diciendo que me golpearon, ¿por qué te metes conmigo? ─ este tenía la intención de acercarse a la pelirroja, pero Su-hye interrumpió lo que sea que iba a pasar.
─── No, tiene razón ─ Na-yeon puso una cara de triunfo ─── Su-hyeok lo golpeó, yo lo vi. ─ su expresión cambió.
─── De verdad no me mordieron ─ se tocó la nariz, permitiendo ver una herida.
─── Tu mano, ¿Qué es eso? ─ la chica buscaba tener la razón a toda costa.
Su-hye se acercó al supuesto infectado.
─── Permiso. ─ Y tomó su mano para revisarla. ─── Esto no es una mordida, lo más probable es que se haya hecho un raspón cuando los salvó a todos ustedes de morir. Na-yeon, lamento que no tengas razón.
La pelirroja apretó los puños de rabia.
─── Mi Su-hye es tan genial ─ Woojin se acercó a ella y la rodeó con los brazos.
─── No soy tu Su-hye. ─ le sonrió con evidente sarcasmo y le negó con la cabeza.
─── Auch ─ contestó con un tono de broma, aunque ya era muy obvio que le había dolido de verdad.
Joon-yeong sonrió y bajó la mirada después de ver la escena. Dejó de hacerlo cuando vio a Nam-ra mirándolo; era la segunda vez que lo agarraba observando a Su-hye.
─── Eres una idiota ─ soltó buscando ofenderla.
─── ¿En serio? ¿Qué serás tú entonces? ─ y le regaló la sonrisa que tanto detestaba ella.
La adulta se acercó a Gyeong-su y observó la herida.
─── Es verdad, gracias a Dios solo es un rasguño.
─── ¿Estás satisfecha? ─ el chico le gritó a la pelirroja.
─── Oigan, no tenemos más computadora ─ dijo Joon-yeong mientras sostenía el teclado de la misma.
─── Entonces... internet, ¿ah, tenías que tirar eso? ─ Dae-su miró al chico que había sido acusado anteriormente.
─── ¿Qué esperabas? Intentaba entrar ─ le contestó indignado.
─── Solo digo, estuviste bien, gracias por eso ─ se acercó a la pelirroja ─── Oye Na-yeon, di que lo sientes y acaba con esto.
─── ¿Por qué debería? Lo vi todo, vi que te agarró la mano.
─ Tengo razón.
Todos se miraron entre sí.
─── Podría estar infectado ─ continuó.
─── ¿Na-yeon, es suficiente?
─── ¡En serio, la tocó! ─ exclamó.
─── ¿Tocarlo lo infecta? ─ preguntó Cheong-san.
─── ¿Quién sabe? Puede ser.
─── Sostuve la mano de I-Sak antes de que cayera, entonces ¿por qué no me infecté? ─ habló On-Jo.
─── Tiene una herida en la mano, es diferente cuando es una herida abierta ─ la pelirroja respondió.
Su-hye rodó los ojos. Si estuviera infectado, ya los hubiera atacado a todos.
─── Esa maldita... ─ Gyeong-su no pudo acercarse a Na-yeon porque nuevamente lo detuvieron.
─── No, piénsenlo ─ dijo casi haciendo berrinche.
─── Na-yeon, siempre odiaste a Gyeong-su, pero no es momento de hablar así de él, es cuestión de vida o muerte.
─── Siempre es así ─ habló Ji-min mirándola con desprecio.
─── Él nos salvó de haber muerto ─ siguió Su-hyeok.
─── Y ahora puede que nos mate. ─ contestó la pelirroja.
Todo eso se había convertido en una discusión demasiado ruidosa, probablemente lo suficiente para llamar la atención de los zombies.
─── ¡Basta, todos ustedes, cierren la boca! ─ gritó la profesora, haciendo que todos se silenciaran. Suspiró y volvió a hablar.
─── Hagamos esto, Gyeong-su, quédate diez minutos en la sala de grabación. Sé que será difícil, pero es mejor a que sospechen de ti.
─── Los demás, no sospechen de mí, es ella ─ rezongó y miró a Na-yeon.
─── ¿Puedes hacerlo? ─ le preguntó la profesora.
─── Diez minutos no, me quedaré media... no, una hora entera.
─── Oye, no es necesario, tardarás menos de cinco minutos en convertirte.
─── Si no pasa nada, ¿te disculparás? ─ la profesora se dirigió a Na-yeon.
─── Sí. ─ contestó.
Gyeong-su se acercó a la puerta de la sala y antes de entrar le lanzó una mirada de enojo a la pelirroja.
─── Vi lo... ─ dijo Su-hye mientras se acercaba a Nam-ra.
─── ¿Qué? ─ le contestó haciéndose la desentendida.
─── La nota que le dejaste a Su-hyeok, acaso... ─ no pudo decir nada más porque su amiga la interrumpió.
─── No sé de qué estás hablando. ─ puso su mirada fija al frente.
─── ¿Ah, en serio? ¿No me vas a explicar? ─
─── Su-hye. ─ Nam-ra la miró.
─── Sí. ─ levantó la ceja.
─── ¿No te diste cuenta?, a Woojin le gustas.
─── Es lo más tonto que escuché decirte ─ soltó una risa, para ella era una broma de mal gusto, aunque es verdad que lo había notado extraño los últimos días. ¿Podría ser verdad?
─── Y Joon-yeong... sé que todavía te gusta. ─ Su-hye se atragantó con su propia saliva y comenzó a toser, todos giraron a verla, en cuanto paró, los demás siguieron en lo suyo.
─── Oye... ─ suspiró, Su-hye podía ocultar el más tonto secreto, pero sabía que a ella no le podía mentir.
─── Bien, sí, me gusta y ¿qué? Él no tiene por qué enterarse. ─ miró para otro lado indignada, haciendo que Nam-ra mostrara esa pequeña sonrisa que la caracterizaba.
─── Que?!, No puede ser ¿Quien te gusta Su-hye? y porque no se puede enterar? dijo Hyo Ryung con un tono de sorpresa y casi gritando, aquella se estaba acercando para sentarse en uno de las sillas cerca de ella, las chicas no la habían notado antes.
¿Era necesario gritar lo que había escuchado? Pensó la castaña, todos se habían centrado en su atención en ella, ese tipo de situaciones en las que se sentía expuesta no le gustaban.
Todos la miraban con curiosidad, pero ella solo miró a Joon yeong quien evitó el contacto visual.
Se levantó del asiento y miró a la chica que había escuchado todo.
─── Nadie, escuchaste mal. ─ se dio vuelta y cambió su cara, tenía una expresión que gritaba que la tragara la tierra, luego caminó hacia la ventana que estaba rota, mantuvo un poco de distancia, no vaya a ser que bajara otro zombie.
─── ¿Dije algo malo? ─ Hyo Ryung le preguntó a Nam-ra.
Esta no contestó.
Su-hye aún seguía pensando en lo que había pasado hace un rato. Estaba segura de que sus sentimientos ya habían salido a la luz. Si tan solo no se hubiera distraído en ese momento... La actitud extraña de Na-yeon la sacó de sus pensamientos. La vio tomar un pañuelo y pasarlo por el palo de madera que antes era una escoba, estaba limpiando la sangre. ¿Pero para qué?
─── Profesora, ya pasaron treinta minutos y Gyeong-su no quiere salir. ─ dijo Cheong-san mientras se alejaba de la puerta de la sala.
─── De acuerdo, ya lo traeré. ─ dijo la adulta y entró.
─── ¿No va a salir? ─ preguntó Cheong-san.
─── Dijo que se va a quedar una hora. ─ contestó mientras bajaba la cabeza frustrada.
─── Aish, está enojado. ─ Dae-su suspiró.
─── Voy a entrar. ─ dijo el mejor amigo del supuesto infectado.
─── ¿Por qué? Si alguien debe entrar, es Na-yeon. ─ Todos voltearon a mirarla esperando una respuesta de ella.
─── ¿Por qué? ─ dijo con una expresión ilegible.
─── Él está así por tu culpa. ─ dijo Ji-min.
─── ¿Por qué te metes conmigo? ─ le preguntó la pelirroja.
─── Solo tú actúas así. ─ Ji-min tenía la intención de acercarse a ella.
La profesora la calló y se acercó a Na-yeon.
─── Recuerdas tu promesa, ¿verdad? Que si no pasaba nada, te disculparías.
─── Sí. ─ contestó y la miró.
─── Ya pasaron 30 minutos.
─── Bien, lo haré. ─ miró a todos un momento y se dirigió a la sala.
Esta entró y se dio vuelta para mirar a sus compañeros que la observaban desde afuera. Su-hye se acercó más para observar la situación. Se había quedado extrañada con lo que había hecho la pelirroja con aquel pañuelo, y cuando lo vio sacarlo de su bolsillo de alguna manera, algo conectó.
Para que alguien se infecte tiene que ser mordido, ¿pero si esa no era la única forma?
─── Ah, no puedo con esto. ─ dijo, haciendo que todos guardaran silencio.
La chica se apresuró a entrar en la sala y le quitó el pañuelo a la pelirroja. Llegó justo porque estaba a punto de pasarlo por la herida de Gyeong-su.
─── Oye, ¿qué haces? ─ intentó arrebatarle el pañuelo.
─── ¿De verdad hasta ahí estabas dispuesta a llegar para demostrar que tienes razón?
─── ¿De qué estás hablando, Su-hye? ─ el chico que estaba sentado la miró confundido.
Su-hye no pudo decir otra cosa, ya que se vio interrumpida por la voz de su profesora.
─── ¿Qué sucede allí? Salgan todos ya mismo. ─ exigió.
Los tres salieron de la sala, los demás los miraron desconcertados.
─── Devuélveme mi pañuelo. ─ gritó Na-yeon.
─── Su-hye, dáselo. ─ habló la profesora.
─── No. ─ respondió y se alejó de la pelirroja para hablar con más tranquilidad.
Todos la siguieron con la mirada.
─── Este pañuelo tiene sangre. Sangre del infectado. Na-yeon iba a pasarlo por la herida de Gyeong-su. Y si lo lograba...
─── Si lo lograba, él se convertiría. ─ Joonyeong continuó la frase y acomodó sus anteojos, eso lo hacía ver tan atractivo.
─── Exactamente.
─── Tú, ¿iba a matarme, idiota? ─ Gyeong-su abrió los ojos, estaba furioso.
─── Todo conectó cuando aceptó tan fácilmente ir a pedirle disculpas. ─ continuó Su-hye.
─── Estás completamente loca. ─ Cheong-san la miró con desprecio.
─── Na-yeon, eso es horrible.
─── ¡No es verdad! ─ soltó un grito desesperado.
─── No. Entonces... ¿debería pasarlo por tu herida? ─ acercó el pañuelo a la herida de su rodilla, pero sin tocarlo, solo quería asustarla.
─── No. ─ exclamó. La castaña levantó una ceja. ─── Dámelo. ─ le quitó el pañuelo de la mano y se lo acercó a la herida, pero se detuvo.
─── Ya basta las dos, Su-hye no puedes acusarla de esa manera.
─── ¡Dame eso! ─ la profesora intentó quitarle el pañuelo, pero lo único que recibió fue un grito de su alumna.
─── ¡Déjame!
Aunque la adulta se negaba a creerlo, todos ya sabían la verdad, Na-yeon quiso asesinar a Gyeong-su.
─── Tiene razón ─ Nam-ra se paró y se dirigió hacia su amiga.
─── Mientras ustedes estaban distraídos observando a Gyeong-su, Na-yeon agarró el pañuelo y lo pasó por la escoba ─ señaló el objeto con sangre. Su expresión no mostraba ningún tipo de emoción, pero lo que se sabía es que ella estaba del lado de su amiga, siempre.
─── ¿Cómo se te puede cruzar por la cabeza hacer algo así? ─ La profesora le gritó.
─── Y qué, el no murió, ya no soy culpable. ─ la pelirroja levantó la mirada.
─── Tú, estúpida. ─ Gyeong-su le gritó, no se acercó a ella, él era el más sorprendido de todos, sabía que ella lo odiaba, pero no que estaba dispuesta a matarlo, para tener la razón.
─── ¿Estamos revelando cosas? ─ Na-yeon miró a Su-hye.
─── ¿Qué?
─── Su-hye, o debería decir...Eun-soo, ¿por qué no le cuentas a todos las cosas horribles de tu pasado?
El nudo en la garganta de Su-hye se apretó aún más. Se quedó en silencio, luchando contra la tormenta de emociones que la embargaba.
El silencio se adueñó de la sala por unos instantes. Pero Nam-ra se acercó Nayeon y le dio una cachetada lo suficientemente fuerte para que resonara en toda la habitación.
─── ¿Por qué? ─ Su-hye se acercó y la miró, sus ojos se cristalizaron pero no soltó ni una lágrima.── ¡¿ Por qué?! ¡¿Por qué hiciste eso Nayeon?!
Ella se había esforzado tanto para que su pasado no saliera a la luz, que no podía creer que Na-yeon lo hubiera soltado tan fácilmente.
Su-hye no recibió la respuesta que quería, en cambio Nayeon levantó la mirada, parecía llorar. Aquella se había parado frente a la puerta de la sala.─── A la mierda con esto.─ fue lo último que dijo antes de salir.
La profesora viendo la situación se acercó igualmente a la puerta y miro a todos sus alumnos con tristeza.
─── Pase lo que pase, no mueran, y tampoco dejen que alguien más... Cuídense. ─ y con los ojos llenos de lágrimas les sonrió para luego desaparecer.
Dae-su gritó su nombre, pero Woojin lo contuvo, y juntos, en medio de la incertidumbre y el desconcierto, lloraron la partida de la única adulta que quedaba con ellos.
Su-hye suspiro con frustración. Su corazón latia con tanta fuerza que amenazaban con salirse de su pecho. La única adulta se había ido y Nayeon también había escapado. La castaña miro a todos y contuvo las ganas de llorar cuando noto en sus miradas que todos morían por saber la respuesta a la incógnita que había dejado Nayeon.
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