ten : false hope
CAPÍTULO 10 | FALSA ESPERANZA
Aunque un rayo furioso atravesó el cielo, la verdadera tormenta se desataba frente a los ojos de Su-hye. Quien se había quedado inmóvil mirando fijo la escena. ¿Si ella no se movía lo dejaría caer? Gwi-nam parecía tener un conflicto con Cheong-san,en el cual ella no estaba metida.
──Sueltalo.— espeto con la voz temblorosa.
── ¿Lo suelto? —Gwi-nam hizo una mueca sugiriendo que lo dejaría caer en ese momento.
Cheong-san hacía lo que podía por intentar escapar, sus pies pataleaban y el sonido de ahogamiento del chico provocaba un escalofrío en los demás que miraban con una mezcla de miedo y de preocupación.
Su-hye con los ojos lloroso intento avanzar hacia el, una mano la tomo de la muñeca y se lo impidió.
── No te muevas.— dije Joon-yeong de manera firme. Pero Su-hye se zafó con habilidad de su agarre.
── Déjalo.— la castaña fingió valentía mientras sus ojos aún reflejaban temor. Gwi-nam se preguntó si ellos sabían que la razón del miedo de Su-hye no tenían nada que ver con el.
Extrañamente el le hizo caso, alejo a Cheong-san del peligro dejándolo caer justo en el suelo. Varios suspiros de alivios se escucharon. Aquel chico tomo una bocana de aire mientras se tocaba el cuello, aún débil intento escapar pero Gwi-nam le pegó una patada en el estómago haciéndolo retorcer de dolor. Varios comenzaron a prepararse para atacar a el malo.
── Yo se cuál es tu miedo.—Gwi-nam dejo ver sus dientes manchados de sangre, quién sabe de quién.
── ¿Cómo podrías? No me conoces — Su-hye se mordió el labio inferior nerviosa, mientras fingía no ver qué Cheong-san se arrastraba hacia los demás.
── Claro que no. Estás aquí, eres valiente lo admito. si Eun soo estuviera en tu lugar estaría llorando y suplicando que la deje en paz.
Su-hye se puso pálida y Gwi-nam soltó una carcajada.
── Es aburrido. Ahora no tengo ganas de matarte.—suspiró mientras fingía decepción.── El castigo para una asesina con culpa es la vida.—dijo de manera simple mientras sus ojos se desviaban hacia el suelo.── Y ahora si me disculpas, tengo cosas más importantes.—Gwi-nam empujó a Su-hye haciéndola caer varios centímetros atras e intento abalanzarse nuevamente sobre Cheong-san.
Los demás, entre ellos Woojin y Joon-yeong ayudaron a Su-hye a levantarse del suelo. Ella miró su pantorrilla raspada por la fricción del suelo al caer.
Justo cuando Gwi-nam se disponía a atacar a Cheong-san nuevamente, Nam-ra y Su-hyeok salieron disparados para defenderlo, seguido de los demás que sin éxito lograban vencer a Gwi-nam. Sin embargo, en medio de la lucha, Nam-ra, con una fuerza sobrehumana, hizo retroceder a Gwi-nam. Este, perdiendo el equilibrio, cayó al vacío desde la azotea, la lucha finalizó con un golpee seco proveniente desde abajo.
Después de la caída de Gwi-nam, un silencio tenso envolvió la azotea. Todos se miraron entre sí, con expresiones de cansancio y alivio. Su-hyeok miraba a Nam-ra pero este evitaba que su rostro fuera expuesto, Su-hye había vuelto a notar ese cambio en el rostro de su amiga, ese que le indicaba que ya no era una humana como tal.
── ¿Estás bien? Deberías cubrir tu herida.— Joon-yeong se acercó a ella con preocupación.
── Estaré bien.— Su-hye dio varios pasos hacia atrás.
── Ya has dicho eso antes. ¿Por qué Gwi-nam...? —el la miro confuso e intento acercarse.
── ¿Joon-yeong que estas haciendo? No te entiendo. Juro que estoy intentando olvidarme de ti pero no me ayudas. — varias lágrimas cayeron de los ojos de Su-hye. La mezcla de emociones que sentía por la situación pasada no provocaban la mejor reacción.
Joon-yeong se quedó en silencio por un momento, sintiendo el peso de las palabras no dichas Su-hye bajo la mirada.
── Déjalo así. Ya entendí —Su-hye asintió con los ojos enrojecidos y volteó su cuerpo para alejarse.
Después de la intensa confrontación en la azotea, el grupo se reunión nuevamente alrededor del fuego. El ambiente estaba cargado y todos permanecian en silencio, reflejando la gravedad de lo ocurrido. Su-hye, aún pálida por la tensión era consciente de las miradas de sus compañeros.
── Gwi-nam me da miedo. Pero Su-hye también
—Ji-min se sincero mientras la miraba fijamente
── ¿Que? — Woojin frunció el ceño.
── Todos lo escucharon ¿verdad? ¿Realmente haran oido sordo a lo que dijo Gwi-nam?
── ¿De que hablas? — Hyo-ryung la miro perpleja.
Ji-min se levantó, decidido a expresar lo que estaba pensando.
── ¿Por qué te llamo Eun soo? Lo conoces desde mucho antes ¿No es cierto?
── No es momento ahora. — Joon-yeong intento intervenir.
── Yo también lo conozco...¿No me diras nada? —Interrumpió Su-hyeok.
── No la defiendan. Está con el.— la acuso.
Su-hye guardó silencio mientras sintió como el mundo se le venía abajo, el escudo que tanto la había protegido había caído y ahora estaba indefensa. Evitó la mirada de los demás, sintiendo la presión de sus preguntas.
──No es así. — negó la castaña.
── Sabía que había algo sobre ti que me hacía desconfiar. ¿Asesina con culpa? ¿Por qué te llamo así?
El pecho de Su-hye comenzó a subir y bajar con rapidez mientras un calor se apoderaba sobre ella.
── ¡Di algo! — Ji-min levanto la voz.
── ¡Cállate! — gritó Su-hye furiosa mientras su rostro era empapado por sus lágrimas.
── Entonces ¿es verdad? ¿por qué estás aquí entonces?
── si quieres llamarme asesina, hazlo. — dijo Su-hye calmandose, aunque en su rostro no reflejaba más que enojo.
Todos abrieron los ojos y dejaron escapar un grito ahogado por la respuesta de Su-hye, menos Nam-ra y Joon-yeong que estaban dispuestos a frenar el conflicto. Hyo-ryung se llevó una mano a la boca sorprendida al igual que On-jo.
── Su-hye?...— Woojin la miro. No sabía si era un expresión de tristeza o incredulidad.
── No, no es asi— Joon-yeong negó todo.
── ¿Por qué defenderme? A ti también te eh mentido.—Su-hye había dejado de llorar, como si ya no sintiera nada.
── No Su-hye, esto no es así.—Nam-ra la miro con preocupación mientras tomaba una de sus manos para reconfortarla.
── Esa es es la verdad.—continúo.
── Entonces cuéntanos la verdad completa.— dijo Joon-yeong. Fue en ese momento que Su-hye volvió a mirarlo a los ojos, una cicatriz se hallaba en su rostro donde anteriormente estaban sus anteojos. A pesar de todo el quería seguir intentando entenderla.
Su-hye respiró profundamente antes de hablar, mirando a los ojos a cada miembro del grupo con una mezcla de dolor y determinación.
── Lo que dijo Gwi-nam... Lo conozco hace tiempo. Pero...— Su-hye se mordió el labio inferior, sintiendo el peso de las miradas sobre ella.
La incertidumbre de lo que podría a continuación decir la castaña comía al grupo de chicos que la miraban.
── Antes de unirme a esta escuela, yo estaba en otra. Pero yo era víctima de acoso. — Su-hye evitó la mirada de Joon-yeong, aunque sabía que él ya conocía parte de su historia. ── Mi compañeros eran amigos de Gwi-nam, supongo que entre ellos se entienden. Nos obligaron a mí y a mí amiga en ese entonces a subirnos al borde de la azotea.
El grupo escuchaba en silencio, procesando la impactante confesión de Su-hye. La tensión en el aire era palpable. Nam-ra estaba destrozada como la primera vez que lo había oído.
── Nos obligaron a pelear. Ella, asustada, intentó empujarme. En la lucha que siguió, sin querer la hice caer. Aunque logró agarrarse, no hice nada para ayudarla, yo... Escape. Cómo una estúpida cobarde.
Los flashback de aquel día volvieron solo para azotar la mente de Su-hye aunque no había sido la primera vez desde que estaban en esta situación. Pasto una mano por su casa para alivianar sus emociones.
── lo lamento Su-hye, en verdad. — Hyo-ryung igual sollozaba.
Todos se acercaron a ella a consolarla, entendiendo por qué era como era. Su-hye estaba rodeada de aquellos que ahora conocían su dolor, se permitió sentir un atisbo de alivio en medio de la tormenta emocional. La verdad completa estaba sobre la mesa.
── Aún así. La dejaste caer. No deberíamos confiarnos.— Ji-min aún incrédula se mantuvo alejada.
Gyeong-su se paró rápidamente del suelo y la miró.
── Estoy vivo gracias a ella. Tu también. ¿No es suficiente para saber que Su-hye no es una mala persona?
Ji-min, bajo la mirada y con un atisbo de reflexión en sus ojos, finalmente habló.
── Lo siento, de verdad. Pero no puedo confiar en ti — dijo de manera sincera.
── Nadie puede obligarte.— Su-hye frunció sus labios.
La azotea se había envuelto en un silenció de reflexión. Pero entonces, Nam-ra levantó la cabeza.
── ¿Ustedes también escucharon eso? — preguntó a los demás con cautela.
Su-hyeok, confundido, le preguntó qué era lo que había escuchado.
── ¿Qué cosa? — inquirió.
──¿Por qué ? ¿Viene alguien más? — dijo Hyo-ryung, mostrando su preocupación.
Nam-ra, con la mirada fija en el cielo, les advirtió con seriedad.
── Ya vienen. — anunció mientras todos volteaban para mirar en la dirección que señalaba.
Cheong-san, algo confundido, habló después de un silencio.
── No veo nada.
En ese momento, el sonido de un helicóptero se hizo cada vez más evidente, rompiendo el silencio de la noche. Todos observaron cómo se acercaba al instituto.
── Esperen, es un helicóptero.
Su-hye, observando el helicóptero aproximándose, sintió una mezcla de ansiedad y curiosidad. ¿Al final todo esto se acabaría? ¿Serían rescatados?
Todos, excepto Su-hye y Nam-ra, tomaron rápidamente palos de madera de la fogata Mientras agitaban los palos brillantes por el fuego en el aire, el grupo no solo se limitaba a gestos visuales; también comenzaron a gritar en un intento de hacerse notar. Los sonidos de sus voces se mezclaban con la turbulencia del helicóptero que se aproximaba.
De repente, una luz blanca cegadora iluminó los rostros de los supervivientes mientras el viento generado por las alas del helicóptero los hacía retroceder. La esperanza de sobrevivir se reflejaba en las expresiones variadas del grupo: risas nerviosas, lágrimas de alivio y abrazos compartidos. Sin embargo, Su-hye todavía no era capaz de creerlo.
El helicóptero no descendió completamente, quedando suspendido a escasos centímetros de la azotea. Tres uniformados hábilmente descendieron con sus equipos, revelando una presencia militar que dejó a todos en la azotea en un silencio expectante.
Dae-su y algunos otros, impulsados por la desesperación y la esperanza de recibir ayuda, se adelantaron rápidamente hacia los uniformados. Sin embargo, al hacerlo, los soldados retrocedieron instintivamente apuntandolos con sus escopetas de manera amenazante, como respuesta los supervivientes levantaron sus manos.
Después de los primeros dos uniformados, otros dos hombres descendieron de la aeronave, sumándose al grupo que ya estaba en la azotea. La presencia de estos recién llegados aumentó la incertidumbre de Su-hye quién observó cómo el helicóptero se alejaba de la azotea, desvaneciéndose en la oscura noche hacia una dirección desconocida.
Cheong-san intentó acercarse a ellos nuevamente.
── ¡Abajo, todos en el suelo! — ordenó uno de los adultos.
──¡Por favor, señor, sálvenos a todos!— pidió Dae-su.
El hombre aún con el arma levantada les pidió a todos que se agacharan nuevamente. Aunque se sentían amenazados y asustados, todos obedecieron.
De manera rápida, los cuatro uniformados comenzaron a tomarle la temperatura a los estudiantes para comprobar que ninguno tuviera síntomas del virus. Uno llegó a Su-hye y le puso el aparato sobre la frente. Con un leve pitido, la pantalla de este se iluminó de un color verde.
── Despejado.
Luego se acercó a la joven que estaba a su lado. Nam-ra escondió con su pelo la marca que tenía en su ojo, y el hombre hizo lo mismo que con los estudiantes anteriores. Unos segundos después, la pantalla se iluminó en rojo. Nam-ra tenía 36 grados, un estado de hipotermia.
El hombre se apresuró a poner una manta térmica sobre ella, y luego se comunicó con sus superiores a través de un dispositivo militar para informar del estado.
── Once supervivientes, una tiene hipotermia pero los demás están bien. Los rescataremos despues de la misión. cambio.— continúo.
Su-hye suspiro.
── Ya pueden levantarse. — ordeno y obedecieron.── ¿Son los únicos sobrevivientes?
── No lo sabemos. Seguro hay más — contestó Cheong-san.
── Bajaremos un minutos. Esperen aquí.
Ji-min que estaba atrás empujó a Dae-su exponiéndose ante los militares.
──¿No van a rescatarnos? — pregunto asustada.
──Lo haremos. Así que no se muevan. No hagan nada y quédense aquí.
Todos asintieron y observaron como ellos enganchaban sus cuerdas a unos ganchos que se encontraban allí. Parecían esperar una órdenes en cuestión de minutos tres de los cuatro hombres bajaron desapareciendo de la vista de los sobrevivientes, el único que quedó allí observaba todo desde el borde de la azotea.
Mientras algunos ya habían aceptado que serían rescatados Su-hye todavía no respiraba con tranquilidad.
Unos minutos después, los adultos aparecieron junto al helicóptero que continuaba manteniéndose sobrevolando la azotea.
Hyo-ryung había mostrado su preocupación al ver que el helicóptero no había aterrizado sin embargo uno de los militares la calmo diciendo que era por seguridad. Luego, un uniformado le pidió al otro que subiera primero, y así fue. Dos de los faltantes se colocaron detrás del grupo de sobrevivientes. El otro se colocó debajo de la aeronave con un arnés preparado para colocárselo a uno de ellos.
── Ji-min ve primero.— dijo On-jo empujándola.
Ji-min se adelantó y se colocó bajo el arnés, asegurándoselo con la ayuda del militar. Pronto, fue elevada hacia el helicóptero. Los demás observaban con mezcla de nerviosismo y esperanza mientras Ji-min ascendía. Su-hye sonrió, cayendo en la realidad de que por fin se terminaría aquella pesadilla.
La alegría y el alivio que Su-hye había experimentado al ascender al helicóptero se convirtieron en confusión y temor. Ji-min, que estaba en el aire, notó como comenzaba a descender.
── ¿Qué pasa? — preguntó Ji-min, pero antes de obtener una respuesta, el hombre gritó.
── Operación cancelada, solo tomaremos el paquete y nos iremos.
Un escalofrío recorrió la azotea. La cuerda que sostenía a Ji-min empezó a soltarse, y ella gritaba desesperada mientras descendía rápidamente. Al mismo tiempo, el militar que ajustaba el arnés a Hyo-ryung la obligó a quitárselo. Hyo-ryung, incrédula, sollozaba al preguntar qué estaba sucediendo.
Su-hye bajó la mirada, aceptando la dura realidad mientras el caos se apoderaba del lugar y los demás aún no podían creer lo que estaba sucediendo. La esperanza que habían vislumbrado se desvanecía abruptamente, dejándolos en una situación aún más incierta.
A pesar de la resistencia de Ji-min, los hombres la empujaron hacia su grupo con determinación. A medida que se acercaban al helicóptero, Su-hye notó una expresión de tristeza en el rostro de uno de los militares. Aunque parecía comprender la situación, la acción pesaba en él.
De repente, el hombre, en un gesto de impotencia y probable desacuerdo, disparó un tiro al aire en señal de amenaza. El sonido retumbó en la azotea, haciendolos retroceder.
La decepción se apoderó del grupo mientras veían cómo el helicóptero permanecía en el aire. Finalmente, los militares subieron a la aeronave, dejando atrás a los estudiantes con un sentimiento agridulce de esperanza frustrada.
Los ojos de Su-hye se cristalizaron y se agachó mientras lloraba.
── Lo sabía, sabía que esto no podría ser posible. —Susurró para si misma. Pero una mano reconfortante se apoyó sobre su hombro.
── Estaremos bien — la voz triste de Woojin no la calmó y se concentró en liberar la frustración que tenía a través del llanto.
La lluvia comenzó a caer, y los estudiantes, a pesar de la situación, aprovecharon el agua para saciar su sed. Su-hye, entre lágrimas, sintió la mano reconfortante de Woojin sobre su hombro.
Mientras la lluvia se intensificaba, todos permanecían en la azotea, empapados y desilusionados. La falsa esperanza que el helicóptero les había brindado se había desvanecido tan rápidamente como había llegado. La realidad cruel de su situación volvía a manifestarse, todavía les quedaba mucho que luchar para sobrevivir.
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