41- El Lado
【#4 Oneshot】
Aclaraciones:
a) Esto es un sad-shot.
b) Afrodita narra casi toda está historia.
*Díganme que tal les pareció a ustedes
-Hacia Otro Lado-
【Afrodita】
Y ahí me encontraba yo...
Rompiendo en llanto, sola y en mi habitación, abrazando mis rodillas mientras ahogo mis penas en ellas.
Objetos y demás, tirados en el suelo.
Normalmente no suelo llorar, solo intentó reprimir mis sentimientos y no ser negativa ante las circunstancias.
Pero esta vez es necesario.
Una gran pelea se ocasionó en el Olimpo, mi ex marido me echó de la casa, desponjandome de la cosas que el me ha regalado y me gritó cosas horribles.
No me hago una víctima, puesto a que lo engañe con unos cuantos hombres, pero esto se me hacia ridículo.
Ares estaba gritándole a él, no me defendía más bien quería molestarle nada más.
Simplemente tome mis sandalias favoritas y me fui corriendo a uno de mis aposentos favoritos.
No es como si mi vida cayera en ruinas por Hefesto.
¿Verdad?
Yo no necesito que me cuiden y me tenga en consideración por algo.
La lástima me es insignificante.
Tal vez pueda manejarlo con más precisión, si me hago más fuerte respecto a mi fuerza emocional...
Esta situación llegó a un punto extremo.
Esta "pelea" es entre Hefesto y yo, no tiene porqué haber terceros que quieran ofrecer un amable punto de vista acerca de la situación.
Dioses han sido muy molestos ante el tema.
Me he topado con otros que desaprueban mis acciones y otros, quitándose el sombrero por no ser la típica esposa perfecta que todo el mundo quiere.
Artemisa y Atenea amenazan con dañarme físicamente, incluso una ninfas que ayudan en mi hogar resultaron afectadas por ello.
¡Esas dos nunca entenderán sobre un tema como el divorcio!
Son como buitres, esperan a que me pase algo malo solo para tirarse encima mío.
¡SON UNAS...!
Ah —suspira, mientras niega con la cabeza—. No puedo con esto.
Ahora me doy cuenta de lo cobarde que siempre he sido.
Incluso he sido temerosa con mis palabras.
No aguanto más, tomé la pistola y juego un rato con ella.
La examiné y sentí su textura con mi índice derecho.
Era de un profundo negro, pero de elegante diseño y estructura.
Cada detalle en esa arma, era perfecto.
Sonríe sin ninguna razón.
Recuerdo que Ares fue quién me obsequió esto, diciéndome que algún día se me haría necesario utilizarla.
También dijo que la conservará por cualquier cosa.
En ese momento solo me reí, pensando en una broma interna que quería hacerme.
Ahora que lo pienso, siento que este artefacto ha llegado en el momento indicado a mi vida.
No losabria en ese momento, pero en estos momentos me sentía bendecida de tener esta arma conmigo.
¡Te lo agradezco Ares!
Estaba vestida con un pantalón azul, una camisa blanca de tirantes y mi cabello para atrás algo húmedo debido que hace poco salí del baño.
Cuando me duchaba pensé en todo lo que he hecho, en mis logros, fracasos, éxitos, esperanzas; en fin, nunca noté el como todo tiene un lado negativo alrededor.
Digo, no esperaba que todo tuviese un lado bonito, pero me decepcionan que en mis múltiples acciones y errores que he tenido, cada vez que planeo algo para mí.
¿Es mi karma por ser una egoísta?
No lo se, no tengo una idea al respecto de que responderme.
¡Me siento tan estúpida!
Quiero que la tierra me tragué y no me deje escapar.
Mi destino es desesperanzador, lo cual hace que mi autoestima baje y baje del nivel que yo estoy siempre —Osea de mi lado "alegre" y "orgullosa"—.
Por una vez en mi existencia, quisiera sentir la experiencia de morir.
He escuchado por humanos, que es un mar de emociones desatado con un desenlace normalmente trágico.
Mi mente hace énfasis en los sentimientos del momento y todo lo que viene en momentos de peligro.
La adrenalina saliendo de mi cuerpo.
El cómo no me importaría lo que estuviese sucediendo por allí o eso ese algo me afectaría de algún modo.
Todo me estresa y se acumula, de tantas cosas que van pasando en mi mente.
Si fuera una mortal, ya me hubiera suicidado...
No dudaría en realizar esa cruel acción ante mi patética excusa de vida.
Más lágrimas salían de mí rostro.
Ahora pienso que sí soy una cobarde.
No soy capaz ni de decirles que paren con sus actitudes hacía mi persona.
Me imaginó a Atenea y Artemisa burlándose de mí, diciendo lo mucho que apesto al querer hacerme la chica ruda...
Ellas se reirían si yo les dijera que planeaba atentar contra mi propia vida.
Las dos tenían una capacidad emocional y un ego tan alto como de los metros de altura del Olimpo, mientras tanto yo me ahogo con mis sentimientos, hundiéndome como Jack en Titanic.
Yo ya es harta de pensar en que mi vida es un total fracaso.
Con determinación y poco miedo, me levanto dispuesta a hacer una locura.
La pistola tenía balas puestas, por lo que solo sería cuestión de donde apuntar.
Mis ideas cada vez se me estaban haciendo más confusas.
Debe ser por el alcohol que he tomado hace un rato, para olvidar este interminable dolor —aunque fue más que inútil, suponer que esto saliera bien—.
El arma fue directo a mi cabeza, seguía derramando varias lágrimas, pero estaba decidida a quitarme la vida.
Reía de la impotencia, mientras más pensamientos huecos iban y venían a mi mente.
¡MIREN!, Aquí esta la cobarde Afrodita, haciéndole un favor a la vida; ¡Matándose!
Sí, nada me detendrá de este destino desastroso...
Tomé el arma y apunté a mi cabeza.
Cabe a aclarar, que comencé a caminar y estaba tropezando.
¡Ni eso puedo hacer!
De un momento a otro, las lágrimas acabaron y sólo cerré mis ojos, con toda la fuerza que pude ejercer.
Esperé unos segundos a disparar.
Quiero que haya mucho ruido, así nadie se dará cuenta del factor del sonido.
Me aseguré de que la puerta no estuviera abierta y ví que estaba lista.
Nunca fui importante, ni nadie me ha querido lo suficiente para notar mi severo problema.
Pero yo no los culpó, tampoco me preocuparía por mi bienestar.
No valgo ni un tan solo centavo.
Yo ya tenía mi desición, por lo que escuché unos destrozos afuera y ahí fue donde yo tenía que actuar.
Cerré mis ojos con todo el dolor y coraje que me quedaba.
No puedo creer, que enserio estoy haciendo esto.
Los demás valorando su vida y tratando de mejorar como personas, mientras yo solo quiero erradicar con este mal que me esta matando en vida.
Pensamientos de arrepentimiento salen de último minuto...
¡Esto no me puede estar pasando!
Ya es demasiado tarde para cambiar mi destino...
Solo quité mis sentimientos y los dejé del lado.
No voy a arrepentirme de esto...
Quiero para de reprimirme y sentirse mal.
Mis impulsos están mandando, ellos me dictarán que hacer.
Y ahí fue cuando, el sonido del disparo se hizo presente.
En un acto rápido, el cuerpo de la rubia cayó al suelo de un forma repentina.
Icor caía de su cabeza y ella estaba quedando inconciente.
Afrodita estaba el suelo y con su último gramo de vida que le quedaba, sonrió levemente pensando en el final de todo.
El ambiente aparentemente estaba más que tranquilo.
Nadie parece haber notado, lo que a pasado con ella.
El alivio que transmitía lentamente se esfumó, para quedar en un ambiente silencioso.
Todo hubiera quedado perfecto, pero la vida tiene muchas sorpresas para dar.
Para mi mala suerte, Dionisio quién venía a visitarme, escuchó el ruido del arma, salió disparado a mi cuarto, horrorizado de verme en el borde de la vida y la muerte.
El dios del vino fue corriendo por ayuda.
Muchas ninfas se encontraban llorando u horririzadas de la situación.
Dionisio regresó junto con Hebe y Apolo entraron mirando el cuerpo inconsciente de Afrodita, por lo que se pusieron manos a la obra.
Por desgracia no moriré definitivamente, pero estaré en una coma o inconsciente.
No va a durarme nada la satisfacción...
Y ahí me encontraba yo...
Cuando desperté estaba en una camilla y miré a unos cuantos dioses al lado de mí.
Era cierto.
Algunos parecían en shock, otros tenían la mente en blanco...
Era interesante pero perturbador para muchos de estos.
Y Afrodita seguía tan confundida como nunca antes.
Siendo sincera no me esperaba que alguien estuviera aquí.
Pensé que estaría sola...
Tenía miedo de lo que me vendría.
Zeus no se tomó con humor lo que he hecho e hizo algo que nunca podré superar.
Me tomó de los hombros y me dió un cabezazo que me noqueo.
Pese a estar a punto de perder la conciencia, miré por última vez a los demás quienes mantenía una seriedad profundo.
Lo último que escuche fue los jadeos de algunos en la sala y finalmente me desmayé...
Volví a despertar y estaba en un colchón, un poco cómodo.
Parecía estar en un lugar diferente.
Mis ojos veían cosas borrosas.
Varias manos y siluetas estaban conversando alrededor mío.
Mi miedo creció, cuando un doctor se acercó a mí.
Y yo ahora lo entiendo todo.
Ahora mismo estoy en centro psiquiátrico, donde nunca podré escapar —a menos de que cambie mi forma de pensar— y tendré que soportar a los doctores que "podrán ayudarme".
¡Al parecer los demás dioses piensan que estoy loca!
Yo no quiero vivir.
Solo quería sentir la muerte por lo menos una vez en mi vida, pero al parecer ni eso puedo tener...
El olor a soledad y malas decisiones, se hace presente con los demás internados al hospital.
No quiero vivir así, ¿Es tan difícil entender eso?
Nadie me escucha al respecto.
No creo poder cambiar mi manera de pensar.
La negatividad se apodera de la gente aquí y a mi está afectando estar tanto tiempo en este lugar.
Yo estoy muy vieja para aparentar cosas que no son.
Y el destino; claramente me dio un golpe de realidad que nunca podré cambiar.
¿Que sería de mí en este lugar?
No sería capaz de mirar hacia otro lado de por vida...
【𝘍𝘪𝘯】
【Continuará... 🖤】
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro