El título creo no tiene mucha relación con el drabble, pero no se me ocurrió otra cosa y ese el nombre de la canción que lo inspiró. «se me sigue notando» de Chuy Lizarraga.

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El libro cayó con un ruido seco al impactar contra la pared, por la fuerza con la que su dueño lo había lanzada en un arranque de ira. Saga, tuvo que levantarse del sillón en el que estaba recostado y se pasó una mano por el pelo en un intento por despejarse. Miró el reloj y con frustración vio que no pasaban ni de las diez de la noche y volvió a recostarse intentando apartar la imagen de Afrodita al lado de otro.

No podía creer que el simple hecho de imaginarlo en brazos de otro le causara tanta rabia. No quería pensar en lo que haría si de verdad lo veía con otro. Tenía que calmarse y se obligó a no pensar en Afrodita, tenía que dejar de hacerlo, sin embargo no podía y sabía que se le notaba.

El día anterior, recordó, se había ido a un bar arrastrando con él a Aioros y había obligado a Kanon a dejar el Santuario Marino para que lo acompañara, no le iba lo de irse de parranda con los más jóvenes, además que no sabían quedarse callados y los chismes corrían entre ellos como agua.

Esa tarde, después del entrenamiento, no había podido evitar escuchar a Milo, comentarle a Aioria, que últimamente Afrodita estaba muy pegado a Shura y con más intención de la que le hubiese gustado presenciar, el de Escorpio había agregado un: «más de lo habitual» y eso fue todo para que su prudencia se fuera al traste.

Mientras estaban sentados en la barra del bar, Kanon y Aioros lo habían reprendido por arrastrarlos a ese lugar entre semana; sin siquiera darles un motivo. Claro, no necesitaron mucho para saber qué le sucedía, pues aunque el fingía con una sonrisa que todo estaba bien, sus gestos lo delataban, porque se notaba que seguía amando a Afrodita.

Se quedaron toda la noche con él, sin decir nada. Lo cual agradeció bastante, porque no necesitaba palabras, solo saber que estaban allí, que no lo juzgarán. No pensaba llorar, todavía le quedaba orgullo pero en definitiva, no le ganaba al de Afrodita, era demasiado grande para intentar igualarlo.

Volvió posar su mano sobre sus cabellos, tratando de olvidar su borrachera de la noche anterior y ni quería pensar en el entrenamiento matutino, había llegado ojeroso y con la resaca impresa en el cuerpo. Afortunadamente, nadie le había hecho comentario alguno. Sin embargo, la única ocasión en que su mirada se había encontrado con la de Afrodita, este había arqueado la ceja y le miró con una expresión que tradujo como: patético.

Se le seguía notando el amor que sentía por el sueco, todos se daban cuenta, menos Afrodita y él, no tenía el valor de subir a Piscis e intentar arreglar las cosas y soñar con qué Afrodita diera el primer paso era algo que él sabía no sucedería jamás.

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¡Gracias por leer!

P.S. Sé que tengo un Mu x Afrodita pendiente, pero me llevará un tiempo, no suelo emparejarlos y necesito inspiración.