Desayuno (Mu)
Viñeta.
♈♓♈♓♈♓♈♓
Afrodita, se levantó por el ruido qué hacía el martillo al entrar en contacto con el metal de alguna armadura. Un sonido con el que ya estaba más que familiarizado y que, por alguna razón, no le molestaba, sonrió todavía adormilado mientras apartaba las sábanas y se incorporó en su cama.
Bostezó dándole una mirada al reloj, dándose cuenta que aún era temprano. Sin embargo, como siempre, Mu, había decidido subir hasta su templo y comenzar con sus labores a primera hora antes del entrenamiento. Se desperezó y se levantó dispuesto a seguir el ejemplo del santo de Aries.
Se dio una ducha rápida y luego se encaminó a su cocina para preparar el desayuno, necesitaban energía para comenzar el día debidamente se dijo, mientras recogía los ingredientes para unos panqueques, jugo de naranja, café y leche, por sí Kiki se aparecía para desayunar con ellos y no lo hacía en el templo de Aldebarán.
Afrodita, se encaminó con el desayuno hacia su jardín, donde sabía que a Mu le gustaba trabajar. Recibió una sonrisa y un escueto buenos días de su parte en cuanto lo sintió salir del templo. Le devolvió el saludo dejando su carga en la mesa dispuesta para ello y se sentó a observar al santo que hacía unas semanas atrás había reclamado su precioso jardín como taller.
Unos meses atrás, Mu, se notaba agotado y, según Kiki, no descansaba lo suficiente, pero tampoco trabajaba en exceso, por lo que era raro ver al santo de Aries con signos de fatiga bajo sus ojos. El Papa, lo había enviado a revisión médica sin hallar nada que pudiera dar con el problema y cuando se le preguntaba, simplemente alegaba cansancio y exceso de trabajo, pero justo en esos días era cuando menos trabajaba.
Él mismo lo había podido comprobar, porque tardó casi dos semanas en reparar su armadura, cuando lo normal era un par de días, suerte que no le urgía y pensó que tal vez era el motivo del atraso, pero no, Mu, lucía notablemente mal. Entonces, el Papa, había decidido enviarlo de vacaciones a Jamir, pero ni eso le había funcionado. A su regreso, lucia tan o más agotado que cuando se fue.
Una tarde, mientras regaba las rosas de la escalera que daban acceso a la cámara papal —en un sentido figurado ya que estas se alimentaban de su cosmo —lo vio bajar regalandole una mirada cansada y él, sin poder resistir, le había invitado a descansar a su templo, pensando que tal vez, la tranquilidad de su jardín tuviera un efecto positivo en él.
Mu, se había negado en principio, pero al final claudicó ante su insistencia. Lo invitó a su jardín interno, libre de rosas venenosas y le ofreció té, galletas y su compañía Mu, no se negó a nada. Luego, se habían sentado en el pasto bajo la sombra de un manzano y el santo de Aries había quedado profundamente dormido en unos minutos.
Afrodita, se quedó velando su sueño un rato, para después abandonarlo para ir a preparar algo de comer, sí como había dicho su aprendiz comía igual de mal que dormía, entonces, despertaría con hambre. Su predicción fue correcta y se alegró de haber estado a la altura de su apetito y su buen sazón. Luego de la comida, Mu, le agradeció la hospitalidad y se marchó a su templo. La visita, se volvió a repetir a la semana siguiente.
Al principio, eran visitas esporádicas, una o dos veces por semana, hasta que comenzaron hacerse más y más frecuentes a tal grado que se hicieron diarias y hacía dos semanas atrás que Mu, había aparecido con sus herramientas de trabajo y le preguntó sí no le molestaba que trabajara en su jardín. Le concedió el permiso. Ahora, Mu, pasaba más horas en Piscis que Aries.
—Será mejor que vengas a desayunar —dijo cuando lo vio erguirse y relajar los músculos.
—Enseguida voy —Anunció con una sonrisa. Se puso de pie y se encaminó hacia donde estaba el otro—. Lamento sí te desperté —se disculpó una vez que tomó asiento.
—No te preocupes, me estoy acostumbrando y en absoluto me molesta —se encogió de hombros. Mu sonrió —me alegra que mi jardín te ayude a concentrarte y relajarte.
—No solo es el jardín, también es la compañía —Mu, tomó una mano de Afrodita por encima de la mesa —gracias por dejarme entrar a tu templo, tu jardín y tu vida.
En ese momento, Kiki, apareció para completar el cuadro.
♓♈♓♈♓♈♓♈
¡Gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro