El miedo de perecer
Acompañante: MaxwellRoss95
Estoy aquí algo temeroso por lo que nos tocará el día de hoy, la prueba de ayer aunque no fue algo que provocará ese miedo si puedo decir que para mí fue escalofriante, sentir como esos bichos caminaban encima de nosotros y cada mordida que me lanzaron esas serpientes que se arrastraban en mi cuerpo. Espero que estés bien sé que fue algo traumático para ti, pero como siempre digo hay que pensar en positivo, esto nos está ayudando a superar nuestros miedos más absurdos o por lo menos lo estamos intentando, que es lo que realmente importa.
Aunque si te soy sincero creo que no sabría ya vivir sin esas emociones y no me mires con esa cara no es que sea masoquista, es que todas experiencias que hemos vivido me han llenado de adrenalina, no me imagino el hecho en la vida real de empuñar un arma y dispararle a alguien, abriéndole un hueco en su cuerpo, del cual escape su alma. Así que realmente tengo ganas de que comience esto.
– Esa puntualidad que me encanta por Dios que bueno...– Aparecía Solanch gimiendo casi con cada palabra que decía.
– Nuevo día, nuevos retos, el día de hoy tendrán que realizar la prueba con una situación distinta, estarán en la misma pero el reto es desafiar el miedo que les toca por separado. Alex al igual que él, también le tienes miedo a lo que sigue pero en menor medida, así que estén listos, ya estamos al empezar.
Nuevamente algo a lo que le tenemos miedo a los dos, vamos a ver qué nos toca el día de hoy, así que mejor vamos a ir preparándonos que ya están al llegar los del equipo para todo lo que sabes. En segundos prácticamente como siempre llegaron todos y nos comenzaron a preparar y para ser sincero creo que ya me acostumbre a la sensación del pinchazo o por lo menos ya no me molesta como en un principio. Tu cara expresa tantas cosas que no puedo decifrar como estás, algo te preocupa, parece que tienes un mal presentimiento sobre lo de hoy.
–Calma, todo saldrá bien– es lo que podía decirte
Oímos la cuenta regresiva para ir hasta el lugar que nos toca hoy, hubo una diferencia, no sentí esa sensación de caída y realmente eso me frusta mi entrada dramática, pero bueno eso no importa ahora. Miro hacia un costado se está haciendo de noche, la oscuridad va reinando sobre la luz del día, mientras el aire gélido va apareciendo sutilmente en el ambiente. A mi lado un auto, está increíble y aunque yo no sé mucho sobre estos temas por como luce se que está increíble.
– Alex tu acompañante el día de hoy tomara la forma de Maxwell Ross, entra al carro y ve en su busca.
Sentí tantas cosas a la vez al oír ese nombre, mientras iba entrando al coche mis lágrimas caían, hoy lo vería nuevamente, desde que comencé con estas pruebas no había vuelto a sentir el calor de su piel, de sus besos, de su amor y si sexo. Recuerdo esos momentos en los que nos amábamos a toda costa, dormir juntos y abrazados, que puedo decir extraño hasta sus malos chistes.
– Voy a por ti mi amor.
Lo que realmente no entendía era que hacía aquí, yo no sé manejaf autos, mientras observaba la calle desde adentro, cuando de repente el carro comenzó a arrancar solo y comenzó el camino como si tuviera vida propia.
Entre el miedo que tenía que prácticamente me tenía paralizado vi a en el asiento de al lado un celular, lo cogí entre mis manos temblorosas y vi el contacto tuyo.
– Amor, necesito saber dónde estás.
Estás en medio de un camino.¿ Qué pasó ? Sentí como un grito se apoderó de tu ser, aún sin saber manejar cogí el volante apesar de que el auto tenía vida propia, para mi sorpresa iba mucho más rápido, voy a por ti mi cielo.
Y me acordé de cuando nos rencontramos, creo que la vida fue sabía y a la cual le agradezco por haberte puesto nuevamente en mi camino, antes de entrar a este experimento solo pensaba en el hecho de tener que separarme unos días de ti era el reto más difícil, mucho más que esto. Y fue cuando empecé a rememorar todas nuestras conversaciones, las mismas que nunca tenían para cuando acabar, hasta que mi mente Enmedio de toda aquella velocidad se detuvo, solo tú amor mio y yo tenemos un miedo en común y es el miedo a morir.
Mi corazón latía a mil por hora y yo cogía mi teléfono una y otra vez marcando el número de teléfono que traías, para solo oír que el teléfono estaba apagado o fuera del área de cobertura, no me gusta esto, hoy no aguanto está opresión que ataca mi pecho al pensar en ti, dónde estarás.
Todo es rápido mi mente anda por los aires como si estuviera en el limbo mientras que estoy a cada segundo a punto de perder la vida con este carro, solo agradezco que no haya nadie en la calle a esta hora.
– Alex, solo se sabe si el amor es del bueno cuando uno da el paso al frente, uno de ustedes tendrá que sacrificarse el día de hoy, es tu elección.
Esa voz, ese mensaje, la Srta Solanch había dado en una de las cosas que más duelen y eso no tiene perdón. En cuestión de segundos la luz del auto señalaba que a escasos metros se encontraba alguien amordazado a mitad de camino listo para ser atropellado.
– Oh por Dios es Maxwell, amor cuidado.
En cuestión de segundos entendí eso que Solanch había dicho uno tenía que sacrificarse, aunque no pensé que fuera literal, agarre nuevamente el volante y los frenos y ya al tenerte casi en frente de mí desvíe el carro a un barranco que había al lado, de ti solo pude escuchar tú grito y de mi sentí real cada golpe que me daba al caer.
Despertamos ya, gracias a Dios no eres tu mi amado y ya estamos aquí.
– Felicidades pasaron satisfactoriamente la primera prueba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro