Me quedo sin aire cada vez que intento salir de esas pesadillas que desde que estoy en el experimento de la Srta Solanch, a este paso en el que estoy no puedo diferenciar bien cuál es el mundo real y cual no, espero que por lo menos tú estés bien claro de cuál es la realidad. Los días pasan y ya hemos pasado por todo, tanto así que hemos reaccionado de una manera bastante favorable a sucesos en los que antes ni hubiésemos pensando en volver a vivirlos.

– Sabes algo, no hay lugar que me calme más, que el mar.

Y que puedo decir, a pesar del minúsculo hecho de que soy pésimo nadando, caminar por la arena, sentir esa sensación en los pies cuando las olas chocan  tus pies con esa suavidad que cautiva, esa brisa que te despeina y que se vuelve una excelente compañía y para que decir de esos encantadores amaneceres, esos que son el momento perfecto para declarar el amor.

Aunque puedo decir que apesar de ser un lugar agradable también tiene sus partes malas, las mismas que hacen que sus olas sean terribles armas de matar, olas que derriban todo a su paso sin importar que. Por eso creo que en las próximas vacaciones iré a perfeccionar mi natación ya que no quiero pasar por ningún susto.

Sólo puedo decirte que espero que con este juego no perdamos la cordura, sino las olas se harán dueños de nosotros y terminaremos en el estómago de algún animal de las profundidades del agua.

– Ya veo que llegaron, pues me alegra, hoy tengo cosas que hacer por lo que les pido que puedan pasar exitosamente la prueba de hoy, sino me tendré que demorar más, analizando los porque de sus acciones.

Ahora que observo detenidamente, la Srta Solanch lleva un anillo en su mano, aunque recuerdo en más de un momento el hecho de ver sus manos desnudas de cualquier joya, no  es que yo me ponga ahora a criticar la vida de alguien a estas alturas, soy el menos indicado ya que pecados he cometido ya unos cuantos, pero me parecía excepcional el saber que ella no es una santurrona, como todos creen que es aquí.

Creo que al igual que yo te acostumbras a todo fácilmente, somos como esos camaleones que cambian de color, nos adaptamos a cualquier ambiente, específicamente ahora nos hemos acostumbrado a ser esto, un experimento y no, no me mires con ese rostro, es cierto, es lo que somos. De igual forma espero que no sea verdad eso que has oído de que ya no saldremos del experimento hasta el final, según lo que escuchaste faltan muchas pruebas en la lista y para ellos nuestro nivel de esfuerzo crecería si viviéramos prueba tras prueba. Definitivamente el fin de nuestra cordura.

– ¿Crees que algún día saldremos de aquí?

Estábamos de nuevo con esa sensación y ya para que decir lo del pinchazo, ya sentir eso era como que te pícara un mosquito, molesta mucho, pero te acostumbras.

Donde estamos, todo está rodeado de nieve, menos mal que llegamos a esta prueba con abrigos puestos y por favor no sigas soplando tus manos, ahorra ti energía para luego, tal y como pintan las cosas aquí, hoy no será un día de los buenos. Es incluso bonito para mí estar aquí, en lo personal el invierno para mí, es una que otra oleada de aire frío y ya, no he tenido la oportunidad antes de ver la nieve caer y no es que me valla a poner a jugar con ella ahora , pero entiende que para mí es algo simplemente lindo y disculpa que califique este momento con una palabra tan simple pero es que en ocasiones esas mismas cosas son las que hacen mejor la vida.

Mi mente se pone en alerta cuando ve algo a lo lejos y a medida que nos vamos acercando puedo ver con más claridad, es una niña sola en todo esto, vamos, tenemos que ver que es lo que le pasa, apúrate tu un poco más, mis rodillas han comenzado a fallar, parece que en esta dimensión también mis problemas de salud insisten en tener un rol protagónico. Ten cuidado ya veo lo que dices, estamos en lo que parece un lago que se ha congelado por el invierno.

Tan solo escuché tú grito y mis neuronas se activaron nuevamente, la niña se ha caído, situaciones extremas, medidas extremas.

– Mirame, pase lo que pase quedate acá afuera, no hay tiempo y tenemos que salvar la niña.¿Vale?

Dios mio aunque no sepa nadar bien tengo que salvarle, así pensando de esta manera fue como me andentre por el hueco donde había caído la niña exponiéndose a las aguas prácticamente congeladas. El agua estaba helada, tanto así que aguantar la respiración aquí adentro era algo terrible, nadé, lo busque por los alrededores del lugar donde había caído y no estaba, tuve que renunciar a la búsqueda, aunque no haber podido salvar a la pequeña era algo incómodo no creo q está sea la prueba.

Fui nadando hasta donde me había lanzado pero al parecer estoy algo desorientado está sellado por el hielo, aguantando los segundos que podía mi respiración busque y busque todo estaba sellado, tan solo te veía a ti en un punto fijo golpeando una y otra vez el hielo, te habías dado cuenta que estaba allí, incluso vi como salía la sangre se tus nudillos que pintaban la fría y ahora gruesa capa de hielo que nos separaba, no iba aguantar mucho más sentía como pequeñas agujas de cristal me atravesaban todo el cuerpo, mis brazos iban perdiendo la movilidad y quedarse helados en conjunto con mis pies, la vena de mi cuello casi explota de tanto aguantar, hasta que no pude más y abrí mi boca intentando erróneamente hacer algo y fue cuando mi cuerpo recibió toda esa agua ya sea tanto por la boca como por la nariz, me estaba ahogando, era ese miedo el de hoy, mi miedo al agua, ves lo que te decía el agua también tiene pecados, mucha gente muere en ella, no grites más, por más que esto parezca real, no lo es o por lo menos no lo espero y llegando al fondo sentí como mi cuerpo volvió a la realidad, inmediatamente busque aire ya que aún tenía esa horrible sensación, gracias a ti por intentar salvarme, dame un abrazo.

– Que tierno, Alex debido a tus resultados en estas pruebas a partir de mañana ustedes dos estarán todo el tiempo expuestos en el experimento hasta que llegue el final de las pruebas. Espero que haya sido bastante claro esto.