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OO2

Era el primer día del trabajo de Mina y eso significa que tenía que estar a solas con ella, Momo después de unas pequeñas vacaciones ha vuelto al trabajo y ella tomó la decisión de seguir trabajando en casa.

Parece que todavía no se siente preparada para estar en un ambiente laboral como lo estuvo hace un par de años atrás y no se siente incómoda donde está es más ahora tiene más compañía que antes el único problema es que permanece siendo observado.

Myoui Mina parecía ser alguien a quien le llamaba la atención, a pesar de que no le dirigía la palabra sus miradas eran la evidencia de lo que quería decirle y permanecían sonrientes siendo la única comunicación que habían tenido en todo un mediodía.

Le preocupaba solo un poco la cercanía que estaban teniendo pero intentó quitarle peso al asunto porque estaba segura que no iba a pasar nada que ella no quisiera que pasara y tendría el control de todo, al fin y al cabo fue ella misma la que rompió con esos momentos de sexo descontrolado con otras personas dentro de la relación.

Mina no sería alguien que fuera un problema para ella, es más sería una prueba.

"¿Quiere un poco de café?". Sana subió la mirada sorprendida por la repentina voz dulce y cálida de la contraria. "Disculpe si le asusté".

"Solo fue sorprendente que hablaras, incluso pensé que comenzaste a ser muda". Una pequeña sonrisa apareció en el rostro pálido y con apariencia de porcelana de la menor.

"Sólo estaba pensando".

"¿Pensando mientras me mirabas?". Incluso a ella le sorprendió ese atrevimiento, no se esperaba decir eso pero las palabras salieron sin previo aviso.

"¿Fui tan evidente?". La sonrisa burlona no fue lo que hizo que se sonrojara sino más bien darse cuenta de que de una u otra manera la otra persona quería que se diera cuenta, nadie es tan evidente. "Pido perdón por incomodarte si es que lo hice pero si me permites decirte no puedo evitar no mirarte". Hace demasiado tiempo que no tenía esa clase de comentarios hacia su persona y suspiró.

Mina no dijo nada más y se concentró en el café, mientras tanto ella me reafirmaba la razón por la cual no paraba de verla, sus manos lucían suaves y sus dedos largos se movían por la taza lentamente mientras que con la otra mano buscaba el azúcar.

La persona que estaba frente suyo era alguien atractivo y la única persona capaz de que le prestara la atención suficiente como para dejar de lado unos momentos el trabajo.

"Ya está listo". No la recriminó por lo que dijo de hecho se estremeció cuando sus manos se chocaron en un pequeño contacto que no parecía decir nada pero sus miradas no ocultaban el deseo que se tenían.

Esa vena sexual que parecía de la nada galopando por todo su cuerpo y transmitiendo sensaciones que antes no había experimentado, estaba ahogada y las ganas de querer estar aunque sea una sola noche con su actual ama de llaves.

"Espero le guste el café". En medio de todas esas miradas cargadas te deseo se escuchó la puerta de fondo, un choque directo a su realidad y fue suficiente para caer en cuenta lo que estaba pasando y como si estuviera haciendo algo malo delatándose a sí misma se levantó estando completamente firme y miró a su esposa quién caminaba con una gran sonrisa en el rostro.

"¿Por qué llegaste tan temprano?". En su voz además de la genuina confusión había algo más que no estaba bien detectado.

"Hola mi amor". Saludó algo extrañada y la llenó de besos. "He llegado más temprano porque te extrañé y también porque hoy es el día en el que llegó más temprano parece que se te ha olvidado". Seguía con la misma sonrisa y al final la correspondió, Mina las miraba desde una esquina de la cocina y no decía nada porque sentía que estaba siendo la tercera rueda.

Sana la miró de reojo notando al instante como las observaba pero por un segundo dejó de interesarle porque la única persona que estaba ahora mismo en su radar era su esposa quien parecía llegar con mucha felicidad y siendo alguien que la llena de alegría.

"¿Me extrañaste?". Hizo un pequeño puchero mientras asentía. "También te extrañé, conté los segundos para poder estar a tu lado". Su corazón latía como siempre reafirmando el amor que se tiene y Myoui lo notó así que dio un paso hacia atrás para dirigirse a la sala sin percatarse de que la castaña la observaba atentamente mientras se iba.

Mina un misterio para ella y debía descubrir el por qué tenía la facilidad para hacerla sentir de esa manera ni siquiera su novia lo había logrado en tantos años, era algo que debía descubrir así tuviera que jugar a un juego que sabe muy bien que será demasiado peligroso pero con el que podrá llegar al fondo de todo.

"Hoy deberíamos comer sushi". Susurró Momo en su oreja haciendola estremecer, sus ojos se oscurecieron en el momento en el que observó como la mitad de un rostro se asomaba por el filo de la pared, la pelinegra estaba desobedeciendo una de las reglas pero no la molestaba es más le causaba intriga.

¿Por qué estaba siendo tan imprudente y actuando por encima de las reglas que estaban estipuladas?

Tal vez porque era una jovencita que no sabía muy bien cómo cumplir esas reglas y dentro de ella hubo una combustión porque sabía muy bien que debía enseñarle cómo es que se cumplen, dentro de esas paredes todo debía ser perfecto y aún más el tener invitados porque estos debían darse cuenta de que no había nada malo en ellas por ser dos mujeres por lo que tenían que tener especial cuidado.

"¿Sana?". Volvió a prestarle atención a la rubia. "¿Quieres ir a la habitación?". Negó con la cabeza, si había algo que las caracterizaba es que sin importar el lugar en el que estuviera no se iban a limitar y aunque la habían tenido mucho respeto a las personas que habían trabajado para ellas, Mina era otra cosa.

"¿Por qué no hacerlo aquí?". Murmuró y le beso el cuello, disimuladamente observado a la chica que sabía muy bien que estaba haciendo algo malo pero no se alejaba, estaba tan presa del deseo como ella quien permanecía disfrutando de los besos descendentes de su mujer hacia su entrepierna.

La estaban matando las ganas de saber hasta qué punto la otra se iba a quedar y cómo iba a actuar en consecuencia, posó la mano en el cabello de la chica debajo suyo y le acercó a su intimidad sin ningún pudor, arqueo la espalda y dejó escapar cualquier sonido que quisiera salir de su boca sin ningún tapujo incluso asombrando a Momo que no se esperaba que tuviera esa reacción.

Era una clara señal de que le estaba gustando tanto lo que hacía su mujer con la boca cómo le ha hecho de ser observada, rememorando esos tiempos en donde esa práctica era muy normal para la pareja.

Los dedos de la mayor no se hicieron esperar y se introdujeron en su apretado coño, sacándole más de un grito, Sana estaba extasiada y no iba a quedarse callada.

Su cuerpo se pegó al de la rubia, esta escondió la cabeza en el hueco de su cuello y  Minatozaki hundía las uñas en sus hombros, una escena que estaba dejando boquiabierta a la ama de llaves que seguía petrificada en el mismo sitio.

Al principio quería observar y luego su cuerpo se quedó completamente congelado, sabía muy bien que estaba incumpliendo con las reglas pero eso no quitaba que estuviera tan mojada que tuvo que apretar las piernas, el ambiente cada vez se volvía más pesado y su respiración era igual de agitada como la de Sana, tragó saliva varias veces y se apoyó cada vez más de la pared intentando buscar consuelo o apoyo para no caerse ya que sus débiles rodillas estaban amenazando con doblarse haciendola caer.

Volviendo a la castaña estaba el borde de correrse justo enfrente de una persona que técnicamente es desconocida y se sentía cada vez más caliente, en su vientre había tirones pero no quería acabar con lo que estaba sucediendo y es que no podía negar que era toda una aventura que solo ella sabía que estaba sucediendo porque la mujer que se la estaba follando no tenía ni la menor idea, era alguien ajeno a sus más profundos y oscuros deseos que se supone habían bajado y desaparecido pero que volvieron con la llegada de una joven que la está volviendo loca.

En ningún momento pensó que esa chica era su esposa pero el simple hecho de ser observada por alguien más y saber que estas estaba dando cuenta de lo excelente que era Momo lo que hacía, le estaba robando el aliento y orillandola lo más rápido que había estado a un orgasmo que llevaba la nada, soltando un fuerte grito y estremeciéndose hasta casi morir dió fin al comienzo de todo.

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