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Rada x Fem Kanon (Cumpleaños)

Un Cumpleaños inesperado

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Personajes: Radamanthys x Fem Kanon

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Octubre 30

Kanon le había solicitado a Radamanthys que reservara ese día para verse, pues este le había asegurado que no celebraría su cumpleaños de ninguna forma especial. A veces solo salía con sus dos amigos aunque, ese año Aiacos se iría con una amiga de Kanon a algún evento organizado por sus vecinos de la zona quienes, además, invitaron a Minos ya que sería un festejo algo grande por Halloween.

La joven del cabello cobalto lo adivino apenas vio a su amiga comprar un disfraz y maquillaje especial para la fecha. De hecho, ella fue quien le dio la idea de organizar un festejo íntimo para el chico rubio.

—Creo que sería bueno que te reunieras con él en algún sitio privado, compres algo atrevido para usar además de una botella de vino espumoso y se diviertan. Es mi opinión, claro —decía al mismo tiempo que preparaba su atuendo de Halloween.

—Es una buena idea, pensare que obsequiarle y donde festejar.

El que el cumpleaños de Radamanthys estuviera cerca le daba una buena oportunidad de hacer lo que le gustaba a este: dejarlo sorprendido con algún detalle inesperado. Cosa que a la joven enamorada se le estaba dando muy bien últimamente.

El sitio elegido estaba ubicado en la parte sur de la ciudad, este contaba con un restaurante mediterráneo de cierto renombre y cerrarían la noche en una habitación elegida por ella misma. La propia Kanon correría con ese gasto así que no se decantó en comprar ropa nueva esperando que todo saliera tal y como lo había planeado solicitando a su amante rubio que vistiera su mejor traje y corbata.

—No imagine que este año no celebrariamos juntos —decía Minos ajustando la corbata de su disfraz de vampiro mientras Radamanthys lo observaba desde la puerta de la habitación—. Es una pena que no nos acompañen a la fiesta Halloween de los vecinos.

—Odio disfrazarme —reiteró el rubio—. Ustedes diviertanse y ya nos veremos mañana.

—¡Esta fiesta será genial! —Aiacos, vestido como hombre lobo, apareció por el pasillo visiblemente encantado— ¡Me siento con ánimos para bailar toda la noche!

Sus dos amigos solo rieron ante semejante entusiasmo y, apenas la cita de Aiacos llamó a la puerta, fue que los tres marcharon a la casa del organizador de la fiesta. Radamanthys aprovechó el resto del tiempo que tenía para prepararse no teniendo idea de lo que Kanon planeaba pero, siendo honestos, le encantaba ese suspenso. Esa invitación y el secreto que lo rodeaba, fueron detalles que le agradaron aunque no fuera necesario pues ella no estaba obligada a celebrar su cumpleaños.

Y pensar que solo le había tomado unas cuantas semanas invitarla a salir. La joven de los cabellos cobalto llamó su atención desde la primera vez que la vio, justo el primer dia de oficina de esta, quedando deslumbrado por su bello cuerpo y personalidad extrovertida conviviendo poco a poco en el día a día laboral hasta que, se armó de valor para invitarla justo el mismo día en que se topó con ella y otro joven charlando amenamente en la misma sala de juntas. El rubio no dijo más, pero no perdió la oportunidad de hacer el comentario en la primera oportunidad que tuvo y que ambos estaban a solas en su auto. La joven Kanon sonrió discretamente ante aquel ataque de celos sabiendo que no tenía nada que ocultar así que reveló sin mayor problema que Milo era su amigo de muchos años y, a veces, salían juntos para almorzar o cenar.

—Ya veo.

Kanon lo observó por unos instantes cayendo en cuenta de que le gustaba que Radamanthys la celara de esa forma tan suya sin llegar a los extremos, aquel sentimiento la hacía sentir deseada e incrementaba sus deseos de estar con él en una relación ya formal y no jugar más a los amigos con derechos y sin ataduras como llevaban haciendo desde hacia un tiempo.

—Solo es un amigo —reiteró Kanon con su voz suave y melodiosa acomodando en el asiento del auto mientras la falda de su vestido se levantaba ligeramente descubriendo sus piernas—, imagino que también sales con amigas de vez en vez.

—No tengo tantas amistades como tú —se le escuchaba cierta molestia en su tono de voz o eso creyó percibir pese a que los ojos del rubio se deslizaron levemente por las piernas de la joven.

—No te molesta. ¿O sí? —inquirió un poco divertida ante aquella situación.

—¿Por qué habría de molestarme? —Radamanthys la observó por unos segundos, parecía que ella había notado esa discreta manifestación de celos haciendola encogerse de hombros— No me molesta.

—No estoy buscando otro amante para añadir a mi lista, si es lo que estás pensando —el joven no apartó la mirada, definitivamente Kanon le leía la mente—. Si fuera a hacer algo así, te lo diría, ¿de acuerdo?

—Me parece justo. Yo haré lo mismo si pensara hacer algo como eso, salir con alguien más.

No obstante Radamanthys se cansaba del juego de los amigos con derechos deseando dar un paso más allá y declarar una relación de exclusividad. Odiaba cuando Kanon coqueteaba con otros. Odiaba verla cerca de otros sin poder evitarlo.

La joven solo sonrió al escuchar aquellas palabras. Decidieron hacer un cambio en su acuerdo: si llegaba otra persona, había que notificarlo. Así ambos se dieron la mano mientras charlaban animadamente el resto de la noche disfrutando del paseo en auto escuchando un poco de música en el fondo.

Volviendo su mente al presente fue que terminó de prepararse. Tras un momento tomó el auto dirigiéndose al lugar de la cita. Un hotel moderno y lujoso al sur de la ciudad elegido por la bella joven de cabello cobalto.

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Control yourself

Take only what you need from it

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Radamanthys llegó al lugar de la cita al caer la noche y, luego de dejar el auto en el estacionamiento, fue que subió a la recepción del hotel usando el ascensor. El lobby era de mármol blanco totalmente lleno de muebles negros con acentos dorados y, al final del amplio vestíbulo, estaba Kanon sentada en uno de los sillones. La joven tenía sus piernas una sobre la otra luciendo unos zapatos negros abiertos y altos, además de su larga gabardina clara que no revelaba nada de su atuendo.

—Puntualidad inglesa —dijo sonriente poniéndose de pie para dirigirse a él analizando lo bien que iba vestido—. Llegas unos minutos antes de la hora.

—Por supuesto —este tomó su mano dejando un beso—, jamás llegaría tarde— la recorrió con la mirada de arriba abajo deseoso por saber que ocultaba bajo su gabardina en esa ocasión.

—¡Vamos!

Tomándolo del brazo fue que lo llevó hasta el restaurante el cual era estilo tanto de Grecia como de Sicilia teniendo reservada una mesa apartada del resto, en una terraza privada solo para ambos. El joven estaba impresionado hasta el momento. Tras revisar el menú pidió la recomendación a su acompañante puesto que ella llevaba más tiempo viviendo en Grecia y seguro conocía mejor que él la gastronomía del lugar.

—Pediremos algo más interesante —indicó ella—, es hora de que conozcas la cocina italiana.

—Dejo la cena a tu elección —respondió sonriente.

Grazie —Kanon era aficionada a la gastronomía internacional pensando que sería una estupenda idea llevarlo a un cita en un restaurante italiano.

Por supuesto que Radamanthys conocía algo de la cocina italiana pues esta gozaba de gran popularidad por todo el mundo, las pastas, mariscos y ensaladas cocinadas con ese estilo le eran familiares aunque le intrigaba lo que Kanon ordenaría para la cena. Esa noche que hablaron más a detalle de sus vidas fue que ella narró un poco de sus orígenes; ella y su hermano gemelo, Saga, nacieron en alguna parte de Atenas sin embargo, la mayor parte de sus vidas la pasaron en otras ciudades.

Los gemelos pasaron un tiempo con sus padres en Roma y el sur de Italia.

Radamanathys había visitado Roma en alguna ocasión acompañando a Minos a ver a un par de clientes, así ambos aprovecharon para recorrer la antigua ciudad y ver puntos tan emblemáticos como lo son: Villa Borghese, la Fontana di Trevi, el Coliseo, entre otros interesantes sitios encontrándolos fascinantes, aunque su parte favorita del país debía ser la región de Toscana, ciudades tan hermosas como Siena bien valía la pena recorrerlas en una segunda o tercera ocasión esperando hacerlo al lado de Kanon en el futuro.

El joven solo escuchaba la firmeza y seguridad con la que Kanon ordenaba la cena, sabía justo lo que quería, con qué porciones y que ingredientes debían ir en mayor cantidad y cuáles no. Así mismo ordenó el postre con anticipación y una botella de vino. Radamanthys solo se mantenía en silencio sin quitarle el ojo de encima observándola con pasión y deseo.

—Te gustará lo que pedí para los dos —dijo ella de pronto—, algo típico de la cocina romana.

—Ya lo creo, además sé que me gustará lo que llevas debajo de tu gabardina —susurró un poco malicioso.

—¿Ah sí? —ella le indico que se aproximara más ya que debía decirle algo en voz muy baja— ¿qué pensarías si te dijera que no llevo nada bajo la gabardina?

—¿Disculpa? —Radamanthys casi dejó caer su vaso con agua pues no se esperaba semejante revelación haciendo que su rostro se encendiera sin poderlo evitar— ¿De verdad no llevas... ropa?

—Quien sabe, será un secreto hasta que terminemos de cenar —la joven solo se limitó a guiñar un ojo sin decir más y sin dejar de reír por lo bajo.

Tal y como lo prometiera, la cena resultó ser de lo mejor pues el sabor de la pasta Carbonara, el Gnocchi alla romana y unas alcachofas cocinadas de diferentes formas complementaron la recomendación gastronómica hecha por la joven. Definitivamente la cocina romana no solo era abundante sino deliciosa.

—¿Qué te ha parecido la velada hasta ahora? —preguntó Kanon sin dejar de observar a su acompañante al tiempo que brindaban con el vino tinto solicitado por ella.

—Ha superado mis expectativas con creces, no tenía idea de la existencia de este restaurante, ni que hubieras hecho una reservación aquí; sabes bastante sobre cocina y vinos.

—No soy experta, solo rememoré los sabores que probé mientras vivía allá y este lugar es donde mejor cocinan, siendo honestos.

—Te agradezco por invitarme a conocer —respondió Radamanthys sin dejar de mirarla.

—Has sido muy espléndido conmigo —dijo la joven—, es justo que te retribuya. Sé que no eres aficionado a lo dulce, pero el Tiramisú es un postre italiano que no debes despreciar.

Ambos compartieron el postre acompañado con una buena taza de café.

Kanon se impuso sobre su acompañante declarando que la cena la pagaría ella y sin aceptar queja alguna al respecto o negativa. Era la anfitriona y él, el festejado, así que Radamanthys debía guardar su billetera y olvidarla por el resto de la noche si o sí.

—Vamos arriba —indicó la joven pues era hora de pasar a lo siguiente, sujeto la mano de su acompañante para guiarlo por el pasillo a la zona de los ascensores.

—Veo que las sorpresas aún no terminan —dijo complacido.

—Es correcto.

La habitación tenía vista a la playa local, por lo que siendo de noche era difícil ver el mar azul delante de ellos, aunque las luces de las casas en la lejanía iluminaban un poco el panorama. Ambos cerraron las cortinas de la habitación mientras la joven abría con lentitud su gabardina dejando ver lo que había debajo.

—¿Rojo? —Radamanthys observó el espectáculo con sus ojos muy abiertos mientras tomaba asiento en la silla más cercana aflojando su corbata— Te queda bien el rojo.

—Gracias, a la orden.

Kanon llevaba ropa bajo la gabardina, por su puesto. Se trataba de un vestido corto en color rojo encendido sin mangas o tirantes, por lo que a simple vista no se podía detectar con la gabardina puesta, la joven lo tenía desde hacia tiempo y pensó en jugar un poco con su atuendo a fin de impresionar a su acompañante.

Así esa noche, Radamanthys celebró su cumpleaños de forma distinta.

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FIN

*Notas: Algo breve por el cumpleaños del Wyvern. No podía dejar la oportunidad de usar a Kanon de una forma un tanto distinta: Fem Kanon me rondaba la mente desde hacia tiempo y que mejor que sacarla al aire que con un relato como este.

Díganme si les agrada la idea de un fem Kanon y veré si hago otro relato dándole una presentación más formal. ¡Gracias por leer! 😀

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