Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Emma

Chaud.

—¿Y la pasaste bien en tu cumpleaños? —preguntó el castaño.

—Estuvo bien —respondió Emma, asintiendo mientras le ponía una segunda capa de esmalte negro a su pulgar.

Chaud observó las pestañas rubias de la niña aletear mientras pintaba; la punta de su lengua sobresalía de entre sus labios en un claro signo de concentración. Se encontró a sí mismo sonriendo levemente.

Había sido la fiesta de cumpleaños número ocho de la hermana menor de Froid y él había sido invitado, más para ser tomado como un sirviente que como un invitado, ya que su tarde había estado llena de infantes gritando y llorando por helado y pastel. A él solían gustarle los niños, pero su reserva de paciencia no era infinita.

—¿Por qué quisiste pintarme las uñas a mí y no a tu mamá o a tus amigas? —inquirió, curioso, cuando la niña dejó el esmalte a un lado y limpio los bordes manchados de sus uñas ya casi listas.

—A mamá se las pinté ayer —respondió la pequeña rubia—, le hice pandas. Quería pintárselas a papá también, pero en su oficina no se lo permiten.

—¿Por qué es eso?

Emma levantó la mirada con una expresión de obviedad, cuando Chaud no dijo nada, ella bufó.

—Porque son tontos —Emma detuvo su tarea, su ceño de repente fruncido.

Chaud tragó saliva, atento.

—¿Y por qué crees que pasaría eso? —Su mirada miel chocó con la mirada verde de la pequeña, quien permaneció callada durante unos segundos.

—Porque las personas creen que hay cosas que son para mujeres y cosas que son para hombres —respondió finalmente.

—¿Y tú no crees que sea así?

El ceño de Emma se frunció todavía más.

—Mmm... Yo solía creerlo, pero Froid me hizo entenderlo mejor —la expresión de la niña se suavizó, volviendo la mirada a sus uñas y retomando la tarea.

—¿Froid te enseñó-

—Las cosas son cosas, si te gustan puedes usarlas y si no entonces puedes no hacerlo —Emma lo interrumpió, muy seguro de sí misma—. Mamá nunca me obliga a usar vestidos, yo los uso porque me gustan. Papá nunca asumió que yo querría una cocina de juguete para mi cumpleaños, él siempre preguntó.

—Ellos te enseñaron muy bien —comentó, sintiéndose sensible de repente.

—Y Froid siempre está diciéndome que, si algún día un niño intenta pasar por sobre mí, le pida amablemente que no sea un troglodita. Si eso no funciona, entonces iré por el plan B y seré libre de patearle las bolas para enseñarle una valiosa lección —Emma dejó el esmalte a un lado, poniéndose de pie—. Él me dijo que las mujeres nunca antes pudieron ser tan libres como ahora y que debo admirar a aquellas que murieron luchando para que yo pueda ir a la escuela, a la universidad, al trabajo y ganar el mismo dinero que un hombre —dijo, subiéndose las mangas de su suéter color lila—. Hace menos de doscientos años las niñas no podían ir a la escuela y hace menos de cien no podían elegir un presidente, ¿puedes creerlo?  ¡Es muy loco! —ella hizo el gesto de explosiones con sus dedos a cada lado de su cabeza, sus ojos muy abiertos con incredulidad.

Chaud la observó en silencio, sonriendo con ternura.

—Es muy bonito que pienses así, Em.

—La mente de Froid es bonita —aseguró ella, volviéndose a sentar y tomando el esmalte—, él me enseñó todo lo que sé.

—Definitivamente, su mente es la cosa más bonita que conoceré jamás —admitió.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro