Diez pasos atrás
Froid.
—¿Por qué no vas?
Chaud lo observó con una expresión deprimida con sus ojos color miel brillando.
—Porque no me agradan las fiestas, Chaud —respondió con simpleza—. No voy a mentirte diciendo que estaré estudiando para el examen de Biología o alguna mierda de esas porque sabes que vivo la vida al límite y nunca estudio —Cerró su casillero con candado mientras se daba media vuelta y empezaba a caminar hacia el aula de música con Chaud a su lado—. Las fiestas no son mi cosa, prefiero quedarme en casa flojeando o haciendo cualquier otra cosa.
—Fuiste a la última fiesta —Le recriminó el castaño.
—Porque yo era la estrella esa noche, no podía negarme —respondió.
Ambos muchachos llegaron al aula de Música y tomaron asiento en la misma mesa grupal. Hace mucho que hacían eso; Chaud, Froid, Phoebe y Grace eran un sólo grupo y solían hacerse juntos en todas las clases de Música. Y aunque Froid no se llevara muy bien Grace, intentaba ocultarlo y trabajar junto a ella de la manera más simpática y amigable que le fuera posible.
—Pero-
—Igual, ¿para qué me quieres allí? Seguro estarás muy ocupado revisándole las amígdalas a Grace como para hablar conmigo —Lo interrumpió con un poco de acidez, rodando los ojos.
Chaud frunció ambas cejas y lo observó durante unos segundos hasta que Grace y Phoebe aparecieron en la mesa, Phoebe tomó asiento a su lado y Grace a un lado de Chaud, como siempre.
—¿Qué hay, perdedores?
—¿Y por qué suenas molesto al respecto? —inquirió el castaño, ignorando la presencia de ambas muchachas.
—No me molesta —Se apresuró a responder Froid—, ni siquiera me importa en dónde metas tu lengua. Lo que digo es que estás insistiendo por que vaya a una fiesta en la cual ni siquiera vas a dirigirme la palabra.
—Uh... —Grace los observó a ambos con una mueca de curiosidad.
Chaud se quedó analizándolo por unos segundos, sus ojos y labios entrecerrados. Finalmente se encogió de hombros.
—En realidad no insistía, sólo estaba tratando de sacarte de tu pequeña burbuja para-
—Estoy muy bien dentro de ella, Chaud, no necesito que me saques porque sé que no encontraré nada interesante fuera de ella —Lo interrumpió, estaba comenzando a ponerse de mal humor.
—Ok —Chaud rió sarcástico—, quédate dentro de ella por siempre, campeón, al parecer nadie aquí fuera es suficiente para ti.
—Chicos... —susurró Phoebe por lo bajo pero Froid no le prestó atención.
¿Chaud quería guerra? Pues que bien, porque llevaba semanas conteniéndose.
—¿Sabes qué? Es cierto —respondió, su tono de voz elevándose y captando la atención de algunas personas—, nadie aquí está a mi nivel, todos son gente insoportable y por eso me desagradan tanto. Preferiría pegarme un jodido tiro en la cabeza a tener que compartir el mismo aire con ustedes por un año más.
—¿Y por qué sigues aquí? —Chaud arqueó una de sus cejas, una expresión engreída en su rostro que Froid tenía ganas de golpear. Y lo hubiera hecho de no ser porque la maestra llegó y le bajó los humos con una sola mirada de reproche.
Joder, empezaba a recordar porqué odiaba a Chaud.
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