Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ademán

Froid.

El rubio se hallaba sin ganas de existir, era uno de esos días oscuros en donde se sentía desgastado emocionalmente, solo tenía ganas de que la jornada escolar terminara y pudiera irse a casa a tomar una larga siesta.

—Hey, Froid.

Chaud apareció en su campo de visión, sonriendo como siempre y sentándose a su lado en la banca.

—Hola —respondió él, cabizbajo.

—¿Hiciste el trabajo de Química? Porque estaba jodidamente complicado, sufrí demasiado y estuve cerca de suicidarme tres millones de veces. Además-

—Chaud, en lo último que quiero pensar ahora es el maldito trabajo de Química que nunca hice —Lo interrumpió con un gruñido y llevó sus manos a su rostro para frotar las palmas en él. En serio no era un buen día.

Segundos después, las cálidas manos de Chaud se posaron sobre las suyas y las apartó de su rostro. Cuando pudo observar al castaño de vuelta, éste le devolvía la mirada con una pequeña mueca de preocupación.

—¿Estás bien? —Le preguntó Chaud.

Froid dejó salir un suspiro mientras escuchaba el timbre que daba por terminado el receso.

—Solo me levanté con el pie izquierdo —Se limitó a responder—. Nada en específico.

Ambos muchachos se quedaron en silencio mientras el resto de los estudiantes se desplazaban del jardín hacia la entrada del edificio.

Froid notó que Chaud aún lo tenía sujeto por la manos, así que levantó la vista con el ceño fruncido para encontrar al castaño cerca, demasiado cerca, de su rostro. No pudo controlar el torbellino de sensaciones que lo recorrió de arriba a abajo; su respiración atascándose, sus extremidades congeladas y su corazón acelerándose en un segundo. 

Y se encontró a sí mismo descubriendo que, por primera vez en la vida, se preguntaba cómo se sentiría besar a alguien, si era realmente tan asombroso como lo describía la protagonista de aquel cómic juvenil que leyó la semana pasada o si era tan simple y banal como algunos de sus compañeros le comentaron alguna vez.

Lo tomó por sorpresa cuando Chaud se acercó más a él, sintió que su corazón se detuvo cuando estuvieron a milímetros de distancia, pero Chaud giró su rostro y en cambio lo envolvió en un fuerte y reconfortante abrazo.

Dejó salir su respiración fuertemente, sintiendo el olor de Chaud colarse por su nariz y su corazón aún latiendo desbocado en su pecho.

¿Qué demonios?


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro