Isla de Marineford. En el paraíso.

Squard, quien comenzó a caminar hacia el anciano, respondió.

"Apenas." Él dijo.

"Ya veo. Te estaba llamando hace un tiempo. ¿Cómo está ahora en la bahía?" Dijo Barbablanca. Trató de quitarse de la cabeza los pensamientos de traición. Pero no bajó la guardia ni por un segundo. Desde el momento en que su hijo respondió, supo que algo andaba mal con él.

"Los aliados fueron maltratados. Logré aquí porque encontré el camino rápidamente". Squard pensó durante unos segundos antes de dar su respuesta.

Whitebeard asintió levemente.

"Sengoku no tiene piedad. Está usando todas las fuerzas que tiene para derrotarnos". Luego dijo.

"Pops, ¿te diste cuenta de lo que estaba haciendo la marina?" Squard preguntó mientras asentía a su figura paterna.

Una vez más, el anciano asintió.

"Conozco a Sengoku desde hace mucho tiempo." Él dijo.

Squard se quedó en silencio un poco antes de decir.

"Veo."

"Es mejor para nosotros si nos van a atacar por la espalda. Yo también voy a ir adelante, tenemos que invadir sin parar", le dijo a su hijo.

Luego, con sus sentidos activos, notó cómo Squard se acercaba a él.

'Así que ha llegado a esto ...' El anciano sabía que algo andaba mal, y ahora finalmente estaba seguro de que su hijo lo traicionaría.

Squard continuó diciendo que había unos 43 capitanes aquí. Y cómo están todos en deuda con él. Y cómo arriesgan sus vidas por él ...

Barbablanca le agradeció pero trató de contarle las situaciones a las que Squard respondió que sabía que estaban luchando por salvar a un familiar de Barbablanca. Y cómo el anciano nunca abandonaría a uno de su familia, y que todos lo siguieron a este infierno porque él era esa persona. Luego murmuró para sí mismo sobre querer ser parte de esa familia ...

Antes de que de repente comenzara a correr con su espada ahora desenvainada. Una vez que estuvo cerca del anciano, intentó empalarlo en el pecho con la espada.

Pero para su gran horror, una mano agarró la espada sin importar cuán rápido hubiera sido el ataque. Y aunque la mano sangraba un poco, la herida no era tan grave.

De repente, esta serie de acciones fueron vistas en todo el mundo por el caracol en manos de la tripulación de Barbablanca después de que se lo quitaron al payaso. En el campo de batalla, durante unos segundos, un silencio absoluto impregnó los alrededores.

El anciano apartó la espada mientras miraba a su hijo. Tenía una expresión de sorpresa en todo su rostro. Lo esperaba, pero aún así fue un shock una vez que llegó a ser.

Marco bajó furiosamente del cielo mientras sujetaba a Squard, lo inmovilizaba y lo interrogaba por su razón.

"¡¡Por qué, por qué harías eso, respóndeme !! ¡Squard !!" Marco le gritó.

Squard luego se pone de pie cuando Marco fue a ver cómo estaba el anciano. Squard luego dijo que fue su culpa que sucediera. Mientras las otras tripulaciones subordinadas de Whitebeard continúan recibiendo ataques del Pacifista, Squard afirma que sabía sobre el "trato de Whitebeard con los marines". También reprende a Barbablanca por no decirle que Ace era el hijo de Gold Roger, a quien odiaba profundamente por la masacre de su tripulación a manos de Roger. También afirma que Whitebeard vendió a sus tripulaciones subordinadas, ya que su trato con Sengoku era que él, su tripulación y Ace podrían ser liberados, siempre que todos los demás capitanes piratas murieran. Luego afirma que, aunque tuvo suerte de lograr un ataque en Barbablanca, estaba listo para su muerte como castigo.

Marco le dice a Squard que fue engañado y que debería haber confiado en Barbablanca.

"Mátame." Squard le dijo al anciano, ya que estaba listo.

"Es cierto que Ace es el hijo de Roger. Y usaron ese hecho a su favor, engañando al hombre que estaría más enojado por ese hecho. Su estrategia estaba un poco por encima de la nuestra" El anciano finalmente le habló al jadeante Squard.

"Sabes lo que has hecho, ¿verdad, Squard?" Añadió mientras levantaba la mano izquierda.

"Intentaste herir a tu padre con una espada"

"ERES UN HIJO TAN ESTÚPIDO", le gritó al final mientras disparaba su mano hacia Squard, quien cerraba los ojos asustado.

Pero pronto descubrió que el anciano lo estaba abrazando.

"Sin embargo, incluso si eres estúpido, sigues siendo el hijo que amo", dijo.

Ian, que todavía estaba cazando a las unidades Pacifistas, no pudo evitar murmurar para sí mismo.

"¿Qué pasa con todo el drama ..." dijo.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que Sengoku le dijo a Aokiji que lo cuidara. Entonces no pudo evitar pensar para sí mismo cómo las cosas se han vuelto tan problemáticas. Aunque era comprensible ya que se suponía que las máquinas eran una carta de triunfo para ellos.

De regreso a Squard, intenta interrogar una vez más al anciano ... pero le pregunta quién volvió su yo leal en su contra.

Squard revela que era Akainu, quien había declarado que se oponía al plan de perdonar a Whitebeard, y que Squard debería matarlo mientras tuviera la oportunidad. Whitebeard afirma que sabía cuánto odiaba Squard a Roger, pero que era una tontería responsabilizar a los niños por los pecados de sus padres, y que Squard y Ace, como su familia, deberían ser amigos. Dejando a Squard llorando solo de vergüenza.

Luego procedió a la parte delantera del barco mientras tomaba posición para usar su ataque característico mientras hablaba.

"Qué ridículo es decir que vendí a mis hijos". Para disipar la duda vacilante que comienza a crecer dentro de los otros capitanes, Whitebeard rompe las olas congeladas con sus poderes de Fruta del Diablo, dando a sus tripulaciones subordinadas una ruta para escapar si así lo desean. Barbablanca afirma que aquellos que se hacen llamar piratas deberían elegir por sí mismos qué creer. Al presenciar el acto de abnegación, la fe de los otros capitanes en Whitebeard se renueva instantáneamente.

Barbablanca considera para sí mismo que, aunque la gente pueda llamarlo débil, demonio o monstruo, es solo un hombre con un corazón, y como no puede ser el "más fuerte" para siempre, se le debería permitir criar una vida joven por el futuro.

"Aquellos de ustedes que me seguirán, estén preparados para dar su vida por ello", gritó a los piratas de abajo.

Antes de que de repente comience a correr y salte por el barco. Hacer que Sengoku advirtiera a los marines sobre cómo el hombre más fuerte del mundo iba a volverse loco ahora.

"Vamos" gritó el anciano con una sonrisa.