Cap. 18
Confesiones:
Melou:
Pasadas como cinco horas siendo las tres de la madrugada estoy en la entrada de la mansión con los ojos bien abiertos y pendiente a cualquier movimiento sentada en el banco de la parte de afuera con la cabeza de Jacob sobre mi regazo mientras él no deja de teclear en el portátil.
Dejo el periódico que llevo en la mano a un lado y suelto un bostezo.
-¿Tienes sueño?- me pregunta Jacob.
-Un poco.
Despreocupadamente acaricio las hebras de su cabello, la brisa fría no se detiene y menos mal que decidí colocarme abrigo porque si no, ya estuviese congelada.
Veo que Jacob se sale de la página y empieza a curiosear en mi laptop.
-¿Qué haces?- inquiero.
-Acabo de activar un programa que hará un poco más fácil el desbloqueo, mientras tanto veré que encuentro.
-No me hago responsable de lo que veas.
Él ríe y va directo a la galería.
-Con que ya tenías el lugar en el que buscar- digo -¿debo asustarme?.
Empieza a pasar fotos, ahí yo tengo fotos desde los 17 años hasta ahora, el se carcajea con mi apariencia de 17 años, no es que estaba fea, sino que era una persona desgarbada con el pelo tipo león y ropa ancha, ese era mi estilo en ese entonces.
-No te burles.
Hay fotos mías con Celin, Suárez y los integrantes de la SR.
Luego lo veo llegar a las fotos de cuando tenía 23.
-Pero mírate- comenta -¿dónde estaba yo en ese tiempo que aún no te encontraba?.
Ruedo los ojos -Me gusta cuando te ves así.
Inclina la cabeza hacia arriba -¿Así cómo?.
-Despreocupado, odio cuando peleamos.
-Supongo que las peleas son las consecuencias de lo que pasó tiempo atrás.
Continúa pasando fotos hasta llegar a las actuales de cuando estaba en Cuba después de haber salido del psiquiátrico, hay varias donde aparezco con Javier en discotecas, en las calles, en plazas, otras donde estoy con Yumara y Celin.
-¿Y ese quién es?.
-Un amigo.
-Con que un amigo- repite pensativo -¿qué edad tiene?.
-¿Qué eres? ¿Policía?.
Se incorpora en el banco quedando sentado y me mira.
-Tiene 26, él y yo tuvimos una relación cuando yo estaba allá- confieso al final con la mirada glacial que me dedica, de repente volvió a ponerse la máscara y pasó a su otra faceta.
El portátil emite un pitido y él revisa sin decirme nada, suspiro provocando que una ola de aire frío salga de mi boca y me levanto a dar una vuelta, la tensión que ha envuelto el ambiente de repente es asfixiante. Estiro los brazos y las piernas para evitar calambres, revuelvo mi cabello al pasar mi mano por él y me paso los dedos por los ojos para espabilarme.
La calle frente a la mansión está vacía y el resto de las inmensas casonas cerca están a oscuras. Miro a todos lados en busca de algo sospechoso pero no hay nada.
Siento unos brazos rodearme la cintura y apoya su mentón en mi hombro derecho.
-¿Cómo lo conociste?- mete las manos por debajo de la camisa y el abrigo que llevo puesto haciendo contacto directo con mi piel.
Me estremezco al sentir la frialdad de sus manos.
-¿A quién?.
-Al chico ese.
-Jacob...
-Responde.
-El mismo día que salí del manicomio.
-¿Cómo se llama?.
-Jacob por favor...
-Quiero saberlo.
-Javier.
-Resulta que empieza con la misma letra de mi nombre- es cierto, no había pensado eso -el anillo que llevas en la mano ¿es de él?.
Cierro los ojos -Sí.
-¿Se comprometieron?.
-Siento que estoy en un interrogatorio.
-Es que lo estás.
-No, no nos comprometimos aunque ganas no me faltaron.
Saca las manos ya tibias de mi cadera y me gira quedando de frente a él.
-No me digas.
-Pero era demasiado pronto y de vez en cuando en mi mente me aparecía un verde muy peculiar- confieso -el anillo es como una promesa de amistad, nada más, al final quedamos como eso, amigos.
Vuelve a sumergir sus manos debajo del abrigo y apoyo la cara en su pecho abrazándolo de la cintura.
-Lo siento- susurra con su cabeza apoyada en la mía.
-¿Qué sientes?.
-El haberte dejado esa noche.
-Me lo merecía.
Levanta mi cara y me mira -Uno intenta ser claro con algo y tú me vienes con eso.
Sonrío -Pasado es pasado ¿no?.
-Pero siento que no estoy del todo perdonado.
No digo nada y lo beso, la calidez de sus labios en contraste con el frío que está haciendo se siente bien, suavidad es lo que denota, muerde mi labio y siento como hace pequeños círculos con sus dedos en mi cadera.
Me separo y el besa mi nariz, sonrío al recordar la vez que hizo lo mismo cuando estábamos en la isla. Aún no entiendo cómo cualquier gesto de él me recuerda todo lo que pasamos cinco años atrás.
×××
Amanece y todo el cuerpo me duele, llega el relevo por lo que Jacob me ayuda a recoger el desorden de periódicos que hay junto a la laptop para juntos entrar, él entrelaza mi mano con la suya y lo miro extrañada pero no digo nada.
Aún la familia Soderland no despierta y supongo que hoy saldrán con la visita que tienen, ayer el presidente tuvo otra reunión y hablaron sobre qué día hacer lo que piensan hacer, es decir que van en serio.
Llegamos a la cocina donde ya está Yina frente a la estufa preparando el desayuno junto a otras cinco empleadas, esta mujer no duerme.
-Buenos días- saludo.
Ella nos mira y sonríe, dos de las empleadas se sonrojan al ver a Jacob y blanqueo los ojos.
-Hola- responde al saludo.
-Voy a darme un baño- avisa Jacob dándome un casto beso y separando nuestras manos.
-¿Puedes llevarme esto?- le muestro la laptop junto a todos los periódicos, él me mira y le hago un mohín.
Al final lo coge, le doy la llave de mi habitación y se va.
Me dejo caer en una silla y cierro los ojos en un profundo suspiro.
Yina deja el desayuno frente a mí -¿Cansada?.
-No sabes cuánto- tomo la taza de café entre mis manos y bebo un poco -siento que en vez de 28 años tengo 50- ella se ríe mientras sigue en la preparación del desayuno.
-¿Averiguaste lo de la periodista?.
-Sí, quizás hoy pida permiso para ir a verla.
Terminando de desayunar, Jacob baja y escucho una acalorada discusión entre el presidente y su mujer que viene por las escaleras.
-¡¿Y ahora qué vas a hacer eh?!- le reclama Valeria -eres el presidente pero eso no te da derecho a abusar.
-¡Cállate, Valeria!- grita el presidente -¡déjame en paz aunque sea un instante!- Jacob se roba una de mis tostadas y de manera inconsciente le manoteo la mano ya que estoy más pendiente de la discusión.
-¡Si no fuera por nuestra hija juro por Dios que hace tiempo me hubiese separado de ti!.
-¡Pues hazlo! ¡A ver de qué mierda vas a vivir!.
Todo hace eco en la mansión, nadie dice nada.
-¿Y aquí qué pasa?- se escucha la voz de el hombre que vino ayer como visita junto a lo que supongo que eran su mujer y su hija.
-Tu hermana, que me tiene hasta la madre.
-Vas a acabar con esta familia, Clarens- espeta Valeria -y cuando eso suceda trataré de estar lo más lejos posible.
El traquetear de sus tacones informa que se está alejando, no se escucha más nada, todo se vuelve silencio total.
-Uy, nos levantamos enérgicos- comento.
-Hace tiempo que no discutían- menciona Yina.
-¿Ya antes había pasado?- pregunto.
-Sí, la señora siempre se queja de las cosas en las que el presidente anda.
Con que ella sabe en lo que anda su esposo.
Jacob vuelve a cogerme una tostada teniendo las suyas frente a él.
-¡Jacob, basta!- me quejo -dime si también quieres discutir ¿ah?.
El se ríe y me besa, su boca sabe a café y a algo más.
×××
Como dije antes, nuestra querida familia Soderland ha decidido darle un tour por la ciudad a su visita ya que no son de aquí por lo que estamos de un lado a otro dando vueltas, luego de salir del museo estamos en la plaza frente a este antes de entrar al restaurante de comida italiana que está al frente.
La mitad de la guardia está aquí, eso incluye a Jacob que aseguró estar mejor en cuanto a la herida, doy un repaso con la mirada y veo que falta Nicole.
Intento contactarla por el intercomunicador.
-¿Dónde estás?.
-Aleja a todos de la plaza- pide, la escucho acelerada.
-¿Qué pasa?.
-Van a hacer otro atentado.
-¿Cómo sabes es...?.
Se pierde la comunicación, por el rabillo del ojo veo una sombra en lo alto del museo ubicada con una ametralladora.
-¡Todos al piso, ahora!- grito al momento en que esa persona suelta el primer disparo que derriba la estatua de cristal que hay en medio de la plaza.
Todo el mundo se alarma y empiezan a correr de un lado a otro buscando dónde esconderse.
Empiezo a buscar a Jacob con la mirada y cuando lo veo cubriendo al presidente y su familia junto a Lee Min y Yang mientras los demás protegen a los allegados de Valeria, respiro con alivio.
Vuelvo a mirar hacia la azotea del museo y veo a... Nicole en un combate cuerpo a cuerpo con esa persona.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro