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—Si no comes te voy a acusar con tu hermano.

—¡Seokjin!

—Es mi única advertencia.

Taehyun resopló, cogiendo el emparedado que Seokjin le había preparado para desayunar. Iban en el auto camino al aeropuerto, donde se encontraría con Yeonjun y tomarían el jet privado a Australia. Como siempre Seokjin lo acompañaba a todos lados, al igual que Namjoon.

—Deberías comer, no hacerlo mata neuronas —dijo Namjoon acomodándose las gafas.

—¡Eso! —chilló Seokjin.

Taehyun los quería mucho a ambos, fueron contratados para cocinar y enseñar, pero al final resultaron ser unos hyungs muy agradables. Les hacía caso la mayoría del tiempo, aunque no entendieran que estaba tratando de llevar una dieta.

Comió en lo que llegaban al aeropuerto. Seokjin y Namjoon le servían de guardaespaldas. No le gustaba la sobreprotección, para él con ellos dos era más que suficiente.

Estaba consiente del tipo inmenso vestido de negro que le seguía a petición de Yeonjun, pero no comentaba nada. Mientras no lo viera, perfecto.

Media hora después fue llevado a la pista para subir al jet. Cogió su maleta y la subió con facilidad por la escaleras, Seokjin y Namjoon iban detrás de él. No esperó en lo absoluto que dentro se encontrara Beomgyu hablando animadamente con su hermano.

—Buenos días Tae —lo saludó Yeon feliz de verle llegar— ¿Cómo dormiste anoche? ¿Ya desayunaste?

Seokjin lo miró con cara de "te lo dije"

Taehyun afirmó a ambas cosas y tomó asiento en la parte de atrás, dejando su maleta a un lado y sacando sus audífonos.

No quería fastidiar la nueva amistad que su hermano estaba construyendo con el maquillista, era cosa suya. Se recostó y trató de dormir escuchando música, ignorando y probablemente siendo ignorado también. Inconsciente de que Beomgyu le miro de reojo en todo momento.

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.

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Cuando despertó las luces estaban apagadas y el aire acondicionado estaba encendido. Se removió y tembló dentro de su chaqueta. Por la ventana se veía el océano.

Recorrió con su mirada los asientos contiguos y buscó en la oscuridad a su hermano.

Yeonjun dormía plácidamente con su asiento inclinado casi por completo, al igual que Seokjin y Namjoon. Los últimos dos compartían el mismo espacio, recargándose del hombro del otro para descansar. Beomgyu no estaba por ningún lado, o eso creyó hasta que la puerta del baño fue abierta. Lo vio dar pasos suaves hasta su asiento, pero cuando se percató de que ya no estaba dormido brincó del susto.

—¿Te desperté? —susurró Beom.

Taehyun negó con la cabeza abrazándose a si mismo, buscando calor.

—¿Quieres que le baje al aire acondicionado?

No la desaprovechó su amabilidad y asintió.

Beomgyu cambió la temperatura y se luego volvió junto a Taehyun, dubitativo en si sentarse o no junto a él.

—Puedes sentarte, somos los únicos despiertos.

—¿No te parece raro que esté aquí?

—Un poco —admitió— pero si Yeonjun te invitó no hay nada que discutir.

—¿Te caigo mal?

—No te conozco.

Beomgyu asintió y se sentó por fin.

—Es una buena oportunidad para eso, aunque no pareces muy hablador.

—No lo soy.

—Ya veo.

El silencio se instaló sin ser del todo incomodo. Taehyun no era malo entablando conversación con extraños, pero en esa ocasión realmente no sabía qué decir.

—¿Eres fan de mi hermano? —preguntó casualmente, prestándole más atención al mar a través de la ventana que a su acompañante.

—La verdad su música no es muy mi estilo, pero él me cae muy bien.

"Sí, parecen llevarse bien" pensó Taehyun.

—¿Cómo te contrataron?

—¿Es esto un interrogatorio de hermano sobre protector? —bromeó Beomgyu, apoyando su mentón en su puño, mirando a Tae.

—Solo contesta.

Beomgyu río suavemente.

—Trabajaba tranquilamente para una revista en Londres cuando me llamaron preguntándome si quería trabajar para Choi Yeonjun, que necesitaba dar una respuesta inmediata, y que debía firmar contrato para una gira entera.

—¿Y te lo creíste?

—Casi vomito mi corazón de la risa cuando me lo dijeron. En menos de media hora estaba conociendo a tu hermano.

Taehyun se permitió sonreír por la ocurrencia. Despegó su mirada de la ventana.

—No te ves como un maquillista.

—¿Cómo debería de verme?

—¿Más gay? —Taehyun se lo pensó mejor— no es que tenga prejuicios, a Yeonjun solo lo maquillan mujeres y hombres gay, es lo usual, pero no chicos como... Tú.

—Puedo ser muy gay también —. Beomgyu sacó el pecho en una pose exagerada, viéndose las uñas pintadas de negro con un gesto de pocos amigos, imitando a una mean girl.

Taehyun rodó los ojos divertido.

—¿Qué edad tienes? —preguntó.

—Diecinueve recién cumplidos ¿Y tú...?

—Diecisiete.

Beomgyu abrió los ojos sorprendido. Taehyun sonrió de lado por eso.

—¿Qué pasa?

—Nada... ¿no deberías estar en la escuela en vez de acompañar a tu hermano por todo el mundo?

—La ultima vez que revisé ese era el sueño de todo chico de mi edad.

—¿Viajar o ser una estrella?

—Sí, bueno, más bien lo segundo.

—Tienes puntos igual por ser el hermano de una —. De pronto habían levantado la voz. Escucharon a Seokjin moverse, pero no se despertó. Volvieron a susurrar.

—¿Qué sueles hacer? ¿Trabajas para tu hermano?

Tae negó rápidamente. Yeonjun no lo dejaba hacer nada que otra persona del staff pudiera hacer. No porque no lo creyera capaz, odiaba la idea de que trabajara siendo menor de edad.

—Estudio, hago turismo a veces, suelo hacer ejercicio también.

—Matas el tiempo.

—Algo así.

Media hora después Beomgyu estaba más que interesado por lo que Tae tenía para decir, no se perdía ningún gesto, y formulaba preguntas una tras otra.

—¿Dices que tu nombre en ingles es Terry? Suena a nombre artístico, de un actor o un mago.

—Puedo hacer trucos de magia, ¿Tienes una tarjeta?

Beomgyu lo miró incrédulo.

—Imposible —se sacó la billetera del bolsillo del pantalón y saco su tarjeta de crédito, pasándosela— pruébalo.

Taehyun la cogió, se calentó las manos con ella y luego la movió frente a su cara haciéndola desaparecer, para luego con otro movimiento hacerla aparecer. Beomgyu se quedó con la boca abierta como un niño pequeño. La admiración pintada en su rostro.

—Puedo hacer muchos más con una baraja —dijo Tae con simpleza devolviéndola.

—Impresionante.

Taehyun se encogió de hombros, volvió a ver por la ventana.

—Tu eres maquillista ¿no es eso magia también?

Su tono suave lo hizo sonar apacible, como si fuera lo más obvio del mundo y solo fuera un comentario más. Pero para Beomgyu sonó realmente lindo. Adoraba lo simple en la forma de ser de Tae.

—¿Te gusta el mar?

Tae no respondió, solo asintió lentamente.

Intentó ver lo que el menor encontraba tan interesante del océano. Pensó que quizás era el color. Solo miró a Tae viendo el océano —que para él era mucho más interesante— se embelesó con la línea de su perfil y la inmensidad de sus ojos cafés.

Durante las tres horas de viaje restantes solo hicieron eso, conocerse con susurros para no despertar a nadie, mientras Beom descubría y se fascinaba con cada pequeño detalle que conformaba a Kang Taehyun.

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