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Falling

La gira estaba a pocos meses de acabarse, solo faltaban las fechas en América Latina y podrían tomarse un merecido descanso después de más de un año de vuelos y hoteles. El álbum New Rules había superado todos los limites vendiendo miles de copias, Yeonjun era un icono.

Taehyun se sentía muy orgulloso de sus logros, por eso, no le gustaba ver a su hermano actuando patético porque no sabia como confesar sus sentimientos. Él podría tener a quien quisiera chasqueando los dedos ¿entonces por qué tenía que recurrir a pedir su opinión sobre cada paso que daba con Beom?

—Voy a decírselo hoy.

—Eso llevas diciendo las ultimas tres semanas.

—No, en serio, lo haré hoy, lo tengo todo planeado.

Sintió curiosidad por la decisión repentina en su voz. Tragó saliva al darse cuenta de que por primera vez estaba más confiado que nunca.

—¿C-cómo lo vas a hacer? —. Se sorprendió al escucharse tartamudear, él nunca tartamudeaba.

—Iremos a hacer turismo por el DF y se lo diré casualmente. Si me sigo rompiendo la cabeza pensando en algo demasiado elaborado nunca voy a hacerlo.

Taehyun asintió. Estaba de acuerdo con eso, con la idea, lo simple seguramente era más adecuado. Por otro lado, una alarma en su cabeza rechazaba completamente dicha idea.

—Suerte.

.

.

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Estaba solo en la suite. Ya había jugado todos los juegos disponibles de la consola, leído un libro electrónico, estudiado para su examen de biología con Namjoon, y hecho ejercicio dos veces. No encontraba más maneras de distraerse.

Se planteaba meterse en el jacuzzi cuando su teléfono empezó a sonar estridente. La pantalla indicaba una llamada entrante de su padre.

Hacía meses que no hablaba con su padre.

Contestó sin premeditarlo, emocionado, pero sobre todo ansioso.

—Hola papá.

Hola Taehyun, ¿estás con tu hermano?

—No, él salió a hacer turismo.

Eso lo explica, parece que apagó su teléfono.

—Me dijo algo de que no quería ser molestado en su día libre.

Necesito contactarlo para hablar de un negocio importante, quieren que participe en un dorama. Por favor dile que me llame en cuanto llegue, hablaré con PD-Nim. Que tengas buena noche Tae.

Y colgó.

Tae tuvo que procesar durante unos segundos. Cuando revisó la hora en el celular se dio cuenta de que la llamada no había durado ni dos minutos.

Bueno, por lo menos le había dado las buenas noches.

Le dieron ganas de apagar las luces y recostarse. Bajó la intensidad de la lampara hasta que todo quedó tan oscuro como la noche fuera del balcón. Cruzó sus piernas en el suelo y miro el cielo nocturno de México sobre la capital.

En algún lugar estaban Yeonjun y Beomgyu siendo una pareja.

Se sintió más pequeño que de costumbre en ese momento. Su corazón presionaba su pecho y sus ojos lagrimearon. Algo estaba pasando en su interior y no iba a dejarlo salir, jamás lo permitiría. Una persona como él tenía que conformarse, llorar no era una opción. Debía ser fuerte y empujar lejos todas esas cosas que le molestaban cuando en ocasiones como esa, se encontraba solo.

Él estaba bien.

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.

.

Yeonjun no volvió esa noche a la habitación. Cuando Tae despertó en el suelo se dio cuenta de que así era.

Tomo aire y seco las lágrimas que lo traicionaron durante la noche. Ese día se daría un concierto y no quería pasar veinticuatro horas más encerrado en esa jaula de oro. Tenía más ganas que nunca de correr el estadio.

Se levantó y fue por sus cosas para llamar al chófer. Eran menos de las ocho de la mañana, por lo que el montaje del escenario empezaría en nada. Si llegaba antes de los ocho podría correr sin el gentío del staff por todos lados.

Estaba por ponerse los tenis deportivos cuando la puerta del la habitación se abrió.

No se esperaba ver a su hermano aún. Pensó que tendría por lo menos unas horas antes de que la noticia de su noviazgo le cayera encima. De hecho, no quería ni imaginarse qué estuvo haciendo toda la noche. Seguro PD-Nim estaría vuelto loco buscándole.

—Buenos días Yeon.

Yeonjun solo hizo un ruido incomprensible y se adentró en la habitación, dirigiéndose directo a la cama y desparramándose sobre esta.

—¿Estás cansado?

No hubo respuesta. Ya estaba empezando a preocuparse.

Se acercó a la cama.

—¿Pasó algo malo?

Yeonjun dijo algo que no pudo entender, su voz amortiguada por el colchón.

—¿Qué? —otra vez habló y no le entendió nada—. No puedo entenderte.

—Beomgyu me rechazó —dijo Yeonjun recargando los antebrazos en el colchón.

Definitivamente no había entendido nada.

—¿Qué? ¿entonces que hiciste toda la noche?

—Estuve en el casino del hotel.

—¡¿Qué?!

—No grites.

Taehyun iba a volverse loco. Yeonjun había perdido la razón ¡Tenía un concierto que dar por la noche y no había dormido absolutamente nada!

—Voy a llamar a Seokjin para que te atienda, y le diré que te despierte a las tres para que vayas a dar el show. También hablaré con PD-Nim cuando llegué al estadio, por favor, descansa.

Todo eso lo dijo mientras le quitaba los zapatos a su hermano y le acomodaba en la cama. Encendió el aire acondicionado y cerró las cortinas para que no entrara la luz.

—Ya me voy, por favor, no vuelvas a apagar el celular, papá llamó ayer.

—¿Lo hizo? ¿Qué dijo?

—Algo de un negocio, no pienses en eso, solo duerme y llámame en cuanto despiertes, Seokjin vendrá enseguida.

Se terminó de poner los zapatos por fin y envió el mensaje a su hyung para que subiera.

—Taehyun...

Volteó en dirección a la cama, Yeonjun le sonreía de medio lado. Su cara se veía fatal, pero estaba llena de ternura.

—Gracias, hermano.

No pudo evitar sonreír de vuelta.

—Descansa Yeon.

Apagó todas las luces y salió, cerrando la puerta con cuidado de no hacer ruido. Seokjin respondió a su mensaje con emojis, lo que significaba que llegaría pronto.

Pidió el ascensor con prisa. A pesar del retraso podría llegar a dar sus vueltas, era lo único que pedía.

Cuando las puertas se abrieron se abalanzó dentro sin fijarse en la persona que estaba por salir. Presionó el botón de planta dos veces, aguantando sus ganas de pulsarlo más veces porque sabía que eso no iría más rápido.

—Hola Tae.

Casi se atraganta con su saliva cuando se dio cuenta de que Beomgyu era la persona en el ascensor.

—Hola.

—¿A dónde vas?

—Debo ir a hablar con el mánager de Yeon.

—Y-ya veo —. Beomgyu obstaculizaba la puerta, eso lo estaba poniendo ansioso.

—¿Vas a ver a Yeonjun? El está durmiendo ahora.

—¡Oh! Yo...

Pareció dudar en si salir o no del ascensor, lo cual era ridículo para Tae. Si había subido era para hablar con Yeon.

¿Quería retractarse en su decisión de rechazarlo?

Sea lo que sea Taehyun iba a explotar si no se quitaba de en medio, "O entras o sales" gritó su cerebro.

Beomgyu entró y las puertas enseguida se cerraron.

—Taehyun yo-

—¿Podrías no hablarme ahora? No me siento muy bien.

Beomgyu se calló. Taehyun se veía normal, pero en su interior todos sus pensamientos estaban esparcidos por todos lados haciendo un caos.

Cuando llegaron a planta salió corriendo sin mirar atrás, llamando a un taxi con el pulso acelerado.

En cuanto llegó al estadio entró sin siquiera mostrar la credencial, pasando de largo a la gente que acampaba desde la noche anterior para asistir al concierto. Cruzó los pasillos y subió escaleras hasta llegar a lo más alto de las gradas. No paró. Empezó la primera vuelta derrochando energía en cada milla. A la segunda vuelta ya sentía sus músculos tensarse por el esfuerzo, y su garganta raspando por un poco de agua. Estaba a nada de culminar, pero todavía se sentía con energías, se precipito a dar una tercera vuelta. El sudor le pegaba el flequillo a la frente y la ropa al cuerpo, su respiración empezó a ser irregular, lo estaba logrando, se sentía de maravillas, sus emociones parecieron acomodarse en su lugar y las voces en su cabeza se callaron.

Eso no fue una buena señal.

Sintió un dolor electrizante en un fragmento de segundo, después se apagó. La adrenalina lo abandonó justo en el momento en el que terminó la tercera vuelta.

Se desmayó.

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