—Jiminnie ¿Crees que está mal que me guste cocinar postres?

—TaeTae la gente siempre va a burlarse de ti al hacer lo que te gusta, solo porque ellos tienen envidia de que no tienen el mismo valor que tú para luchar por sus sueños.

—Que lindas palabras.

—Lo sé, alguien muy especial también me dijo eso una vez.

El castaño miró al mayor por un momento y sonrió, Jimin había ido a visitarlo como acostumbraba a hacerlo para poder ayudarlo con sus postres (qué la mamá de Taehyung siempre se aseguraba de vigilarlos a la hora de usar el horno) o simplemente los probaba.

En el transcurso de aproximadamente 5 meses Jimin se había vuelto muy unido a Taehyung, y es que los dos se entendía muy bien, su amistad también ayudaba a Jimin quine ya no estaba triste durante el día, sin proponérselo Tae había aliviado las tristezas de Jimin.

*9 años después*

—¡Jimin!.—Tae corrió hacia el ahora pelirrubio rodeándolo con sus brazos una vez que estuvo cerca de él.—Te extrañé mucho.

—Me visitaste en vacaciones.

—Lo sé, pero aun así extraño a mi mejor amigo.—dijo mientras se separaba de él.

Se adentraron a su conocida institución dirigiéndose a su aula.—¿Listo para el segundo año?

—Supongo.—entraron al aula sentándose en los dos últimos lugares.

Comenzaron a conversar de cosas triviales como acostumbraban a hacerlo mientras que sus demás compañeros entraban tomando sus respectivos lugares.

—TaeTae, tú amor platónico se aproxima.—susurro el pelirrubio para que solo el castaño pudiera escucharlo.

Taehyung se sonrojó al mirar a Hoseok entrar, hace unos meses le había comenzado a interesar el mayor, prácticamente desde que lo miro bailar se quedó deslumbrado por él. Por desgracia al parecer estaba interesado en Jungkook, o al menos eso parecía ya que siempre iba a ver al menor.

—Mi corazón duele.—el castaño hizo un puchero haciéndolo ver adorable.

—Ya vendrá alguien más TaeTae.

—Pero yo quiero a Hoseokie.

—Si le pones apodos cariñosos va a ser más difícil que lo superes.

—No puedo evitarlo, realmente me gusta.

—No siempre puedes estar con la persona que te gusta.

Volvió a hacer un puchero mientras Jimin colocaba su manos sobre su hombro sonriéndole tratando de reconfortarlo un poco, se escuchó el timbre anunciando que las clases comenzaron así que Tae se concentró más en sus apuntes y dejó de pucherear por Jung Hoseok.
Algunos trabajos en clase, unas cuantas tareas que les dejaron sus profesores y finalmente eran libres (al menos por ese día).

—¿Quieres que hagamos la tarea juntos?

—No puedo, mamá quiere que le ayude a hacer un pastel para una boda. Una de sus amigas se casará y le pidió de favor a mi mama que lo preparara-

—Bien supongo que nos veremos mañana.

—Jimin...—antes de que tomaran caminos separados el castaño lo llamo.—¿Seguirás... en equipo de baile?

—Creo que lo dejare este semestre, quiero descansar por un tiempo.

—Oh.—comentó el menor jugueteando con sus dedos.

—¿Esto es por Hoseok?

—Solo... así podía mirarlo.

—Sabes que Jungkook también está ahí, y no quiero verte triste cuando los mires juntos haciendo algún dúo.

—Bien... está bien que descanses.—suspiro.—Jiminnie.

—¿Sí?

—También iba por ti... aunque no me gustaba ver cuando te desmayabas en los ensayos.

—Tu siempre preocupándote por mi TaeTae.—le sonrió, pasando una de sus manos por su cabello despeinándolo un poco.

—Jimin~ah.—ninguno de los dos había notado que el mayo se había acercado a ellos.—Me llegaron algunos rumores... ¿De verdad no entrarás al equipo de baile este semestre?.—Taehyung se sonrojo al percatarse que estaba tan cera de Hoseok, eso le causo gracia a Jimin pues su amigo no era muy bueno ocultando sus sentimientos.

—No, lo siento Hoseok Hyung, pero quiero descansar.

—Una pena, eres uno de los mejores del equipo.—le dedico una de sus sonrisas al pelirrubio.—Pero el próximo semestre volverás ¿Cierto?

—No prometo nada.

—Park Jimin el próximo semestre es donde más concursos habrá, así que más te vale estar en el equipo.—se rio ante esa pequeña amenaza, tenía cierto encanto que sabía que su amigo TaeTae apreciaba.

—Si, claro el próximo semestre estaré de vuelta.

—Igual recuerda que puedes entrar en el transcurso del semestre si así lo deseas.

—Pero ¿Eso no es contra las reglas?

—Se hacen excepciones por ciertas personas.—le guiño el ojo volviendo a sonreír haciendo notar sus hoyuelos.—Bueno, nos vemos después pequeño.—acarició la cabeza del más bajo desordenando su cabello.

—No soy pequeño.—reproche.

—Claro, y yo no sé bailar.—se burló.—Adiós Taehyung.—acarició de igual modo la cabeza del castaño, a lo que él solo pudo susurrar un adiós apenas audible.

Cuando Hoseok se había alejado lo suficiente Taehyung no pudo contener más su emoción abrazando con euforia a Jimin, soltando pequeños ruidos de felicidad.

—¡Sabe mi nombre!—gritó emocionado soltando a Jimin.—¡Me dijo adiós! ¡Me tocó la cabeza! ¡Tengo que decirle a Jin! ¡Nos vemos después Jimin!.—volvió a estrujar por ultima vez al pelirrubio mientras salía corriendo directo a su casa.

Jimin sonrió mirando como mi mejor amigo irradiaba felicidad, camino para el lado contrario con dirección a su casa la cual quedaba a más o menos a unos 45 minutos de la escuela. Atravesó el pequeño parque que quedaba de camino, en medio de este se encontraba una fuente a lo cual Jimin no puedo evitar sonreír cuando le vino un recuerdo.

—Minnie ten cuidado.

—¿Tenemos permitido meternos aquí?

—Nadie puede prohibirme nada.

—Pero ayer te prohibieron jugar videojuegos por romper el jarrón de la sala.

—Mis padres me dieron la vida Minnie, así que tienen ciertos privilegios.

—¡Hyung! Aquí hay muchas monedas.—comento el menor emocionado.

—Seremos ricos, podremos irnos los dos de viaje y comprar todo lo que queramos.—Yoongi se agacho para comenzar a meter algunas monedas en sus bolsillos.—Mocoso ayúdame si quieres repartir este botín equitativamente.

El menor comenzó a recoger la mayor cantidad de monedas que podía, pero Jimin realmente tenía razón en que no podían hacer eso.

—¿Es la madre de alguno de estos niños?

—Min Yoongi ¿Qué hiciste ahora?

—Gracias por escoltarnos para que no nos perdiéramos oficiales, madre sólo fueron amables al traernos.

—Estos dos niños se metieron en la fuente del parque para sacar monedas, a pesar de que el letrero de al lado dice que está prohibido.

—Se lo dije Hyung.—susurro el menor por lo cual Yoongi lo miro mal causando que un puchero se formara en sus labios.

Aquellos tipos uniformados los sacaron de la Fuente y ante el fallido intento que hicieron tratando de escapar de ellos los asustaron (o más bien asustaron a Jimin) amenazándolos con llevarlos a la estación de policía, pero que si querían evitar eso debían confesar en donde vivían. Así fue como terminaron en la casa de Yoongi la cual era la más cercana.

—Gracias oficiales yo me haré cargo, y lamento lo sucedido.—la señora Min dejo que entraran, luego de cerrar la puerta miro furiosa a Yoongi.—Los dos van a subir, se bañarán y cambiarán sus ropas, una vez que estén presentables me encargaré de llevar a Jimin a su casa.

—¡Pero él se iba a quedar!.—protesto el niño de piel pálida.

—Yoongi estás castigado, lo siento Jimin, pero...

—¡Es injusto! ¡Siempre me quieres alejar de Jimin!

—No me alces la voz jovencito, a tu habitación ahora si no quieres que le diga a la mamá de Jimin lo qué pasó y que ya nunca más lo vuelva a dejar venir a verte por causarle muchos problemas.

Yoongi mordió su labio inferior conteniéndose a contestar algo más, tomo la mano del menor para subir a su habitación.

—Lo siento Hyung.—susurro bajando la mirada al suelo, no quería llorar, pero tampoco quería alejarse de su Hyung.

—Tranquilo Minnie.—lo abrazo reconfortándolo un poco.—Te prometo que a pesar de todo no lograrán alejarme de ti.

—Pero lo hicieron Hyung...—susurro Jimin en voz baja, sintiendo como una pequeña lágrima resbalaba por su mejilla.

Las llamadas cada viernes, las cartas... ya no había nada de eso, los padres de Yoongi al parecer se divorciaron lo que hizo que fuera más difícil que pudieran comunicarse.
No todas las promesas pueden cumplirse, y no todos los amores pueden ser correspondidos.

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