Capítulo 14: Sonríe, rojita.

Mi ánimo descendió más cuando Samantha mencionó el viaje que haría por la reunión familiar de la familia Gregson.

— ¿Tengo que ir? —pregunte jugando con mi pasta, no había probado nada.

— Cariño, la familia quiere conocerte —dice ella comiendo del pollo.

— Pero...

— Nada de peros Ann, conocerás al abuelo Noah y a los tíos Benjamin y Jeremiah —habla emocionado Aiden.— son los mejores del mundo.

— Me siento traicionado —finge dolor en el corazón Oliver, eso me hace sacar una sonrisa.

— Tu eres el mejor del mundo papa.

— Corazón, debes de ir. Estrenaras la ropa que compraste —sonríe emocionada Samantha.

— Ann vio a su hermana —suelta Jackson.

— ¿Menor? —habla lento Oliver.

Preguntaría como lo saben, pero recordé que el proceso de adopción de informa si tienen más Familia o cosas por el estilo.

— Clara. Mi hermana —me atrevo a decir.

Observó la mirada sorprendería de el rubio y el moreno.

— Es hija de Homero y Nancy Allen —dice Aiden.

— ¿Allen? Es la pequeña pelirroja que invitaste a salir hace unos-

— ¡Mamá! —lo corta Aiden.

Golpeó a Brayden y Nolan que ahogan una risa.

— Quisiera visitarla de ves en cuando, si no les molesta —dije un poco apenada.

Porque la extraño.

Mucho.

— Claro que no nos molesta, en lo absoluto mi vida —se levanta Samantha y me abraza.

— Gracias.

— ¡Cámbiense que en menos de una hora nos vamos! —grita emocionada Samantha.

Nunca fui alguien buena eligiendo conjuntos de ropa. Porque mi guardarropa siempre se baso en jeans, camisetas, sudaderas y mis tenis.

Ahora, tengo aproximadamente medio guardarropa de vestidos, faldas y colores llamativos. Tome unos jeans cafés, una camiseta color salmón y una chaqueta rosa con unas zapatillas rosas.

— Creo que está bien.

Me hable a mi misma mirándome al espejo, ahora viene el trabajo difícil.

Mi cabello.

Siempre hubo un peinado al que le fui fiel, coleta alta. Pero debo cambiar.

Coleta baja.

Perfecto.

Salí de mi habitación, noté a mis hermanos con un vestuario algo elegante, rápidamente, antes que me mirasen entre de nuevo a mi habitación.

Bien Ann, nunca haz querido llegar hasta esta parte pero vamos.

Me encamine a mi closet y mire la sección que pensé que jamás utilizaría. Vestidos.

Uno medianamente largo, llegándome casi a las rodillas azul oscuro con flores del mismo color. Con unos botines altos y algo abiertos.

Me mire al espejo, no creo que sea buena idea desate mi coleta y deje mi melena suelta.

— Bueno... creo que esta bien.

— Le pediré el jeep al tío Jeremiah —sonríe Nolan.

— Lo chocaras —dijo Jackson.

— ¿Otra ves?

— Wow —dijo alguien atrás mío, atrayendo la atención de todos.

Mi mirada y la de Travis conectaron unos segundos hasta que la vos de Nolan nos interrumpió.

— Hermana, eso está excelente —sonríe. Los chicos comienzan a halagarme y felicitarme de escoger algo que no sea Jeans o tenis.

— Bajemos —habla Aiden jalándome.

Asentí y comencé a bajar las escaleras. Con ayuda de Aiden y barandal ya que me cuesta caminar con estos tacones. Aunque sean bajos.

Mis chicos llegaron a mis orillas, quedando yo en el centro.

Henry, Nolan, Aiden, Yo, Travis, Brayden, Jackson, Marcus.

Mis guardaespaldas.

— ¡Que hermosos mis bebés! —grita con emoción Samantha.

Oliver termina de ajustar su corbata y nos sonríe.

— ¿Puedo tomarles una foto? —pregunta Samantha.

No puedo negarme cuando mis chicos comienzan a acercarse más y sonreir.

Siento la mano de Travis sujetar mi cintura, con algo de dureza pero sin doler.

— Sonríe rojita —susurra en mis oído.

Me estremezco y lo sonrió.

— ¡Que bellos! —grita.

Me alejo lo más rápido que puedo de Travis.

— Travis y Bray lleven sus autos —habla Oliver.— Travis lleva a Ann, los chicos vallan con Brayden y su madre y yo iremos en el Mustang.

— Sacando a la bestia a pasear —habla Henry.

— No le digas bestia a mamá —frunce el ceño Marcus.

— Me refería al au... olvídalo.

Nerviosa tome mi pequeño bolso y metí mi móvil, junto a un labial carmesí que Nolan escogió por mi.

Los chicos se subieron al auto al igual que Samantha y Oliver, los primeros en partir fueron Mis chicos, seguidos por... mis padres.

Medite un poco como los había llamado, padres, pensando que ya es momento para que comience a llamarlos así. Sonreí con la idea, jamás había llamado padres a nadie que no fueran los míos. Hasta su muerte. Nunca pensé que alguien, o algunas personas se pudieran ganar que yo les llamase así, pero creo que los Marshall lo han hecho. Desde el idiota de Henry, hasta el tierno de Aiden.

— Rojita, ¿te subieras o que? —preguntó él abriendo la puerta de su convertible.

— E-h, si, si.

— ¿Que tango pensabas? —me preguntó con la misma voz neutral que siempre maneja el.

— Nada.

— ¿Como que nada? Siempre pones esa cara cuando piensas en algo. Labios juntos, mirada perdida y ciertas veces te  muerdes los labios.

Me analizo. El simplemente me analizo.

— Deja de acosarme.

— No lo hago, rojita. Si lo hiciera supiera que te gusta dormir con calcetines y siempre despiertas sin uno, que mueves tu nariz como hechizada cuando algo huele mal o que muerdes tu labio cuando no entiendes algo —el menciono.

Iba a responderle cuando en mi móvil comenzó a sonar. Desconocido.

— ¿Diga? —pregunte nerviosa viendo como la atención de Travis caiga en mi.

— Sabía que este si era, pelirroja, fue difícil conseguir tu número —habla una voz casual. — ya que el imbecil de Trav, no me lo quiso dar.

Observe a Travis.

— Alexander, ahora no es buen momento —espeto.

— Todo momento bueno para hablar conmigo —desde aquí puedo sentir que esta sonriendo.

Se un movimiento rápido Travis me quita el móvil.

— Bastardo, no es momento... Oh, jodete —habla y después cuelga.

— ¿Que fue eso?

¿Lo dije o lo pensé?

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Bueno, primero que nada
Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo ❤️
Les deseo lo mejor y perdón por la demora.

-M