8
Sentía todo tipo de cosas ya que Evan y Nath vendrían a mi apartamento a cocinar. Me sentía emocionado y nervioso a la vez.
Aliste todos los ingredientes como huevos, harina, polvo para hornear, mantequilla y otras cosas más.
—Será fantástico.
Tenía que esperar una hora para que ellos vinieran a mi apartamento, así que comencé a buscar algo que hacer para calmar mis nervios.
Vi algunas fotografías de cuando era más joven, me llene un poco de nostalgia y una pequeña lágrima salió.
—Cuanto he crecido y he aprendido, desearía volver al pasado y disfrutar al máximo esos bellos momento con mis amigos y con mi madre.
Tomé una de las fotografías donde estába Nathaniel y yo para mi cumpleaños número dieciséis y verlo me hizo sentir un poco culpable.
—Yo debí estar con mi mejor amigo y no dejarlo. Si tan sólo pidiera volver al pasado...
—Aún tienes oportunidad Adrien.
—¿Quien dijo eso? —Pregunté algo asustado.
—Soy yo, el muñeco de nieve.
Escuche una voz chillona.
—¿Puedes hablar? Debo estar loco, muy loco. —Toqué mi cabeza, creo que ya estaba alucinando.
—No seas tonto, claro que no puedo hablar, es sólo tu imaginación o tu conciencia. Te preocupas demasiado Adrien pero trata de calmarte y dejar que las cosas pasen y que el destino defina lo que quiere para ti.
—Tienes razón muñeco de nieve, me preocupo demasiado pensando en que si cometo algún error todo se irá al demonio. —Me acerqué para poder ver la bola de cristal con el muñeco de nieve.
—Ahora ve a abrir la puerta, el amor de tu vida está afuera con tu futuro hijo.
—TOC TOC
No me di cuenta que me había quedado dormido mientras veía las fotografías. Después de todo el muñeco de nieve tenía razón; me preocupo demasiado.
Guardé las fotografías y las deje en la caja donde estaban. Fui a abrir la puerta.
—Hola chicos, pasen. —dije mientras abría la puerta.
—Hola Adrien, estabas dormido ¿verdad? —dijo Nath con esa calidad sonrisa.
—Sí, me quedé dormido por un rato pero ya estoy en la tierra.
—Papá son las 5:30 y ya va a comenzar Phineas y Ferb, Adrien ¿podría usar tu tele? —Preguntó mientras hacía un adorable puchero. Y no pude negarme.
—Evan...—dijo Nathaniel apenado.
—Por supuesto, puedes ver Phineas y Ferb en mi televisión. De hecho a mi también me gusta verlo aveces.
—Gracias Adrien. —Sonrió el pequeño mientras se sentaba en mi sofá.
—Ven...
Tomé una de las manos de Nathaniel y lo llevé hasta mi cocina.
—Tu cocina es fascinante, es mucho más grande que la mía. —Dijo asombrado.
—Lo sé, pero aveces puede ser algo solitaria. ¡Mira! Busque algunos ingredientes para enseñarte a hacer un pie de ...—Me interrumpió.
—¡Calabaza!—dijo muy emocionado y pude ver un brillo único en sus ojos.
—Te gusta la calabaza ¿he? Bien, lo haremos de calabaza. —Aparté un mechón de su cara, él tenía el cabello sujetado con una coleta. Se mira aún más lindo con el cabello sujetado.
—S-Si, bueno a Evan también le fascina mucho el pie de calabaza y casi siempre lo compro. —Sonrió nervioso.
—Bueno, ahora ya no volverás a comprar un pie porque yo te enseñaré y vas a impresionar a Evan.
Sonrio tiernamente con un leve sonrojo en sus mejillas. Comenzó a lavar sus manos y yo observaba atentamente cada movimiento que hacía.
—Para comenzar a hacer el pie de calabaza hay que hacer primero la corteza ... Y yo prefiero comprarla ya hecha en el supermercado.
—Me parece genial, nos ahorramos más tiempo.
—Exacto y ahora sólo hay que poner un poco de mantequilla en este molde para evitar que se pegué. —le di un pequeño molde para hacer pie.
—Bien, yo lo hago. —Sonrió y comenzó a poner mantequilla en el molde.
Trataba de buscar algo imperfecto en el rostro de Nathaniel pero era imposible. Para mi él es perfecto.
—Ahora hay que hacer la mezcla. Verás que es lo más sencillo del mundo.
Terminamos de hacer la mezcla y la pusimos en la corteza, era hora de hornear.
—Tenemos que hornear el pie a 350° por 40 minutos. —dije mientras ponía el pie en el horno.
—Adrien ¡tenías razón! es muy fácil. Creí que sería ciencia y todo eso. —rió.
—Te lo dije amor... —Le dije amor sin pensar, sólo salió. —L-lo siento. Y-yo no...
—No te preocupes, se escucha tan bien esa palabra. —Sonrió. —Amor.
—¿Enserio? ¿no te molesta?
—No, al contrario, me gusta. —Sonrió algo tímido.
—A mi también me gustó. —Me acerqué a él lentamente y lo tomé de la cintura, lo cargué para luego ponerlo cerca del lavabo y así pudiera estar a mi altura.
—Te necesito Nath, se que es una locura y que apenas nos volvimos a encontrar después de tantos años pero no puedo dejar de pensar ni un solo minuto en ti, siempre estuve enamorado de ti y creo que si no te digo lo que siento y lo que quiero ahora, me voy a arrepentir toda mi vida. —dije mientras acariciaba su rostro con mucha ternura. Esas palabras salieron de mi corazón.
—Yo también te necesito Adrien, siento la necesidad de estar contigo y me haces sentir cosas desde que estábamos más jóvenes. Realmente siempre quise estar contigo pero tengo miedo... —Me abrazo muy fuerte y yo también lo abracé.
—¿Miedo?
—Miedo a que me enamore perdidamente de ti y luego te vayas de mi lado como en el pasado. —Él había comenzado a llorar. Y verlo así me partía el corazón en mil pedazos.
—Nath, no llores por favor. Te prometo que jamás te dejaré, esta vez nadie lo impedirá. Sólo confía en mi y prometo no decepcionarte. —Lo abracé aún más fuerte.
—Te amo y no puedo seguir negando mis sentimientos. —Me miró directo a los ojos.
—También te amo Nath, siempre lo supe...
Tomé sus mejillas y comencé a besarlo. Fue un beso muy tierno, ambos necesitábamos del otro y me encantaba esa sensación. No podía perderlo otra vez. Sus labios suaves me hacen sentir el cielo.
El beso se fue poniendo un poco más intenso y comencé a besar su cuello. Nath olía delicioso, un agradable olor a frutas, dejé su pecho descubierto.
—¿Que hacen? —Preguntó el pequeño Evan al vernos.
¡Rayos!
—Evan... estábamos hablando sobre anatomía. —dijo Nath algo nervioso y yo reí. Se acomodó la camisa.
—¿Que es anatomía? —Preguntó el pequeño con curiosidad.
—No es nada hijo. —Nathaniel se acercó a él.
—Fui a verte hace un rato pequeño y te quedaste dormido, supuse que tendrías frío y por eso te puse una pequeña sábana. —dije tocando con ternura el cabello de Evan. —¿Te gustaría ayudarnos a hacer la crema batida ?
—Gracias Adrien, tenía algo de frío hace rato. — Sonrió. —¡Si! quiero ayudarte a hacer la crema batida.
—Primero debes lavar tus manos. Ven, yo te ayudo. —Nath cargó a Evan y le ayudo a lavar sus manos. Evan y Nath son como dos Ángeles hermosos que cayeron del cielo.
—No es difícil hacer la crema batida, sólo necesitamos unos huevos, leche y azúcar.
Agregué todos los ingredientes en un bowl y Evan me ayudó batir toda la mezcla.
—Esto es divertido Adrien. —Yo ayudaba a Evan a usar la batidora.
—Está quedando deliciosa. —Sonreí.
—Gracias por ayudar a papá Adrien.
— Evan me abrazo y yo también.
—No hay de que pequeño, de hecho Nath te tiene una sorpresa.
—¡¿Enserio?! ¿cuál?
—Nath hizo este delicioso pie de calabaza. —dije mientras sacaba el pie del horno.
—No puedo creer que papá cocinara pie de calabaza, es mi favorito.
—Te dije que aprendería Evan. —Nath tocó su cabello.
—Ya quiero probarlo.
—También yo. —dijimos Nath y yo al mismo tiempo.
Ambos sonreimos con algo de timidez.
Serví a cada uno un pedazo de pie. Los tres disfrutamos de ese delicioso pie.
El tiempo paso volando y Nath dijo que era hora de volver a su apartamento. No quisiera que se fuera.
—La pase muy bien contigo Adrien.
—Nathaniel sonrió.
—También yo Nath, me alegra que aprendieras a hacer pie.
—Gracias. —Me dio un beso en la mejilla. —Evan ya se está quedando dormido, así que tendré que cargarlo.
Tomó a Evan en sus brazos.
—Puedo ayudarte si quieres.
—Te lo agradezco. —Sonrió.
Cargué a Evan hasta el apartamento de Nath y lo coloqué en su cama junto con un pequeño oso de peluche.
—Descansa Evan. —le Di un tierno beso en la frente.
—Gracias por ayudarme a cocinar y a traer a Evan.—Nath tenía la cara muy roja.
—No hay de que Nath, no tienes que agrader, yo lo hago con mucho gusto. Y me gusta estar a tu lado y al lado de Evan.
—Le agradas a Evan, el cree que tu y yo podríamos tener algo, ya sabes como una pareja. —Se acercó a mi.
—Y ¿habría algo de malo con eso? — pregunté. —Porque a mi me gustaría que nosotros pudiéramos...
No me dejó terminar y me besó.
—Claro que quiero, no me molestaría que tu y yo fuéramos pareja. —Susurró cerca de mis labios.
—Entonces... ¿Quieres ser mi novio?
—Adrien, debes entender que tengo un hijo al que no voy a dejar por nada del mundo, es mi prioridad y él es el primero en todo. —dijo preocupado.
—Nath, Evan es un niño maravilloso y muy especial. Tiene algo que jamás había visto en algún otro niño y aunque no lo creas ya estoy empezando a encariñarme con él.
Por eso no te preocupes, Evan es parte de tu vida y quiero que también sea parte de la mía.
—B-Bueno, si es así, entonces quiero intentarlo, quiero ser tu novio. —Sonrió y me abrazó.
—Te amo Nath, no he amado a otra persona que no seas tu. —besé sus labios.
—También te amo Adrien, siempre lo supe y espere este momento toda mi vida. —Nos volvimos a besar.
—Quédate está noche por favor. Veremos peliculas hasta el amanecer como los viejos tiempos.
—Es una gran idea, espera cinco minutos y regreso. Iré a mi apartamento por una pijama.
—Está bien, no tardes. —Sonrió y yo fui a mi apartamento por una pijama y a lavarme los dientes.
Pasamos toda la noche viendo peliculas. Lloramos y nos reímos hasta que Nath se quedó dormido mientras yo lo abrazaba. Su cuerpo es tan frágil y delgado que hace que mis brazos lo rodeen fácilmente.
Fue una noche muy romántica. No hay nada ni nadie que me pueda separar de Nath ahora.
¿Que puede salir mal?
<3
Hola mis amores ...
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy ... este es mi favorito. Realmente ame este capítulo. :^
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