Había tenido una noche muy especial al lado de Nathaniel y de Evan.
Sin duda hay algo en Evan que me deja impresionado. Su forma de ser y todos sus gustos son únicos, de algún modo él me recuerda a mi cuando era un niño.

Si yo tuviera un hijo desearía que fuera tan especial como lo es Evan.
Aunque me preocupa la situación de Nathaniel. Sé que es un buen padre y no quiere herir  a su hijo con la verdad pero se que tarde o temprano tendrá que hacerlo.

Evan dijo que le encanta el chocolate y no es por presumir pero soy muy bueno haciendo pasteles así que le haré un delicioso pastel de chocolate.

Tenía los ingredientes necesarios para hacer un rico pastel de chocolate. Tomará tiempo pero valdrá la pena.

Eran las dos de la mañana y únicamente me faltaban cerezas para decorar pero por desgracia no tenía, así que  tendré que esperar unas horas para ir al supermercado y comprar una lata de cerezas.

—Le  encantará. Ahora tengo que dormir. —Fui directo a mi habitación.

Sueño de  Adrien

Me encontraba corriendo en una playa con mucha neblina al parecer era de madrugada y no entendía de que diablos estaba corriendo.

Me detuve por un segundo frente al mar y era algo hermoso, pude observar el amanecer y a dos delfines.

—Adrien , tu y yo tuvimos un hijo.

Esa voz la reconocí en el instante pero no pude  ver el rostro de esa mujer.

—Me dejaste y eso no te lo voy a perdonar nunca maldito.

Su voz me puso tenso así que comencé a correr de nuevo.

Tropecé  y  allí estaba Nathaniel y Evan muy tristes.

—¿Como pudiste Adrien?  Creí que  eras diferente pero me doy cuenta que eres una mala persona.

Las palabras  de Nathaniel me  hicieron sentir muy mal y no sabía por qué   me decía esas cosas.

—Nath, ayúdame  no entiendo que  está pasando. —dije  apuntó de llorar.

—Aún no puedo decirte. Lo sabrás pero no ahora.

Poco a poco Nathaniel se fue alejando junto con Evan... no entendí lo que pasaba.

—Yo no hice nada.

Fin del sueño.

Desperté algo asustado y no sabía exactamente por que había soñado con Marinette; hace mucho tiempo no se nada de ella.
¿Qué tiene que ver ella con mi vida actual? Es tan extraño.

Eran las nueve de la mañana y necesitaba hacer algo para mantener mi cabeza ocupada así que comencé a hacer el aseo de la casa.

Había terminado y recordé que tenía que ir a comprar una lata de cerezas y aprovechando fui al supermercado con Kagami.

—No creo que Marinette  tenga un hijo que sea tuyo, imposible. —dijo Kagami mientras entrábamos al supermercado. —Además por lo que hablaste de ella, no creo que fuera capaz de tener un hijo todo este tiempo.

— Tienes  razón es absurdo. Ella  solía ser muy egoísta. Creo que solo fue una terrible pesadilla. —Tomé una carretilla.

—No te preocupes, sólo fue un sueño. No pasará en la  vida real, ahora Cuéntame ¿cómo te fue anoche con tu novio? —preguntó divertida.

—No es mi novio, no aún. —sonreí y ella me hizo una mirada pervertida. 
—Fue una noche muy especial, los tres estuvimos jugando y Evan tiene una gran imaginación fue muy divertido pasar tiempo con ellos.

—Al menos la  pasaste genial. —Tocó mi hombro. —Yo tuve una noche  terrible eso creo, no lo sé. Dormí con alguien.

—¿Enserio? ¿ qué sucedió? ¿quieres que golpee al idiota que te hizo Algo? — ya me había puesto en modo padre protector.

—Tranquilo luchador. —Rió  —Te  contaré.

Flashback

Fui a un bar a tomar algo y no lo sé, hacer  algún amigo quizá. Los parisinos son guapos y con suerte consiga a alguien interesante esta noche.

—Quiero un whisky en las rocas por favor. —Me dirigí al barman y alguien pidió lo mismo.

—Yo pedí primero. —dijo un chico como de mi edad que estaba a la par.

No entendía cuál era  su problema, sentía su mirada de acosador.

—Ya nos habíamos visto antes Kagami.

Traté de ignorarlo.

—No lo creo, llegue hace poco...

No podía creer, era el mismo chico que estaba en la exhibición de arte de hace un día. Supe que era él por su distinguido cabello teñido de azul.

—Creí que no volvería a verte Luka. — comenté mientras el barman me  daba mi whisky y a él también.

—Ni yo pero aquí estamos, ambos en el mismo lugar con bebidas iguales. A este tipo de situaciones las llamo casualidades del destino.

Quede sin palabras, sin duda este hombre tiene algo que me gusta pero no me gusta a la vez. Es tan misterioso y sexy.

—Puede que si.  —Tomé un poco de whisky.

Él ya se había terminado todo el trago.

—La música está muy buena ¿quieres bailar? —Preguntó.

—C-Claro. —dije un poco nerviosa.

La música era muy buena y ambos bailamos toda la noche, sin duda  Luka es un gran bailarín y un gran cantante. Cada ves descubro cosas nuevas sobre él y eso me encanta.

Después de unas horas me di cuenta que bebí demasiado y creo que dije cosas sin pensar.

—Vamos a  mi apartamento. —Susurré mientras abrazaba a Luka.

—Vamos.

Al llegar a mi apartamento ambos nos des hicimos de nuestra  ropa y tuvimos relaciones.

Al día siguiente él ya se había ido y yo me sentía utilizada.

Fin del flashback

Me sentía muy mal por Kagami es mi mejor amiga y no me gustaría que un idiota jugara con sus sentimientos.

—¿Tiene tu número verdad? —pregunté y ella asintió. —Si de verdad le importas él llamará, no quiero que te sientas mal por lo sucedido.

—Eso espero Adrien, aunque haciendo conciencia no recuerdo haber usado protección. —dijo un poco asustada.

—Calmate, aún no es seguro, pero si llegas a estar embarazada yo mismo iré a buscar a ese tipo para que se haga responsable. —Traté de calmarla. aunque no puede ser tan malo, podría llegar a ser tío.

Me dio un puñetazo en el hombro y rió.

— No quiero hijos, no ahora.

—Yo si quisiera un hijo, eso me recuerda que tengo un pastel que terminar. —Sonreí.

—Mueres por pasar más tiempo con ellos ¿verdad? —Sonrió.

—Es que Nath es tan lindo, amable y sus ojos son tan hermosos como su  sonrisa y Evan es muy especial somos muy parecidos, es como si fuera un mini yo. —dije suspirando.

—Que tierno, eso me  dice que tendré un sobrino. —dijo con voz burlona.

Salimos del supermercado y fui a mi apartamento. Kagami se había quedado haciendo quien sabe que.

Terminé de decorar el pastel y fui al apartamento de Nathaniel para entregárselo. No sabía por qué pero me sentía muy nervioso.

—Adrien, hola. —saludó Nathaniel mientras abría la puerta de su apartamento.

—Hola, quería saludarte un rato y también traje pastel de chocolate. —le di un beso en la mejilla en forma de saludo.

—Gracias es un lindo gesto de  tu parte. —Sonrió —A Evan le encantará.

Recibió el pastel y lo dejó en su cocina.

—Eso espero, dormí hasta tarde para impresionar a Evan.

—Eres tan lindo conmigo y con mi hijo. — Sus mejillas estaban sonrojadas. —Te lo agradezco.

—No tienes que agradecer, lo hice con todo el cariño del mundo. —Sonreí amablemente.

Nos sentamos cara a cara en el comedor, quería decirle lo hermoso que él es pero no pude, sentí vergüenza en ese momento.

—¿Donde  está Evan? —Pregunté.

—Durmiendo, se sentía cansado así que fue a su habitación  a dormir un poco.

—¿No está enfermo?

—No te preocupes. Le doy a Evan sus vitaminas y lo cuido mucho, creo que solo está cansado ya sabes lo mucho que ama jugar.  —dijo mientras me daba un vaso de jugo de naranja.
—Tenemos tiempo para hablar a solas, aún no me cuentas todo ¿qué sucedió en los últimos años contigo?

—Bueno,  no fue fácil vivir en Alemania, sus costumbres y tradiciones son muy distintas a las nuestras.

—Creo que es porque los alemanes beben mucha cerveza. —Reímos

—Beben cerveza todo el tiempo, incluso hasta en el desayuno. —reí y hablaba  en serio a los alemanes les fascina la cerveza.

—Cuéntame más.

—Trabajé como modelo y logré ahorrar dinero para poder regresar a  París y no sé, hacer mi propia vida sin las órdenes que mi padre.

—Debió haber  sido una situación difícil para ti. —tocó mi hombro.

—Realmente lo fue.  Tanto maquillaje, ropa rara, comer saludable y hacer ejercicio casi cinco horas diarias, estaba al borde del colapso.  Así que decidí enfrentar a mi padre y decirle que  no era la vida que quería.

—Y ¿Como lo tomo?

—Se volvía loco pero gracias al cielo aceptó. —sonreí.

—Aveces pienso que es mejor  escuchar a nuestro corazón, creo que en cierto modo logramos sentirnos conformes con nosotros mismos. —dijo sonriendo.

—Tienes razón, yo me siento mucho más tranquilo desde que volví a París.— Tomé un poco de jugo. —Ahora Cuéntame ¿Por qué adoptaste un bebé?

—Bueno, Cuando terminé la universidad decidí vivir solo y la verdad no tenía a nadie cercano, la soledad me estaba matando y es por eso que decidí adoptar un hijo. —pude ver la expresión de tristeza en Nathaniel.

—¿Y tus hermanos? Recuerdo que tenías dos.

—Ellos se casaron y tuvieron hijos, mi madre se la pasaba de un lado  para otro y me ignoraban todo el tiempo. Mis compañeros de universidad siempre me rechazaron. Estaba únicamente yo por mi propia cuenta.

—Hubiera querido estar contigo en esos momentos, para apoyarte pero por desgraciame tuve que ir. —Con tan solo pensar que Nathaniel estaba triste y solitario me partía el corazón.

—No te  preocupes, ya es cosa del pasado. El destino quiso que yo adoptara a Evan y sin duda es la mejor decisión que pude tomar. —Sonrió.

Sus dulces palabras salían de  esos labios hechos por los mismo Ángeles.

—Aunque pienso que el destino está siendo bueno conmigo otra vez porque tu y yo nos volvimos a encontrar. —Tocó mi mano.

—Entonces también conmigo. —sonreí. Poco a poco me acerqué a Nathaniel y sin pensarlo dos  veces le di un beso en los labios, era como un sueño hecho realidad.
Sus labios tan suaves y ese amigable sabor de menta y sandía en su boca me volvía loco.
Abrí un poco más la boca para pedir permiso de meter mi lengua y sin duda  fue un beso de oro.

Luego tocaron la puerta y tuvimos que separarnos.

—A-Adrien yo...

—Tranquilo, ve a abrir.

Hubiera  deseado que ese beso hubiera  sido más largo.

—Hola Nath ¿cómo estás? ¿donde está la pequeña rata? —. Un chico con cabello artificial de color azul entro al apartamento. ¿Cómo podía llamar rata a Evan?

—Luka él es Adrien, Adrien él es Luka. — dijo Nathaniel para presentarnos, no me  gusta este tipo.

—Un gusto. —dije estrechando mi mano.

—El gusto es mío. —Luka sonrió.

—Iré con Evan, ahora vuelvo. —dijo Luka con una sonrisa  que creo que es mejor  que la mía.

—Es hora de irme. —Tomé mis llaves, estaba a punto de irme.

—¿No te quedas?

—Me encantaría Nath pero tengo que hacer unas cosas pendientes.

Deposité un ligero beso en su mejilla porque adoro cuando se sonroja.

— T-Te escribiré. — dijo y yo me alejé por el pasillo del edificio hasta llegar a mi apartamento.

Al regresar mi cabeza  no dejaba de pensar en el beso que tuvimos. Nos habíamos vuelto a besar, fue tan mágico. Fue como si por poco toco el cielo.

Aunque ese chico Luka me preocupa, obviamente Nath tiene más confianza en él que en mi. Podrían casarse y tener más hijos y yo con suerte  podría ser el aburrido padrino.

—¿Que es lo que me pasa? ¿Celos?

<3

¡HOLA!
Me pregunto si a alguien le  gustaría un especial de Navidad... díganme en los comentarios.
Espero que les guste. :*