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10

Luego de pasar a la casa de Luka por Evan, nos dirigimos directamente al hospital; Evan sangraba por la nariz y no reaccionaba. Estaba inconsciente.
Luka dijo que de la nada comenzó a sentirse mal y luego se desmayó. Estaba  aterrado por lo que le pueda pasar con mi hijo, eran las dos de la mañana y no tenía noticia alguna por parte de los doctores y pediatras del hospital.

Últimamente Evan había padecido síntomas muy extraños, y yo no le puse la suficiente importancia. Creí que era algo viral pero ahora me doy cuenta que no es así.

Por otro lado está Adrien, se a comportado muy amable con nosotros y eso me demuestra que le importo y a Evan también.

Días antes

Esa noche no había podido dormir muy bien,  Evan estuvo vomitando y sangrando por la nariz toda la noche.  Supuse que estaba enfermo por algún virus o por el cambio de clima que es muy frecuente en París.

—Son las seis de la mañana, no dormí nada papá.— Evan estaba preocupado por la escuela.

—No te preocupes pequeño, llamaré a la escuela y les diré que no irás  hasta que te mejores. Te traeré un té para que puedas conciliar el sueño.—toqué su mejilla.

Evan estaba en mi habitación ya que la mía está más cerca del baño.

Terminé de hacer el té y Evan volvió a vomitar ¿Qué habrá comido?

—Ven te ayudo. —dije mientras tomaba una toalla para limpiar su boquita.

—Me duele el estómago papá.

—Toma este té de  manzanilla y quizá te alivie un poco el estómago y puedas dormir un rato.

—Gracias papá.

Se tomó el té pero luego comenzó a tener fiebre, así que decidí ir a la farmacia a comprara algúnos medicamentos pero no podía dejar a Evan solo en el apartamento.

—Adrien, buenos días. Siento molestarte  tan temprano pero necesito de tu ayuda —dije por teléfono.

—Nath, amor  ¿qué pasa? ¿en qué te puedo ayudar? —Adrien estaba preocupado.

—Evan está muy mal del estómago, tiene fiebre y tiene algunos moretones en los brazos. Tengo que ir a la farmacia a comprar  medicamentos, por favor ven.

—Ahora llego a tu apartamento.

Adrien llegó a mi apartamento y Evan estaba en mi cama con la taza de té.

—Evan, estás hirviendo en fiebre,  y tu nariz está sangrando. —dijo Adrien al acercarse a Evan. Mi hijo tenía una pequeña toalla con la cual se limpiaba la sangre.

—No me siento muy bien. —dijo mi hijo entre susurros.

—¿Podrías cuidarlo por 20 minutos? Estaré de vuelta lo más pronto posible.

—Papá, no quiero que te vayas. —Evan había comenzado a llorar.

—Tranquilo pequeño, ya llamé al trabajo y no iré hoy para cuidarte —Lo abracé.

—Si quieres yo puedo ir por las medicinas mientras tu cuidas a Evan . —Adrien se acercó a mi.

—Sería de mucha ayuda, gracia amor. —Susurré.

—No hay de que mi cielo. Ya vuelvo.

Adrien  volvió después de un rato, Evan tomó algunas medicinas y se sintió mucho mejor. Paso una semana bien pero el malestar volvió y mucho peor.

Tiempo actual

Adrien me trajo un poco de café para que esté despierto, ya son las cuatro de la mañana y aún no me han dicho nada sobre Evan. Al parecer tienen que hacerle unos estudios que tomará unas horas más.

—Estoy asustado por lo que pueda pasarle a Evan. —dije abrazando a Adrien.

—También yo Nath, esperemos que no sea nada grave. —dijo Adrien tocando mi espalda. —Seamos pacientes mi amor.

—Eso espero. ¿Tienes trabajo hoy? —Pregunté.

—Sí, llamé para que me dieran el día pero el chef no quiso. —dijo algo desanimado. —Realmente quiero quedarme para escuchar noticias sobre Evan.

Hace unos meses convencí a Adrien para que buscara empleo en algún restaurante u hotel porque él de verdad tiene un gran talento para cocinar y debe ser reconocido. Gracias al cielo logró conseguir una buena estancia en un restaurante, como repostero.

—No te preocupes, ve a prepararte para ir al trabajo. Te llamaré cuando reciba noticias de Evan. —sonreí tiernamente.—Vete sin cuidado mi amor.

—Está bien, te veré luego mi cielo. —Me dio un ligero beso que en cierto modo me hizo recordar a lo que hicimos la noche anterior. Pero no es el momento indicado para pensar en eso.
—Avísame si hay noticias de Evan, por favor.

El tiempo sigue pasando y ya estoy algo desesperado. No recibo noticia alguna sobre mi pequeño hijo.

—¿Familiares de Evan Kurtzberg? —Un doctor se acercó a la sala de espera.

—Yo. —levanté mi brazo.

—Venga conmigo por favor. —Caminó hacia una oficina.

Presiento que son malas noticias.

—Nathaniel ¿verdad?

—Sí, soy yo ¿alguna noticia sobre Evan?

—No tengo buenas noticias, lo siento mucho pero necesito que sea fuerte con lo que escuchará.

—Ah. —suspiré. —Adelante...

—Bueno, las defensas de Evan estan muy bajas y usted dijo que últimamente vomita mucho, padece de fiebre y que sangra por la nariz.

—Sí, son los síntomas que había tenido hace una semana.

—Déjeme decirle que después de realizar el historial médico de Evan y realizar varios exámenes, hemos diagnosticado a su hijo con leucemia. Cáncer en la sangre.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al oir esas palabras. No podía creer que tiene  mi hijo, tiene cáncer. Esa noticia hizo que mi corazón se rompiera en miles de pedazos, sentía la vista nublada y las piernas temblorosas.

—¡¿Pero como?! —Mi voz estaba  quebrantada.

—Aunque los  años pasen aún no tenemos una explicación clara sobre el cáncer y ocho de cada diez niños son diagnosticados con cáncer.

—Pero... ¿Puede morir?

—No existe una probabilidad que defina la muerte del niño. Por ahora, lo importante es que estamos a tiempo, lo que significa que con los tratamientos necesarios como la quimioterapia podemos vencer el cáncer. Por ahora lo único que necesitamos es que usted le  done sangre a su hijo, perdió mucha en estos momentos. —El doctor me dio un pañuelo al ver como mis lagrimas caían por mis mejillas.

—Mi sangre no es compatible. —limpié mis lágrimas con el pañuelo. —Adopte a Evan.

—Entonces tendrá que buscar un donante que tenga el mismo tipo de sangre, que por cierto es de tipo O. No es muy fácil de encontrar donantes con ese tipo de sangre.

—Lo haré, buscaré un donante lo más pronto posible.

—Tiene que hacerlo a más tardar mañana. Cuando tenga al donante dile que venga, por ahora puede ver a su hijo. Más adelante hablaremos sobre el proceso de quimioterapia.

—Está bien doctor, muchísimas gracias —fui directo a la habitación ďe hospital donde está Evan.

Es peor de lo que pensé, no se donde conseguir un donante con ese tipo de sangre en un día. Pero tengo que hacer todo lo posible para el bienestar de Evan.

—Hola papi. —dijo Evan al verme.

No puedo resistir más, lo único que quiero es abrazar a mi hijo tan fuerte como si no hubiera futuro.

—¿Por qué lloras papá? —Preguntó confundido.

—Te amo mucho hijo, más que a nada en este mundo. Eres sin duda lo mejor que me ha pasado en la vida. —Mis lagrimas no paraban de caer.

—También te amo papá, pero por favor no llores, no quiero llorar también.
—Evan estaba a punto de llorar.

—No pequeño, necesito que me prometas que pase lo que pase tu siempre vas a tener una sonrisa hermosa. —Toqué su mejilla.

—Por supuesto papá, te lo prometo.

—El doctor dijo que tienes una enfermedad que  afecta a algunos niños pero estamos a tiempo y puedes curarte si seguimos todos los pasos.

—¿Moriré? —Preguntó asustado.

—No pequeño, yo estaré aquí para cuidarte y no voy a dejar que nada te pase bebé. —Lo abracé muy fuerte y le di un beso en la frente.

—Nathaniel ¿podría salir un momento? Necesito chequear sus signos vitales. —el doctor entró a la habitación.

—Está bien ... —dije mientras veía como caían lágrimas de los ojos de mi pequeño. Sostuve  su mano por un segundo pero luego tuve que abandonar la  habitación.

Esto no puede estar pasando, no a nosotros. Tengo que llamar a Luka para decirle el diagnóstico de los doctores.

—Vine los más rápido que pude. —dijo mientras se acercaba a mi. —¿Que  sucede Nath? ¿por qué lloras?

—Luka, Evan tiene leucemia. —Cuando dije eso él me abrazó.

—Nath, cuanto lo siento. No es posible que Evan tenga leucemia. —Luka comenzó a llorar.

¿Qué hice para merecer esto?

—Lo importante es que estamos a tiempo y se puede curar, pero necesito un donante de sangre que sea de tipo O. A más tardar mañana.

—Mi tipo de sangre es B negativo, yo no podría. —Se limpió las lágrimas.

—Tampoco puedo, la mía es A positivo. No coincide ni un poco .

—Hablaré con algunos amigos. Quizá puedan ayudar. —tomó su teléfono.

—Sería de mucha Ayuda, gracias.

—No hay de que Nath.

Luka llamó a varios de sus amigos y yo traté de comunicarme con Adrien pero no responde, así  que le dejaré un mensaje.

Adrien , ya tengo noticias sobre Evan, son muy malas , por favor
Llamame cuando veas esto:,(

Espero que lo lea lo más antes posible, lo necesito más que nunca es estos momentos.

No se que pasará con Evan estoy muy preocupado.

<3

Se me salieron las lágrimas al escribir este capítulo, espero que les haya gustado... :^
Evan no morirá

o tal vez.

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