
A D O N I S
🏛️
—No puedo ir.
—¡Pero, Taehyung! —dijo ya muy harta la voz tras la línea. —¡Siempre dices lo mismo! Nunca quieres salir.
—Ahora mismo estoy muy ocupado, Jimin.
—Necesitas despejarte de vez en cuando. —refunfuñó. Quería mucho a su amigo y sabía lo talentoso que era pero ya le estaba preocupando que pasara tanto tiempo encerrado. —Además mi primo va a venir y quiere conocerte porque ama tus pinturas, ¿Recuerda que te hablé de él? Su nombre es Jung-
—Adiós. —colgó.
Con un bufido lanzó su celular a alguna parte del estudio, para entonces continuar con su cuadro. No tenía ganas de conocer a nadie y odiaba recibir llamadas. Podía contar con los dedos de una mano a las personas a las que les tomaba la llamada con gusto… o por mero compromiso.
Cómo artista, a Taehyung le irritaba de sobremanera que le interrumpieran cuando estaba trabajando en su arte… considerando que estaba trabajando casi todo el tiempo. Admitía que se había vuelto alguien muy huraño, a pesar de tener treinta y uno sus amigos decían que su humor era el de un anciano de sesenta.
Había conseguido el éxito cuando cumplió los veintinueve gracias a sus preciosas pinturas y su peculiar forma de pintar con los dedos, todo bajo el pseudónimo de "Vante". Sus cuadros llamaron la atención de muchísimas personas, los cuales fueron vendidos en una subasta donde las sumas de dinero iban aumentando más y más. Taehyung no podía creer que tantas personas estuvieran peleando por sus pinturas, pero fue algo que le llenó el corazón y le hizo sonreír sinceramente después de tantos años de amargura.
Siempre fue alguien serio, muy tranquilo… pero su mente iba a mil por hora, pensando y pensando e ideando cómo pintar. Por eso apenas se graduó, se dedicó a tiempo completo a dibujar y a pintar… importandole poco no salir a ver la luz del sol. Se llevó día y noche perfeccionando su propio arte que todo ese tiempo invertido valió completamente la pena cuando se le fue reconocido como un gran artista. Estaba orgulloso de sí mismo y de todo lo que había logrado.
Pero él amaba el silencio, amaba estar él solo con sus lienzos y el aroma a pintura a su alrededor. Por eso su amigo se molestaba con él porque nunca aceptaba sus invitaciones a salir a alguna fiesta o a comer o algo… y bueno, actualmente con treinta años tampoco es que le agradara estar rodeado de personas, solo soportaba eso cuando hacía sus exposiciones de arte o visitaba algún museo.
Casi ronroneó cuando introdujo sus dedos en la fresca pintura, para a continuación comenzar a pintar sobre el boceto que había dibujado en ese blanco lienzo. Siempre amará la sensación que le causaba en su pecho el hecho de crear algo nuevo… era indescriptible, amaba lo que hacía.
Las horas pasaron y Taehyung continuó pintando, arreglando detalles con pinceles muy finitos. La luna ya se encontraba en su punto más alto y el reloj analógico en la pared marcaba las dos de la mañana, mientras el hombre miraba satisfecho su nuevo cuadro. Así que sin más, lo acomodó para que terminara de secarse y entonces se dispuso a tomar una ducha para sacarse todos los restos de pintura en su cuerpo y así finalmente irse a descansar para recargar energías.
Gimió con gusto apenas su cabeza cayó sobre la esponjosa almohada donde solo fue cuestión de un par de minutos para dejarse atrapar profundamente por los brazos de morfeo…
Pero entonces ese par de bellos ojos almendrados se abrieron cuando el reloj marcó las tres de la mañana… una sola hora había dormido, pero sabía lo que estaba pasando: un golpe de inspiración.
Así era como funcionaba, cuando la inspiración llegaba tenía que empezar en ese mismo instante a trabajar, no importaba la hora que fuera, no le importaba no dormir. Por lo que rápidamente se puso de pie para ir a su estudio con la vaga imagen en mente de lo que quería crear esta vez. Con algo de dificultad, empujó aquél objeto pesado, muy pesado para después quitar la manta algo polvorienta que lo cubría… al fin había llegado el día.
Tomó su cincel y martillo con mucha emoción. Había practicado durante unos meses con pequeñas figuras de mármol, unas muy pequeñas… pero finalmente la inspiración había llegado, y se sentía listo para poder crear su primera escultura.
Cuando dió el primer cincelazo, su piel se erizó y su corazón palpitó con emoción. Entonces dio otro y otro, y otro más… poco a poco fue rompiendo esa gran pieza de mármol mientras las manecillas del reloj seguían girando.
Picaba, lijaba, tallaba…
Lentamente fue tomando forma… si, le estaba gustando como iba la cosa. No tenía ni idea de a quien estaba haciendo pero ahora la figura poseía un cuerpo con unos lindos brazos y abdomen…
Continuó dando ligeros golpecitos creando unas bellas clavículas para después continuar con el cuello formando una bonita manzana de Adán. Se estaba tomando su tiempo en cada detalle que a veces se le olvidaba parpadear de la concentración que tenía.
El tiempo continuó pasando… bueno, en realidad Taehyung no tuvo noción del tiempo en ningún momento, no fue hasta que vio al sol asomarse por su ventana y los rayos comenzaron a iluminar de manera majestuosa a su escultura finalizada.
Fue como mirar a un dios griego del Olimpo.
Se había quedado con la boca abierta cuando vio claramente su obra de arte.
—¿Yo…? ¿Hice esto?
Los rayos de sol que entraban por la ventana acompañados de las partículas de polvo hacían que la escultura se viera majestuosamente hermosa… irreal. Taehyung estaba que no se la creía.
Se acercó para entonces rozar sus dedos sobre la escultura verificando que era real… su piel se erizó. Esa obra de arte era real y era suya… cien por ciento suya.
Los ojos los mantenía muy abiertos sin dejar de observar con incredulidad y asombro la escultura frente a él. Respiraba con profundidad, viéndola de arriba abajo rozando sus dedos trémulamente sobre ella.
Deslizaba sus yemas por los brazos que poseían el maravilloso detalle de unas largas venas acompañándole, para después deslizarse hasta esas delgadas y bonitas manos… con muñecas pequeñas y delgadas… eran unas manos curiosas pero a su parecer muy bonitas… le encantaban, sobre todo cómo algunos dedos se hallaban ligeramente flexionados y las arrugas de los doblés estaban muy bien definidas al igual que las finas venas… ¿En qué momento había hecho tales detalles? Unas manos muy bonitas… mucho.
El artista lucía como un completo desastre con su cabello cubierto de polvo por todo lo que había tallado y picado… pero era un desastre adorable por la forma en la que admiraba su obra.
Sus ojos se deslizaron al abdomen que había creado… ni tan marcado pero tampoco tan plano, con unos muy suaves abdominales y con una majestuosa V muy bien marcada literariamente conocida como el cinturón de Apolo… era algo que siempre le pareció muy atractivo en los hombres pero nunca tuvo el placer de conocer alguno con ello…
Tímidamente rozó sus dedos en esa preciosa V esbozando una minúscula sonrisa sintiendo un pequeño cosquilleo en sus mejillas.
Eso quiere decir que, ¿había plasmado sus gustos en esta escultura? Porque si deslizaba su vista un poco más hacia arriba, se encontró con unos pectorales… ni tan planos, pero tampoco tan marcados, eran tan perfectos para su vista que no pudo evitar morder su propio labio.
Una espalda muy bonita y suavemente marcada… era de lo que se estaba dando cuenta, nada estaba tan marcado, a él no le gustaban los cuerpos con músculos tan exagerados pero tampoco tan simples… un punto intermedio por así decirlo, y eso solo le confirmaba cada vez más que había plasmado sus deseos.
Sonrió al notar el curioso detalle de los hoyuelos de Venus en la parte baja de la espalda… otro detalle magnífico ya que él mismo era poseedor de tales hoyuelos… sus ex amantes se habían encargado de informarle. Eran una marca delicada, pero sensual en el cuerpo de alguien, tal como lo eran unos hoyuelos en las mejillas.
—Me encanta…
Continuó deslizando sus manos y su visión hasta volver a estar frente a la escultura llegando al área de las clavículas, ¡Santo cielo! Pero qué bonitas le habían quedado. Las clavículas marcadas era una de sus cosas favoritas, tan atractivas y hermosas para la vista… cada vez más algo en su interior se entusiasmaba al notar los preciosos detalles que se había encargado de crear, eran perfectos.
Se encontró con una bonita manzana de Adán y una vena a su costado que no pudo evitar acariciar con un bajito "waah" saliendo de sus labios. Pero su boca se secó cuando subió unos centímetros más para encontrarse con una preciosa y afilada mandíbula. Pero que perfecta era la persona que había creado… con las yemas de sus dedos tocó la bien marcada mandíbula varias veces para luego desviarse al rostro…
Dios, ahí sí se había quedado sin habla.
¿Quién era este hombre tan atractivo? ¿Siquiera existía?
Supuso que no, porque nadie podría ser así de perfecto, de hermoso… además era la primera vez que veía un rostro como ese.
—Dios mío… Kim Taehyung, ¿Cómo hiciste esto?
Tragó al notar la forma de esos labios y lo bien marcado que estaba el puente del labio superior que gracias a eso daba un parecido a unos labios en forma de corazón… y joder, qué decir de esa fina y respingada nariz, ¿Alguien podía nacer con una nariz así de perfecta? No, no, eso era imposible.
Y los ojos… santo cielo. A pesar de no tener color alguno, estos lucían profundos… eran pequeños pero a su parecer muy expresivos y lindos, pero sobre todo profundos, poseía una fuerte mirada porque estaba seguro de que si ésta persona fuera real y lograra mirarle se derretiría en ese mismo instante.
No… Taehyung no podía dejar de observar ese bello rostro y cada detalle sobre el… simplemente era demasiado perfecto para ser real… y qué decir del cabello, no podía creer que había logrado definir el cabello en mármol.
Se dejó caer de trasero frente a su escultura sin perderle la mirada con un montón de emociones dentro de él que no lograba definir… ¿Estaba loco si admitía que se había enamorado de ese hombre? Era hermoso, era demasiado hermoso era como…
—Adonis… —balbuceó. —, eres mi Adonis…
Decirle a alguien Adonis, solo significaba una cosa… que era poseedor de una indudable belleza. Alguien demasiado bello y perfecto tanto que incitaba a caer en el pecado… y para Taehyung ese hombre era perfecto, definitivamente había plasmado a su Adonis.
—Ojalá… —suspiró con pesar. —, ojalá fueras real, porque sin dudarlo me enamoraría de ti…
Alcanzó su celular que había dejado tirado por ahí y entonces inició una llamada, no tenía ni idea de qué hora de la mañana era pero no le importaba.
—Jimin, no vas a creer lo que hice…
🏛️
Los días siguieron pasando y no había día que Taehyung no fuera a admirar su obra por lo menos unas cinco veces al día.
No podía dejar de pensar en su Adonis, e imaginarlo siendo real. No podía dejar de pensar en esa mirada… en esas manos.
Pero el día de hoy se sentía entusiasmado, ¿Por qué? Hoy tendría una nueva exhibición de su arte y por primera vez revelaría su primera escultura al público, aunque no sabría qué hacer si alguien quisiera comprarla.
—Simple —se encogió de hombros colocándose los tirantes. —, diré que no está a la venta.
Se miró en el espejo de cuerpo completo ya listo vistiendo un pantalón de vestir marrón, junto a una camiseta de botones blanca a manga larga y fajada, acompañada de unos tirantes también marrones. Amaba vestir así, se sentía tan él… tan cómodo.
Pasó sus dedos entre sus ondulados cabellos azabaches acomodándolos con simpleza. Observó el reloj en su muñeca y suspiró al darse cuenta de que ya tenía que irse. Su precioso Adonis lo esperaba en la exhibición.
Una hora más tarde, muchas personas estaban viendo sus cuadros y ya había vendido varios de ellos. Acompañado de su mánager Min YoonGi, Vante saludaba a los que se acercaban a charlar con él con una sonrisa un poco forzada pues ya se sentía cansado de socializar tanto. Pero momentos después, había llegado el momento en el que tenia que revelar a su adorado Adonis, era hora de que todos lo apreciaran.
—Esta es mi primera escultura… y he de admitir que la hice en una noche tras un golpe de inspiración. —dejó salir una baja risita observando a todos los presentes. —No sabía que era capaz de hacer algo así, pero me siento muy orgulloso de mi creación… Damas y caballeros —tomó la sábana blanca que lo cubría para entonces quitarla ante la atenta mirada de todos. —, les presento a Adonis.
Jadeos y chillidos de sorpresa, acompañados de bajas exclamaciones fue lo primero que se escuchó para después seguirle una ola de aplausos. Vante sonrió enorme y genuinamente por primera vez en mucho tiempo. De verdad le enorgullecía que todos admiraran su nueva obra de arte.
Y como se veía venir, las ofertas de compra no se hicieron esperar. Tuvo que declinar a varios compradores, excusándose con que la escultura era muy especial para él. Sin embargo, más gente llegaba ofreciéndole grandes cantidades de dinero, e incluso propusieron una subasta para ver quién lograba llevársela… era una propuesta tentativa, pero Taehyung realmente amaba a su Adonis.
Cuando finalmente logró zafarse de unas personas, suspiró profundamente llevándose un par de dedos a su sien. Ya venía el dolor de cabeza… no estaba acostumbrado a mantener conversaciones con tantas personas que su energía social rápidamente se agotaba. Observó a su alrededor notando que aún habían bastantes personas en su exhibición, y él ya quería irse a casa a descansar… sin embargo, su boca se quedó seca y su corazón palpitó con fuerza cuando vio a alguien pasar a lo lejos.
—No puede ser… —dio un par de pasos. —, se parece tanto a-
—¡Taehyung!
Se detuvo de golpe cuando un brazo lo detuvo. Con el ceño fruncido volteó a ver a la persona que se atrevió a frenar su camino para después mirar nuevamente al lugar donde había visto a ese alguien y otra vez regresar la vista a su invitado.
—¿Sucede algo?
Suspiró para después negar al pensar que solo estaba alucinando.
—¿Cuántas veces te he dicho que me llames Vante cuando estamos en público?
—Oh, la costumbre. —se rascó la nuca con una risita.
—Llegas tarde, Jimin. —desvió la mirada hacia aquél lugar con la esperanza de volver a ver a ese alguien. —Te perdiste la presentación de mi escultura.
—Lo siento, hay un tráfico terrible —hizo una mueca para después sonreír. —¡Por cierto! Mi primo ya debió haber llegado, le voy a llamar-
—Ven. —le interrumpió llevándoselo del brazo. —Tienes que ver a mi Adonis.
—¡Woah! —se tropezó siguiéndole el paso. —¿Tu Adonis?
Taehyung no dijo nada más y lo llevó hasta donde su preciada escultura. Una vez llegaron frente a ella el artista sonrió con suficiencia.
—¿Y bien? ¿Qué te parece mi Adonis? —sin embargo no obtuvo respuesta, así que ante el silencio se giró a ver a su amigo. —¿Jimin?
Jimin mantenía una expresión de sorpresa abriendo y cerrando su boca sin emitir sonido alguno, cosa que confundió mucho a Taehyung.
—Oye, ¿qué sucede?
—Taehyung, ¿A-Alguna vez tú y mi primo se han visto?
—¿Qué? ¿Qué tiene que ver el aquí? —frunció el ceño y se encogió de hombros. —No recuerdo haber conocido a alguien más de tu familia además de tus padres y tu hermano.
—Es que… —cubrió su boca sin dejar de ver la escultura. —, tu escultura es identica a-
—¡Vante! —Min YoonGi, su mánager se acercó a él. —Necesito que vengas un momento, la Sra Koo quiere comprar diez pinturas tuyas.
—¡¿Diez?! Santo cielo, ya vuelvo, Jimin.
Park apenas hizo un asentimiento viendo a su amigo alejarse para después regresar sus ojos a la escultura.
—¿Cómo es posible? —sacó su celular y procedió a iniciar una llamada. —¿Hobi? ¿Dónde estás?
Una hora después, la galería de exhibición ya comenzaba a vaciarse y Taehyung sentía que no podía más. Charlar con esa señora que maravillosamente había comprado diez de sus pinturas fue realmente agotador, pues le pidió que le explicara el proceso creativo de cada uno mientras le pellizcaba las mejillas a cada rato.
—Vendí diez de mis pinturas a costa de mis mejillas… —murmuró sobándose.
Observó a su alrededor buscando a Jimin a quien había abandonado por sesenta minutos, no obstante desistió en hacerlo porque supuso que ya se había ido.
—¿Por qué habrá lucido tan sorprendido cuando vio mi escultura? —murmuró para sí mismo llegando hasta donde su Adonis, admirándole cómo siempre. Suspiró. —Muchas personas quisieron comprarte… pero logré evitar que te alejaran de mi lado. —veía a su obra con ojitos brillantes. —No los culpo, eres muy hermoso.
Una persona se colocó a su lado, por lo que mejor decidió callarse. Claramente esa persona estaba viendo a su escultura… solo esperaba que el susodicho no tratara de iniciar una conversación porque ya estaba cansado mentalmente y su batería social se había drenado.
—Tiene razón, es muy hermosa.
Taehyung se tensó y cerró sus ojos maldiciendo internamente. Ay no, otra conversación.
—Por supuesto que lo es… —le siguió la corriente por mera amabilidad sin dejar de mirar a su preciado Adonis. —, es mi obra maestra.
—¿Su obra maestra? —la voz se escuchó sorprendida pero al mismo tiempo jovial con un tono agradable… cálido.
Asintió cruzándose de brazos. —No es por presumir pero fue creada en una sola noche. —carraspeó sintiendo el orgullo florecer en su pecho. —Tengo que admitir que estoy muy orgulloso de mi Adonis.
—Vaya —soltó una baja risita observando la escultura con atención. —, no esperaba menos de un artista tan talentoso como usted.
—Por supuesto. —sacudió su hombro con modestia.
Después de un par de minutos en completo silencio, Taehyung estaba listo para retirarse de ahí antes de alargar la charla, pero lo que escuchó a continuación lo confundió muchísimo.
—¿De verdad luzco así? —murmuró metiendo las manos a sus bolsillos. —Digo… nunca me he considerado alguien tan atractivo pero viéndome de esta manera…
Ahí Taehyung frunció el ceño.
—¿De qué habla?
Giró sus talones para ver a esa persona pero no contaba con que estuvieran tan cerca por lo que terminó tambaleando en su lugar. Sin embargo, la caída nunca llegó, pues dicha persona alcanzó a sostenerle de la cintura después de murmurar un "cuidado" seguido de un tímido "gracias".
Pero apenas el artista alzó su mirada se quedó piedra al encontrarse cara a cara con ese hombre que le había salvado de una inminente caída.
Parpadeó y recontra parpadeó quedándose con la boca abierta al reconocer ese rostro, esa mandíbula, esos labios, esos ojos… esos ojos tan profundos. Sin darse cuenta había llevado sus manos al sedoso cabello ajeno que cubría su frente para entonces peinarlo hacia atrás, dejándolo aún más sin palabras ante el gigantesco parecido.
El tiempo parecía haberse congelado para ellos dos, mientras Taehyung se dedicaba a acariciar delicadamente ese rostro tan perfecto, sintiéndolo tan familiar al tacto… pero había algo diferente, este no estaba frío, no, en este había calidez, una agradable calidez.
Su corazón sufrió otro mini infarto cuando vio esos hermosos labios esbozar una preciosa sonrisa que claramente tenía forma de corazón y esos profundos ojos se hicieron pequeños brillando con ternura, acompañado del bajo sonido de una suave risa que aunque apenas fue perceptible, fue como escuchar a los dioses cantar en sus oídos.
Taehyung estaba sin habla, un millón de emociones explotaron en su pecho y estaba seguro de que también quería llorar porque era él… no podía creerlo era él, ¿Cómo era eso posible?
Por otro lado, Vante no era el único con ese cúmulo de emociones en su corazón… el hombre que había dejado a nuestro artista sin habla, se sentía maravillado por la manera en la que su rostro era tocado… nunca nadie lo había tocado de esa manera tan delicada, como si tuviera miedo a quebrarlo… como si estuviera tocando una pieza de arte. Y qué decir de la expresión de sorpresa de incredulidad acompañada de esos ojitos ligeramente cristalizados que le revisaban con detalle cada centímetro de su rostro con tanta admiración.
—¿Conoce…? —el hombre relamió sus labios para hablar en apenas un susurro conectando sus miradas. —¿Conoce la leyenda del hilo rojo? Porque en este momento creo en ella más que nunca.
—Eres… eres tú… —le sujetó ambas mejillas perdiéndose en ese par de profundos ojos. —Eres tú, no puedo creerlo… mi Adonis, eres real…
—¿Adonis, uh? —sonrió provocándole más mariposas a Taehyung. —Creo que no me molestaría ser llamado así por ust-
Pero sus palabras fueron cortadas cuando los labios del artista se estamparon contra los suyos.
Era difícil describir la dulzura y la calidez que sintieron en ese preciso momento… jurarían que escucharon los cantos de los ángeles cuando sus labios se tocaron como si de imanes se tratasen, como si estuvieran hechos el uno para el otro porque encajaban perfectamente… lo sintieron tan bien, tan correcto que ninguno de los dos dudó en mover los labios sobre el otro.
El cuerpo del artista fue atraído al pecho ajeno, siendo presionado contra sí con un muy agradable agarre en la cintura, por lo que sin dejar de besarse, Taehyung aprovechó para rodear el cuello de su Adonis real y besarle con más profundidad siendo muy bien correspondido.
Bastaron un par de segundos para que sus besos se detuvieran con un bajito chasquido dejando ver sus labios húmedos y rojizos al igual que el bello rubor que acompañaba sus mejillas.
—Mi nombre es Hoseok… —sonrió en pequeñito acariciando las ruborizadas mejillas ajenas. —Jung Hoseok…
—Jung Hoseok… —repitió mirando alternativamente esos ojos que ya se habían convertido en sus favoritos. —Hoseok… —también sonrió. —Para mi eres… eres mi Adonis.
Sony💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro