Hola n.n

Créditos de la imagen a su respectivo autor.

Dedicado a todas la bellas personas que con sus votos y comentarios increibles, siguen a esta historia ^^

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

—ajap... y según tú ganaría ese premio que ofrecen a los que completan la revista...

—no te dejes ver la cara bicho—apoyó Aioria mientras masticaba una pera que muy amablemente Shaka el compañerito de trabajo del leoncito de la materia de matemáticas le ofreció—esos cromos nos faltan para completar la revista, ¡ vamos Milo!

—son originales—refutó el vendedor mostrándole una plancha de cromos—además tengo esos que te faltan niño...

Milo se rascó la barbilla, miró a Aioria y luego al rubio que les hacía compañía el cual leía un cuaderno y ni bola le paró. Esos cromos completarían la revista que él y Aioria adquierieron un día en que el dinero les pesaba en los bolsillos.

Dichos cromos eran de leyendas del basquetball que tanto adoraban los pubertos, en el caso de Aioria la admiración por su hermano mayor que era una estrella en su universidad en este deporte lo hizo que ame todo lo relacionado con ese deporte y ni que se diga de Shura. Le encantaba mirar por largos ratos a Aioros cuando este se ejercitaba en la parte más espaciosa de la casa de Sisifo.

—dame los cuatro por diez dólares—mostró el billete—no euros, porque de seguro me cobrarás más.

Admirado el vendedor por la astucia del puberto accedió a venderselos a diez dólares, Milo tomó los cromos y brincando como una liebre fue hasta donde sus amigos. Camus ocupado con una tarea que la profesora de mate le envió ni vio el negocito porque segurito le hacía devolver todo.

—¡ cuidado Mil....!—Aioria no alcanzó a advertir a su amigo cuando este quedó con su linda carita estampada contra la espalda de otro muchacho un poco más alto que Aioros.

—upssss.

El muchacho de ojos esmeraldas consternado se agachó a ver al puberto que viendo estrellitas cayó de espaldas. Camus despertó de su aletargamiento numérico y corrió a ver a su hermano que se ruborizó por la intensa mirada del joven.

—¡ perdona! ¿ estás bien pequeño?

—¡ PERMISOOOOO!—Camus a empujones llegó hasta Milo al que revisó si no tenía chichones, el joven preocupado quería saber si su " imprudencia" no había lastimado al adolescente—Milo eso te pasa por boquiabierta. ¿ quieres ganarte otro brazo roto?

La voz profunda del joven asustó y maravilló a los otros presentes, entre chicos y chicas. Aioria lo reconoció como uno de los integrantes del equipo de basket de la universidad de Aioros, el cual había ganado varios torneos locales y gracias a su buen desempeño eran invitados a participar en ligas mayores

—necesito un autógrafo.

—eh—musitó Shaka confundido—¿ no quieres un mandala?

—jovenes—justito hizo su entrada magistral la rectora del colegio—él es Kanon Gemi...

Varias chicas dieron grititos de fans enloquecidas, los chicos parecían hormiguitas corriendo en dirección al joven que abrumado no solo por su accidentada primera experiencia en ese colegio sino por la cantidad de fanáticos entre esos el leoncito que a trompadas y empujones se abría paso por la multitud para que Kanon le firmara el bendito cuaderno.

—¡ mis cromos!—gritó Milo tanteándose los bolsillos—mi revista, mi premio.... buaaaaaaa

Camus le dio una cachetada. Sheena que pasaba por ahí se mofó de la acción.

—y le das gusto—lloriqueó el puberto sobándose su morena mejilla—no me quieres buaaa

" Señor dame paciencia"-rogó Camus.

Con la multitud histérica puberta.

Kanon desprendía un aura amigable, transparente y llena de vida, deseaba saber como estaba el muchachito que sin quererlo derribó con su ancha espalda, más no podía porque el otro jovencito de cabellera aguamarina casi lo pisa y mata con la mirada por el lamentable suceso. Una mano que se agitaba cerca de su rostro lo sacó de sus cavilaciones para darse cuenta que tenía un cuaderno cuya portada era un mandala y una pluma de color negro. Tomó ambas cosas y apartándose un poco de varias chicas que le tomaban fotos procedió a escribir.

—mi hermano Aioros está contigo en el... shu, shu esperen su turno metidos—apostrofó el castañito—ahs esta gente, oye amigo me llamo Aioria Halamandis y al final me dibujas un leon bien guay.

—¿ cuantos años tienes?—preguntó curioso el ojiverde.

—trece amigo—hincó pecho presumiendo su físico—soy una mini-copia de mi hermano Aioros. ¡ ah ves!

Kanon rió por la ocurrencia del muchacho cuyos ojos verdes brillaban por la típica picardía de adolescente, otro muchacho que era de los típicos fastidiosos que se creían la última coca-cola del desierto lo empujó pero los reflejos del leon evitaron que cayera encima del otro. Aunque era alto, no dejaba de ser un adolescente en proceso con arrebatos de niño.

—tú-señalo con su dedo—me hiciste quedar en ridículo...—pero se calló cuando notó que lo miraban estupefactos...¡ qué miran!

—su camisa gato tonto—Milo lo zangoloteo hasta marearlo—ahora las niñas lo van a perseguir.

—upssss

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—papá ya lle... ¡ santo Zeus!

Sisifo se separó de golpe del cuerpo de El Cid el cual estaba arrimado en la puerta que conducía a la amplia cocina. Aioros venía con varios amigos para terminar un proyecto en la tranquilidad de su casa, pero el pobre se traumó por la escenita de su padre, su santo padre con el tan serio, amable y respetado señor español cuyo hermano era un ángel bello de ojos verdes.

—hijooooo—Sisifo avergonzado se arregló su camisa desabotonada hasta la mitad—con El Cid...

—ha salido tremendito tu papá—comentó uno de sus amigos de nombre Saga, en venganza Aioros le dio un codazo—retiro lo dicho, tú eres el santurrón.

—¡ cállate Saga!—gruñó el joven ruborizado por la descripción, si supiera que babeaba por ese muchachito el que por cierto veía a veces ya que El Cid y él vivían el el confortable y lujoso departamento.

Salvo los fines de semana en los que el adolescente y su hermano pasaban con ellos con el fin de " conocerse mejor"

—este... voy a llamar a Shura—el otro participante de ese incómodo momento se escabulló a la sala.

—¿ cuantos años tiene tu papá?—Saga dandóle lata.

—Saga de mierda si me sigues jo...

—¡ Aioros esa boca!—reprochó Sisifo, los otros muchachos se rieron por lo bajo—¡ muchachos es un gusto tenerlos aquí...! ¿ desean algo?

—¿ hay internet papá? ¿ pagaste la planilla la cual te salió cara gracias a Aioria con sus descargas de música y chats con sus amigos hasta las dos de mañana?

—con razón tiene esa cara de zombie—analizó el padre—por cierto cambié al proveedor de internet gracias a El Cid, el anterior la señal era lenta y se caía a cada rato...

El futuro padrastro estaba haciendo más méritos.

—errr, si papá.. este yo...—se volteó para localizar al español que retaba por celular a su hermano—¡ gracias!

—Shura te manda saludos—dijo el mayor como si dijera la hora a algún despistado turista.

Pequeños Aioros corrían y brincaban como loquitos de un lado a otro en su cerebro, hasta que al pobre le dio una tosedera para disimular su rubor.

—yo...yo también...

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Kanon tan bueno no permitió que castigaran al pequeño león por ese accidente, este temblaba como una hojita frente a la inspectora y rectora que se deshacían en disculpas. Milo se reía desde afuera de la oficina de la desgracia de su amigo, Shaka rogaba a Buda que su amigo no haya metido la pata tanto porque quién haría los trabajos grupales con todos los colores y figuras.

—¡ Milo no es gracioso!—retó Camus

Camus parecía una especie de mamá para el bichin. Ah es que nadie sabía que Kardia antes de marcharse a su luna de miel encomendó al cubi la disciplina de su hermanito.

Recuerdo.

—si cuidas de ese desalmado, te prometo que para tu próximo cumpleaños verás una estatua de hielo y tendrás tu oso panda!

—no puedes darme un oso panda, Kardia—viró los ojos—solo puedo verlos dah...

—ah ya cubi—sacudió sus cabellos con cariño—solo te probaba en conocimiento, la fiesta reventaba a mil—por eso te aprecio... bien no permitas que se meta en problemas, ni por política que se vaya con gente desconocida.

—lo prometo—alzó su dedito—promesa de Acuario.

Fin recuerdo.

—está bien—se cruzó de brazos torciendo la boca—ñam... 

—Buda, ilumina a Aioria, Buda no permitas que la rectora lo castigue por su fanatismo mundano—pedía el rubito de ojos azules.

Iba a ser una larga jornada.

En el rectorado.

—no se preocupe señorita—Kanon hablaba tan comprensivo mientras se colocaba un buzo gris—Aioria no se dio cuenta que me jaló la camisa, es más él casi se cae de boca porque alguien lo empujó. Fue un accidente que no pasó a mayores...

—fue sin querer—se disculpó el lindo leon sentadito en el banquillo de los acusados del rectorado  mientras se estrujaba las manos—sólo quería un autógrafo...snif, snif...

Comenzó a pestañear dramático, le tembló el labio conmoviendo al muchacho que tenía la misma edad que su hermano. La inspectora rodó los ojos, adolescente manipulador pensó.

—a mi me gusta el basket... mi hermano juega en su mismo equipo y yo,  snif—un tremendo moco salió de su nariz.

—oh pero es tierno, no lo castigue señorita—conmovido hasta los pies Kanon le pasó un pañuelito—siento que puede ser mi hermano menor ¿ verdad campeón?—tomó su barbilla.

—errr—Aioria se ruborizó por el gesto tanto que el dramatismo se le fue—amigo, tus fans locas están en el patio, yo solo...

—¡ bueno joven Gemi! ¿ aún quiere quedarse para ver a los potenciales candidatos para conformar el equipo adolescente que desea formar?—interrumpió la rectora entusiasmada.

Kanon asintió, pero antes tenía que asegurarse que el hermano de Aioros no sea reprendido.

—¡ no lo castigará señorita! ¿ verdad?

—no joven—le aseguró—Halamandis puedes retirarte a tu aula.

—¡ oh si! ¡ gracias amigo!—saltó de la emoción para irse saltando como una liebre.

Adolescentes, su entusiasmo y metidas de pata.

**************

Horas después.

Casa de Sisifo.

Los amigos de Aioros se retiraron al cabo de tres horas una vez que concretaron el trabajo que tenían que hacer, él como buen compañero se encargaría de imprimirlo y llevarlo presentable. Con un poco de fastidio comprobó que casi no había tinta negra.

—¡ Aioria y sus aficciones locas!—se quería suicidar literalmente—¡ papá!

—no estoy sordo niño—apareció secándose las manos—¿ porqué gritas como un histérico?

Le mostró el botecito de la tinta negra vacío.

—fue mi culpa, ayer saqué un informe de cuarenta hojas   y me olvidé comprar hoy—se ruborizó al darse cuenta que el distraerse con El Cid el cual era más casto que un diamante en bruto, le indujo a no decirle a su primogénito sobre la tinta.

—hump, papá es que esto debo llevarlo mañana y... ¿ un momento? ¿ porqué no lo sacaste en tu trabajo?

—haces muchas preguntas—nervioso se dirigió a abrir la puerta a su hijo menor—limítate a no preguntarme cosas delante de tu hermano...

Aioria no venía solo. 

—¡ Buenas tardes!—una voz con un varonil y exquisito acento español se asomó provocando que Aioros temblara y sintiera las piernas como gelatina—¡ Aioros buenas tardes!

Aioria malicioso deseaba tener su celular para grabar ese sublime momento, pero como estaba descargado desde la mañana no podía,  Sisifo tan sonriente como un pan de dulce hizo entrar al muchacho réplica exacta de su novio oficial-no oficial. 

—¡ papá! ¿ que tal? ¡ hermano!—entusiasmado y saltando como un saltamontes el puberto jaló a Shura—¡ ya ves que mi hermano está sano y salvo!

Shura no sabía donde meterse. Ver a Aioros con las cejas alzadas, los ojos brillantes y con un buzo que entallaba su atlética figura lo hicieron tragar grueso.

—¡ ho- hola S-Shu-Shura!—se juró que mataría a su metido hermano por ponerlo en esa situación incómoda—este yo... lamento marcharme ahora... es-es q-que t-ten-g-gooo.

—¿ estás bien hijo?

—si papá—respondió el joven asumiendo la tranquilidad propia de él—voy a donde Saga a imprimir el trabajo. ¿ Quieres que traiga algo para la cena?

—no, ah bueno si... aumentaré dos puestos más esta noche—lo despidió en la puerta—no te quedes en ningún lado de perdición y si alguien se te acerca a que le leas un papel, diles que usas lentes.

Sabios consejos paternos.

***********

—no me gustó como te miró ese muchacho Milo—Camus  sacaba sus libros para hacer sus tareas y los colocaba encima de la mesa de comedor.

—sólo se preocupó porque me tumbó—replicó el chico sacando punta a un lápiz, Antares y Puppy estaban echados a los pies de ambos—¿ estás celoso Cam?

—yoooo—un estornudo levantó la basurita del lápiz—solo me di cuenta que te miró raro

La verdad es que Kanon no tenía ese tipo de gustos, para él los pubertos eran como unos hermanitos pequeños a los que sacudía los cabellos y enternecía con cada berrinche como por ejemplo el que armó Aioria en el rectorado.

—ja,ja,ja,ja—Milo se comenzó a burlar al notar los celos de Camus tanto que le dolió la barriga—lo que me miraba era si tenía un chichón—rodeó con sus brazos sus hombros—el día que me guste alguien te lo diré, ¿ de acuerdo?

Camus ante esas palabras sintió una punzada en su corazón, sabía que algún día todos o la mayoría de los seres humanos encontraban al amor de su vida y no se imaginaba a su hermano con una chica de la mano entrar a la casa para presentarla ante ellos.

—si, Milo—se apartó bruscamente de su abrazo para sentarse frente a sus útiles de trabajo—hagamos tareas, mira que son fáciles...

—ahs son tareas de física y química—protestó mirando desganado las formulas,  Camus lo ignoró, Milo era un dejado con esas asignaturas a tal punto que a veces Dégel le ayudaba a estudiar hasta altas horas de la noche.

Kardia decía que la química que conocía era entre la de él y Dégel. Física era un aburrimiento con sus vectores, velocidades, que mejor era la física que aplicaba a las motos en el taller.

Un brillo malévolo y pícaro se instaló en las orbes turquesas.

—Cam....

—tiempo y espacio equivale a... ¿ qué deseas Milo?

—toma—le dio el cuaderno, Camus enrojeció indignado—ya sé que soy abusivo, pero te prometo que si me ayudas con estos jeroglíficos, le diré al abuelo que nos lleve al museo de Louvre y luego comeremos fresas con crema...

" Milo tonto"-pensó en su mente.

—está bien, pero mañana si te preguntan ni me mires...¡ entendido!

—¡ gracias por eso te quiero hermanito bello! :3