La llamada se cortó antes de poder responder nada. Claro que le había contado a mi mejor amiga lo que sucedió el lunes luego del examen.

Flashback

Había llegado a casa ese día y había logrado deshacerme de mis hermanos con la excusa de que tenía que hacer tareas, entonces había corrido a mi habitación y me había encerrado con llave, entonces lloré; creo que nunca había llorado así.

Luego, llamé a Angie, esperando consuelo de su parte. Cuando Angie respondió el teléfono, yo solo podía llorar e hipar. Estaba demasiado desconsolada para emitir palabras, creo que, en realidad, estaba más herida que desconsolada. Nunca había sentido está clase de rechazo antes; por lo menos no antes de Daniel, y el hecho de que sus palabras se hicieran reales era lo que más me perturbaba.

"Nadie más te hará caso, porque eres una niña caprichosa", sus palabras me taladraban en la cabeza como un eco molesto que no terminaba nunca.

— ¿Qué te pasa? Maya, tranquila trata de explicarme qué sucede. No me asustes.

—Creo que Daniel tenía razón— dije con mucho esfuerzo, entre el hipo.

—Solo si lo que dijo fue que es un imbécil sin remedio.

—Nadie más me querrá nunca. Me quedaré sola por siempre— dije volviendo a llorar sin consuelo.

—Dame diez minutos y estoy ahí. Entraré con mi llave.

Corté la llamada y me encerré en el closet de mi habitación, detrás de los vestidos de gala que llegaban hasta el suelo. A la vista de cualquiera, no estaba en mi habitación, pero no podía cerrar con llave o sabrían que estaba ahí y que algo pasaba. No quería que nadie me molestará o me preguntara nada. Mi modo vengativo estaba activo y sabía que mañana haría que se arrepintiera de esto.

No sabía cuánto tiempo había pasado cuando sentí que alguien abría las puertas dobles del closet. Luego pude ver a Angie deslizarse a mi lado, sin decir una sola palabra. Entonces, me acosté en sus piernas y lloré un rato. Angie se limitó a pasar su mano por mi cabeza, mientras me calmaba.

—Lo besé —dije.

—Bueno— dijo suspirando —eso no era lo que esperaba escuchar. Tranquila, un error lo puede cometer cualquiera, Daniel no es más que eso, un error.

Mi cara tuvo que ser de terror. Angie me miró sin entender nada y no sabía cómo explicarlo. Mis sentimientos eran claros, sentía algo por Ian, no había dudas al respecto. Mi miedo siempre fue el rechazo o el causar un problema y ahora habían sucedido ambos. Ian me había rechazado y eso crearía un problema, nadie podía decir lo que él haría al respecto. Podría llamar a mi madre o decírselo a la directora y que me expulsaran del colegio. Estaba muy confundida y eso era lo que me daba miedo.

—Deberías explicarte mejor, porque creo que mis conclusiones no son reales.

—Hoy, después del examen de Biología, pues no pude soportar la tensión entre Ian y yo, y pues lo besé —dije escondiendo mi cara entre mis rodillas.

El silencio duró unos segundos y luego pude escuchar a Angie maldecir.

—Pero entonces no entiendo por qué estás así.

—Él simplemente me rechazó.

— ¿Te dijo algo? ¿Qué hizo exactamente?

—Pues por un momento pensé que me estaba devolviendo el beso, pero de pronto me dijo que eso no podía pasar y que debía salir con chicos de mi edad y entonces, me sentí tan avergonzada que salí corriendo.

—Wow.

—Lo sé, no sé qué rayos se apoderó de mí, pero sentí que él quería lo mismo. Todavía tengo esa sensación.

—Y ahora, ¿Qué vas a hacer? —Angie me miraba con desconfianza. Ella me conocía mejor que nadie.

—Lo haré arrepentirse de lo que hizo.

—Maya estás loca, ¡No puedes hacer eso! Si alguien se entera o él se va de boca y dice algo, estarás en problemas serios. Tu madre te mandará a vivir con tus tíos al extranjero.

—Nadie se dará cuenta de nada y él no dirá nada. Tengo que hacerlo, sino no sabré sí estoy imaginando las cosas que creo que él siente. Si logro comprobar que él no siente lo mismo, lo dejaré en paz y le diré a mi madre que me deje estudiar desde casa.

Fin delflashback

Logré caer dormida pronto, aunque triste por la llamada de Ian, que no sucedió. No recuerdo exactamente qué era lo que soñaba, cuando de pronto comencé a escuchar a lo lejos el sonido de un teléfono celular. De pronto logré reconocer que era mi celular, entonces hice un esfuerzo para contestarlo. Mis ojos estaban muy pesados, entonces tanteé con la mano la mesilla de noche y logré dar con el aparato que estaba sobre el cargador inalámbrico. Contesté sin mirar nada.

— ¿Hola? —mi voz era casi un susurro perezoso.

—Hola —la voz de Ian me sobresaltó y terminé de despertarme. Sonaba casi aliviado — ¿Te desperté?

—No te preocupes por eso. Me alegra que llamaras —dije mientras me sentaba en la cama.

—Lo siento mucho Maya, espero que no hayas estado despierta esperando mi llamada. Tuve un problema y el tiempo se fue muy rápido.

—Pensaba que no llamarías y que te arrepentías de todo.

—No, no... No me arrepiento Maya —dijo con un suspiro —Dios esto es una locura, pero no me arrepiento —sonreí al instante.

—Bueno, eso hace que seamos dos. No quiero que pienses que esto es un capricho de niña rica..., nunca jugaría así con los sentimientos de nadie y menos con su trabajo.

—Lo sé.

—Genial, puedo preguntar, ¿qué hacías?

—Ah sí. Pues la verdad es que me quedé dormido en el sofá de la sala.

—Ya veo. Imagino que el día fue agotador.

—Fue inusual, pero revelador.

—Bueno, espero que no te hayas sentido muy mal por el espectáculo tan embarazoso que di en la semana —dije muy arrepentida de lo que había hecho para hacerlo "pagar".

—Tengo que confesarte que no fue muy agradable verte tontear con Tristán, pero siendo justos, yo te dije que tenías que salir con alguien de tu edad.

—Sí..., lo hiciste.

—Quiero que sepas que el único motivo por el que lo hice fue porque tenía miedo. Estos sentimientos que despiertas en mí me asustan mucho, la verdad.

—Creo que fui muy impulsiva, sabes. Cuando nos conocimos sentí una tensión entre nosotros, agradable, pero peligrosa. Traté de contenerme y de tomar distancia, pero eso solo hacía que yo pensara más en ti y en otras cosas que... —tuve que callarme. Íbamos muy rápido y no quería que pensara que yo era una chica fácil.

— ¿Qué otras cosas? —su voz se había vuelto más profunda.

—Olvídalo, tal vez más adelante pueda contarte —no quería que mi voz denotara el nerviosismo que me domina.

—Muy bien. Ahora, creo que te dejaré dormir y si quieres mañana podemos hablar.

—Está bien, descansa —La llamada se cortó y de pronto todo estaba muy silencioso. Me convencí a volver a dormir y tratar de procesar todo lo que estaba pasando.

Sueño que me besa, sueño que acaricia mi cuerpo, que estamos solos en el patio trasero del colegio..., sueño que sus manos se envuelven en mi cintura desde atrás, siento su boca y su aliento en mi cuello mientras me besa y sus manos acarician mi abdomen. Recuesto mi cabeza sobre su pecho, ese pecho tan duro como una roca que me vuelve loca al instante. Siento como su cuerpo se endurece cuando subo mis brazos y rozo mis manos en su pelo, un jadeo casi imperceptible sale de su boca mientras sube una de sus manos hasta mi pecho y aprieta con delicadeza uno de mis senos. Sus caricias me encienden, la lujuria envuelve todo nuestro alrededor. Siento como mi vientre se aprieta mientras él acaricia mis pechos y me besa la clavícula y el hombro. Su cuerpo baja por mi espalda y sus manos bajan por mi costado llegando a mis glúteos. Cierro mis ojos mientras, con sus manos, lo siento acariciar esa zona de mi cuerpo casi con adoración. Quiero acariciarlo, pero no me lo permite, es como si deseara tanto acariciarme a mí que solo se concentrara en ello. Respiro con dificultad, siento mi sangre fluir de manera muy rápida por mi cuerpo caliente, mi mirada se enturbia con deseo, su respiración sobre mi piel me enciende cada vez más y siento que puedo perder el sentido si sigue acariciándome así.

De pronto siento mucho frío, un aire cargado de frío entraba por algún lugar de la habitación, pero yo recordaba haber dejado todas las ventanas cerradas. Mi subconsciente ya está despierto, sacándome así de mi hermoso sueño. Estiro las piernas y siento la brisa fría de nuevo, entonces trato de abrir un ojo a ver que sucede; siento la cama hundirse del lado contrario al mío, entonces pienso lo peor; Daniel. Decido no moverme hasta saber que intenta, cualquier cosa siempre podía gritar, aunque la puerta estuviera trabada, mi hermano la botaría sin dudarlo.

— ¿Maya? Mil putas, perdón no pretendía levantarte, no pude abrir la puerta de adelante, entonces entre por la ventana —mi hermano hablaba demasiado rápido y torpe. Estaba borracho sin duda.

—Lucas..., no te preocupes, me he asustado mucho. Pensé que era otra persona...

Cuando me volví en la cama, un Lucas totalmente vestido, hasta con zapatos, estaba tirado sobre mi colcha hecho un desastre, todo despeinado y con olor a whiskey fuerte. Me levanté de cama con cuidado y cerré la ventana, luego caminé hasta el otro lado de la cama y comencé a desvestir a mi hermano. Lo principal era quitarle los zapatos, luego con cuidado le saqué el jean negro y las medias, con el suéter tuve problemas..., era demasiado peso muerto como para alzarlo sola, entonces decidí dejarlo así, pero debía meterlo debajo de la colcha, entonces lo moví como pude hasta mi lado de la cama y lo tapé. Sacudí el otro lado y me metí entre las sábanas, sabía que dormiría del asco, ya que no podía dormir de ese lado de la cama, pero no podía hacer nada más, mi hermano era un dolor en el culo de vez en cuando. Lo más seguro es que Arturo haya olvidado que mi hermano estaba afuera, cerró con llave la puerta principal y este tonto, como está hasta el culo de alcohol, no pudo abrir correctamente.

En algún punto de la noche, mi hermano se quitó el suéter y la camisa, cuando me levanté estaba sin nada más que el bóxer negro, todo aquel cuerpo definido al aire, del otro lado estaba Angie, quien debió de entrar en algún momento hace un par de horas, obviamente mi hermano no la intimida lo suficiente como para no meterse en la cama y dejarme en el puro medio de los dos. Me sentía sofocada, entonces tuve que salirme como si mi vida dependiera de ello. Me metí en el baño con la finalidad de bañarme y lavarme los dientes, pero de pronto escucho algo me dejó impactada.

—Mi niña linda..., hasta el destino sabe que estamos hechos el uno para el otro. Mira que encontrarnos aquí es lo último que esperaría.

Mi mente quedó en blanco, ese era mi hermano y, obviamente, no me hablaba a mí. Abrí con cuidado la puerta del baño y lo ví recostado de lado viendo a una Angie inconsciente por el sueño. Su mirada de "recién me despierto" era de dulzura pura. No recordaba haberlo visto ver así a nadie antes, bueno, solo a Abi; pero estaba confundida, acaso... No, eso era imposible, Angie me hubiese dicho algo. Nunca había notado algo entre ellos, ni química ni tonteo ni nada.

Mil perdones chic@s. He intentado actualizar antes pero, el trabajo me lo impedia, además tuve un gran bloqueo con esta historia, creo que mi mente me traicionó y no sabía ya si el camino que me pedía la historia era el correcto. Pero, decidí escuchar a la historia y no a mi mente y aquí está la nueva parte de esta bella novela.