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Capítulo 2 Parte 5

MAYA

Salí del aula con el ánimo en el suelo, nadie adivinaría jamás que hace unos minutos estaba con la lengua de Ian en la garganta y con sus manos sujetando las mías en lo alto de mi cabeza. Cualquiera que me viera pensaría que algo malo había pasado. Todo el valor que había reunido en la semana se acabó en el momento en que sentí que Ian se volvía a alejar de mí por miedo. Sabía que sus miedos eran fundamentados, él llevaba las de perder en esto. Intenté que mi ánimo se recompusiera antes de entrar de nuevo a clases. Tenía biología, cómo si no fuera bastante el sufrimiento.

— ¿Estás bien? —Jimena me hablaba bajito, como si creyera que me rompería a llorar en cualquier momento.

—Sí, estoy bien. No pasó nada malo, al contrario, pero creo que todo esto terminará por estallarme en la cara.

—Tranquila, creo que al final las cosas serán como tienen que ser. No deberías forzar nada, lo que has hecho esta semana, es..., uff, muy arriesgado.

—Lo sé— dije sentándome en el sillón que había en el pasillo —me puse en plan vengativa y quería conseguir que él se rindiera, pero no creo que fuera la mejor de mis estrategias.

Me recosté sobre el hombro de Jime sintiéndome muy cansada, no sabía si quería seguir peleando por un amor que tal vez no debería pasar. Ian me gustaba mucho, me atraía como una polilla se siente atraída por la luz, pero todo era muy peligroso. Yo solo tenía en cuenta mis sentimientos, estaba siendo egoísta. No pensaba bien en las consecuencias que esto podía tener en la vida de Ian. Entonces decidí dejar que las cosas fluyan, no forzaría más nada en esta "relación".

Al tocar el timbre para entrar a clases, seguí a Jimena hasta el baño de chicas. Me lavé un poco la cara para no parecer una loca, me retoqué la base para tapar el rojo de mis labios que se había esparcido por mi cara y me retoqué el labial solo un poco. Quería quitarme los zapatos, pero no tenía otros, así que me hice de la vista gorda y salí de ahí decidida a vivir y dejar vivir. Tenía que concentrarme en mis estudios y no bajar la nota promedio que ya tenía, además, tenía que llamar a Angie y contarle todo lo que había pasado.

Al entrar a biología, me senté en el mismo lugar de siempre y saqué mi portafolio y mis lapiceros. Teníamos que acabar unos cruces de ADN que no habíamos terminado en la última clase, así que como Ian no había vuelto todavía, me puse con ello para sacar mi mente de él. Pero, al cabo de 10 minutos Ian todavía no había llegado, entonces la directora del colegio entró en el aula con cara de circunstancia.

—Alumnos, necesito su atención un momento— dijo de pie frente a todo el salón —el profesor Ian tuvo que irse temprano por una emergencia personal— mi cara cambió en segundos, lo había perturbado demasiado. Apreté mucho la cuerda y se rompió, no podía dejar que mis sentimientos y mi descaro arruinaran la vida de Ian —también lamento decirles que al finalizar el mes de abril el profesor Ian dejará su cargo como docente de ciencias en el colegio.

Los murmullos no se hicieron esperar. Mi cara debió de palidecerse mucho ya que la directora comenzó a preguntarme si estaba bien, pero yo la escuchaba a medias, estaba en estado de shock. Él me dijo que sentía cosas por mí, me besó y luego renunció. No entendía nada, la confusión estaba causándome un ataque de ansiedad. Miré a la directora y solo pude sacudir la cabeza y salir corriendo hacia el patio. Necesitaba aire, porque sentía que me iba a ahogar. No entendía nada de lo que estaba pasando, sentía la necesidad de salir a buscarlo y que me explicara lo que sucedía. No podía concebir que dejara su trabajo por mi culpa, si era necesario simplemente cambiaría de colegio y lo dejaría en paz.

Tenía que hacer algo, pero no estaba segura de que era lo que debía hacer. Buscarlo era una opción, pero no sabía dónde vivía. También podía esperar al día siguiente y hablar con él, pero era imposible dentro de la escuela, mi cuerpo sentía la urgencia de encontrarlo y mi mente batallaba con mi cuerpo, ya que pensaba que no era prudente. Entonces pensé en mi hermano Luis, él siempre me escuchaba y me ayudaba, tal vez él podría aconsejarme en este momento...

No, debía evitar que alguien supiese lo que había pasado entre Ian y yo. Sabía que solo era un beso; bueno dos, pero era mejor que nadie lo supiese. Yo no tenía edad suficiente para ser libre de elegir y podía meterlo en un problema si alguien equivocado supiera... Necesitaba averiguar dónde vivía, entonces podría ir hasta su casa y esperar ahí a que llegara. El problema estaba en cómo averiguar ese dato. Pensé por un rato, sentada en una de las bancas del patio, y entonces recordé que la secretaria de mi abuela me debía un favor.

Saque mi celular y marque el número de Rebeca Gómez. Ella era la casi perfecta secretaria de mi adorada abuela, que nunca estaba fuera de lugar y que siempre parecía saberlo todo de antemano. El año pasado la encontré besándose con un abogado de la competencia, a mi abuela le hubiese dado un infarto, pero yo los cubrí por meses cada vez que salían, diciendo que Rebeca me estaba ayudando con asuntos del colegio. Parecían muy enamorados, pero luego de 4 meses de noviazgo, terminaron. No quise ser chismosa, entonces no pregunté, pero Rebeca me dijo que estaría en deuda conmigo por no haberle dicho nada a mi abuela.

Este sería el momento en que cobraría aquel favor. Llamé dos veces, pero el teléfono estaba ocupado. Últimamente cada vez que llamaba a mi abuela o a mi madre, las dos estaban fuera de la oficina, siempre llegaban tarde a casa y nunca tenían tiempo de nada. Volví sin esperanzas a la clase y cuando iba a entrar en el edificio principal del colegio, alguien jaló de mi hacia un árbol que había al lado y que escondía parte de la entrada. Mi primer instinto fue gritar, pero la otra mano de mi captor me tapó la boca. Lo primero que oí fue una maldición y la voz que la profería me hizo tranquilizar.

— ¡Mierda!, lo siento. Lo último que quería era asustarte— Ian me soltó del brazo y me destapó la boca con cuidado.

—Pensé que ya te habías ido. La directora nos dijo...— Ian me interrumpió antes de poder continuar

—Ya sé lo que les dijo.

— Entonces, ¿es cierto? — dije susurrando.

—Sí, renuncié hace unos 20 minutos.

— ¿Por qué? — dije teniendo la verdad.

—Por ti... y por mí.

—No puedes dejar tu trabajo por mí. ¡Es una locura! Tu trabajo es muy importante y no deberías tener que escoger— sentía que me faltaba el aire de nuevo.

—Hey, tranquila. Respira despacio. No lo estoy dejando solo por ti, lo estoy dejando porque no creo que pueda seguir dando clases y estar contigo. Es muy arriesgado para los dos y no estoy dispuesto a renunciar a ti. A menos que tú no quieras que esto pase. Entonces, buscaré otro colegio donde enseñar.

Mi cabeza no podía procesar lo que estaba oyendo. ¿Él quería dejar su trabajo para estar conmigo? No, lo había escuchado mal.

—No entiendo...

—No hay nada que entender, me tienes loco Maya. Pienso en ti día y noche, ya no sé si sentirme bien o mal con esto. Tu edad y la mía..., para mí no es fácil saber si esto que estoy haciendo me convierte en un enfermo. Todo esto es decisión tuya, si tú no quieres más esto que está pasando, pues yo me iré, nunca más me verás. La verdad es que tú tienes todo el poder en esto, pero no creo ser lo suficientemente fuerte como para dejarte ir y verte a diario.

Estaba en estado de shock. Eso quería decir que él sentía lo mismo que yo, en serio. Tenía miedo, el riesgo de que nos descubrieran era grande, pero quería arriesgarme.

—Yo tampoco dejo de pensar en ti todo el tiempo. Tus ojos, tu voz..., estoy perdida en ti—dije mirándolo fijamente.

Él sonrió mientras su mano acariciaba mi cara con demasiada ternura. Sería difícil, pero sabía que lo lograríamos.

—Nadie puede saberlo, debemos ser muy cuidadosos aquí — le dije mirando para todos lados.

—Tranquila, solo me quedan dos semanas como profesor, entonces ya no será un peligro.

— ¿Qué harás mientras encuentras trabajo?

—Tengo algunos ahorros, no tendré que preocuparme por un tiempo, por lo menos mientras encuentro otro trabajo.

Me mordí el cachete por dentro. Se veía muy guapo cuando pensaba. Parecía un intelectual muy sexy, con las facciones perfectas y la piel tan dura como la roca. Daba aire de persona superior al resto. De pronto me miró y me di cuenta de que me había quedado embobada viéndolo fijamente. Que falta de vergüenza.

— Perdón — dije mientras sentía que me ardían las mejillas.

—No tienes que pedir perdón.

La emoción me superó y me lancé sobre Ian. Comencé a besarlo, entonces él nos condujo más pegados al árbol, dónde el gran tronco y la pared nos cubrían de los ojos ajenos. La tensión sexual era muy grande, tenía miedo de que fuera muy evidente para los ojos de los demás, sentía que cualquiera podría ver todos los sentimientos que se me desbordaban por este hombre. Continuamos besándonos, la lengua de Ian acariciaba la mía mientras se enredaban de manera sincronizada. Era demasiado para mí, sentí como mi cuerpo respondía al momento, tensándose y sensibilizándose de más. Comencé a pasar mis manos por su pecho, tocando todos los músculos que estaba segura que escondía debajo de aquellas camisas formales que usaba, que le quedaban tan bien.

Las manos de Ian volaron a mis hombros y fueron bajando por mi espalda. Su tacto me derretía por dentro. Sentía arder mis entrañas, como lava espesa. Este hombre sería mi perdición, pero Dios es mi testigo, quería que lo fuese. El cuerpo de Ian se pegó más a mí, entonces pude sentir el ardor de su deseo. No quería, pero debíamos parar antes de que alguien nos viera.

—Creo que entraré en combustión en cualquier momento —dije separándome de él y tratando de recobrar el aliento.

—Tienes razón, debemos parar antes de que no podamos controlarnos.

—Volveré a clases antes de que alguien sospeche algo y tú deberías irte como dijo la directora —le dije a Ian mientras le daba mi número de celular —guárdalo y mándame un mensaje más tarde. Tenemos que hablar bien de todo esto.

Le di un beso y me volví para irme antes de quevolviéramos a besarnos sin control. Camine decidida a no dejar que se me notaránada, debía ser muy cuidadosa de ahora en adelante. Solo debía esperar un año ydos meses más, entonces sería mayor de edad.

Hola! Quiero agradecer el recibimiento que ha tenido la historia.

Este capítulo ha durado un poco en ser subido, igual que el anterior, ya que estuve algo ocupada con el trabajo y he estado enferma, pero trataré de actualizar 1 o dos veces a la semana.

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