( Viñeta XX)

**************************************

**************************************

____________&&_________&&_____________

__ ¡Ay mi niña! ¡ Eso es demasiado!  Recién ha pasado una semana. ¿No podrías tomarte un tiempo más de reposo?¿ Al menos hasta que acabes con tus medicinas?. __

La azabache ordenaba calmadamente, toda la comida y medicinas sobretodo, para los más pequeños de la aldea. Si bien, la última vez había llevado una gran cantidad al Sengoku era mejor tener de sobra a que faltase.

Sus ánimos estaban mejores. Sus amigas habían ido a visitarla cada día de su estadía. Llenandolas de mimos, apuntes y chismes como solían hacerlo siempre que estaban juntas.

Naomi estaba algo preocupaba porque aún, se notaba que su hija no estaba del todo recuperada pues su toz, desistía en abandonarla pero también sabía que su hija había adoptado un pequeño y que este, era su pensamiento recurrente. Una parte de ella la comprendía perfectamente. Y en muchas ocasiones deseaba con todo su corazón que su niña tuviste la habilidad de traerlo a su época para poder estar más tiempo juntos y conocer a su nieto.

Eso sin contar que también tenía una nieta. Una pequeña de 5 años para lo que según la azabache le había contado, estaba a cargo del hermano de Inuyasha.

No sabía en que momento su hija había madurado de tal manera, al punto de desear tener la responsabilidad de lo que significa ser una madre y de todo lo que esto conlleva, pero allí estaba.
Aún, algo decaída pero con unos ánimos enormes, todo sea por volver a ver sus pequeños antes de tiempo.

Su corazón latía al ver las latas de leche para su pequeñito y le recordó que ya sus niños habían crecido.

__ Prometo que estaré bien mamá. Tomaré mi medicina tal y cuál, lo indicó el médico.__

Mostró su músculo y la castaña solo sonrió negando, su hija era tan especial y la amaba por ello.

____________&&___________&&____________

El demonio cada día que pasaba, se volvía más intolerable incluso, con el mismo.

Había regresado cada noche, como si fuese una ladrón nocturno en asechoa aquella cabaña donde la onna pertenecía.

Más nunca, se encontraba allí y eso lo estaba volviendo totalmente loco.

Había merodeado de día, de mañana, al atardecer, durante cada maldita hora pero ni mira de ella y su dulce aroma.

Era una tortura para su mente, no la percibía, su escencia estaba desvanecida y para mayor de los tormentos Rin había enfermado hace dos días y la pequeña tenía una temperatura que era imposible de bajar, ninguna de las sanadoras del Oeste podía con su fiebre y eso empeoraba su preocupación.

Nuevamente, se abrió paso por los cielos para volver hacía la aldea, esta vez, con la intención de hablar con quién fuese de allí para averiguar sobre el paradero de la azabache y pese odiarse por ello, la necesitaba. Rin la necesitaba.

Ni bien se acercó un delicioso aroma a comida lo envolvió. Había gente en su cabaña como de costumbre, su hogar nunca  se encontraba solo.

A firmes sancadas subió la pequeña escalera de madera sin notar la presencia de quien se encontraba allí sentando.

__ Rin, Rin, Rin. __ dijo, el pequeño al sacarse el gran chupete rojo que llevaba en su boca.

Alegrandose al ver al Lord en el porche de su hogar.
Si bien Shippo aún no comprendía muchas cosas por obvias razones. Ver a Sesshomaru era sinónimo de la niña a quien el pequeño adoraba con devoción y aunque ni el demonio, ni la azabache se habían percatado aún, el pequeño zorrito ya reconocía de manera increíble el aroma del Lord.

Se colocó en pie de manera graciosa, ya que yacía en el suelo con una manta muy conocida para el demonio. Un par de objetos coloridos que suponía eran para entrener al cachorro, ya había visto unos similares que solía utilizar Rin.

El pelirrojo tiró un poco de la tela de su pantalón y con sus pequeños brazos le pidió ser levantado.

Sesshomaru arqueó una ceja, observándolo extrañado ante la repentina acción del niño.

( No seas imbécil, apenas es un cachorro.)

Este se inclinó y lo tomó con cuidado tratando de no ejercer presión, ya que el cachorro estaba muy diminuto pero bastante rellenito. En su mano llevaba un extraño recipiente que contenía, lo que se olía perfectamente como leche.

__ Rin. __ volvió, a repetir agitando su mamadera.

__ Ella no está aquí. __ trató de no sonar suave.

Shippo confundido lo miró de manera tierna y le ofreció su mamila.

( Este Yako quiere al kitsune.)

Kaede al escuchar ruidos se asustó y salió con sus cosas de cocinas preocupada pero al notar de quién se encontraba allí quedó aún más que sorprendida.

__ Mi Lord. __ hizo una reverencia de manera educada y se acercó a él viendo que el demonio sostenía a Shippo en sus brazos.

__ Sacerdotiza. __

El platinado también la reverenció. Era el único humano a quien respetaba por su ardua sabiduría y el respeto con que siempre se había dirigido hacía él.

__ ¿ Busca a alguien?. __

Kaede era perspicaz , sabia, astuta y se había percatado de muchísimas cosas inclusive antes de que ocurrieran. Con su gran poder espiritual no había pasado por alto la poderosisima aura del demonio que anduvo rondando por allí los últimos días.

Pero prefería guardarse a silencio y esperar que fuese el demonio quien hable, después de todo, sabía lo retraído que este era.

__ La humana. __

Shippo parecía muy a gusto tocando las líneas de sus mejillas cosa que no pasó desapercibido para la abuela que pese a que nadie lo viera, ella si notaba el gran cambio en el temido Lord.

__ Mi niña aún no regresa. No he tenido tiempo de despedirme de ella. Por lo que ha dicho Sango se ha ido algo enferma. Todos estamos esperamos por su regreso. Como verá, me ha tocado quedarme a cargo de su pequeño. __

Respondió, extendiendo sus brazos para ver si Shippo saltaba hacía ella y dejaba quizás de incomodar al demonio, más no fue así.  Sino que terminó por apoyar su pequeña cabecita contra su pecho.

__ Rin ha enfermado. __

Kaede comprendió perfectamente porque el demonio se había dignado a recurrir a Kagome. La pequeña necesitaba de ella.

Llevó ambas manos hacía su rostro denotando su genuina preocupación por la pequeña y la incertidumbre de no saber cuando Kagome regresaría.

__ Tengo algunas medicinas pero realmente nose cuales son para los más pequeños y cuales para los adultos. De todo ello se encarga Kagome y decirle cuando regresará sería mentirle mi Lord. Ya que no lo sé, con certeza. __

El ojidorado tragó pesadamente en un ataque de ira, casi había matado a todos en el castillo al no poder encontrar la solución para la gran fiebre a su cachorra.

Si le sucedía algo a Rin, no se lo perdonaría jamás porque despues de todo quizás, el culpable de la ausencia de la onna era él.

Era conocedor que la humana con su extraña magia era la mejor sanadora del Sengoku y que todos recurrian a ella, lo había visto con sus propios ojos .

Y ahora él se encontraba allí,  desesperado sin saber que hacer recurriendo a la misma mujer que juró nunca más volver a ver.

La mamadera de Shippo cayó al suelo al ser soltada por su pequeña manito. Se había dormido muy aferrado al demonio que sin percatarse lo tenía abrazado.

( Le agradamos.)

El no podía llevarse al Kitsune claro que no, aunque eso sería una certeza para que la azabache no se niegue a ir en su búsqueda cuando regresara.

El platinado sin decir nada, se inclinó elegantemente recogió la mamila y tomó la manta para cubrir al cachorro.

__ Espere mi Lord. ¿ Shippo?. __

__ Irá conmigo. __ dijo, sin más, alejándose sin percatarse de quién se acercaba.

__ ¡ Oye tú! ¿ Adónde crees que te llevas a mi niño?. __

Continuará...

_____________&&_________&&___________

Holis mi gente linda ❤️  Aquí con otro capítulo de este fic que como ya he hecho mención me tiene loca de ideas.

Quizás alguna ya se ha percatado en que historia mía me voy a inspirar y para quienes no, les diré que será en el Segundo Libro de la " Seducción de un demonio" que es un drabble que había escrito para la página de Es Sesshome, hace ya un largo tiempo.

Tomaré algunas cosas como referencia para los siguientes capítulos 🙈 en fin, les mando un fuerte abrazo de 🐻 y nos leemos mañana sin falta ♥️