( Viñeta XLVIII)

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Luego que todo el caos haya pasado.
Luego de que la sangrienta batalla haya llegado a su final.
Yako, había optado por comerse a prácticamente todo el ejército opositor y si no hubiese habido intercepcion por parte de su hermosa mujer también, se hubiese comido a sus propios soldados porque luego de que Shioki intentó besarla, su bestia perdió el control dejando cualquier ápice de cordura de lado.

Había enloquecido, claramente, pero solo bastó la dulce voz de su azabache diciendo que era un "cachorro malo" para que él, se detuviera y comenzase a mover la cola, haciendo piruetas para que ella se desarmara de amor.

Definitivamente, no había más prueba viviente del gran amor que su hembra sentía por él, que oler todas esas emociones inclusive provocadas por ese lado temible y bestial que tenía.

Entre aquel sangriento escenario la bestia legendaria y tan temida acariciaba con su hocico a su bella humana aunque en el interior y la tranquilidad de su palacio todo no era tanto amor como afuera...

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__ ¡ Inuyasha espera! __

Koga agarraba la manga del platinado y lo sacudía de aquí para allá tratándo de hacerlo entrar en razón.

__ Si no me sueltas... te golpearé y no quiero ello. __

__ Déjame explicarte. __

__ ¿ Qué quieres explicarme -eh?__

Sus dorados amenazaban con romper en llanto.

Inuyasha había llegado justamente, cuando Ayame se había arrojado a los brazos del moreno y le había robado un apasionado beso tras festejar que el Oeste había ganado.
Para desgracias del ojiazul que estaba muy distraído al momento que Ayame tomó su rostro y estampó su boca contra la suya nunca imaginó esta acción por la parte contraria y mucho menos, justo que el amor de su vida viera semejante espetaculo.

__ Nada es lo que piensas. __

__ ¿ Qué crees que pienso?. __

La decepción de Inuyasha era demasiada.

__ Cosas equivocadas. Porque fue ella quien me besó, estaba distraído velando por la integridad del general de tu hermano quien te salvó la vida, al menos debía hacer ello por quien arriesgó su propia vida por él amor de la mía. __

__ Tsk. Callate. __

El platinado se soltó y comenzó a correr dejando caer sus lagrimas ya sin pudor.

El ojiazul no podía dejarlo así, así llorando triste y decepcionado de su genuino amor, corrió desesperado tras suyo.

Ayame se sentía muy culpable por ello, luego de caer en la tentación de besar a su ex prometido pero al ver el rostro de desilusión del peliplata comprendió que le estaba haciendo experimentar lo que ella había pasado en carne propia y si bien por un momento disfrutó de ello, solo bastaron segundos para que aquel sentimiento de satisfacción se convierta en mera culpa al ver el hermoso rostro del ojidorado lleno de dolor.

Sango le había dicho que no debía ir tras ellos y que debía dejar que solucionaran sus asuntos juntos que había sido suficiente por ese día pero ella algo dudosa decidió que debía aclarar lo que ella misma provocó.

Aceptaba haber perdido esa batalla de amor con el peliplata y por esa misma razón, no podía dejar las cosas así nomás.

Asique cuando salió de aquel aposento donde Sango se econtraba cuidando de un inconciente Miroku, se guió siguiendo sus aromas ya conocidos para ella.

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__ ¿ Quién es mi pequeño cachorro ? ¿ Quién?__

Jugaba Kag acariciando aquel hermoso y suave pelaje. Yako era feliz tan feliz que comportarse como un bebé no era problema para él.

Prometía en su interior que cuando volviese a su época le llevaría muchísimas cosas para su pequeño Yako especialmente, una pelota gigante para que el jugase todo lo que quisiese. Hablaría seriamente con su peliplata para que le diera más libertad a su bestia, debía ser más permisivo.

Yako movía la cola con su lengua fuera como si realmente se tratara de un pequeño caniche juguetón.

Y con su hocico la llenaba de cosquillas.

__ Ey.. son muchos besos. __ reía, mientras ella les devolvía todos sus besos y mimos. Lo miró por unos segundos y tomó su gigante rostro. __ Ya sabes que el peligro terminó. __ aclaró para que no se le ocurra volver a querer comerse a todo el mundo.

Se dejaba consentir mientras tanto el demonio por dentro moría de celos quería encerrar a su bestia y no dejarla salir nunca más pero al oler esa dulzura, ese embriagante aroma que solo despedía cada vez que estaba felíz lo enloquecía y solo por ello le permitía a su bestia permanecer unos segundos más.

Ladeo su rostro, obvio que comprendía a su hembra, le que quería decirle y es que ya no había peligro para ella pero él, no quería irse.
Quería disfrutarla tan solo un poco más, tan solo unos minutos más .
Su amo no lo dejaba ser, a gusto con su lady y creía que sus locos celos eran tan grandes que se olvidaba que eran un solo ser pero allí, lo sentía diciéndole muchas cosas como que no se pase de listo.

Definitivamente, su amo debía ser más sensato pero no era el caso, ya se había acostumbrado a ello.

Asique, una última mirada profunda y una lamida en su mejilla antes de despedirse de su hermosa Lady mientras ella se acurrucaba entre su pelaje sintiendo los fuertes latidos de su gran corazón.

Sesshomaru tomó su cuerpo natural y permaneció allí abrazándola en ese temible escenario que a ella parecía no importarle mientras estuviese entre sus brazos.

__ Ganamos. __ susurró, acurrucandose contra su pecho.

__ Ganamos, mujer desobediente. __ rio, contra sus labios.

Lirio llegaba con Serena en brazos y caía de rodillas ante ellos sacándolos de su atmósfera, no habían sabido nada de ellas hasta ese momento.

Kagome inmediatamente se soltó y se arrodilló del mismo modo queriendo ayudar a las jóvenes demonias.

__ Por favor, mi lady ayude a mi hermana. __

El platinado veía como aquella cachorra quien temía de todos cuando llegó a su palacio hace tanto tiempo atrás, moría lentamente desangrada.

Aquella niña que en más de una ocasión consoló tras su llanto de cachorra.

Aquella blonda pequeña quien aunque nunca lo haya dicho abiertamente consideró una de sus pequeñas hijas.

La azabache trataba de detener la sangre, desesperada, mientras Lirio lloraba a su lado.

Su reiki no bastaba para curarla. Aquella herida profunda que tenía en el centro de su cuerpo no dejaba de sangrar y el veneno había invadido todo su cuerpo, Serena moría.

Una última mirada dio a su fiel protector aquel temido demonio quien le enseñó, a leer, a escribir y a luchar como toda una guerrera, quien se convirtió en una figura paterna a falta de una.

__ ¡ Serena ! ¡ No me dejes sola hermana !. __

Lirio lloraba ,desconsoladamente, la ojiazul al sentir su gran dolor del mismo modo la abrazó con fuerzas.

El ojidorado esperó a que los mensajeros del más allá, se hagan presente sobre el cuerpo herido y no esperó ni un solo segundo cuando aquellos hicieron acto de presencia y con solo un movimiento de su espada, la más jóven del clan de las serpientes abría sus ojos lentamente.

Lirio la aferraba contra su cuerpo y lloraba de alegría.

Kagome secaba sus lágrimas y aquella desesperación se convirtió en alegría al ver que su gran amor le había concedido la vida nuevamente.

Sesshomaru se arrodilló del mismo modo viendo a las hermanas llorar entre sí, diciendo que nunca se separarían.

__ Gracias, gracias por tanto nuestro Señor. __ dijo, Lirio llorando viendo aquel perfecto rostro. El mismo con el que había crecido, bajo su hala. Quien siempre les había brindado protección, comida y les había enseñado todo lo que sabían, allí una vez más estaba para ellas.

__ A ustedes por proteger al Oeste con sus propias vidas. __

Por primera vez, el platinado se reverenció. Kagome no podía creer lo que veía.

__ Se han convertido en unas buenas niñas y finalmente el Sur les pertenece. __ dijo, acariciando sus melenas como lo hacia con Rin.

Serena lloraba aferrada a Lirio ambas se colocaron con sus brazos hacia abajo. Nunca, ni volviendo a vivir les alcanzaría la vida para agradecerle todo lo que había hecho Sesshomaru por ellas.

La azabache estaba llena de orgullo y las abrazó sin siquiera saber la historia completa.

Ambas demonias negaron.

__ Nosotras pertenecemos aquí, al Oeste. El Sur es todo suyo, padre. __

Cada una tomaron las de Kagome y besaron loa dorsos con mucho amor.

__ Y de vuestra madre. __

A la ojiazul casi le da un infarto allí mismo, nunca esperó ello jamás ni en sus más loco sueños. ¿ Cómo iba a tener unas hijas que lucian igual que ella en cuanto edad? Definitivamente, debería ponerse ahorrar para los regalos de navidad porque ahora resultaba que tenía cuatro hijos de la noche a la mañana de solo pensarlo sentía que le bajaba la presión.

Sesshomaru solo sentía puro orgullo en su interior y recordó las inocentes palabras que alguna vez le dijeron ambas al llegar a su palacio y que nunca más las volvió a escuchar hasta ese momento.

¿ Usted será nuestro nuevo papá ?

Por aquel entonces, le pareció una locura y solo un inocente comentario por parte de unas cachorras asustadas pero ahora comprendía que había hecho bien su trabajo.

Continuará...

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Holis mi gente linda ❤️ ¿ Qué tal su domingo?
Yo aquí recién por almorzar, el día está lluvioso. Especial para dejar mi mente volar y escribir y escribir ✍️ ✨️

Espero les haya gustado el capítulo 💕

Nos leemos mañana sin falta y les mando un fuerte abrazo de oso 🐻

PD: Estoy igual que Kagome viendo que le pedirá mi niño a Santa jaja sin contar que antes es su cumpleaños 🤣 también siento que me baja la presión.