Culpa
( Viñeta V)
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La azabache como podía maniobraba su gran mochila amarilla repleta de medicinas, comida y objetos personales muy necesarios tanto para ella como para sus amigos y aldeanos también.
A cuestas, en su pequeña espalda más varias bolsas en mano sin contar dos pequeñas mochilas de color naranja y verde repletas de dulces y cosas deliciosas que con mucho amor solía preparar para traer especialmente para los pequeños que le habían robado el corazón.
Las bolsas rebasadas de comida y objetos de aseo personal. Kagome a esas alturas contaba con mucha fuerza adquirida ya que sabía de antemano que nada solía ser como en los viejos tiempos.
Que esa mano con garras que antes estaba para ayudarla, ya no la ayudaba como se había acostumbrado años atrás.
Rara vez Inuyasha se encontraba fuera del pozo esperando ansioso. Eso había quedado tiempo atrás y aunque primaremente dolió, luego se acostumbró pues de ningún modo sería impedimento para ella.
Suspiró cansada una vez que logró salir de este y con una gran sonrisa en su rostro se dirigió a la aldea.
__ Mamá, mamá!
Esas dulces voces tan apreciadas para ella, la recibían con genuina ansias y amor.
__ Mis pequeños... __
Se arrodilló a la altura de ambos para fundirlos en un reconfortante abrazo.
__ Te extrañamos mucho. Porfavor, no vuelvas a marcharte por tanto tiempo. __
__ Está vez me quedaré por mucho tiempo mis pequeños. Les he traído muchas cosas deliciosas. Podrán perdonarme?. __ dijo, con una voz dulce llenado de besos las regordetas mejillas.
__ Si!! __
Respondieron, efusivos, saltando felices y corriendo en círculos alrededor suyo.
__ Niños! El almuerzo está listo. __
Sango salía de la cabaña de la abuela Kaede con un cucharón en mano.
Al ver a Kagome, los ojos de la castaña se iluminaron como si hubiese visto un ángel. Y claro que lo era, para la castaña la azabache era su ángel, su hermana menor. La única que le alegraba sus solitarios días y estar separada de ella se volvía tan desolado que cada regreso era pura alegría.
Se fundieron en un abrazo con un cucharón de por medio, todas las bolsas terminaron sobre el suelo.
__ No vuelvas a tardarte tanto. __ regañó.
__ Prometo que no lo haré. Mirá. __ señaló todo lo que había traído.
__ Son mucha cosas. __
__ Mamá te preparó la tarta de manzana que tanto amas. __
Sango se quitó el pañuelo de la cabeza y lo revoleó graciosamente, más que felíz era poco e imitó a los niños girando como bailarina.
__ Inu?. __ preguntó, curiosa mirando a todos lados. No había mira del peliplata y su comida ninja más sus atesoradas papitas esperaban por él.
La castaña suspiró y acarició el rostro de la ojiazul.
__ Me dejó dicho que debían volver a realizar su trabajo en una aldea muy alejada de aquí. Que la paga era buena y que no sabrían cuanto tardarían. __
__ Oh ... __
Fingió una sonrisa restándole importancia al asunto. No le sorprendía claro que no y algo en ella hasta se tranquilizaba porque de algún modo estaba evitando a Inuyasha.
Sango tomó el rostro de la azabache, besando su frente. Comprendía a su amiga sin mediar palabras. Ella estaba en la misma situación y experimentando mucha confusión en una relación que se mantenía en pie simplemente por la costumbre, ya no había solución. Lo mejor era pese a cualquier incertidumbre seguir sin opacar la felicidad de sus jóvenes vidas.
__ Me alegra estar aquí contigo. __
__ No sabes cuánto te extrañamos con los niños. __
__ También los he extrañado mucho. __
__ Ven vamos a almorzar. Kaede también te espera. __
Ambas mujeres entre risas se encaminaron a la cabaña para tener un almuerzo en familia como se habían acostumbrado.
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( Previamente antes del encuentro entre Koga e Inuyasha)
__ Tsk... __
Inuyasha se encontraba en una rama de un árbol respirando y esperando a que Miroku saliera de una de las cabañas de aquella aldea donde debían exorcizar ciertos demonios de rango bajo. Ambos necesitaban la paga pero Miroku no desaprovechaba la oportunidad.
El hanyo se estaba exasperando, odiaba estar allí y escuchar lo que su libinidoso amigo solía hacer con cada mujer que se le topaba.
Le dolía por Sango realmente respetaba y quería mucho a la castaña a quien consideraba una hermana.
Era una mujer, fuerte, valiente y con un pasado trágico a quien admiraba.
Había veces en la que cuando regresaba a la aldea no quería ni mirarla a los ojos porque pese a que él, nada tenía que ver con las acciones del monje, no quería entrometerse en la relación, ya que ambos eran sus amigos y ellos solo traería complicaciones.
Pero de algo estaba seguro y es que Sango, no merecía ello.
Aunque....
Cómo él podría juzgar a Miroku? Con que derecho? Sería un maldito cínico si lo hacía.
Cómo podía él, mirar el hermoso rostro de su dulce Kagome luego de todo lo que hacía con Koga?
Aquella relación prohibida y clandestina que lo estaba consumiendo en el mismísimo fuego del infierno.
Se limpió el rostro enojado con el mismo. No sabía en que momento había comenzando a llorar pero estaba enfurecido.
Decepcionado de su propia persona con la angustia a flor de piel la ira, lo invadió.
Sabía muy bien que alejarse constantemente principalmente se debía para mantenerse alejado de la azabache y la vergüenza que sentía de todo su ser pero,
No podía evitarlo...
-- Soy un maldito cobarde!--
Enojado bajó de un solo salto de aquel gran árbol.
El pelinegro justo salía de aquella precaria cabaña con una sonrisa de oreja a oreja que solo lo hizo encolerizar más y más al hanyo.
__ Disculpa mi amigo por la demora. __ dijo, sin un apice de remordimiento.
Los dorados brillaban con intensidad y dolor.
Lo tomó con rudeza por las solapas de su túnica.
__ No volverás a faltarle el respeto a Sango en mi presencia. Si deseas hacer tus fechorías con cuál mujer se tope, hazlo pero lejos de mi, Comprendes?. No seré tu cómplice. __
Lo soltó sin importar, haciendo que el otro cayera de bruces al suelo.
Y se alejó corriendo rápidamente perdiéndose ante la vista del monje que quedó confundido.
__ Oye! Regresa! Lo siento Inuyasha!.__ gritó pero fue en vano porque ya no había ni mira de él.
Lo que Miroku no sabía es que el peliplata no solo estaba enojado con su mal actuar , sino más bien que se proyectaba en el mismo pero a diferencia del monje. Inuyasha se encontraba perdidamente enamorado del Lobo y no lograba estar tranquilo con tanto sentimiento de culpa de por medio.
Continuará....
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Holis mi gente ❤️ soy yo de nuevo jeje como dije antes. Me estoy poniendo a prueba a ver si puedo escribir todos los días un capítulo. Y aquí estoy 🙈.
Espero disfruten de este y uff tengo muchas ideas para esta historia 😏
Nos leemos mañana sin falta ❤️ les mando un fuerte abrazo de oso 🐻
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