Atrapados
( Viñeta LXIV)
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El estómago de Kagome rugió haciendo que la joven llevase sus manos hacía su vientre y sus mejillas se tornaran rojas.
__ ¿ Hay una bestia allí?__ preguntó, picaremente, tratando de algún modo enmendar su error de haberse enojado tanto y casi terminar peleando con su adorada humana.
Ella fingió ofenderse esquivando sus besos.
__ Es tu culpa por estar enojado todo el tiempo y no alimentarme. __
Arqueó su ceja divertido y la tomó sorpresivamente, por sus muslos haciendo que ella gritase ante la sorpresa.
Se sujetó, pasando sus brazos por su cuello y se dejó cargar al estilo princesa, mientras que el caminaba muy tranquilamente por los pasillos del palacio como si nada hubiese ocurrido, como si solo momentos atrás, no hubiera pensando en matar a Inuyasha.
__ ¿ Dónde me llevas?__
Mordió levemente su nariz para luego besar sus labios.
__ Te alimentaré, humana. Te alimentaré, demasiado. No pesas absolutamente nada. __
__ ¿ Así que quieres complacerme con deliciosa comida? __
__ Si. __
__ ¿ Entoces alimentarme mucho, es tu manera de disculparte?. __
Él no dejaba de observarla. Todos esos gestos y muecas que tenía al hablar. El modo de reprocharle, le encantaba sobretodo bromear con ella para ver su rostro luego, junto a sus adorables expresiones.
__ Te alimentaré mucho para comerte en la cena navideña. __
La expresión de Kagome era un poema y la sonrisa de Sesshomaru era simplemente arte.
__ ¡Oye! __ golpeó, su pecho con su mano cuando el comenzó a lamer su tibia mejilla. __ No soy un cerdito. __
-- Mamá que no me dejaba tener un cachorro porque decía que podría dañar a Buyo y ahora tengo uno que me lame el rostro todo el tiempo.--
__ Claro que lo eres. Mi cochina humana. __
Ahora no solo sus mejillas eran rojas, también su frente, su mentón, cada parte de su bello rostro.
Ver tan suelto y sonriente a Sesshomaru era difícil de creer y se estaba acostumbrando a ello de a poco, simplemente, la enloquecía.
Ese demonio era un pecado andante porque sus hormonas se alteraban incluso si la llamaba, cochina.
Esa voz...
Tan grave y candente como si todo el tiempo acabase de despertar de dormir, le estaba calcinando el cerebro y no solo ello.
( Grrr )
-- La traemos a nuestros pies. --
Pensó, con su ego en lo alto, al oler cuan deseosa su mujer se ponía solo por él. Por simples cosas, incluso cuando estaba bromeando solo un poco con ella.
__ No hagas eso humana o deberé de hacerte el amor, nuevamente. __ dijo, ingresando al enorme y precioso comedor sentándola sobre una gran mesa llena de variados alimentos.
Aquí. __ susurró en su oído bajando con su fina lengua desde el lóbulo de su oreja, recorriendo todo su frágil cuello mientras que sus manos, subían por sus suaves muslos, adentrandose bajo la seda del kimono que le había regalado.
El platinado primero quiso bromear con ella pero no tardó nada en perder el control de su propio juego y comenzó a desesperarse por comerla a ella como desayuno.
La azabache que además no oponía el ninímo de resistencia en lo absoluto, como si fuese que no habían acabado de hacer el amor momentos atrás, en las termas, ni que hablar de la apasionada noche que habían pasado allí.
Bastaba tocar sus pompas para hacerle recordar que tan salvajes habían sido.
__ Sessh... por favor... aquí.. aquí, no... __
Suplicó, contra su boca cuando un dedo invasor, comenzó a rosar muy sutilmente su intimidad y ella en vez de negarse, lo invitó a más... abriendo sus piernas.
El platinado obviando sus palabras y dejándose llevar por lo que su olfato e instinto le decía.
Le dedicó una mirada cargada de lujuria y le regaló una sonrisa, acariciando su azabache cabello como si fuese una pequeña al verla con sus piernas totalmente abierta.
( obediente)
__ Buena niña. __ dijo y besó su frente.
Kagome mordió sus labios en respuesta, manteniendo el silencio y la calma sin saber que es lo que estaba en los planes de su tremendo demonio playboy.
Este, tomó una fresa de un gran platón que estaba casi al lado de la azabache y se la mostró, pasándosela por esa boquita semi-abierta que lo volvía loco.
La joven iba a morder aquella fresa pero él, la alejó y negó con su cabeza.
__ Necesita miel. __ dijo, llevándola hacia su intimidad, corrió aquella tela y apoyó la fruta en su lugar favorito de todos, haciendo solo un poco de presión para introducirla con cuidado.
__ Oh... __
Las pequeñas manos de la azabache, se aferraron a la firme madera de la mesa con fuerza cuando sintió la gran frescura de la fresa invadir su ardiente interior.
Echó su cabeza hacía atrás y dejó al demonio acariciarla con aquella fruta por todos sus labios del pecado, cerró sus ojos, envuelta en una nube de lujuria inexplicable.
Estaba aprendiendo a conocer nuevas formas de placer a manos de su fogoso demonio.
--Ahora comprendo tu insistencia Yako--
(Siempre te lo he dicho. Ella es única)
El peliplata con una sonrisa victorioso, inspeccionó su palpitante intimidad, añorandola, luego de quitar la fresa de allí.
La fruta relucía brillosemente resaltando su rojo natural.
Kagome agitada, avergonzada, por todo lo que ese ser le provocaba.
Haciéndola desconocerce así misma.
Vio esa amplia sonrisa de satisfacción y como olía sin pudor la fruta mientras la lamía.
__ Deliciosa. __
La fresa desapareció en su boca y le pareció lo más sensual ver como su nuez de Adam se movía de arriba a abajo, al tragar aquella fruta que había sido puesta por un momento, en su interior.
Llevó su mano hacía su boca y otra a su pecho agitada. Le había parecido tan erótico que sintió su intimidad vibrar comenzando a mojarse.
Sesshomaru acortó la distancia nuevamente, apretando una de sus piernas con una mano y con la otra tomó su mentón también presionandolo.
__ Sessh... __
¿ Realmente estaba pensando en hacerlo allí ? ¿ Sobre la mesa repleta de comida a plena luz del día? Sin contar que los demonios que trabajaban allí podrían ingresar en cualquier momento. Estaba empezando a odiar a su hombre por hacerla perder la cordura.
__ Que bien sabes... que bien hueles... __
Sesshomaru, lamía su cuello y por momentos la mordisqueaba, la apretaba realmente, quería devorarla.
Kagome estaba que no podía luchar contra su hormonal y caliente cuerpo. Estaba a punto de ceder y dejar de moverse tratando de safarse pero aquel rayito de luz, ese poquito de razonamiento que le quedaba, salió a flote y se escabulló, tomando por sorpresa al demonio que solo sonrió de manera macabra.
-- La carazaré y la devoraré completa. --
Yako movió la cola complacido viendo como su humana corría alrededor de la mesa y su amo la perseguía de manera lenta porque solo estaba jugando con ella.
Aunque, claramente, ella sería su pre-desayuno.
__ ¡ Te comeré!. __ exclamó, fuerte y claro dando un gran salto, apareciendo frente a ella como el depredador que era. Sus ojos rojos y su rostro levemente deformado, si, estaba malditamente excitado.
Le duró poco el juego porque estaba tan caliente pero tan caliente con solo olerla, eso nomás bastaba que su embriagante aroma llegue a sus fosas nasales para ponerlo duro como piedra.
Kagome muy en su papel, gritó cuando él saltó sobre suyo, cayendo ambos sobre el suelo, iban a comenzar a besarse, a amarse sin piedad.
Pero escucharon el fuerte llanto de sus niños.
Ambos abrieron sus ojos enormemente, mirando hacía un costado.
Rin lloraba desconsoladamente mientras sostenía a Shippo en sus brazos que lloraba del mismo modo solo por el temor que le infrigía su hermanita.
__ ¡No sé coma a mamá, por favor!. __ pidió, con su rostro cubierto de lágrimas la inocente niña que creyó en aquellas palabras dichas por su amo al llegar al comedor.
El platinado velozmente, salió de sobre el cuerpo de kagome que se encontraba totalmente avergonzada, ante lasituación de casi ser descubiertos por sus niños.
Rápidamente, corrió a refugiar a los pequeños entre sus brazos Y consolarlos de algún modo.
No sin antes dar una mirada cargada de reproche al insistente demonio que estaba apenado. Cualquier excitación del momento, se esfumó como por arte de magia.
Sus pequeños realmente creyeron en sus palabras. Pensaron que se comería literalmente a su humana y ganas no le faltaron pero no de el modo en que ellos creían.
Debía aclarar esa situación si o si o sus hijos iban a temerle y eso él, no podría soportarlo...
--¿ Cómo le explicaremos?--
Preguntó a Yako esperando una sabía respuesta para encontrar el modo de explicar a unos inocentes pequeños lo que acababan de ver.
( Lo dejo en tus manos. Creo que descansaré un poco)
-- ¡ Maldito! ¡ Vuelve aquí!--
Continuará...
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Buen día mi gente linda ♥️ Espero les haya gustado este capítulo 🙈 ajá picaronas! Las agarré, ustedes querían lemon puerco pero justo llegaron los niños jajaja
En fin, Sesshomaru deberá adaptarse a la vida de padre 🙊 y encontrar el modo de dar una buena explicación.
Sin más, les mando un fuerte abrazo de oso 🐻 y nos leemos sin falta, mañana. 💕
PD: Les dejo al santo patrono de la lujuria, chupador número 1 de fresas para que no les falte fruta en el refri 😏 ( 😉 guiño, guiño)
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