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Capítulo 1. Salvación






















Yo quiero salvar a Tachibana.

—¡Atención, presten atención!— vociferó extendiendo sus brazos a cada lado con una gran sonrisa en sus labios.— ¡Los combates de hoy son los que recibieron por mensaje de texto!

Una gran cantidad de personas gritaban emocionados al escuchar las palabras de aquel chico de cabellos negros y sonrisa retorcida. Takemicchi tragó saliva desde lo más alto de las escaleras viendo hacia abajo a su amigo, Takuya, con otro muchacho que ni siquiera recordaba su nombre, sin embargo recordaba lo mal que había dejado a su amigo, tan mal que hasta habían pensado que lo habían matado.

—¡Kojima, de la secundaria Sakura!— lo presentó el pelinegro, causando que el muchacho rubio casi pelado moviera su brazo de un lado a otro diciendo un "¡Ey!" de desgano.

La muchedumbre de adolescentes se quejó por ese tono y por el comportamiento del adolescente.

—¡¿Que es eso de "Ey"?!

—¡Más te vale ganar!

—¡Volverás a casa en calzones si pierdes!

—¡Y de la secundaria Mizo, Yamamoto!— volvió a gritar el presentador, señalando al muchacho de cabellos castaños claros hasta por los hombros, que tragó saliva nervioso.

—¡Muérete, pelilargo!

—¡No te acobardes!

—¡Las probabilidades son de 4 a 6 a favor de Kojima!— gritó el presentador.

— ¡Vamos Yamada!— gritaron la gran parte de adolescentes alentando al pelado rubio.

El muchacho rubio pelado sonrió burlonamente y con un gesto de mano lo alentó al pelilargo a que se acercara a él. Takemichi notó como su amigo temblaba que éste apretó sus manos en fuerte puños para poder controlar su miedo y enfrentar a ese chico.

—¡Ven, estoy listo para destrozarte!

Yamamoto volvió a tragar saliva pero se puso en guardia. Un silencio abrumador abordó en el ambiente, todos se quedaron callados esperando a que la persona encargada de las peleas, hablara.

—Empiecen.— ordenó Kiyomasa.

Y con esa palabra la muchedumbre estalló, gritando que comenzaran a pelear.

—¡Un momento!

Todos se quedaron en silencio confundidos y aturdidos ante aquella interrupción. Miraron detrás suyo encontrándose a un adolescente rubio que miraba a una sola persona de manera decidida.

Takemichi comenzó a bajar las escaleras sintiendo sus piernas temblar pero que con cada paso recordaba solo una sola cosa.

Salvar a Tachibana.

—¡¿Eh?! ¿Que te pasa?

—¿Quién es ese?

—¡Piérdete, enano de segundo!

Takemichi respiró profundamente y exhaló llevando sus brazos hacia atrás de su nuca y entrelazó sus manos, bajando una vez más las escaleras que había parado en un momento al haber tenido varios ojos sobre él. Forzó su mejor sonrisa, ignorando sus piernas temblar y comenzó a hablar.

—Oigan, ¿No les aburre ver los mismos combates todos los días?— preguntó a la muchedumbre.— ¿No quieren ver algo más interesante?

—¡A ti te noquearon de un golpe!

—¡Púdrete!

—¿Algo más interesante?— preguntó Kiyomasa con su cigarrillo colgando en sus labios.

Takemichi frenó y se dijo así mismo, "debo hacerle frente." Por eso, sonrió de oreja a oreja y le dijo.

—Por ejemplo...

—¿Quién te crees? ¡No te metas!— le interrumpió el muchacho pelón rubio.

—El rey contra el esclavo.— continuó con una sonrisa en sus labios.

— ¿Que dice?— varios adolescentes se quedaron sorprendidos al escuchar aquellas palabras.

—¡Esta loco!

—¿Oyeron lo que dijo?

—¿Ah?

—¡¿Que intentas decir?!

—Kiyomasa.— lo llamó el rubio, parado detrás de él, alzando su brazo en un puño y con una sonrisa en sus labios, le dijo.— ¡Peleemos a puño limpio!

》¡No pienso volver a huir!《













🏀🏀🏀
















Todos se quedaron en silencio observando a Kiyomasa y al adolescente de cabellos rubios en el centro de donde ocurriría el enfrentamiento.

Hasta que los gritos de apoyo hacia el líder de las peleas callejeras explotaron inmediatamente.

—¡Mátalo Kiyomasa!

—¡Demuéstrale su lugar!

—¡Aplástalo Kiyomasa!

—¡Vamos Kiyomasa!

—¡Es hombre muerto!

Takemichi apretó sus manos en puño y miró firmemente hacia su contrincante que éste le dio un calada a su cigarrillo mirándolo con desdén al menor.

—Luego no te acobardes.— exclamó Kiyomasa apretando su mano en un puño aún con el cigarrillo en sus labios hasta que su puño hizo contacto con el estómago del rubio.

Takemichi sintió el fuerte golpe en su tórax quitándole el aire para luego recibir otro golpe en su costado.

Claramente, con un solo puño se dio cuenta que no podía ganar.

—¡¿Que paso Hanagaki?!— se burló uno.

—¡¿Acaso solo eres puro cuento?!

—¡Más te vale que no solo caigas con un solo golpe Hanagaki!

Takemichi apenas podía escuchar aquellas palabras ante los constantes golpes que le daba Kiyomasa hacia el. Desde su rostro, su estómago, costillas y volviendo a su cabeza, como un cadena.

Apenas podía respirar.

Intentó cubrirse con sus brazos sin embargo fue en vano al haber sido agarrado por las manos ásperas de Kiyomasa y de un rodillazo golpeó en el estómago dejándolo sin aire. Hasta que sintió un rodillazo en su rostro, provocando que una gran cantidad de sangre saliera de su nariz, que apenas no se lo había roto.

La muchedumbre estalló de euforia al ver cómo Kiyomasa aplastaba al pequeño rubio. Mientras que los amigos de Takemichi sudaban frío, asustados y furiosos al no poder ayudar a su amigo.

— ¡Takemichi!— gritó Yamamoto.

Takemichi recibió una gran patada en su rostro casi dejándolo sin aire, de hecho comenzaba a respirar con la boca abierta ante la gran cantidad de sangre que salía de su nariz. Sus pies trastabillaron hacia atrás pero aún así se mantuvo en pie.

Kiyomasa se burló.

—¡Ya fue suficiente Takemichi!— gritó su amigo.

—¡Ríndete o te va a matar!

Takemichi apenas pudiendo estar de pie, respirando con dificultad con la cabeza cabizbaja, dijo en voz baja.

—To-Todavía no...

Kiyomasa sonrió con burla y tiró el cigarrillo mientras que los demás adolescentes estallaron de emoción alentando al pelinegro.

—¡Kiyomasa acaba con el!

—¡Má-ta-lo! ¡Má-ta-lo! ¡Má-ta-lo!— vociferaron en sincronización la multitud, emocionados.

Kiyomasa le dio un puñetazo.

—¡Mátalo!

Le dio otro rodillazo en el estómago.

—¡Mátalo!

Le dio un puñetazo en el rostro.

Con cada palabra que salía de la muchedumbre los golpes de Kiyomasa incrementaban en el cuerpo del menor que todavía seguía consciente.

—¡Suéltame infeliz!

El silencio abordó en el ambiente mientras que los quejidos de Takemichi y los insultos de Kiyomasa se escuchaban en ese silencio tenso que los rodeaba.

—¡Idiota, suéltame!

Kiyomasa ya estaba cansado mientras que Takemichi seguía abrazando la cintura del pelinegro recibiendo los fuertes golpes en sus costillas hasta que un rodillazo en el estómago hizo que se alejara.

—¡Mátalo Kiyomasa!

—N-No...— susurró Takemichi levantando su cabeza.— aún no.

》¡Aún no he terminado!《

—¡Suficiente Takemichi!— gritó preocupado uno de sus amigos.

—¡No seas idiota! ¡Te matará!

—¡Takemichi ya detente por favor!

—Todavía no.— susurró el rubio con una sonrisa en sus labios limpiándose el rostro de sangre con su brazo.— esto... esto no basta...

》No basta para enmendar... lo débil que ha sido mi corazón... de estos últimos doce años.《

—¿Que demonios dijo? ¡Esta loco! 

—Solo hui, hui, hui y hui...— comenzó a murmurar mientras intentaba mantenerse de pie.

— ¡Vamos, ya ríndete Takemichi!

—¡No puedo rendirme!— gritó a todo pulmón con sus orbes llenos de lágrimas.— ¡Porque tengo un motivo para no rendirme!

¡Debo salvar a Hina!

—¡Kiyomasa de la Tokyo Manji!— lo llamó en voz alta alzando su mirada, clavando sus orbes celestes en el pelinegro.— ¡Si de verdad quieres ganar deberás matarme!

》¡Porque no tengo pensado en perder!《

Kiyomasa gruñó furioso y gritó.

—¡Oigan, tráiganme un bate!

—¿Un bate?

—¿No dijo que era a puño limpio?

—¡Juro que voy a matarte!— gritó furioso Kiyomasa que al ver la tardanza volvió a ordenar.— ¡Vamos! ¡¿Que esperan?! ¡Apresúrense!

—Ara... Ara... ¡Pero que tenemos aquí!— gritó una nueva voz, desconocida, llamando la atención de todos que miraron hacia el principio de las escaleras, golpeando sus ojos el fuerte sol provocando que solo se vea una silueta alta que en su mano derecha hacia girar en su dedo índice una pelota de baloncesto.— ¡Un grupo de ratas cobardes!

—¡¿Eh?!

—¡¿Quien demonios eres tú?!

—¡¿Acaso quieres morir pedazo de mierda?!

—N-No...— susurró aterrado Takemichi sin poder creer lo que veía.— im-imposible...

¿Q-Que ha-hace aquí?— pensó aterrado Takemichi.— ¡¿Que hace  Ryota aquí?!






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¡Aquí les traigo el primer capítulo!

Se que fue aburrido pero ya se irá poniendo bueno, ahre.

¡Espero que les haya gustado!

Voten y comenten.

Mañana segundo capítulo de Red Devil y el domingo otro capítulo de Confesión.

Cuídense mucho.

Besitos.


~M.


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