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Capitulo 49: ¿Problemas amorosos?

¡Hola! Aquí les dejo el audio que me inspiró a escribir varias capítulos, pero creo que es bueno dejar que la escuchen porque siento que esta ligado a los sentimientos de Sam por Clyde. La canción se llama "Feels" de Kiiara y sé que se van a enamorar de ese tema. La versión que puedo subir es un poco acelerada pero sigue siendo genial. Aún así, les dejo abajito la canción original en un video de YouTube.

https://youtu.be/g-6axdmy-3k

Parte I

¿Qué debo hacer? ¿Abrazarla? ¿Darle consuelo? Santo cielo, me hubiera quedado con la boca cerrada.

Judith se tapa el rostro con sus manos y no deja de llorar y sollozar. Qué bien, Samantha. Aprieto su hombro e intento pensar en qué hacer para que deje de llorar antes de que Clyde...

— Pero... — camina hacia nosotras con unas bolsas en sus manos — ¿aquí qué putas está pasando?

Judith baja las manos y se levanta de la silla. ¿Saldrá corriendo? No. Se queda ahí, detenida justo en frente de Clyde. Judith nos coge de sorpresa a todos en el momento que le da una bofetada a Clyde, dejándolo perplejo. Y a mi también.

Dios mío, ¿qué he provocado?

— ¡NO TIENES VERGÜENZA, CLYDE LOGAN PAYNE! — grita, causando temor en mi de la ira y tristeza con la que se dirige a Clyde, quien todavía no sabe nada de lo que su madre se está refiriendo. Aún no entiendo qué es lo que realmente está sucediendo... ¿Logan? — ¡¿Por qué niegas a mi hija?! ¡Es tu hermanita! — solloza — Era... ella era y se fue. Me dejó. Mis dos hijos me dejaron. Ya no están.

— ¡Estás loca, mujer! Estás ciega, ¿que no ves que yo sigo vivo? — Siento que mi corazón se paraliza en el momento que observo como Clyde cierra los puños de sus manos.

— Lucy era lo único seguro que tenía desde que te fuiste después de lo de Leonard... — Dice mientras parece que se sumerge en sus propios pensamientos

— No digas más estupideces, mujer —. Tensiona su mandíbula. No ha dirigido su mirada a mi en todo este tiempo.

— Ella te adoraba, pero tu la niegas. Te amaba tanto que prefirió estar contigo. Su amor por ti la mató.

Clyde toma a Judith de los hombros de manera brusca, la levanta del suelo y comienza a sacudirla mientras grita en su cara.

— ¡CÁLLATE! ¡NO LA SIGAS MENCIONANDO! — santo cielo, esta escena es de terror. Decido levantarme de la silla y hacer algo al respecto. No seré una espectadora de algo tan horrible — ¡JAMÁS QUISE QUE ESO PASARA! ¡NO ME SIGAS CULPANDO!

¿Culpando?...

Intervengo parándome en medio de ellos dos. Clyde me mira con enfado, pero no me importa, así que lo empujo, logrando que suelte a Judith. Doy la vuelta y envuelva a esta destrozada mujer en mis brazos, quien cae de rodillas sin parar de llorar. Acaricio su cabello oscuro mientras reposa su cabeza contra mi abdomen y percibo cómo se va humedeciendo mi camiseta.

De repente, Clyde sube las escaleras, dejando en mis manos a su pobre madre.

***

— Lamento que presenciaras eso.

Judith me toma de la mano y sonríe mirándome a los ojos. Los suyos todavía siguen hinchados de tanto llorar.

— No es tu culpa. Si hubiera sabido, yo no...

— Tranquila, cariño.

Sonrío. Observo su mano, y cierta emoción triste invade mi ser al ver la marca de un anillo matrimonial que por muchos años tuvo en su dedo.

Esto es ridículo. Yo no debería de estar aquí. Clyde sólo quería pasar el rato con una mujer en la casa de su madre. Esta visita ha sido peor de lo que podía imaginar.

Zac jamás le ha alzado la voz a mi padre. En nuestra familia siempre se ha respetado al mayor por ser autoridad. Clyde ni sabrá que existe esa palabra. ¿Cómo fue capaz de tratar así a su propia madre? Si se comporta de esa manera con la mujer que lo trajo al mundo, ¿qué se puede esperar de Clyde con otras mujeres? O sino, mírenme. Pobre madre. Si tan sólo tuviera la mía para amarla y no deshonrarla.

¿Acaso ese terrible temperamento tuvo que ver con la muerte de Lucy? Terrible saber de que eso sea cierto.

No puedo. Yo no puedo seguir con esta idiotez. Debo controlar mi corazón. No debo dejar que Clyde entre y se adueñe de mi, cuando sé que yo no soportaré su pésima actitud.

— Debo irme, Judith. Gracias — suelto su mano y me levanto —, por todo.

— Vendrás de nuevo, ¿verdad?

Sus palabras hieren mientras le doy la espalda y camino hacia la salida de la casa. No quiero responder su pregunta. No quiero que se vuelva a sentir mal.

Sin poder hacer algo al respecto, salen lágrimas por mis ojos como si estuviera decidida a llorar. Suspiro mientras abro la puerta, observo a Judith y sus labios entreabiertos y me consume la tristeza. Aprieto mis labios y salgo de la casa.

No he caminado ni al andén de la calle cuando escucho que la puerta de la casa se azota.

— ¡Sam! — Tenía que ser Clyde. Siempre me sigue cuando sabe que ha provocado un cataclismo.

Camino y no pienso ni por un instante detenerme, al igual que mis lágrimas que no cesan de salir.

— Samantha — me toma del brazo —. Yo te llevo.

Mi cuerpo piensa en rendirse ante su propuesta, pero mi razón me indica que no debo dejarme seducir por su piel. Giro mi rostro, de inmediato el suyo se descompone. Percibo que no se imaginaba que yo estaría llorando. Retiro mi brazo de su mano.

— Eres un vil mentiroso, Clyde. Eres una bestia.

Frunce el ceño y aprieta sus labios.

— Sam, por favor...

— Yo no quiero tener algo que ver contigo —. Más lágrimas ruedan por mis mejillas.

— Yo si, Sam.

Mi alrededor parece desvanecerse. ¿Clyde quiere tener algo conmigo? Pero, ¿cómo es eso posible si hace unas horas me dio a entender que esto ya no podía continuar?

— ¿Qué te hace pensar que yo quiero estar junto a un hombre que ni siquiera respeta a su madre? No sé tu Clyde, pero para mi eso es importante. Es una clara señal de cómo vas a actuar conmigo.

Aprieta su mandíbula y separa un poco sus labios para humedecerlos con su lengua. He dado en el punto. Él sabe que yo tengo un argumento con bases, y contra eso, no hay poder divino que pueda interferir.

— Ella comenzó —. Dice.

— Vaya, Clyde, qué maduro de tu parte.

— Tú no sabes nada, Samantha —. Se atreve a elevar el tono de su voz.

—¡Maldición, Clyde! — se sorprende — ¡Me ocultaste la verdad de tu hermana! No tuviste ni la menor decencia de hacérmelo saber, y yo, creyendo que nada caótico había pasado, voy hablando de Lucy ¡sin tener idea de que ella ya no está! ¡Me mentiste! ¡Tú mamá me contó sobre tú papá y ella! ¿Cómo pudiste mentirme sobre algo tan delicado? Me dijiste que fue tú mamá quien se dio cuenta de todo. Pero ella me contó que fuiste ¡tu!

Clyde empieza a temblar levemente. Sé que está experimentando impotencia. Lo atrapé en su mentira, y eso no lo voy a aceptar.

— El que tanto odia que le mientan, tiene las agallas de mentir.

— Sam, por favor... — Suplica. Noto su ansiedad.

— De tus labios salió el engaño, para que luego se acercaran a los míos a besarme. ¿Cómo pudiste?

— Puedo explicarlo, Sam.

No sé si es por mi vulnerabilidad, pero permito que Clyde limpie mis mejillas con sus manos. Odio lo que surge en mi cada vez que me toca. Es como si ganara y perdiera mis fuerzas al mismo tiempo.

— Quiero irme —. Digo y doy un paso hacia atrás.

Se queda perplejo ante mi acción. Le doy un último vistazo a la casa, porque no quiero que la mirada de Clyde me atrape por completo.

***

— Sam, ¿segura que estás bien?

Es la milésima vez que Hayley me hace la misma pregunta. Ojalá llegue Rob y la saque a pasear. No quiero que me molesten, ni siquiera tengo espacio en mi cabeza para pensar en la palabra "estudiar".

— Sam, mira lo que hoy te compré—. Intenta sacarme una sonrisa, pero no tengo ganas de sonreír.

Saca de su bolso un sándwich de Subway y lo acerca a mi cara. Creo que me estoy enfermando, no me emociona ver y oler ese sándwich. ¿Quién podría pensar que por Clyde se me ha quitado el apetito? Hayley observa hacia otro lugar y aprovecho para estudiar el gesto de su rostro. Impotencia. Hayley, no quiero que esté aquí tratando de animarme.

 — Esto tiene algo que ver con Clyde, ¿cierto?— Pregunta y Rob abre la puerta de la habitación.

Espero que haya abierto la puerta con la llave de Hayley y no con una duplicada. Eso es de preocuparse.

— ¿Qué? — habla Rob y se sienta en la cama de Hayley— ¿De qué me perdí?

Hayley lo fulmina con la mirada.

— Oh, chismes de mujeres. Qué inoportuno. ¿Problemas amorosos?

— Rob — Hayley eleva su voz —, calla, por favor. 

— Si es la verdad, ¿cuál es el problema? Habla Sam, escúpelo.  

Qué ordinario es.

— Supongo que ya sabes por qué es, así que, ¿para qué preguntas? — Me dirijo a él. Rob debe de ser otro cómplice de Clyde que busca mermar mi felicidad.

— Calma, Sam. Yo no soy el del problema — hace una pausa—. Deberíamos ir de fiesta, y así te bebes las penas.

Me siento en mi cama y lo observo. Con razón él y Clyde son tan amigos. 

— Una fiesta no es mi forma de sentirme mejor. Eso sobra decirlo.

Vuelvo a acostarme, pero esta vez les doy la espalda y me quedo mirando la pared.

Clyde, ¿por qué? Necesito que este sujeto salga de mi cabeza lo más pronto posible. Todo me recuerda a él, hasta ese sándwich. Soy tan masoquista que aun llevo puesta la camiseta que era suya, lo cual me recuerda que no he traído conmigo mi blusa. Genial.

¿Qué estará haciendo en este instante? ¿Estará debatiendo en su mente consigo mismo por mi, así como yo por él? Si tan sólo Clyde no fuera así. Daría cualquier cosa por haberlo conocido antes de que todo en su vida se arruinara. Cuánto me gustaría ayudarlo a reconstruirse a sí mismo.

¿Es de sabios hundirse para levantar a quién amas? Yo no lo sé, pero mi viejo conoce la respuesta. Ojalá mi papá pudiera darme un abrazo ahora mismo. Ayer lo vi, pero lo extraño.

Hoy vi a Clyde. No debería, pero si. Siento un extraño vacío en mi pecho que sólo se llena cuando me abraza. Dos personas tratando de que sus vacíos se llenen. ¿En qué instante mi corazón abrió espacio para Clyde sin mi consentimiento.

De repente, tanto silencio me parece un poco extraño. Me levanto, efectivamente, estoy sola.

Me pongo mis converse negras y guardo mi llave y teléfono en un bolsillo. Abro la puerta, pero me devuelvo por ese sándwich. No soy tan tonta como para pelear con la comida, mucho menos cuando saldré a gastar energías caminando tan tarde en la noche.

***

No puedo creer lo masoquista que puedo llegar a ser. Sentada encima del prado donde hace un tiempo Clyde y yo estuvimos juntos. Le doy otro mordisco a mi sándwich. Esto es vida.

Escucho que alguien camina hacia mi, y desearía no pensar que es Clyde. Pero si, es él. ¿Acaso me ha puesto un rastreador? ¿Cómo es que hace para saber dónde me encuentro? 

¿Por qué hace que mi corazón palpite con violencia dentro de mi pecho? ¿Cómo logra que sienta que el estómago me carcoma el interior? ¿Es normal que su presencia tranquilice mi inquieta alma por él? ¿Está bien que siga permitiendo que esté a mi lado?

No habla, y creo que ninguno de los dos lo hará por un buen rato. ¿Por qué me dijo esas palabras tan fuertes en el baño? Es decir, ¿por qué lo hace todo tan complicado? Este hombre me hace dudar hasta de mi buen juicio. Con sus palabras y su mal genio sólo hace que me aleje de él, ¿pero cómo? si es que él no me lo permite, y en parte, me alegra que no me deje tanto tiempo sola.

Lo observo de reojo. Ese desorden de cabello, si tan sólo pudiera acariciarlo. Esas arrugas entre sus gruesas cejas que le dan ese toque tan hermoso en sus ojos pensativos, mirando hacia la nada. Ese precioso brillo en sus ojos, santo cielo. Aprieta sus labios, los libera y pasa la perforación por encima de su labio superior. Se afeitó, es muy visible, pero es extraño. Me gusta su ligera capa de barba. Sus tatuajes ahora me causan mucha intriga. Las plumas que invaden todo su brazo izquierdo son las que más llamas mi atención que las tribales en el derecho, pero me agrada ver los huesos de la mano rodeados de espinas y ramas.

Maldita sea, creo que jamás conoceré de nuevo a un hombre tan perfecto como Clyde, pero ese comportamiento es un asco. Pero él es tan raro, creo que ni él mismo se puede entender. Quizás el hecho de que sea mayor que yo, no significa que no necesita la ayuda de alguien. ¿Puedo hacerlo? Si, hasta donde él me deje ir. ¿Quiero arriesgarme? Aun debo meditarlo.

***

Antes que nada, acepto que soy muy cruel al dejar capítulos con finales iniciados pero es inevitable para mi dejar como un capitulo con un final bien o mal, porque me gusta el misterio buajaja.

¡Muchísimas gracias! El apoyo que me han regalado es inmenso. Ver que leen, votan y/o comentan me motivan a seguir aunque esté ocupada con cositas de la u. 

Si... soy re seca, por eso sigo soltera :D

Espero que la semana siga siendo excelente para todos y todas y que saquen buenas calificaciones pues! 

Otra cosita. Creo, creo, creo! que no pueda subir más caps esta semana porque desde el viernes me voy para el Eje Cafetero a tomar chocolate :3 HAHAHA voy a estar 4 días y es mi pre regalo de cumpleaños wiwiwiwiwi.

Nos estamos leyendo! Saludos abrazos y besos de pollito!! <3

psd: tengo una sorpresa pero es para mi :3 ;)... y tambien para ustedes :3

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