Y se volvieron a encontrar
Vaya que se equivocó.
Pues siguió topándose con la niña en cada misión en capturar una criatura nueva, que se colaban por el bosque de la familia de la niña. Aura se divertía muchísimo, al conocer nuevas criaturas y tener pequeñas aventuras, el bosque de un lugar prohibido se había convertido en su pequeño lugar de juegos, para correr, saltar y jugar todo el rato sin miedo a regaños; para el cazador era todo lo contrario, muchas criaturas ya eran, escurridizas y muy traviesas que hacían difícil sus capturas, y ahora tener que cuidar a una niña que estaba llena energía y que a la vez era tan frágil, que debía protegerla de cualquier peligro, la verdad, ya se estaba cansando de hacer de niñera.
- Disculpa Au...- la niña le brindo una mirada penetrante por lo que estaba a punto de decir, el joven aclara su garganta -. Perdón, damita - se corrigió, la niña sonrió y continuo peinando a su muñeca -, ¿no cree que es momento de qué vuelva a casa? Siempre vienes aquí sin falta, tus padres podrían preocuparse por tí.
- No, no es así - lo ignoro y siguió peinado a su muñeca.
- ¿Cómo lo sabes? Los padres siempre se preocupan por sus hijos.
- Pues los míos no, tan solo le digo a una de las sirvientas que saldré a jugar al patio y me escapó para llegar acá. Mis padres nunca están en casa hasta que cae la noche.
- Ambos deben estar trabajando duro para darte todo niña - (consentida y mimada) -. Las buenas damitas están jugando en su jardín sin preocupar a sus padres.
- Si tú lo dices...- se limito a decir ignorando al muchacho por completo.
<<¡¿ES TODO LO QUE ME DIRÁS? De verdad que odio a las mocosas!>>
El muchacho decidió seguir viendo a su alrededor para ver a la criatura que tenía que atrapar está vez, y entonces escucho su sonido. Le hizo una seña a la niña para que guardara silencio y está obedeció.
- Creo que se escucha por esa dirección - señaló la pequeña en dirección a unos arbustos.
Me acerque lentamente y para cuando asome la cabeza, la criatura se echó a correr.
- Creo que es un gnomo - dijo la niña quien se había acercado también a los arbustos.
- No, es una criatura completamente diferente al poder correr de esa manera, pero si es la criatura que yo pienso entonces algo muy raro está pasando.
Aquel muchacho, de camisa blanca y pantalones marrones tenía un trabajo, encontrar criaturas mágicas que se encontraban en esta zona, antes de que algún humano los viera o causarán destrozos, porque el tenía una misión especial que cumplir, algo antes de que fuera tarde. Un grupo peligroso había estado desapareciendo criaturas y trayéndolos con los humanos para un fin, aún se sabe con exactitud que es, pero en medio todo esto hay algo que empieza oler mal, además esto al muchacho le olía mal cuando se dio cuenta al llegar aquí que algunas niñas desaparecieron misteriosamente.
He querido deshacerme de esta vida como detective en mis cien años de vida, sin embargo cuando algo grave sucede a inocentes no puedo hacerme el indiferente.
Cuando menos se dan cuenta ambos llegan a una mansión grande, con estilo de sur una casa algo antigua y de tener aires de ser de ricos.
- La criatura entro aquí, la puedo detectar y casi oler.
La niña se rió - Como un perro ¿eh? - se acerca al jardín de la casa -. Bueno, pues entremos.
La detuvo del bracito y la metió de nuevo entre los arbustos.
- No podemos entrar en casa ajena así como así.
- Pero es mi casa, así que no importa si yo siempre entro en ella, así como así.
El muchacho soltó un suspiro - Dios eres una necia, yo no puedo entrar ahí, al menos si no soy un invitado. Si tú entras y tratas de capturarlo, esa criatura te hará daño (puede tener rabia) o se puede escapar. Así que entraré yo también - sacó un reloj de bolsillo para ver la hora -. Escucha puedes entrar conmigo, pero deberás ayudarme, para distraer a tu familia y en buscar a la criatura.
La niña le brillan su ojos llenos de emoción - ¡Cuenta conmigo! Además mi madre salió desde anteayer y padre debe estar en el trabajo, Nana es buena así que ella te dejará entrar.
{•••}
Mando a la niña entrar así casa como si nada, a jugar adentro con su muñeca.
Entonces la niña entro al salón de su hogar, todo se encontraban, al igual que siempre, en su asuntos. Dos de sus medias hermanas gemelas se encontraban charlando entre si, en la sala con un par de revistas de moda, la tercera estaba en el teléfono teniendo una charla de lo más agradable (de nuevo no va ir a trabajar para pasar tiempo hablando con su novio nuevo por teléfono); su única hermana biológica, mayor, estaba usando la mesita cerca de una cómoda para terminar de estudiar, nunca levanta la vista de sus libros y cuadernos, al igual que su hermano mayor biológico, que de seguro se encontraba en su habitación estudiando, y por último los dos mayores, los más grandes, de hecho, de los hermanos, estarían afuera uno con su esposa, tal vez y la otra en su trabajo.
Camina en medio del gran salón sin ser detectada por sus hermanas, pues poco les importaba lo que hiciera su hermana menor. De repente su Nana y Flora (la mujer de su hermano mayor) entran al salón con algunas galletas y chocolate caliente. Las gemelas siempre andan de glotonas y Nana consiente a todos en esta casa, prácticamente ella los crío desde que eran unos niños y a otros cuando apenas tenían pañales. La Nana y la mujer comenzaron repartir las tazas de chocolate, de repente Aura vio a la criatura, que para a sus tiernos ojos lo veía más como un duende.
- Aura cielo no te vi mi amor, creí que estabas afuera, jugando como siempre haces - le hablo su Nana.
- ¿Aura quieres chocolate, puedo ir a la cocina y traerte un poco? - luego hablo la esposa de su hermano mayor.
Sin embargo, la niña no respondió, ella se quedó viendo a la criatura sin perderlo de vista, para cuando el duende noto la mirada de la pequeña y se hizo invisible, ella abrió la boca y sus ojitos al ver a la criatura desaparecer tan de repente.
- ¿Aura qué viste?
Entonces recordó lo que dijo su amigo lo que tenía que decir, su amigo tenía que entrar en está casa con un buen pretexto.
- Vi un ratón - señalo en dirección donde la mayoría de sus hermanas se encontraban.
Todas las mujeres gritaron como locas y saltaron arriba de los muebles.
<<Aura necesito entrar de alguna manera>>
La niña pensó por un momento.
<<Nana encontró un ratón rondando por la casa, llamaron al exterminador una vez pero hasta la fecha no han venido, puedes hacerte pasar por uno>>
Asustar a todas las mujeres presentes, no estaba en sus planes, pero era divertido ver a sus hermanas gritar como locas, mientras brincaban a cualquier mesita o sillón de la casa como un montón de ranas.
- ¡Que animales tan desagradables espero que pronto vengan el exterminador! - grito una hermana asqueada.
- ¡Qué asco! - dijo la Nana quien tenía a la pequeña Aura entra sus brazos mientras se encontraba arriba del sillón.
Entonces llamaron a la puerta, una de las jovencitas con algo de miedo y asco fue abrir a la puerta. Y entonces así fue como el muchacho con un disfraz de un sujeto con un gran bigote fingió ser un exterminador para entrar a la mansión para encontrar al duende.
- ¡Al fin llegó el exterminador!
Al escuchar ésto no perdió más el tiempo y corrió rumbo a su amigo.
- ¡Iré a ver como caza el ratón!
Sus hermanas le desagradaron al oír las palabras de la menor.
- ¡Aura será mejor que no toques a ese animal y no molestes al señor!
- ¡Si Nana! - contesta mientras corrió rumbo a su amigo -. Lo vi - dijo la nena en cuanto lo vió -, es como un duende y de repente en cuanto me vio, desapareció.
- Debe ser un Alux, aunque es el nombre dado al duende o espíritu en la tradición mitológica de algunos pueblos, es raro que ande por aquí, ellos prefieren estar en las selvas -
- abre un bolso para sacar unas pinzas gigantes.
- ¡¿No lo vas lastimar o si?!
El hombre negó con la cabeza y la niña soltó un suspiro, y comenzó una pequeña cacería para tomar al pequeño. El animalito subía, bajaba y corría por toda la casa, hasta que el muchacho le tendió una trampa en la cocina y justo cuando la niña iba correr detrás del Alux, oyó un auto seguido de una serie de gritos, así que se disculpó con su amigo y se hecho corriendo al salón.
El muchacho no lo comprendió, por suerte encontró al pequeño duendecillo, comiendo, tranquilo en un estante.
- Por suerte después de ser juguetones siempre se toman el tiempo para comer - el muchacho lo tomo entre sus manos con sumo cuidado para no lastimarlo o asustarlo.
Lo metió en un pequeña jaula y luego en una caja con la imagen de un ratón muerto y algunas señales de precaución, para salir de esa casa.
Fue entonces que de un momento a otro escuchó gritos, y un fuerte llanto de una mujer. Él salió de la cocina para pasar a despedirse, pero vio en el pasillo como una mujer con un traje marino de oficina, hecha un mar de lágrimas venía siendo jalada del brazo de un hombre con un gran bigote bien cuidado con algo de canas en su cabello castaño, seguido de un muchacho gallardo que tenía la camisa arrugada y un fuerte golpe en la mejilla y despeinado (era como si se hubiera peleado con alguien) y por último entro una mujer más madura que no se encontraba en sus 5 sentidos ya que balanceaba de un lado a otro.
¿Qué diablos?
Empuja a la muchacha y está se va corriendo escaleras arriba soltando un fuerte llanto.
- ¡¡Desde ahora no lo volverás a ver a ese noviecito!! ¡¡Tú hermano te llevará y recogerá del trabajó de ahora en adelante!! - habló el viejo que estaba echando humo hasta por la orejas, realmente hecho una fiera. Se acerca a la mujer borracha y la mira mal -. ¡¡Tú tienes la culpa por no saber criar a tus hijos!!
- ¡Jajajajaja! - suelta una fuerte carcajada la mujer (sonaba como una bruja) -. ¿Mis hijos? Dirás ¡tuyos! - lo tocó el pecho del hombre y se dirigió al salón mientras se quitaba sus tacones rojos, de manera torpe.
- ¡¡Nuestros, si señor!! ¡¡Todos comparten un apellido y tú has sido la única mujer que he tenido!!
El hombre y el joven entraron al salón donde se encontraban todos. Él ya quería pasar a retirarse, pero lo curiosidad no lo dejó.
La mujer se tiró en el sofá mientras se echaba aire porque tenía mucho calor con una revista.
- Christopher, Agatha y Aura son mis únicos hijos, lo demás son de vientres alquilados o y el primero fue concebido por tu amante, ¿o es qué ya lo olvidaste?
Él señor se acercó a ella de manera amenazante, pero está ni siquiera se inmutó y su sonrisa lleno de burla no desapareció, ni por un segundo.
- ¡¿Cuántas veces vas a tener que decirlo?!
- ¡Hasta que todos en este maldito pueblo se enteren! ¡Que mi marido me juró que sería el hombre más decente, fiel que cualquier hombre sobre está faz y no fue así! - ella se sienta en el sillón para acercar su rostro a el viejo, ambos estaban iracundos con la cara toda roja -. ¡¡Es por eso que todos "tus" hijos están tan mal!! - se tira en el respaldo de del sillón y miro hacía el techo -, tú hija la consentida y trabajadora, se metió con uno de sus compañeros de trabajo, a pesar que le dijiste que no lo viera de nuevo, ella lo veía a escondidas de ti. La otra niña, en vez de ir a trabajar se la pasa todo el día en ese teléfono hablando con quien sabe quién. Las gemelas solo se buscan problemas y tienen que repetir el año escolar nuevamente.
>> Tú tan esperado primogénito no ha sabido llenar tus expectativas y dejó embarazada a una pobre muchacha, siendo aún tan jóvenes y no teniendo nada, ni siquiera un prometedor futuro.
Flora se puso a llorar en silencio.
- Mis únicos hijos, Chris es un genio que hasta lo avanzaron un año, Agatha es una excelente estudiante y siempre regresa temprano a casa para tomar sus lecciones de piano y la pequeña Aura es muy inteligente, su profesora nos habla maravillas de ella, y pesar de ser la más pequeña jamás nos ha dado ninguna lata, es como si no estuviera aquí - pronunció con altivez la mujer.
Miró a Aura, estaba realmente triste, nunca la había visto así, mientras acariciaba el cabello de su muñeca como si tratará de tranquilizarla y a la vez así misma.
- ¡Mis hijos son mejores que tú y yo juntos! - sacó una pequeña botella de whisky debajo del sillón y la bebió toda de una solo tragó -. Estoy cansada, yo estaba tranquila en el casino hasta que tú hijo apareció pidiéndome ayuda con una zorra que no lo dejaba en paz porque quería chantajearlo -arrastraba las palabras -, y luego tú princesa iba terminar por tener sexo en la calle cuál mujer de la vida fácil - se tira en el sillón y cierra su ojos y suelta un fuerte bostezo -. Tengo sueño.
- Como siempre, no arreglas nada - mira en dirección a sus dos hijos varones, ellos de inmediato tomaron a la mujer, pasaron sus brazos sobre sus hombros, para llevársela casi cargando y a la vez guiándola rumbo a su habitación de la mujer ebria -. Yo fui el que arreglo cada uno de sus problemas al igual que el de mi mujer, siempre pongo en juego mi nombre y mi dinero en cada error que me familia cómete.
El hombre subió escaleras arriba, no sin antes advertir a Nana y Flora, que su hija quien se escuchaba llorando a pesar de estar en el segundo piso, que no le dieran ni un solo bocado y que no importa cuanto gritara ella, que nadie fuera a su socorro.
- ¡Señor por favor, tenga consideración! - suplico la Nana quien subió media escalera detrás de su patrón.
- ¡Si no le doy una lección a cada error que cometen sus hermanas más pequeñas se creerán con el derecho de hacer lo que quieran! ¡Y serán igual que esa mujer borracha!
Nada lo detuvo entro a la habitación de la hija mayor, se escuchó una súplica por parte de la joven, pero fue inútil, por qué desde abajo se escuchaban los fuertes gritos y llantos, sus los fuertes azotes que le daba a la muchacha.
<<¡¿Qué mierda le sucede a esta familia?!>> Pensó el muchacho atrapa criaturas fantásticas quien vio toda la escena de este drama familiar.
Luego sonó la puerta abrirse y todo se quedó en silencio, luego unos pasos pesados.
- ¡Estaré en la sala de estudio, no quiero que nadie me moleste! - se escuchó la última orden del señor de la casa, seguido de un fuerte azotón de una puerta.
- Iré a preparar la comida - la Nana salió del salón y yo pasé a esconderme.
¿Olvidaron que yo estaba aquí?
Todas las chicas subieron las escaleras a sus respectivos dormitorios. Mientras Aura se quedó inmóvil en medio de la sala, Flora calmó su llanto y se acercó lentamente a la niña.
- ¡Flora ayúdame con la comida! - la llamó nana desde la cocina.
La mujer titubeó por un instante - ¡Ya voy! - miró a la niña y le sonrió -. Aura, ¿por qué no vas al jardín a jugar? Sólo no hagas ruido y no hagas travesuras.
La niña asintió con la cabeza salió al jardín en silencio.
{•••}
Entre los arbustos se oía un débil llanto. El muchacho se acercó a ella.
- ¿Aura?
La niña dio un saltó, dándole la espalda, se limpio - ¿Encontraste al duende, al Alux? - fingió sonreír.
- ¿Te encuentras bien?
- Escuchaste todo, ¿no es así? - la niña miró a sus zapatitos -. Bueno pues es razonable, madre y padre gritan mucho, de cosas muy feas, que hacen que todos terminemos llorando - la niña ve a su muñeca y se pone a llorar.
El muchacho corre a abrazarla.
Ver a un niño llorar es horrible, por qué yo conozco este sentimiento, siendo un niño sabiendo cosas que no debería, dónde el corazón termina muy herido.
Le acarició su cabello con suma amabilidad - Llora cuánto desees conmigo, los niños que llevamos tanto peso sobre los hombros necesitamos desahogarnos, porque si no el corazón se llena de cicatrices.
La niña soltó un fuerte llanto en frente de él, era la primera vez que lo hacía, desde que tiene memoria, le ensañaron a qué tenía que tragarse todo rastro de tristeza de su rostro, pues cuando era una bebé y ya consiente de la vida, sus padres y hermanos la callaron, esto ocasionó a siempre llorar en los rincones de manera muy silenciosa. Solitaria aguardando un tierno abrazo por parte de alguien, ahora tenía a este joven que comprendía esa soledad y tristeza siendo un niño, siempre quiso que alguien lo abrazara y lo dejara desahogarse.
Aura cuando dejó de llorar un gran peso se fue de sus hombros.
Así una bonita amistad se había formado entre estás almas solitarias.
- Entonces, cuéntame más sobre los Alux tú am...
El muchacho río - Lo lamento, no te lo he dicho aún, pero mi nombre es Gérard.
- Gérard, me gusta ese nombre.
Desde ese momento fueron grandes amigos. Sin embargo las experiencias fuertes no terminarían ahí. Después de las fuertes bofetadas del padre de Aura le brindo a su hija mayor, hizo que tomara la decisión de fugarse de casa en medio de la noche rumbo al bosque, fue vista por su Nana.
Cuando el padre se enteró, armo tremendo escándalo, despertando a todo el mundo en el hogar, los varones se levantaron para ir a buscarla.
La madre encendió un cigarro - La primera tonta que se va, por no ser inteligente esa chica va terminar muy mal por escoger el amor antes que el poder - la niña pequeña miró a su madre y está la miro a ella -. Espero que tú no seas una tonta mi niña, necesitas estudiar y forjarte un buen futuro y casarte con alguien con poder o con dinero al menos - soltó un bostezó y pasó a retirarse.
Aura sintió pena por su hermana, tal vez al igual que ella buscaba un poco de comprensión y un abrazo para solucionarlo todo. Decidió salir junto los demás , en ir a buscarla, pero por su cuenta, con una pequeña lámpara y su muñeca Emery en brazo.
La llamó y grito el nombre de su hermana en el oscuro bosque, pero nadie respondió. Entonces fue cuando vio un feroz lobo, que tan solo duró unos instantes viéndola antes de saltarle encima, la niña cerro fuertemente su ojos y abrazo su muñeca, mientras temblaba de miedo esperando por aquel lobo la atacase y no pasó.
Abrió los ojos y vio una bestia más grande y peluda, negro como la noche, que hizo que el lobo corriera despavorido al oír su horrible gruñido.
- ¿Un oso? - musitó mientras cayó al piso, ahora sí temiendo lo más terrible.
La criatura se atrevió a ver a la niña, no era un oso, este tenía unos grandes cuernos y muchos ojos rojos, al principio la niña quería tratar de huir, sin embargo, observó con sumo cuidado esos múltiples ojos rojos y brillantes escarlatas, inclinó la cabeza un poco y la criatura también lo hizo.
- ¿Gérard? - La criatura retrocedió un poco (¡No puedo creerlo si es Gérard!) Pensó la pequeña mientras lo veía con sumo asombró.
Alguien la ilumina con la deslumbrante luz, la niña cerro los ojos por un segundo, cuando se acostumbró a la intensidad de la luz miró al quien lleva una linterna y enfocaba en dirección hacía la niña.
- ¡¿Aura qué haces aquí?!
- ¡Christopher!
- ¿Por qué saliste?
La niña en frente y ve que Gérard desapareció, ya no se encontraba ahí, suelta un suspiro y se levanta del piso.
- ¡Salí a buscar a mi hermana! ¡Pero creí ver alguna criatura entre los arbustos y me caí!
Su hermano se acerca a ella y la toma de la mano y la jala rumbo a la casa, mientras la iba regañando, pero ella no lo escuchaba, porque en su mente solamente estaba la imagen de Gérard en aquella forma tan misteriosa, tanto fue su sorpresa que no se dio cuenta que no tenía a su preciada muñeca Emery en brazos.
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