Cuando Katsuki le había dicho a Izuku que saltará para obtener un capricho en su siguiente vida, había sido solamente para que abandonara su sueño de ser un héroe, sabía que el peliverde no podría ser un héroe al no tener un capricho.

Después de salir del salón, dejando al peliverde solo sintió una opresión en el pecho, siempre lo sentía después de tratar mal a su amigo de la infancia, pero no podía hacer nada, Izuku siempre insistía en ser un héroe y se negaba a encontrar otro sueño. Le molestaba que sin tener un capricho se esforzara en lograr algo imposible.

Como siempre, decidió esperar en la entrada de la escuela para seguirlo hasta su casa y asegurarse de que llegase bien, su madre lo golpearía y le gritaría, más de lo normal si no lo hacia, pasada casi media hora y el peliverde no salía así que molesto entro nuevamente, pero al acercarse al jardín vio al peliverde parado en el borde de la azotea, intento gritar para que se detuviera; intento correr, pero sus piernas no se movieron, su cuerpo no le respondía.

Vio al peliverde saltar desde la azotea, segundos después lo vio rodeado de un charco de sangre en su cabeza y con su libreta sobre héroes en sus manos, tenía una sonrisa fría, aquella sonrisa era similar a la que ola darle cuando eran niños.

-I... Izuku... ¡Izuku!- corrió hasta donde yacía el cuerpo del peliverde.

Ante el ruido algunos profesores que aún estaban se hicieron presentes.

-Mi... Midoriya - su profesor se acercó horrorizado.

-Ya viene una ambulancia - dijo otra profesora llorando.

-Izu... Por favor, no me dejes... Prometo jugar contigo... Prometo... Prometo comprarte más libretas para que escribas... T-Te ayudaré a recopilar información... De los héroes... Por favor - las lágrimas caían por las mejillas del pelicenizo, con temor y sus manos temblorosas tomo la mano del peliverde.

-Katsuki, vamos... Vete a casa - pidió el profesor.

-¡Cállate! Zuzu... Fue mi culpa -

Cuando los paramédicos llegaron obligaron a Bakugo a separarse del peliverde, a pesar de los gritos de este no le permitieron hacer más que sostener la mano del peliverde.

-Llama a su familia- ordenó uno de los paramédicos.

Con manos temblorosas marco el número de su la madre de su compañero.

-Tia Inko - susurro.

-Katsuki? Que pasa, cariño?-

-Tia... Zuzu tuvo un accidente... Ven al hospital -

La mujer al otro lado de la línea no contesto, Katsuki corto la llamada con un nudo en la garganta.

-Debiste decirle - comento un paramédico.

-Tiene que salvarlo -

-Niño, te seré sincero; tú amigo tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir, tuvo un golpe muy fuerte y su cráneo se rompió -

Katsuki esperaba en el pasillo mientras los doctores revisaban al Midoriya, fue entonces que llegó Inko Midoriya y su madre.

-Que sucedió?- pregunto Mitsuki preocupada.

-Él... Él salto, mamá -

Mitsuki abrazo a su hijo, verlo con los ojos irritados por llorar, ver su mirada vacía le dolía, no sabía que había pasado con Izuku, pero era grave si su indomable hijo se veía afectado.

-Familiares de Izuku Midoriya?- una enfermera se acercó.

-Yo, soy su madre -

-Lo siento mucho, no sobrevivió. El golpe que recibió fue mortal, no pudimos hacer nada -

-Mi... Mi niño - Inko lloro en brazos de su amiga, su niño había muerto, su luz había sido extinguida.

-Ya, llora lo que haga falta - Mitsuki se sentía miserable por la pérdida del niño, siempre amable y obediente, siempre sonriente y dispuesto a ayudar.

Katsuki recibió las pertenencias de Izuku y las llevo con su madre, después del funeral y entierro, encerrado en su habitación saco la libreta del peliverde de debajo de su cama, la recordaba, la había quemado con su explosión, reviso página por página hasta llegar a una carta.

No sé si alguien lea esto, pero si lo haces por favor di le a mamá que lo siento, que no llore por un inútil como yo... Kacchan tiene razón y tal vez en mi próxima vida tenga un capricho... Espero que Kacchan se convierta en un héroe muy fuerte y que encuentre amigos sinceros.

Izuku Midoriya (Deku)

Katsuki lloro toda la noche, hasta en el último momento Izuku había sido amable con él, con un patán como él.

-Lo siento, Zuzu, perdóname -