—Goku, ¿para qué me dijiste que querías la nave?

—Nada muy importante. Me enteré de que hay una raza muy fuerte, así que iré a entrenar con ellos por un tiempo.

—Tienes suerte de que la haya conservado. Aunque ya esté un poco vieja, no fue muy difícil hacerle algunos arreglos y mejoras.—decía mientras le hacía unos retoques con ayuda de una escalera.

—Sí, gracias.

—¿Llevarás a Vegeta?

—No sé si quiera ir.

—Pues ve y pregúntale.

—No lo sé, preferiría que sea algo secreto. Solo quiero seguir estando un paso adelante.

—¿Hablas en serio?—dijo incrédula—. Bueno, de todas formas no es la primera vez que vas a entrenar sin avisarle, igual, él lo ha hecho también. ¿Por qué les gusta volverse más fuertes a escondidas?

—Porque así uno de nosotros se sorprenderá de nuestro incremento de poder. Será como "Oye, ¿cuándo te volviste más fuerte? ¡Yo te superaré!"—imitó.

—En fin, sigo sin entender a los saiyajin y su espíritu de pelea. Tengo dos hijos con Vegeta y sigue siendo lo mismo, qué extraño, ¿verdad?—rió levemente.

—Supongo.

—¿Estás bien?

—¿Por qué no lo estaría?

—No lo sé, te noto muy serio. ¿Has hecho algo malo?

—No.

—Bueno...—dijo algo desconfiada—. No cometas ninguna tontería, no queremos más problemas en la Tierra.

—¿A qué viene eso? Es decir... Lo entiendo, pensé en eso hace poco, pero...

—Eres Goku, nunca se sabe.

Se quedó en silencio. No estaba enojado, ¿pero realmente fue necesario soltar ese comentario y además no dejarlo terminar?

Solo se resignó, de todas formas ya no importaba.

—...Bueno.

—Solo usa bien tu cerebro.

—Sí, sí. Como sea.—respondió, ahora con menos paciencia que antes.

—Eh, tranquilo.

—Ya no importa, me iré mañana en la noche.

—¿Cuándo regresarás?

—No estoy muy seguro.

—¿Te tardarás mucho?

—No lo sé.

—¡Rayos, Goku! ¡No sabes nada!

—...Oye, Bulma.—dijo, después de un breve silencio.

—¿Qué pasa?

—¿Realmente soy tan estúpido y distraído?

Ella se quedó pensativa por un momento.

—No es eso.

—¿Entonces?

—Digo... Es que... Si fueras un poco más "analítico", a lo mejor las cosas cambiarían un poco, pero igual no podemos hacer mucho...—rió—. Solo bromeo, olvídalo.

"Sí, siempre es una broma."

—Ya no me verás jamás, no deberías preocuparte tanto por eso.—murmuró en un tono casi inaudible. Ella volteó a mirarlo.

—¿Dijiste algo?

—No.

—Si tú lo dices...

—Regresando al tema, ya veré cuándo volveré.

—No olvides guardar provisiones.

—Ya lo sé.

—Eres demasiado olvidadizo, como sabrás... ¡Ey! ¿A dónde vas?—preguntó, al verlo dirigirse a la salida del taller.

—A casa.

—¿Tan pronto?

—Tengo algunas cosas que hacer antes de irme.

—Como quieras.

Así, Goku se fue de la Corporación Cápsula, aclarando su decisión.

Mañana, después de las ocho y media de la noche, nadie volvería a saber de él.

Ahora solo le quedaba escribir las cartas despidiéndose de todos, para finalmente dejarlas en la mesa del comedor.