
Unico
[Corregido]
Espresso finalmente ha comprendido. A comprendido muchas cosas. Comprende el motivo por la cual Madeleine le demuestra afecto, comprende el cambio repentino que tuvo aquel caballero de la luz, sobre todo cuando ambos dejaron la república. Supuestamente Espresso lo hizo por sus investigaciones, investigaciones que lo llevo a impartir clases a una escuela de magos, sin contar que le hizo conocer a muchas otras más personas.
La maldad es algo que no se puede radicar, claro está, pero hay maneras de retenerlas, Espresso se dió cuenta de eso cuando su magia del café demostraba algo muy diferente, el no tenía un objeto mágico como sus demás compañeros magos, no, el solo tenía su conocimiento. Mucho conocimiento.
Su corazón comenzó a latir demasiado cuando miro al frente de la línea a Madeleine, alzando su gran espada, listo a combatir, pudo recordar mucho, cuando ambos intentaban pasar tiempo junto, ya que este último, deseaba más estar investigando que estar pasando el rato con ese caballero, pero a final de cuenta, la compañía de Madeleine fue demasiada notoria que le causaba un dolor de cabeza cuando ese rubio no estaba cerca de él. Que ironía.
Su conocimiento en la magia del café era muy diferencial, demostraba gran poder oscura, superior a cualquiera y eso dejaba de que hablar, siempre obtuvo la mirada de todos, pensando que el profesor era parte de la región de los malos.
Una vez Pure Vanilla había comentado a hacer de un final para Dark Enchantress, sin embargo requieren de poder, para poder lograr un sello capaz de encerrarla y hacerle entender lo que ha hecho. Pero ¿Cómo? Sacrificando una vida por otra.
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La guerra estaba en su apogeo, había muchos guerreros combatiendo a mosntruos creados por Dark Enchantress. Había pequeños grupos, capaces de ser fuertes, había un grupo en específico en dónde Espressos se había quedado, la intensión era proteger el castillo, en dónde la gente de gomita se encontraba ahí. Una vez que el castillo fuera destruido las esperanzas ya no seguirían a pie, haciendo que la guerra haya sido un tremendo caos.
Sea Fairy estaba al frente, estaba defendido a los demás guerreros. Estaba la situación empeorando, los montruos aparecen y seguían apareciendo no había nada que los detuviera la risa de aquella mujer resonaba a lo lejos.
— Nunca van a derrotarme Pure Vanilla. ¡Nunca! ¡Ha ha ha ha!
Pure se limito a verla con tristeza, tratando de encontrarle un pequeño toque de esperanza y que se tentara el corazón. Pero incluso Hollyberry que estuvo a lado del rubio, logro entender que no, que ella no aceptaría nada bueno de nadie.
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El castillo fue rodeado, los guerreros que defendían dicho sitio, retrocedieron con la intención de retirarse era imposible ganar, los montruos no se detienen en lo más mínimo y eso lo estaban presenciando, los curanderos ya estaban cansando, no daban para más su energía se había esfumado..
No les quedó de otra que dar marcha atrás. Retirarse de la zona para no ser dañados, Espresso estaba decidido a no dar marcha atrás y seguir combatiendo, no iba a dejar que un montón de montruos lo detengan.
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Los guerreros se vieron en la rotunda necesidad de alejarse. Retirarse, los magos finalmente se detuvieron en sus ataques, los curanderos solo huyeron al castillo, Sea Fairy noto aquello, y antes de que pudiera enviar más guerrero a la zona fue silenciada por el ruido de una gran bestia alada.
Espresso seguía firme atacando, Latte estaba cansanda su magia no hacía el mismo efecto y en algunas veces recibía daño de parte de aquellos montruos, la profesora se limito a darle una excusa para salir de ahí, para sobrevivir a cualquier costo.
— Espresso, tenemos que irnos. No podemos seguir deteniendo a los montruos.
No obtuvo una respuesta, simplemente el profesor siguió atacando.
— Prometo que haya dentro seguiremos. ¡Ahora vamos!
Todos temian sus esperanzas habían caído, cuando aquel dragón alado hizo su apareció, ya no tendrían una victoria, Espresso se sintió extraño, sintió un hueco, cuando comprendió que aquella espada en los aires, no iba ser de victoria.
— Vete, yo seguiré defendiendo, no puedo dejar que pasen al castillo. Refugiarse y curate...
Ordenó, el profesor siguió atacando, a pesar de que su energía estaba muy por debajo de su habitual condicion. Latte palideceo ante aquello y simplemente le reclamo.
— ¿Estás loco? ¡No pienso dejarte! ¡Que pensaran de mi!
— ¡Nada! Porque fui yo quien te dijo que lo hicieras, ahora ¡Vete!
— Pero... Espresso, no quiero que mueras. Que hay de él, Madeleine espera verte.
— No importa Latte, pase lo que pase estaré bien.
Le sonrió por breves segundos logrando regresar esa mirada hacia los enemigos, Latte miro con preocupación y dando su último ataque logro huir al interior del castillo.
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Espresso logro hacer que la puerta del castillo estuviera sellada, fuera segura para todos esas cookies y gomitas en el interior, él en cambio, logro dirigirse hasta donde estaba Pure Vanilla, aunque no fue sencillo, había Sido blanco de muchos montruos.
— Logre comprenderlo Maestro Pure Vanilla...
— ¿Eh? ¿De qué hablas?
La mirada de Hollyberry fue extraña, en cambio, Pure Vanilla se encontraba en silencio, tal parece que Espresso estaba aceptando su destino.
— Logre comprenderlo a último momento, logre entender porque no hay relatos de la magia del café. Del por qué usted, no quiso que estuviera enterado.
— Espresso... No es necesario ¿Que pasará con Madeleine?
Espresso no dijo nada, seguía observando y haciendo sus ataques, mientras su mente seguía recreando esos momentos que había pasando junto aquel caballero de luz, momento tensos, lleno de risas y tristezas, que hizo que muchos dedujeran cosas extrañas y que a final de cuenta pudiera ser ciertas.
— ¿Espresso?
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Los ataques seguían, ahora con un dragón que sobrevolaba la zona, Dark Enchantress tenía todo a su disposición, ni siquiera los guerreros del pueblo podían detenerla.
Madeleine busco con la mirada a Espresso, se vio preocupado al notar el gran sello en la entrada de como los montruos intentaban entrar en esta pero eran violentamente lanzados. Esto alertó demasiado al caballero que de manera apresura recorrió el lugar buscándolo con gran desespero.
Lo encontró. Lo encontró a lado de Pure Vanilla y de Holyberry, quien no se veían convencido ante la situación, Hollyberry se atrevió a proteger a ambos, en lo que Pure Vanilla hacia lo posible para convencerlo de lo que estaba por hacer. Pero la situación no dejo mucho cuando a Hollyberry fue invadida por mosntrous dejando un blanco firme a ambos.
Los montruos ya estaban listo para atacar, de no ser por Madeleine quien contraatacó y los alejo de ahi, libero a Hollyberry y entre los dos combatieron.
Una vez que concluyó, se encamino hacia el profesor, lo miro viendo sus heridas, pero gracias a Pure Vanilla estaba recobrando sus sentidos, aunque era casi nulo.
— ¡Espresso!
— ¿Que haces aquí? Debes estar con los demás protegiendo la parte frontal.
Le reclamo una vez que ambos se miraron frente a frente.
— No me puedo permitir dejarte solo, sería malo si algo más llega a pasarte.
— He he, estamos jodidos Madeleine y aún así te preocupas por mi.
— Eso es bueno, no es malo Espresso.
Guardo silenció, cuando Espresso demostró su herida, su ojo derecho había cambiado, seña de perdida de color.
— Espresso, ¿Que sucedió?
— Lo comprendo ahora Madeleine.
Una sonrisa fue notoria, su vista fue guiada a Pure quien los miro un poco apenado, aunque aquello rápido fue olvidado.
— ¿De qué hablas?
Madeleine siente como algo no anda bien, pudo notaba como el poder de la cookie del café se estaba agotando poco a poco, de manera brusca lo sujeto de sus hombros, exigiendo que le explicara.
Madeleine miro a Pure, tenía esperanzas que las palabras de Espresso fueran una broma extraña. Pero este tampoco dijo algo.
Puré Vainilla Cookie miro a Espresso, reconoció lo que estaba pensando, fue ahí cuando recordó a su viejo amigo, un antiguo colega que durante mucho tiempo convivo con él y con White Lily Cookie. Dudo, la mirada de Madeleine fue dominante, quería que salvará a Espresso, que pudiera revivirlo en el sentido de darle más vitalidad y poder. Pero...
— No es necesario maestro Puré Vainilla Cookie.
Espresso hablo con suavidad. Madeleine se quedó en silencio, confundido y desesperado, que acaso no lo escuchaban. Pure Vanilla dió un suspiro sus ojos se abrieron finalmente viendo a Madeleine.
— No habrá caso si usted me ayuda a regenerar mi energía vital porque sabe mi destino.
Madeleine no comprendió, sentía un miedo su manos temblaban al no ver movimientos de parte del rubio. Solamente estaba ahí.
— Puré Vainilla...
Lo llamo.
Espresso miro a su amigo, aquel caballero que le había robado los sueños en algunas veces y es que hace poco había entendido su gran obsesión por una sola cosa. Pero ahora, ahora ver a Madeleine le hacía lo mejor, la guerra seguía en pie, muchos estaban dando su mejor golpe y Espresso.... Solo estaba tomando un momento.
— Madeleine...
— Espresso, ¿Que está sucediendo?
— Lo lamento tanto. Fue tan hermoso a ver pasado mi tiempo contigo. Escuchando tu arrogancia, tu orgullo... tu amor.
Aquello último fue un susurro, mientras se encontraba abrazando al caballero, su rostro en el hombre de este, dándole cierto apoyo.
— Por qué se siente como si esto... Fuera la última vez que hablaremos.
— Hehe~
Madeleine se separó, notando la sonrisa de esté, a pesar de tener dañado sus anteojos y tener heridas por todo cuerpo se atrevió a sonreír por primera vez y está vez fuera visto por Madeleine quien quedó sorprendido y embobado.
— Espresso...
Lo llamo, tomando sus manos, mientras su sonrisa iba creciendo con la intención de darle emociones, lo abrazo y beso aquella mejilla morena.
— Te amo.
Espresso solo se limito a abrazarlo, sonriendo con amor, mientras lentamente las las lágrimas bajan, era una despedida, Madeleine no sabe, cree que es un último recurso, Pure Vainilla sabe, no quiere decirle por miedo a que el caballero de la luz, se atreva a entrometerse, ya que causaría una muerte innecesaria, Espresso está decidido y de esa manera podrían encerrar una vez más a aquella bruja.
— Bien, haremos todo.
Puré Vainilla habla, haciendo que ambos, que seguían abrazados se separen, haciendo que aquello, hermoso momentos fuera un recuerdo más.
Los guerreros de dulce se encontraban listo, los curanderos de nuevo utilizan su poder, la Dark Enchantress mira curiosa desde los cielos, viendo cómo los guerreros se reúnen.
Eso no es impedimento para ella, sabe que tiene la victoria asegurada, aunque su molestia se muestra, un pequeño gesto de desagrado al notar a un miembro de la tribu del café.
Pure Vanilla y Espresso caminaron hasta enfrente, Sea Fairy se acerca a Pure Vanilla confundida por tal situación. Pure le dedica una sonrisa suave, llena de amor, cosa que la hada del mar queda confusa, solo para ver cómo le daba la espalda.
Dark Enchantress abrió sus ojos, de sorpresa y realmente de terror, y de manera molesta le reclama.
— ¡Ya te recuerdo...!
Tra a verlo combatir varias veces, pensando en miles de guerreros del pasado, encontrándose con el más dolor de cabeza.
Finalmente se dió, el duro encuentro. Los otros guerreros derribaron ese dragón de una manera complicada, pero la victoria no está asegura aún. Puesto una vez derrivado, comenzaron a atacarla, sin embargo el dragón no iba a ser fácil y atacó de la misma manera, dejaron a Dark Enchantress hasta último, frente a frente con Pure Vanilla y Espresso, Hollyberry se encontraba feliz de volver encarar a aquella bruja.
— No puedo creer que siempre hagas esto Pure. Siempre buscas eliminarme sabiendo que tengo razón.
— No, no es cierto, el sufrimiento no es bueno para todos y lo sabes, quiero ayudarte, entiende.
— ¿Sufrimiento? ¿Ayudarme? Vas a sacrificar a otros descendiente de la tribu del café. Y aún así dices que no sufrirá.
Pure no digo nada, era evidente que era cierto y no le gustaba la idea, pero era necesario..
— Estuve buscando este final por mucho tiempo. No debe dudar maestro. Madeleine que jamás lo olvidaré.
Espresso había tomado el hombro de Pure indicando que estaba listo, el rubio de ojos bicolor lo miro un poco, ya comenzaba a dudar. Aunque a final, acepto, Espresso dió unos pasos al frente, un sello en sus pies hizo acto de presencia, el símbolo demostraba un ojo y un grano de café, dirigió su mano hacia Dark Enchantress un simple ataque sería lo suficiente.
— ¡No está vez!
Lanzo un ataque, sin embargo fue protegido por Puré Vanilla, quien logro crear un escudo, Espresso sonrió con suavidad al recordar todos esos momentos, cada persona con quien logro convivir y brindar su conocimiento, lanzos su ataque, su cuerpo estaba perdiendo color, su cuerpo comenzaba a agrietarse y de manera repentina un detello inundó el lugar. Puré Vanilla había lanzado su ataque logrando darle en el blanco, logrando encerrarla de nueva cuenta.
La oscuridad que alguna vez reino, desapareció, los seguidores de Dark Enchantress, estaba siendo detenidos, algunos suplicaban por no ser golpeados, solo aceptaban la derrota.
La victoria fue grandiosa, Madeleine miro con orgullo, aunque su mirada fue en búsqueda de cierto profesor que durante por un rato y caminar entre.las ruinas del pueblo no logro encontrarlo, su corazón se aceleró, pero de miedo. Siguió caminando, preguntando a cada uno de los guerreros por aquel profesor pero nada.
No fue hasta que vio a Pure Vanilla, se próximo con rapidez y pregunto con algo de preocupación.
— ¿Dónde está Espresso?
El silencio reino, Pure Vanilla, bajo su vista al igual que Hollyberry que también hizo lo mismo, demostrando un poco de tristeza. Madeleine no quería creerlo, puesto de manera brusca tomo del traje a Pure, agitandolo con cierta fiereza.
— ¿Dónde está Espresso?
De nuevo pregunto, no obtenía respuesta, solamente se alejo enojado y preocupado, buscando con desespero entre las ruinas, encontrando un indicio del cookie del café.
Pure se acercó, de manera tranquila hablo.
— Él... No sé salvó. Yo intenté traerlo de vuelta, pero fue imposible.
Madeleine guardo silencio, dejo de buscar u solo quedo ahí hincando.
— ¿Por qué no me dijeron acerca de eso?
— Espresso lo dedujo, no pensé que fuera a aceptar.
— Lo pudistes a ver detenido.
— Él estaba decidido. Él se decidió por hacerlo.
Madeleine estaba molesto, no podía creer todo esto. Demostró una tremenda sensancion de enojo, frustración y que poco a poco se fue transformando en tristeza.
— Espresso solo existió para eso, no hubiera deseado eso para él, pero la magia del café es demasiado poderosa, es capaz de crear poderosos sellos, el se sacrificó para hacer esto. Traernos paz.
Madeleine estaba enojado, sus emociones le hacían confundirse aún más. Estaba seguro que aquello no aseguraba una salvación ante esa Dark Enchantress. Pero, que mala suerte, todo lo que quería hacer a futuro, todos esos deseos por algo serio, se esfumaron, se esfumaron cuando Espresso, dejo de existir.
Madeleine se puso de pie, la vida de Espresso era tan preciada para el caballero, lo cuido, lo protegió y todo, pero aun así le dolió, le dolió que lo tuviera en sus brazos y no alejar esa idea absurda de la mente de Espresso, de que no lo dejara solo.
Madeleine solamente se fue. Dejando a Pure Vanilla un tanto triste y de un suave susurró hablo.
— Lo lamento Madeleine.
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No cabía en duda, Dark Enchantress, ha sido derrotada de nuevo, el lugar es un tanto solitario, pero está vez y como la última no estaba solo, estaba ese mismo mago.
Sin embargo la energía que emanaba Dark Enchantress fue completamente superior a la de Espresso, haciendo que sus sentidos se apagaran y que lentamente su mente fuera consumida por aquella energía. Dark Enchantress sonrió con victoria y de manera relajada se acercó hasta tocar los hombros de Espresso.
— No te preocupes Mago del cafe, todo saldrá bien. No habrá nada que nos pueda detener. ¡Ha ha ha ha!
La bruja parecía fascinada por su nuevo trabajo, debido que el profesor estaba sumido en los pensamientos oscuros, de como esa energía negativa se había poderado del cuerpo de este.
_
-Fin.
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