Epílogo {Final}
Durante los siguientes meses Madeleine termino por regresar a la republica, mas no iba solo, Pure Vanilla, los otros dos monarcas habían regresado a sus reinos algunos meses atrás, con la intención de estabilizar su reino y finalmente dejar todo en paz, pero con el llamado a republica, Madeleine no le quedo de otra mas que regresar. Estaba seguro que se sentiría mejor, aunque realmente en su interior ya estaba hecho pedazos.
Lentamente estaba muriendo, incluso en muchas ocasiones intento olvidarse de Espresso y las pocas veces que lo había intentando, siempre tenia pesadillas, en donde estaba ese profesor, mirando y reclamándole, dándole toda la culpa de porque lo había dejado hacer tal cosa.
Madeleine había dormido muy pocas veces, incluso comenzó a beber café como lo hacia el mismo profesor, eso la había visto muchas veces el rubio quien no paraba de pensar si había hecho bien en dejar a cierto moreno dar un paso a un suicidio.
La republica era extensa, había muchos lugares e incluso zonas inferiores en donde solo los inventores pasaban su mayor tiempo, pero eso no era lo mas necesario y es que el paladín solo regreso a su hogar, la residencia Madeleine. En donde fue recibido por su madre y las tías, que fácilmente fue blanco del trio de mujeres, mientras a lo lejos estaba la madre del paladín, pudo notar como el chico no se veía contento como otras veces, incluso fingió al estar ahí con esa sonrisa, cosa que no fue muy agradable para la mujer.
Una vez a solas, en la oficina de su madre, Madeleine solamente se limito a bajar su vista, creyendo que de esta manera no obtendría la mirada acusadora de su madre, la mujer es demasiado exigente y estricta cuando se trata de su hijo, por ende había hecho un pequeño trato.
Una alianza como un apoyo y método a la casa principal de la republica.
La mujer halago por un momento a su único hijo, afirmando que era el mejor para la familia, incluso menciono al mismísimo hombre que ocupaba el líder de ministro, quien prontamente dejaría a cargo a cierto joven. Dicho joven sería aquel que uniría la familia Madeleine y la familia Cream.
— ¿Está hablando en serio?
— Nunca he mentido, mucho menos cuando se trata del bienestar de nuestra república.
— Aún así... Debe de saber que...
— No hagas pretextos querido hijo, si hacemos esto es por el bien de la república, tómalo como algo bueno, que la justicia y la luz siempre será quien opaque a la oscuridad.
Madeleine estaba por reclamar, pero incluso la mujer dió por finalizado la pequeña charla, haciendo que el paladín no pudiera mencionar nada en absoluto y es que Madeleine, aún no podía olvidar a Espresso, sentía en su más profundo corazón que Espresso seguía con vida, que Espresso sufría y que el debía estar ahí para rescatarlo.
Durante su estadía, sus tías no paraban de hablar acerca de la vida del chico, preguntando que había encontrado fuera de la republica, incluso mencionaron a ese profesor que durante el poco tiempo de que ellas lo conocieron habían descubierto que era un don nadie. Para el paladín eso no fue de su agrado y de manera calmada y respetuosa les reclamo, solo para irse y dejarlas solas.
Los jardines eran simplemente iguales a los que recordaba, siendo verdes y llenos de vida, incluso con la presencia de cierto rubio quien en esos momentos se quedaba en la casa Madeleine's, para muchos pensarían que el mismo antiguo héroe se iría a la casa principal de Custard, pero no, simplemente se negó a ir ahí debido a motivos desconocidos. Pure se encontraba en la mesa tranquilamente teniendo un pequeño aperitivo, demostrando una suave sonrisa y una calidez única que muchos envidiarían.
— Bienvenido joven paladín.
La suave voz seguido de esa risita hizo que el mismo Madeleine le mirara con reproche y es que no le gustaba demasiado que se burlaran de esa manera, mucho menos aquel que se atrevió a dejar ir a Espresso a su muerte.
— Sigues enojado conmigo ¿verdad? Recuerda lo que ha dicho Dark Cacao, puede causarte daño a largo plazo, haciendo que tu poder disminuya y tu esperanzas de vida solo se vuelvan una ilusión.
— Como decir que algo puede salir bien si la persona que una vez amo se pierde.
— Entiendo...
Aquello fue algo simple y es que Pure había pasado algo similar tras la perdida de White Lily, pero ahora con ayuda de Dark Cacao podía sentirse mas tranquilo y cómodo.
— Podría ayudarte, digo, conozco algunos métodos
No pudo concluir su oración, cuando noto la presencia de unos sirvientes de la casa, logrando informar que parte este de la republica estaba siendo atacada por alguien, aun desconocían en absoluto de quien podría tratarse, para Madeleine fue algo bueno para quitarse todo ese abrumador estrés y malos pensamientos que tenia relacionado a la perdida de Espresso.
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Una vez en la zona de batalla alzo su espada dispuesto a combatir, logrando ver a Red Velvet manejar las tropas bestias de aquella bruja, comprendiendo que esa mujer aun no había sido derrotada y tras aquello el causante de todo el destrozo. Con paso lento camino hasta quedar a lado del mencionado general de las bestias, con sus ojos vendados y un atuendo diferente al que usualmente se conocía se demostró a cierto profesor. Sus manos crearon aquellos granos de café logrando destruir a pequeños grupos de personas que se encontraban en defensa de la republica.
Madeleine estaba sorprendido, no podía contraatacar, sus ojos se abrieron a mas no poder, no podía creerlo, era el, sabia que era el... incluso lo llamo en un suave susurro, teniendo esperanzas de que fuera escuchado, pero en cambio solo recibió un doloroso golpe de parte de ese profesor.
Los demás guerreros simplemente se vieron sorprendidos, Dark Cacao no comprendía, mas cuando había sido herido por el mismo traidor de su nacion, pero aquello no fue todo, ya que entre el caos llego esa mujer.
Pure noto la presencia de esa albina y a manera de suplica le pedía que se detuviera, que no era necesario tanto caos, aunque para la mujer solo se limitaba a reírse, no era suficiente, mas cuando tenia el arma secreta del mismo Pure en sus manos.
— Ahora si la republica debe entender porque hago esto, si Pure Vanilla no quiso entender, entonces que hablen los diplomáticos.
— ¿Quieres que te escuchen pero no te has visto lo que has provocado?
— El único villano aquí son todos ustedes... Te haces llamar héroe, sabiendo que allá fuera se encuentra la verdadera amenaza.
Tras aquello un estruendo y de una manera súbita el lugar llego en un rotundo silencio, finalmente los aliados oscuros dejaron de atacar, la mujer descendió y de manera cordial acomodo su atuendo, mientras el mismo profesor se acerco hasta ella, brindando la mano para que pudiera tomarla y guiarla hasta el edificio principal de la republica.
Madeleine se encontraba estático, como su profesor dejo de hacer caso, de como estaba sumido en los ideales de esa mujer, incluso se sintió celoso.
Pero todo era una falsa mentira de esa mujer, su objetivo principal era destruir a todos los ministros para dar final e iniciar una nueva era para salvaguardar a las demás personas que estaban en constante peligro.
— ¡Espresso! No lo hagas todo lo que estas haciendo esta mal...
Madeleine reclamo, mientras intentaba acercarse al moreno, sin embargo el mismo Red Velvet lo detuvo, negándose por completo, el paladín noto aquello y es que el mismo sujeto que tenia enfrente había demostrado un rostro de pocas esperanzas, no era de victoria como muchos pensaban y es que el Red velvet dejo de seguir a la misma mujer oscura ya hace un tiempo, tras ser abandonado por ella en plena guerra.
La mujer finalmente se detuvo, enfrente de aquel trio de héroes antiguos, demostrando una sonrisa orgullosa y triunfante.
— Ultimas palabras querido amigo.
A principio Pure no dijo nada, su poder se había desvanecido y es que la mujer había usado un conjuro con ayuda de algunos artefactos de la misma republica, pudiendo así incapacitar todo aquellos que usaran magia o cualquier tipo de poder en su contra.
— Espresso, entre mas lejos esta, el muere lentamente, se hace daño asi mismo y solo desea que vuelvas...
Las palabras fueron duras y a la vez confusas, haciendo que la mujer quedara en silencio y es que Espresso estaba bajo control de esa mujer, a pesar que sus orbes albinos estaban ocultos podía sentirse cierta sorpresa y aunque rápidamente se relajo, solo para escuchar a la mujer como le indicaba que debían continuar.
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El encuentro fue tan abrupto que incluso los demás ministros no sabían que responder, la mujer indico sus asuntos incluso Clotted Cream se había negado rotundamente ya que nada habría que hacer, mientras esa charla se llevaba acabo una serie de personas se habían adentrado, entre ellos iba Madeleine que no dejaría solo a su amado.
Sin embargo la mujer ya tenia resulto todo.
— Espresso encárgate de ellos destrózalos a todos.
El moreno afirmo sin reclamar ni nada, salió de manera tranquila y descendió por las escalinatas al posible punto de reunión el lugar no fue concurrido, incluso termino levitando debido al grupo de personas que se habían atrevido a confrontarlo.
— Hay que dividirnos así un grupo podrá llegar a las oficinas de los ministros.
La vos de Gingebrave resonó, haciendo que el pequeño grupo afirmara y finalmente se dividieran en dos grupos pero eso no fue posible, parecía que el mismo Espresso cubría gran parte de toda la zona, atacando con su poder a sus enemigos, los jóvenes guerreros no sabían que mas hacer, incluso sin tener la mirada de ese mago le era imposible.
Almond termino por sujetar al mencionado mago, haciendo que los demás aliados subiera, en cambio este detective no se quedo solo, sino que Madeleine se quedo ahí, inspeccionando lo que sucedía, notando como el mismo moreno forcejaba pro escapar, pero aquello rápidamente se desvaneció, cuando escucho la voz de Madeleine, sobre todo esto le hizo recordar las palabras de Pure Vanilla.
— Espresso, todo esto es una mentira, sigues unos ideales erróneos, la republica no podrá aceptar la petición de esa mujer.
— No creo que te escuche amigo, aun así debemos sacarlo de ese transe, mis cadenas no van soportar demasiado.
— ¿Como?
— Solo destruyendo algo que lo ate a ella.
El dúo se giro, encontrándose con el general de las bestias de aquella mujer, camino con cautela hasta el moreno, quien de manera calmada quito aquellas vendas de sus orbes, logrando descubrir aquella marca en su ojo izquierdo que fácilmente ocultaba con frecuencia.
— Espresso...
— No entiendo porque tiene esa marca, cuando Dark Enchantress regreso, no venia solo, el llego con ella, estaba demasiado debil y su cicatriz fue vista, incluso la Enchantress intento curar un poco pero...
— Se lo que paso con el... creo que fue hace tiempo, pero eso no es lo que importa ahora, solo debemos salvarlo ahora.
— Espresso, tu debes decirnos...
— Todos ustedes son los enemigos, los traidores pagaran con sus vidas.
Sin decir mucho el moreno se alzo levitando, sus orbes eran color carmis, seña de que seguía bajo control de aquella mujer, era evidente que tenían que enfrentarse a el, para conseguir ganar.
A pesar de no tener sus poderes por completo, logro enfrentarse a ese mago, junto con Almond y Red Velvet, Espresso lograba crear sus granos, mas aquellos que fácilmente lo rodeaban siendo mas complicado lograr acercarse a este, Espresso logro tener la victoria, sabia que la tendría, ninguno de esos sujetos podría ser rival.
Los escudos de Madeleine lograron proteger en la mayor parte a sus aliados, pero aun así no fue suficiente, incluso la determinación de Espresso era tal, que en muchas ocasiones terminaba siendo derrotado por un profesor. Pero ahora que lo veía con mejor claridad, podía comprender por que... ya que el, como caballero y creedor de la victoria dejaba siempre lados vulnerables.
Pure seguido de los demás antiguos héroes miraban desde lejos, como sus guerras eran enfrentadas por otros, dejándolos a ellos débiles, era evidente que ellos no eran fuertes a las nuevas generaciones, incluso poseer el basto conocimientos seria mas útil que ser capaz de destruir aquellos enemigos.
Pero para ese momento tenia un plan...
Fue el quien logro ver el verdadero sufrimiento, lanzando un contraataque el mismo mago que no logro distinguir, dejándolo sumiso en sus pensamientos.
Madeleine noto aquello, miro como este caía desde lo mas alto, mientras una luz dorada lo envolvía, seña de que se encontraba bajo un conjuro, logrando saber de quien pudiera tratarse.
Mientras la mujer albina se encontraba en apuros había descubierto que su aliado mas fuerte había caído en manos de los enemigos incluso lo perdería tan rápidamente, iba a llamar su siguiente opción, pero al ver la negación incluso como este se atrevía atacarla termino por tratar de huir.
Red velvet a pesar de negarse a las nuevas ordenes, finalmente se atrevía a detenerla, con ayuda de sus mismas bestias, derribándola en los aires, haciendo que aquello le causara un coraje como nunca y es que la misma mujer había creado todas esas bestias.
— ¡¿Como se atreven a detenerme?! ¡¿Que no saben que yo les di la vida?!
Los reclamos no se hicieron de esperar, Red Velvet llego hasta ella, pero no solo, sino que Hollyberry estaba a su lado, quien con una sonrisa llena de determinación tomo a la bruja con el objetivo de darle un ultima amenaza y es que los mismos ministros ya sabían de ella, por ende ya tenían una prisión adecuada para ella y todos los demás aliados.
Pure que seguía meditando era envuelto por aquella aura dorada, incluso Dark Cacao se quedo ahí con el a protegerlo, mientras otros soldados ya tenían bajo control todo. Pero eso era por un solo motivo...
Espresso.
Espresso se encontraba en un lugar solitario, oscuro, su mirada estaba baja, pensando en todo lo que había sucedido, sobre todo en lo que el mismo Pure había dicho.
— Nunca tome en cuenta las palabras de Madeleine, creí que simplemente me diría hazlo por la nacion quien te ha dado un hogar.
— Era de suponer, pero realmente te admira tanto que incluso tuvo la valentía para decirte lo mucho que te ama, lo mas seguro es de que eso quiere escuchar en estos tiempos. Con el pasar de los días Madeleine no es el mismo caballero de la luz que alguna vez has conocido. La motivación se fue sus deseos por ser alguien mejor se fueron tras tu partida.
— Yo... no sabia...
— Aunque tu no lo creas, eres la motivación de Madeleine, incluso suplicaba por que yo te sacara de ese infierno y regresaras con el al reino para poder ser libres... si deseas volver, solo toma mi mano, será doloroso, pero para esos momentos el estará contigo, abrazándote tan fuerte que solo vas a querer abrazarlo.
Pure dirigió su mano hacia el moreno, tenia esperanzas que este la tomara y así fue, el profesor tomo la mano del rubio y a base de eso, la oscuridad se desvaneció en absoluto y un ardor insoportable llego.
Madeleine estaba asustado, no comprendía que sucedía, solo escuchaba gritas con desespero al mismo Espresso que tenia en sus brazos, intento calmarlo, lo abrazo con mas fuerza atrayéndolo a el, pudiendo así sentir la pesada respiración del mago, esperando que este simplemente se calmara, cuando finalmente lo hizo fue cuando sintió como los brazos del moreno lo envolvían.
Esto fue una enorme sorpresa para el paladín quien no lo dejo que se separara por ese momento, todo estaban mas tranquilos, la villana finalmente fue capturada, ni siquiera habían tomado la vida de otro ser viviente para eso, incluso aquellos seguidores de esa mujer terminaron encarcelados, Red Velvet se presento ante el primer ministro, Clotted, quien de manera honrada alzo sus manos como una muestra de que había perdido la guerra.
Clotted termino por perdonarlo, tras a ver ayudado a pesar de eso no quedaría tan libremente, por ende lo dejo en la republica.
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Muchos sucesos habían pasado, una de ellas fueron que Pure Vanilla seguido de los otros héroes antiguos finalmente habían dejado su trabajo en mano de nuevas generaciones, no había motivos para que ellos siguieran combatiendo, no tenían los grandes dotes como en la juventud tenían, por ende se sintieron honrados al saber que una persona tenia los deseos buenos para mantener la paz en el mundo.
Tras todo eso, la madre de Madeleine aun seguía un tanto confundida por la tanta atención que le brindaba su hijo a un desconocido y ahora que lo miraba con calma le era conocido, era ese mismo chico de la parte inferior de la ciudad, aquellos que se atreven a manejar maquinaria y quien sabe que tantas cosas.
— Hijo...
— No digas mas, no espero tu aprobación, si quieres realmente a Espresso o no, no me interesa, yo lo quiero a el, le he propuesto matrimonio antes de todo esto y mi propuesta con el sigue en pie.
— ¿Que?
— Si, era lo que iba a mencionarte una vez que yo regresara a la republica.
— No pensé que se tratara de alguien así.
— Bueno ya lo sabes, cuando despierte nos iremos para no molestarte mas.
— No... Esta bien que se queden...
Dijo la mujer, solo para salir de la habitación, dejando a ambos tranquilos ya que no le parecía buena idea que se fuera su niño de nueva cuenta, sin embargo algo mas le hizo detener en mitad de su camino, una pequeña sonrisa nacio de ella y es que se sentía feliz por mirar a su hijo teniendo a una pareja, aunque no sabia las intenciones de este mago, a menos tenia la certeza que su hijo había elegido sabiamente.
Dejo que ambos dieran sus siguientes pasos, no podía desconfiar de su propio hijo sabiendo que había ido por mucho tiempo y ahora lo tenia con una pequeña familia mas.
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Varios días después, Espresso había logrado hablar con Madeleiene había logrado arreglar todos los asuntos con el, incluso se había disculpados en varias ocasiones por todo lo que había pasado, haciendo que su amigo y ahora pareja estuviera mas tranquilo, Pure Vanilla finalmente miraba el aura de ese joven paladín, incluso sabia que sus acciones habían creado a un paladín inestable a un posible enemigos incapaz de ser derrotado, pero debido que el mago era inteligente no caería en las sucias garras de la oscuridad, porque a pesar de que el mago provenía de ellas, sabia como lidiar y como dejarlas pasar.
Espresso se miraba en el espejo, se veía un poco avergonzado, mientras las tías de Madeleine no paraban de mirar y tocar las lindas prendas que tenia el mago y es que hace momentos atrás el moreno había recibido un cambio nuevo de colores claros, cosa inusual en el, pero debido que era un día especial termino por usarlos, una del trio de mujeres acomodo el cabello de este, colocando algunas extensiones, haciendo que su cabello fuera mas largo y logrando hacer una pequeña coleta baja.
Espresso finalmente estaba listo, las mujeres miraron animadas incluso tras la presencia de la madre de Madeleine, quien de manera rápida salieron dejando a ambos solos.
— Señora...
Hizo reverencia, pero prontamente fue levantado, haciendo que el moreno mirara confundido.
— Te deseo suerte, aunque mi hijo sea un joven incapaz de estar tranquilo, es alguien leal y capaz de amar a la justicia y a ti...
— Eh... bueno...
Aquello había sonado típico de Madeleine, ahora comprendía de donde salía tantas palabras de esa manera.
— Toma este es un pequeño obsequio de la familia Madeleine.
Espresso iba a rechazar aquello, pero de una manera brusca la mujer le coloco el dichoso collas, en donde llevaba un pequeño dije con la figura del escudo de la familia Madeleine. La mujer era demasiado brusca en algunas acciones, sus palabras firmes, pero tenia ese lado maternal que todas las madres tienen, incluso el mismo Espresso había presenciado una de ellas cuando la misma mujer le pidió que le dijera madre.
Como si fuera una boda el moreno se presento acercándose a su amado quien de manera tranquila festejaron las ceremonia de invitados que la misma casa Madeleine hacia una vez que la victoria habían tenido, solo para levantar el ego de todos aquellos paladines y demás. Espresso y Madeleine iban vestidos de manera similares con trajes color blanco y adornos azules, seña de que era un traje de pareja y eso era lo mas lindo.
Para esa misma noche, ya cuando el baile estaba por terminar, terminaron por alejarse en un lugar mas privado en donde ambos finalmente se demostraban los sentimientos que habían tenido durante mucho tiempo y que incluso después de un tiempo había sido lo mejor.
Unieron sus labios como una muestra de su amor eterno y a pesar de no estar casado lo hacian, aunque para ser sinceros, faltaría poco para una boda.
Fin.
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Hola gente hermosa.
He venido dejando este capitulo final, edicion especial por asi decirlo, ya que viene siendo como un epilogo, aunque a decir verdad parece mas un capitulo mas de este libro.
Definitivamente este es el ultimo capitulo de la historia ya no habra mas, solo que me habia quedado con ganas de escribir una segunda parte.
Aclaro que algunas parte parece que hay como lagunas o saltos, eso lo hice para que le capitulo no fuera mas extenso ya que paso mas de 3.5k palabras, asi que debo admitir que son demasiados. Trate de simplificar lo mas que pude, aunque a final de cuenta creo que hubo algunas cosa que queria profundizar, uno de ellos fue:
La posible relacion entre Madeleine con Clotted al formar una alianza.
Tambien la nueva relacion que tiene Clotted por Red velvet ya que le parece una persona interesante.
Y tambien la relacion de madre e hijo, en este caso la gran Madeleine y Madeleine.
En ingles la madre de madeleine es Grand Madeleine Cookie. Que nombre ¿No?
En fin con esto concluyo la historia mas abajo les dejo una imagen de como fue el traje de Espresso siendo alguien de la oscuridad.
Claro que el dibujo no me pertenece sino a su respectivo artista yo solo muestro eso porque asi me lo imagine.^^
Hasta la proxima.
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