He aquí sólo de nuevo, llorando por lo que jamás pude conseguir, rogando a un ente inexistente para que te fijes una vez en mí, sin tener que llorar para ello.
Ya nada tiene sentido, siempre me veras como la escoria que debió de morir en lugar de ella, siempre seré una burla a tus ojos y eso sigue dañando mi débil corazón. Sé que nunca seré como ella, nunca seré como la hermosa prometida que tuviste en algún momento, nunca podré darte una familia, nunca podré hacerte reír como ella pudo hacerlo.
Perdóname por no haber echo nada, por no haber salvado su vida aún a costa de la mía, pero Marinette no me dejó hacer nada para rescatar la de aquel horrible final.

Yo también estuve triste, perdí a una gran amiga y con ello, también perdí todo contacto contigo.
Yo también llore por el recuerdo de su sonrisa, pero lloro aún más por tus golpes a mi persona. Adrien se que jamás me perdonaras, pero por favor, deja de verme con rencor, deja de golpearme con esas manos que alguna vez limpiaron mis lágrimas, deja de maldecir e insultar a mi persona con aquella voz con la que alguna vez me consoló mientras me abrasabas para que dejar de temer.
Deja de recordarme y tal vez así puedas estar mejor.

Hoy otra vez fue el mismo patrón, ya no sé que es peor, el saber que te apagas lentamente o saber que mi equilibrio mental no está bien.
Ya no hablo en clase por temor a todo, tú sólo miras sin interés a todos. Yo vuelvo a ser invisible y el blanco de burlas, tú te comvertiste en mi peor pesadilla.
Sólo quiero desaparecer, quiero morir y así dejar de atormentarme con una culpa que no me pertenece pero me haces tomarla.
Y si marinette siguiera con vida, ¿me extrañarias? ¿La tratarías con culpa por haber dejado que muriera? No, no lo creo, tú siempre fuiste amoroso con ella.

La noche cae y con ella se lleva todo un día de dolor, miro a la luna la cual es ensombresida por aquellas nubes que amenazan con llorar a mi lado. Miro mi brazo, todo está hecho, no volveré a causar problemas, Nathaniel dejará de estar aquí para poder descansar. Para dejar de pensar...

-adiós Adrien, se feliz ahora- susurro pesado soltando un suspiro mientras cierro mis ojos lentamente, la vida se me escapa y con ella los recuerdos emergen, dejando un nudo en mi garganta permanente. Una sola lágrima cae al vacío, un último suspiro es expulsado de mi boca, todo se torna oscuro y es ahí cuando se que e dejado de existir.

Fin.