
CAPÍTULO 4 || ÁMSTERDAM, LA ORGÍA DE ANUBIS. TERCERA PARTE. GANG BANG. 🔥♦🔥♦🔥♦
Ámsterdam, 8 de marzo de 2019
Hay varias formas de arrodillarse por sexo... Por gusto, por necesidad, depravación, necesidad, vejación, necesidad, culpabilidad, necesidad, vergüenza, necesidad, lubricidad en la misma sangre.... Yo lo hago por todas ellas.
Mi necesidad no es por dinero, es una latencia como el respirar, aunque ya ni siquiera lo disfrute... Sí, es igual que una puta droga, la necesitas, ella te domina a ti.
Cómo llega alguien a querer tener sexo con una panda de tíos que te miran como un trozo de carne sin alma, dispuesta a que te humillen sin contemplaciones.... No lo puedo decir.
Me imagino, que en mi caso, el haber sido abusada lo puede llegar a determinar; reincido en la vergüenza, culpa y humillación, de mi mancha indelebre. Soy otra zombi más de este planeta que se levanta por inercia sin ningún control sobre su vida.
Sentirse deseada te da una falsa ilusión de poder, de autoestima. También, la práctica continuada e indiscriminada de sexo y orgías sin control, con todo tipo de gente, sin necesidad de esconderte todo el tiempo de tu pareja.
Si tienes sexo en grupo habitualmente, empiezan a desdibujarse ciertas lindes en tu moral y a normalizarse en tu día a día. Qué más da tener sexo con cuatro personas a la vez que con ocho, con hombres y mujeres, que con solo hombres o con solo mujeres.
Pero igual hace daño, porque la culpabilidad en muy cicuta, se instala en tu psique y no hay manera de sacarla. Natasha es joven todavía y no carga con los demonios acusadores de sus inclinaciones lúbricas, o por lo menos lo disimula muy bien. Aunque tampoco es que nos llevemos mucha diferencia de edad...
Cuando a Natasha se le empiecen a acumular las resacas posbacanal, posorgía, y se le instalen en su mente como un velo negro, y en su corazón como un vacío enorme..., ahí empezará a enloquecer.
Nueve vergas para mí y la estrella del porno, Ava Fucsia. Si esperan sumisión la llevan clara estos pseudomachotes en su clara superioridad numérica. A ver si es verdad que gastan hombría, veremos cómo actúan en una cama ante una diosa del sexo que solo se derrumba a cachos cuando no la ve nadie.
Para mí, la hombría de un tío, radica fundamentalmente en querer disfrutar en una cama dándole placer a una mujer de tú a tú. Que consideres a una mujer en la cama por igual. Que disfrutes de la zorrería, la perversión y la lujuria de mi sexo, y no por ello me consideres una cualquiera, porque entonces pasas a ser, en mis más elevados constructos mentales, un semental barato de esquina y farola.
Como mujer, tengo el mismo derecho que tú a disfrutar y practicar sexo con quien se me antoje, y no por ello me puedes mirar con esa mueca grotesca, ignorantona y machista, de sucia versión de alfa retrógrado y malinterpretado de lo que es un verdadero hombre.
Una cosa es que yo me sienta una maldita puta depravada -sí, sé que todo es muy complicado y contradictorio-, y otra, que tú me lo largues a la cara, o me lo escupas con tu mirada filosa mientras follamos fría y egoístamente.
En resumen, me puedes decir zorrita como parte del juego, pero no mirarme y cogerme como una puta, como una puta salida, como una escoria.
Disfruto desorbitadamente del sexo con una persona, cuando aún sin conocerla, tenemos el mismo sentido del placer en igualdad, cuando la posesión y la dominación de un hombre sobre una mujer está equilibrada por la inteligencia y una elegante travesura.
Al ser esto, relativamente difícil, encuentro la mayoría de las veces el sexo más increíble, cuando lo tengo con otras mujeres. Ahí, esa igualdad, ese suculento erotismo se da al fifty fifty sin problema. O todas putas, o todas monjas. Aunque reconozco que siempre termina faltándome algo en el sexo lésbico... Es obvio, un buen falo. Soy muy insaciable, lo reconozco.
En la habitación 808 el ambiente está distendido. Ava Fucsia, la actriz porno, conversa con Van Leeuwen y sus dos conejitas acompañantes, a quien no veo es a Sara con Oliver, y me extraña.
También hay otro hombre con ellos, tiene perilla y gafas de pasta, cierto aire interesante. Le encuentro pinta de cinéfilo o intelectual. Aunque va vestido y pintado como un faraón, no lleva el nemes, el tocado egipcio. Cuando nos lo presentan, responden al nombre de Amos Svobona y, resulta que, es un director de cine porno checo, con varios galardones ya en su haber. Anoto su nombre mentalmente para consultar su obra en Google cuando surja.
«Ava Fucsia» es una francesa rubia de belleza natural. Es una mujer generosa de curvas, voluptuosa; con una buena delantera y un gran culo, y todo ello natural. Una «jamona», como diríamos en España. Su cuerpo tiembla, se balancea cuando habla. Y su expresión es franca y genuina; sí, es muy simpática. Viste un precioso conjunto lencero rojo; liguero, ligas, y medias incluidas. Sus orejitas de conejita playboy son negras.
Bebemos champán y alternamos con ellos en inglés. En el trato superficial que estamos teniendo, el director va ganando más atractivo. Es amable y también tiene mucho sentido del humor. Dice que le encanta España y su comida, que nunca ha estado en el País Vasco, y que no se imaginaba que las vascas fueran tan guapas. «Miau».
Conozco a Matías y sé que ese piropo tan directo le habrá encelado eta pilota puztuake. (e hinchado los cojones).
Hay varios grupos más de hombres, predominantemente de color. Van en bata, con antifaces del dios Anubis, es de suponer que son la plantilla de actores porno. En uno de ellos está la estrella, Max Dean -el único que no lleva antifaz-, que cuando voltea a donde estamos nosotros y repara en Natasha, pone cara de sorpresa y se acerca.
-Hello Natasha, how are you... I see that you are very pretty. (Hola Natasha, cómo estás... Veo que muy guapa).
El gesto de Natasha se agria pero le responde con educación.
-Well, Max, what about you? (Bien, Max, ¿y tú?).
Durante cinco minutos hablan de Paris, de sitios y de gente conocida en común. La conozco poco, pero percibo que no se encuentra cómoda con el tipo.
-And who is your beautiful Cat friend, can you introduce her to me? (¿Y quién es tu preciosa amiga Gatúbela, me la presentas?).
Natasha hace las presentaciones y Matías no nos quita el ojo aunque esté metido en una conversación con Van Leeuwen, Amos, y otros sementales del elenco que se han unido. El tipo me da la mano y se hace el caballero besándomela.
-You are beautiful, kitten. -Me guiña el ojo y se me insinúa descaradamente mirándome con deseo de arriba abajo. (Eres bellísima, gatita).
No me da tiempo a ignorarlo porque Matías se planta en medio y suelta:
-Hey, you, actor.... This is not a nightclub, we have come here to fuck, not to flirt, get your bearings. -Mi semental le ha plantado la mano en el hombro en gesto amenazante.
(Oye, tú, actor.... Esto no es una discoteca, aquí hemos venido a follar, no a ligar, sitúate).
-Don't worry, Pharaoh, what will we do by fucking what we can't do by flirting? -responde con una mueca sarcástica y se da la vuelta.
(Tranquilo, faraón, que haremos follando lo que no podamos hacer ligando).
Pero a Matías le entra la mala leche vasca y no lo deja estar. Lo vuelve a sujetar por el hombro para que no avance y en cuanto este se da la vuelta le estampa un puñetazo que va directo a su nariz.
-Morroa! (¡Imbécil!)
La seguridad del evento se le vuelve a echar encima a Matías, mientras Max blasfema en su contra echando sangre con la nariz partida y llevándose la mano a ella para paliar su dolor.
-Damn son of a bitch, fuck you! Knob Head! (¡Maldito hijo de puta, que te jodan!) (¡Gilipollas!).
Van Leeuwen tiene que intervenir, nos quieren echar de la fiesta. El holandés lo prohíbe y por esa nos libramos. Es la segunda vez en la noche que lo veo reír, no es muy normal eso en un holandés, ja,ja...
Con el ambiente todavía tenso, las luces de la habitación empiezan a bajar de intensidad, lo que nos indica que la orgía está próxima a dar inicio. Aprovecho para preguntarle a Natasha por el estúpido de Max.
Por lo visto, el actor, había sido pareja de una de sus íntimas amigas en París. Compartía el piso con ella y con otra chica más que era camarera de la discoteca donde él trabajaba como relaciones públicas. Estuvieron saliendo un año y medio, cuando su amiga se quedó embarazada de él, la obligó a abortar.
Léa estaba muy enamorada; quería tenerlo, pero la convenció, prometiéndole que si abortaba seguiría con ella. No cumplió, no le guardó la cara ni un mes. Al poco, se enteraron por un amigo en común, de que Max se dedicaba al nopor; les enseñó el vídeo en el que salía actuando, estrenándose en el cine para adultos.
-It was great to see how Matías broke his face -Nos reímos a carcajadas, cómplices, como si fuéramos amigas de toda la vida. (¡Ha sido genial ver como Matías le partía la cara!).
En medio del brindis por la anécdota, la habitación termina por transfigurarse en luces rosas y azules de neón, Natasha me saca la lengua toda traviesa y me guiña un ojo.
-Beauties, are you ready? The party is going to start! (¿Bellas, estáis preparadas? ¡La fiesta va a comenzar!).
Es Ava, que se sitúa en medio de las dos, muy caliente, acariciándonos las nalgas y reclamando nuestros húmedos besos.
-Your man is very handsome, I'm dying to fuck him, beautiful -me susurra Ava al oído, rematando con un lametón. (Tu hombre es muy guapo, me muero por follármelo, preciosa).
Deseosa, llevo la mano al sexo de Ava y voy recorriendo su calor y su humedad. Mmmm.... Vamos intercambiando besos y caricias lúbricas entre las tres, adentrándonos cada vez más en un laberinto de erotismo que nunca parece tener fin. Ava aprovecha y me saca las tetas del corsé de encaje. Mis magníficos y grandes pezones quedan expuestos, brillando por los lametones y chupones tan deliciosos que me da.
Al instante, somos rodeadas por todo el grupo de tíos del gang bang, Matías, Amos y Van Leeuwen están entre ellos.
Se hacen dos grupos, yo me quedo sola con todo el plantel de actores, y Matías, Ava, Natasha, Amos y Van Leeuwen, juegan en otro.
Estoy rodeada por ocho vergas, tengo ganas de tragar sable sin parar, un buen sable que me ponga en órbita.
Me empiezan a toquetear por todos lados, nalgas, sexo, mis expuestas tetas mojadas... Yo voy manoseándoles la verga a todos, hasta que me cogen en brazos entre dos y me abren las piernas para ofrecer mi coño al resto del grupo. Uno de ellos me aparta el body al lado y escupe sobre él antes de empezar a lamerlo con su enorme lengua y meter los dedos en mi humedad.
Terminan por desabrocharme el body para palpar mejor mi coño y me bajan al suelo para que empiece a tragarme sus pollas. Me arrodillo y voy chupando y devorando de dos en dos. Chupar sin medida, una polla tras otras, son de las cosas que más le ponen a mi perversa lujuria.
Cuando todas han pasado por mi boca, me incorporan, y ya de pie, empiezo a ser embestida salvajemente por un pollón negro. Me tenso, el placer de momento no me subyuga, entran y salen de mí mientras me jalan del pelo y me azotan nalgadas.
Choco con la mirada de Matías, dura, asesina... Y sé en ese momento, porque lo conozco muy bien, que no le está gustando nada verme follar con ocho a la vez. Aunque previamente me haya dado el permiso. Lo sé.
Se turnan, y me llevan a un sofá. Ahora me follan salvajemente de a dos, vuelvo a ser penetrada mientras devoro y chupo otro falo bien tieso; y veo como Matías culea y se folla a Ava en cuatro y esta gime deliciosamente desesperada mientras se traga entera la polla de Amos.
Amos se cansa de la boca de Ava y corre a penetrar a Natasha que se deleita con el sexo de una de las conejitas de Van Leeuwen en otro sofá: Sí, la de «Solo el amor nos salvará». Natasha se une al coro de gemidos estentóreos que inunda la habitación. Me gusta como folla Amos; es muy sexi, mientras penetra a Natasha, la abraza, pellizcando y acariciando toda su geografía caliente. Como si fuera su novio, su pareja.
Toda la enorme suite tiembla con los gemidos, jadeos, azotes, y efluvios orgiásticos de esta gran bacanal teñida de luz difusa que sigue danzando eróticamente bajo el Deep house que se pincha en el Lounge Bar.
Ya me han llevado a la cama, estos burdos sementales de farola y esquina, ya me han sacado el dilatador de acero del ano. Mi culo espera ansioso ser sodomizado mientras monto a un tipo muy atractivo con barba y sigo tragando gustosa un enorme falo negro. Por fin siento el roce del látex perforar mi maldito culo. Quiero más, esto es insuficiente, yo nunca tengo suficiente.
Me cambian de postura, el semental al que se la estaba chupando se pone un preservativo y se tiende en la cama para que lo monte analmente. Otro tipo me monta penetrándome de frente y, sin esperarlo, veo a Amos con su virilidad, totalmente empalmada, apuntando sobre mi boca.
Se da cuenta de mi sorpresa y me guiña un ojo mientras me parten el culo cabalgando, y mis tetas tiemblan exquisitamente. Le dedico una mirada de complicidad totalmente lujuriosa y chupo su polla como si fuera la primera que me he tragado en toda la noche. La mirada que me devuelve de satisfacción, tan sexi y viciosa, me pone más que toda la mierda abyecta de mi alrededor de la que estoy siendo testigo y protagonista.
Es perverso, sentirte una maldita perra viciosa que disfruta de su lascivia dándole todo igual; es, experimentar dos polos opuestos a la misma vez. Es sentir lujuria sabiendo que no vales nada, sentir placer y un vacío inmenso al más alto nivel. Es, no saber quién eres. No hay espejo en el que puedas mirarte.
Chillo, gimo, en la polla de Amos, no le hago caso a la otra polla negra que tengo al lado esperando, mientras siguen partiéndome el culo y las entrañas... Hasta que me percato de algo que me hace trizas.
En el mismo sofá, veo a Van Leeuwen sodomizando el culo de Sara Gallardo, mientras traga falo negro; y Matías y otro actor, hacen lo mismo con Ava, quien es sodomizada por mi hombre. Pero es justo en ese momento que se intercambian las mujeres y Sara es penetrada analmente por mi hombre.
¿Puede una mujer sentir celos de su pareja, en plena orgía, siendo la protagonista de un gang gang?
Le dije a Matías que con esa bicha ni se le ocurriera, tiene una oscuridad que me cae como diez mil patadas en el estómago, no la tolero. Él vuelve a conectar su mirada con la mía y sabe lo que me está pasando por la cabeza, lo sabe. Pero él sigue perforándola, encarándola hacia mí, para tener una mejor visión de los gemidos de ella y de su malvado placer.
Noto como afloran mis lágrimas, no puedo con la deslealtad tan flagrante con la que me está obsequiando. En nuestra relación, en nuestro pacto, establecimos muchas cláusulas que estamos obligados a cumplir. Esta sería la de: «No se folla con quien a nuestra pareja le caiga mal, por los motivos que sea». Eso, en nuestro código, es tipificado como los más altos cuernos. Hay muchas mujeres, muchos hombres, con los que tener sexo, respetémonos.
Me zafo de mi sodomía y del grupo, que se me echa encima, pero Amos los para y me defiende. La seguridad también interviene. Matías que lo ve, sale en seco de la maldita zorra esa y viene hacia la cama. Pido un albornoz a la seguridad para taparme.
-Puta-seme bat zara, Matías...-mascullo en vasco. (Eres un hijo de puta, Matías....)
-Eta oilar batekin nahikoa ez duen puta bat zara, denak nahi dituzu -me escupe con rabia gritando. (Y tú una zorra que no tienes bastante con una polla, las quieres todas).
La ira y la indignación pugnan por asfixiarme, estoy al borde de todo...
Siento cómo posan el albornoz sobre mis hombros, ha sido Amos el que ha tenido la gentileza.
-Bai, hamalau urterekin hautsi zen puta madarikatua...! -Nada más decirlo, me desborda el llanto en un sollozo. (Sí, ¡una maldita zorra que rompieron con catorce años...!).
-Leave the room immediately, the party is over for you two -ladra un segurata con la careta de Anubis acompañado de dos más. (Abandonen inmediatamente la habitación, la fiesta se ha acabado para ustedes dos).
En esas, aparece Sara, que tiene la osadía de echársele encima toda solícita, para seguir por donde lo habían dejado. Está completamente desnuda, sobre sus altísimos tacones de plataforma negra, coronada por sus orejitas de conejita playboy. Le susurra algo al oído, mientras me mira desafiante y malévola sin cortarse un pelo.
Matías le responde abrazándola, pero de repente, esa promesa se rompe y le da la vuelta, encarándola hacia nosotros, sujetándola por las muñecas como si la esposara. Va con ella hacia el grupo del gang bang que sigue en la cama.
Ahora se divierten con Ava, y se le suma Sara, que es arrojada por Matías como una cualquiera para que la tomen a su placer, como antes han hecho conmigo.
Salgo corriendo asqueada de la puta suite, viendo como el plantel de sementales se orinan en la boca de Ava y Sara Gallardo. Y cómo Natasha se viene en un increíble squirt analizada por Van Leeuwen: «Oh, my Good... Fuck!», gime repetitivamente, mientras dos pollas a la altura de su cara, esperan para seguir siendo devoradas.
Hacer escenas de sexo me cuesta horrores. No es solo pasar la vergüenza; es, no ser reiterativa, y eso es más complicado siendo "algo tan repetitivo", ja,ja... El humor nunca está de más.
Darle voz a un personaje protagónico que sufre de ninfomanía es... Acepté el reto y aquí estoy. Apuesto y confío plenamente en el potencial de mi novela. Si me queréis comentar algo, os leo encantada.
Sed felices, a pesar de todo y de todos, a pesar de lo que digan... Sólo importa tu corazón y lo que tú mismo pienses de ti. Dios lo ve todo.
♥
P.D.: Ah, y mis personajes, como son vascos, cuando hablan entre ellos, en situaciones "más íntimas", lo hacen en vasco, que no lo he reseñado antes, sorry :) El euskera es la lengua viva más antigua de europa, y una de las lenguas que se hablan en España. En España coexisten seis lenguas oficiales: castellano, catalán, valenciano, gallego, euskera y aranés (que tan solo cuenta con 2800 hablantes nativos). La lengua más predominante en España es el español que, según los últimos datos del INE, lo habla el 96 % de la población total como primera o segunda lengua.
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