CAPÍTULO 3 || ÁMSTERDAM, LA ORGIA DE ANUBIS. 2ªPARTE. SOLO EL AMOR NOS SALVARÁ.🔥
El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza.
Marilyn Monroe
8 de marzo de 2019, Ámsterdam
-Muxu eman, Aria. (Bésame, Aria).
-¿Ongi al zaude, ene faraoi ederra? (¿Estás bien, mi bello faraón?).
-Bai, ederra, ondo pasa dezagun. (Sí, preciosa, vamos a pasárnoslo bien).
Al instante, nos aborda un personaje vestido de faraón que oculta su cara detrás de una máscara dorada. Va acompañado de dos burdas conejitas playboys abrazadas a él; artificial y desorbitadamente voluptuosas.
Por la máscara y su barba postiza trenzada, creo saber quién es: el faraón supremo de esta bacanal. El ideador de la fiesta de Anubis; Jannick Van Leeuwen, el CEO principal de la Quantum, el que tiene más peso en las decisiones de dicha sociedad empresarial.
-Amigos españoles, buenas noches, un placer tenerlos aquí. Espero que disfruten mucho la fiesta.
-Thank you for the invitation, Van Leeuwen, everything is to our complete satisfaction -responde Matías sonriente, con la líbido asomando por sus ojazos pardos pintados de faraón empotrador. (Gracias por la invitación, Van Leeuwen, todo es de nuestro total agrado).
-Muy bien, brindemos por ello -dice el holandés, parando a un camarero con una bandeja de copas de champán bien frías.
El holandés es un tío muy educado, ha tenido la deferencia de seguir la conversación en su impecable español. Su apariencia es atractiva, aunque no tenga la perfección de Matías. Estará cerca del uno noventa de altura.
-Usted es muy bella, señora Paulman, hacéis una magnífica pareja -dice Van Leeuwen después del brindis y dar un trago a su copa-. Sois dignos invitados de la orgía de Anubis, y les recuerdo que en la habitación 808, como ya saben, se celebrará un exclusivo gang bang presidido por las estrellas porno invitadas: Ava Fuxsia y Max Dean. El diyei lo anunciará con una hora de antelación, así que estén atentos -es decirlo y, extrañamente, se carcajea, rebotando contra los grandes pechos de sus conejitas. Termina por azotar a una de ellas en las nalgas.
Para tener sesenta años, el tipo se conserva excepcionalmente bien, vuelvo a sopesar internamente. Además, le intuyo brío todavía. ¿Tendrá grande el falo, o será una ridiculez? Me excito con ese pensamiento morboso y sonrío bebiendo de mi copa de champán, a la vez que me vuelvo a restregar mi culo contra Matías que me rodea por la cintura. Él está bien empalmado ante la visión de las conejitas semidesnudas de silicona.
La más morena no ha dejado de escanear mi cuerpo palmo a palmo, mirándome toda regalada. Mi vista se pasea por sus tatuajes. En el lado izquierdo de su cuello luce una bandada de pájaros en vuelo muy delicada. En verdad, no sé con quién tengo más éxito, si entre los hombres o las mujeres.
Todo es divertidamente surrealista... Aunque siempre se puede ir a más, la vida no tiene límites a la hora de ser jocosa y retorcida, claro. Hay un tatuaje de mi conejita admiradora a modo de leyenda, que me tiene al borde del delirio y me río sin vacilar. Pero no es una risa maleducada, queda muy bien entreverada en medio de la frivolidad de la conversación y del contexto. Leo: «Only love will save us». (Sólo el amor nos salvará).
Vuelvo a leerla internamente para asegurarme de que no estoy borracha todavía, y vuelvo a reír. Esta vez disimulo mi sarcasmo sin venir a cuento dándole un besito a Matías bien sexy y caliente en los labios; así de paso provocamos al trío de salidos.
Me resultan muy horteras las frases de autoayuda en inglés. La frase es muy bella, es el hecho en sí de tatuársela en inglés; como si no pudiera brillar en español. Y lo que es peor, justo encima de sus tetas.... Es como si las tetas dijeran la frase, ese es el chiste: «Solo el amor nos salvará». ¿A quién, a la humanidad, o a vosotras, tetas irredentas de látex? Me imagino las tetas operadas de esa chica de veintipocos años, salpicadas de la lefa de Mr Van Leeuwen, reclamando el amor que «las salvará...».
Mi vista vuelve a pasearse ansiosa por todo el lugar con la copa de champán en la mano, para comprobar con deleite que el ambiente está vibrante y distendido. Hay gogós en lo alto de podios, repartidas por toda la sala vestidas con un minúsculo tanga y brillantina en los pezones, todas llevan las orejitas de conejita playboy.
El excitante deep house te calienta, te insta a la acción; la conversación entre Matías y Van Leeuwen me llega inconexa, me desmarco, hay una gogó que se roba toda mi atención.
La que está más cerca de la mesa del diyei, una rubia altísima con una figura espectacular de top model de Victoria's Secrets y un pecho magníficamente operado, de un volumen que respeta su fisonomía, se percata de que la observo y me mantiene la mirada. Me llama con su contoneo lujurioso de caderas a su presencia, ocultando su rostro tras una máscara de conejita playboy. Le respondo lamiéndome los labios y me dedica una sonrisa plena de lascivia acariciándose las tetas. Quiero lamerle el piercing de su ombligo, besar y acariciar su delicado, exquisito abdomen.
Creo ver, en uno de los largos sillones de cuero negro, a un antiguo senador americano... Va vestido de faraón. Observo como una famosa actriz porno checa le abre la shenti y comienza a mamársela de lo lindo con otra atractiva chica morena, muy culona, de rasgos latinos y pelo afro.
Cogemos la segunda copa de champán al paso de un camarero con una máscara de Anubis. Estoy excitadísima y me restriego contra el falo de Matías, mientras veo como un tipo de color, enorme, vestido de dios Anubis, se mete rayas al fondo de la barra con dos gogós que acaban de bajar de sus podios. Una de ellas, con una serpiente sobre sus hombros a modo de Abierto hasta el amanecer. Ya caigo, es un jugador de la NBA, del equipo de los Golden State Warriors.
Una de ellas, la de la serpiente, empieza a perrearle mientras el tipo le manosea sus enormes tetas hasta que la grandiosa polla del semental queda a la vista, apoyada en lo alto del culo de la gogó. Su compañera, juraría que, por sus ademanes, una transexual con una peluca de color rosa, aprovecha y se inclina para mamársela. La del perreo se da la vuelta y se une al festín.
Ambas se dan a la tarea, compartiendo falo y besos humedos entre ellas, hasta que el tipo no puede más y las voltea a las dos de cara a la barra.
Le echa el tanga al lado a la de la serpiente enroscada y empieza a penetrarla salvajemente mientras le da tremendas nalgadas y su pecho rebota en la barra de mármol negro. Increíblemente, la serpiente se gira hacia el jugador de baloncesto para no perderse detalle, alzándose rojiza y siseándole con su lengua bífida, no hay duda de que es otra integrante más de esa orgía. El machote le provoca sacándole él también la lengua, ¡bífida igualmente!, y se ríe como un degenerado, mientras se hunde feroz en las entrañas de la bailarina. La imagen es perturbadora.
Estoy cachonda perdida con todo lo que visionan mis ojos y escuchan mis oídos, sus gemidos sobrevuelan todo el bar por encima de la música, cuando veo que otro tío vestido de faraón, llega preparado acariciándose el falo para embestir a la otra gogó que espera pidiéndolo a gritos.
Por su tatuaje de águila imperial en el costado, reconozco a un famoso delantero de fútbol de la liga italiana. Se sitúa detrás de ella para entrar, le baja el tanga, pero antes le saca un dilatador de acero del ano y escupe sobre él para penetrarla sin dilación mientras le toma por el cabello y empieza a darle con todo.
La visión termina resultándome de lo más rocambolesca al reparar en los tatuajes que luce en su brazo derecho el futbolista. Es una cara de mujer al lado de la de un niño.... Me imagino que será su esposa y su hijo. Ese detalle va directo a mi conciencia y me mata. La serpiente se cansa de esa orgía de a cuatro y termina zafándose de su portadora para reptar impunemente por la barra. Es recogida y quitada del medio por el personal de seguridad.
-Ah, mirad quién llega... How are you dear? (¿Cómo estás querida). -Van Leeuwen da dos besos a la recién incorporada a nuestra conversación.
Ha irrumpido Sara Gallardo, la otra CEO de la Quantum. No me gusta esta tipa, es muy hipócrita, más allá del obligado protocolo de educación en el que como sociedad nos movemos todos. No le auguro buenas intenciones. Ya se lo dije a Matías en la reunión que tuvimos con los holandeses para cerrar el trato en su sucursal, en el antiguo astillero industrial conocido como NDSM.
Viene del brazo de un chico que viste de dios Anubis, con máscara. Le intuyo gay y una edad no mayor de veintidós. Por la suavidad de su torso tonificado, todavía no está cuajado como hombre. Ella luce un sexi conjunto de lencería color nude en satén, con tanga transparente, liguero de cadenas y medias de encaje. Lleva las orejitas de conejita y el pon pon blanco en el culete. Se le aprecia perfectamente el monte de Venus negro.
Reconozco que es una mujer de una delgadez muy elegante y enigmática, apetitosa. Solo la bizarra voluptuosidad de sus pechos operados, llega a cuestionar ese aura que desprende de misterio. O que también podría ser de oscuridad... Un tatuaje de hadita en blanco y negro le luce en el abdomen.
-Good evening, Van Leeuwen, Mr. and Mrs. Arteaga, a pleasure to have you at the Anubis party. Meet my young friend Oliver, a wonderful chiropractor and excellent physical therapist. (Buenas noches, Van Leeuwen, señor y señora Arteaga, un gusto tenerles en la fiesta de Anubis. Les presento a mi joven amigo Oliver, un maravilloso quiropráctico y fisioterapeuta).
Todos asentimos con la cabeza a modo de saludo y Matías para al vuelo a un camarero para que les sirva a los recién llegados. Sara sonríe de satisfacción por el gesto y le dedica una inequívoca mirada de lujuria a mi hombre que hasta a mí me quema. Maldita perra descarada.
Volvemos a brindar con los recién llegados y mi admiradora del tatuaje salvador empieza a palparle la polla traviesamente al bueno de Oliver hasta que responde erecta. Es larga pero fina, un pene tipo lápiz. Después se acerca a mí, sibilina, con la boca brillando del deseo y me besa larga y lascivamente en medio de todos. Le respondo, pero soy yo la que marca el ritmo, lo entiende y me sigue.
Y soy yo la que corta el beso, quiero moverme ya, entrar en acción, ir a por la gogó conejita playboy del piercing y que tanto llama mi atención, en esta infame bacanal de perversión como tantas otras. Pero mi conejita está ahora provocando con su culito el falo de mi hombre y lo dejo que disfrute, ahora le toca él. Se deja hacer mientras Matías le pellizca el pecho y luce orgulloso todo empalmado.
Veo la avidez en todos los presentes por el sexo de mi hombre. No me imaginaba que a Van Leeuwen también le iba el vicio con hombres. La otra conejita hace lo mismo con él, lo provoca y por fin veo su erección sobresalir sobre su shenti egipcia. Tiene buen tamaño, similar al de Matías. Lo que me disgusta son sus huevos, demasiado colgones, no me ponen. La conejita se arrodilla para mamársela y cuando lo deja bien al punto, con un buen pijama de saliva, se retira de él y se pega a Sara, que empieza a lamerle y a chuparle los pezones deliciosamente.
Van Leeuwen no se demora en llamar a Oliver sosteniendo y acariciando su falo para que no decaiga. El joven dios Anubis se arrodilla y bebe del falo del holandés, mientras este rocía su miembro con champán y el joven se la devora entera.
Aprovecho para tirar de mi hombre y escaparnos de esa orgía improvisada, quiero alejar a Matías de Sara Gallardo y que se estrene con la modelo del podio. Le aviso por el camino que no se le ocurra estar con la CEO, el no cumplimiento de nuestras normas por alguna de las partes, desata huracanes en nuestra compleja relación.
Vamos atravesando el lounge bar topándonos con el más variado e intenso de los erotismos, pero también hay «invitados» que se limitan a tomar su copa mientras observan placenteramente, rodeados de toda esta endiablada lubricidad.
Pasamos por delante del cuarteto de la serpiente, siguen en la barra. El futbolista, junto a la bailarina que portaba al reptil, le mama la polla a un camarero con una máscara del dios Anubis. A la vez, la transexual está siendo salvajemente sodomizada por el jugador de la NBA. Lo monta dándole la espalda, mientras él yace en el suelo y nos ofrece una impresionante y salvaje panorámica de su sexo penetrando, y la verga de la transexual de la peluca rosa rebota tiesa sin control.
Nos paramos a los pies del podio de la modelo y ella nos recibe con una mezcla de lascivia y coquetería dulce que me vuelve loca. Ese hecho me pone de muy buen humor, sintonizar sexualmente con las personas, como algo natural. Le ayudamos a bajar, cuando queda entre nosotros, sigue siendo más alta que Matías con tacones. Y muy bella, bellísima. Es un sofisticado y glamuroso ángel de seducción que nos sonríe apabullada, se nota a leguas que le encantamos.
Matías la estrecha hacia él y empieza a pellizcarle las nalgas posesivamente. Ella se excita sobremanera con esa lujuria tan elegante de acariciar que tiene mi hombre y contonea sus caderas resarcidas, relamiéndose los labios. Pero le gusto yo más, porque me busca desesperada con la mirada y posando la mano sobre mi nuca, me acerca a ella para besarla.
Qué boca más cremosa, amplia y sensual tiene, es perfecta. Ahora, Matías nos estrecha a las dos por la cintura, mientras yo le beso y le chupo los pezones y ella juega ardiente con el falo de nuestro semental. Contemplo su excelente pecho operado, antes de deleitarme en el beso profundo que se da con mi hombre... Tengo la excitación por las nubes.
Hay un sofá de cuero, libre, cerca de donde estamos. Tiro de ellos rápidamente para dejarnos llevar allí antes de que lo ocupen. Me siento con ella en el sofá mientras nos comemos la boca, húmeda y suculentamente, y Matías se queda de pie, empalmado, admirando nuestra placentera sensualidad sin inhibiciones.
Mi hombre termina liberándose de la falda de lino de faraón y se queda solo con el nemes, el tocado, y su imponente torso trabajado de abdominales, para que le trabajemos bien al detalle su sexo.
La dejo a ella primero, quiero ver como la chupa. Hace un primer contacto con con delicadeza, propinándole tiernos y calientes lametones... Me pone mucho, entonces se gira para mirarme sonriente y me besa con complicidad, sabe que me gusta cómo lo hace. A continuación, se la traga entera con un sublime y mantenido rictus de satisfacción.
Me excita verla succionar gustosamente el prepucio de mi hombre, tras su máscara de conejita, intercalando en los finales.
Matías entrecierra los ojos y aprieta la mandíbula mientras la coge del pelo y le folla la boca. Adoro verla en acción, es un deleite para los sentidos y la entrepierna, pienso, cuando Matías sale de su boca y me insta a que lo chupe. Ella aprovecha y mete su mano por mi escote para acariciarme y dejar mi pecho a la vista.
Mi semental no nos da chance, sale de mi boca y pone a nuestra modelo en cuatro con su cara mirando a la altura de mi escote, después de haber pillado un preservativo de un bol transparente de una mesa cercana. Los hay repartidos por todo el local. Me derrito cuando siento su jugosa boca y lengua, lamiendo, chupando y tirando de mis pezones.... Hasta que Matías la penetra impune, dominador, sujetándola por el pelo.
Su rostro rebota gustosamente en mi pecho, mientras Matías entra y sale de ella feroz, azotándole ricas nalgadas. El placer y el rictus de perversión en la cara de ella es fascinante, maravilloso, muy lujurioso, excitante.... Traspasa la máscara. Matías me mira mientras la empotra y me guiña, sexi, el ojo. Qué bien folla mi hombre, es todo un digno semental de la lascivia que me corre por las venas.
Un camarero pasa por nuestro lado y lo paro para coger una copa de champán, mientras Matías sigue dándole con todo a nuestra gogó que gime divinamente lujuriosa. No puedo resistirme y le acaricio muy zorra la entrepierna, me queda a la altura. Su empalme asoma al instante y me carcajeo. Lo celebro dando un buen trago a la copa. El camarero suelta la bandeja en la misma mesa baja de los preservativos y regresa a mí, dispuesto a cobrarse la provocación.
Le doy lujuriosa mordisquitos en su abultado paquete mientras él se deshace del cinturón, hasta bajarse los pantalones y la ropa interior y dejar su falo cimbreante a un palmo de mi cara y la de la gogó, que no deja de ser embestida con sus traviesas orejitas de conejita.
Es un jovencito, apenas tendrá los veinte como Oliver... Me llevo su falo grueso a la boca y lo chupo con auténtico placer, deleitándome arriba y abajo con su ardiente juventud. Pero no me demoro mucho en incorporarme, tiene pinta de irse pronto, así que me levanto y tiro de él. Rodeamos el sofá para colocarnos detrás del respaldo, encarada hacia Matías y nuestra amiga y me rozo toda gatita con su verga.
Yo misma me desabrocho el body y dejo mi caliente monte a su vista y disposición. Noto su tremenda excitación, sus abdominales jadean. Le pongo un preservativo y le ofrezco mi culo para que me folle.
Siento en mis húmedas entrañas el falo joven y grueso del camarero, mientras me agarra por mi pecho desnudo y noto el vello de punta de sus piernas rozar las mías. Me da un azote y me tenso hacia él, sujetándome de su cuello y encarada totalmente a mi deliciosa gogó, que entreabre su boca de ninfa en arrolladores y orgiásticos gemidos montada por mi semental.
La visión y la escena de la que estoy siendo protagonista me sumerge en un oasis de placer inaudito.
Un placer interrumpido por la megafonía de la sala. El diyei se dirige a todos los lúbricos presentes bajándole el volumen al deep house:
-Ladies and gentlemen, the god Anubis greets you from beyond, wishing you a good orgy, the orgy that you will never forget... He is also pleased to announce that our luxury guest stars: Ava Fuchsia and Max Dean, are looking forward to the guests. from room 808. The party will take place in an hour, we hope you like it. Well, let the party continue, let's go...
(Damas y caballeros, el dios Anubis os saluda desde el más allá, deseándoles una buena orgía, la orgía que nunca olvidarán... También se complace en anunciarles, que nuestras estrellas invitadas de lujo: Ava Fucsia y Max Dean, esperan con muchas ansias a los invitados de la habitación 808. La fiesta dará lugar dentro de una hora, esperamos que sea de su agrado. Pues que siga la fiesta, vamos...).
La música vuelve a adueñarse del ambiente con su trance hipnótico y el sexo sigue corriendo, no se detiene. El camarero se viene dentro mío con un largo gruñido mientras me embiste como un loco, rindiéndose finalmente encima de mí con un deje supremo de satisfacción. Posiblemente yo vaya a ser uno de los polvos más increíbles de su puta vida, me atrevería a afirmar.
Mi semental sale de nuestra bella gogó, se guita el preservativo y se corre completamente en su boca, ella lo recibe todo y lo traga bien gustosa. Me sobresalto al notar, que el camarero, que todavía me tiene abrazada aunque haya salido de mí, empieza a besar y mordisquearme el cuello. Matías lo ve y al momento lo encara dándole un puñetazo en el hombro para que me suelte y pare.
Me zafo al instante y tomo distancia al lado de mi hermosa modelo mientras veo como mi hombre le propina otro puñetazo al camarero, esta vez en la cara, tapada por la máscara de Anubis. Los de seguridad se le echan encima ipso facto y los separan.
Cuando se templan los ánimos, pedimos ser guiados a un aseo. Este protocolo es habitual en estas orgías, poder bañarte para seguir como nuevo al siguiente round. Por el camino, el staff de seguridad nos avisa de que, «a la próxima de tener problemas; o algún altercado con alguien del personal o con el trascurso de la fiesta, seremos invitados a abandonar la fiesta».
Matías blasfema y se caga en los muertos de Anubis en vasco, porque no ha sido nuestra culpa. Me hace gracia y me río de ello, y del ridículo eufemismo de la amenaza de expulsión; sin importarme en absoluto el entrecejo y la mirada suspicaz de uno de los gorilas a mi descaro.
Nos conducen a una suite debidamente preparada. Hay de todo lo necesario para que volvamos a lucir bellos y libidinosos: maquillaje y lencería súper fina y sofisticada. Me baño en uno de los amplios aseos con Natasha, la gogó. Es rusa y tiene veintitrés años. Modela en una importante y famosísima agencia de París y chapurrea algo de español. Matías lo hace independiente.
Me cuenta que es la menor de seis hermanos y su familia es humilde. Se enorgullece de haberse sacado la carrera de Relaciones Públicas y Protocolo, gracias a una beca y trabajando de modelo y escort.
Nos vestimos sin dilación con la soberbia lencería que nos tienen preparada. Unos conjuntos de medias, ligas y ligueros, corsés, que sacan la diosa que toda mujer lleva dentro. Yo elijo el color negro porque voy a seguir portando mi máscara de catwoman, aunque soy más de colores claros. Natasha se adorna con la lencería blanca, luce espectacular, pero ella se derrite ante mi visión. La desafiante erección de Matías al contemplarnos a las dos, nos da el visto bueno.
Antes de salir de la suite, le he introducido a Natasha un dilatador anal de acero.
Le he aplicado en el ano y en el mismo dilatador, un lubricante a base de silicona. Junto con los de base acuosa, los más seguros para usar con condones de látex. Totalmente prohibido los lubricantes a base de aceite, pueden romper el látex o dañar el condón, disminuyendo la eficacia anticonceptiva y preventiva del preservativo.
Como es natural, no he podido resistirme y primero he disfrutado de su culo besándolo y lamiéndole, voraz, su orificio. Ella ha vuelto a reclamar la polla de Matías con desespero en este punto.
-Oh, my God, Aria... I love you, fuck me... -she moans, feeling my fingers inside her and my tongue salivating over her anus-. I am your bunny, your little toy, all your... Oh, my God.... I want your cock, Matías, come...
(Oh, Dios mío, Aria... Cómo me gustas, fóllame... -gime, al sentir mis dedos en su interior y mi lengua salivar su ano-. Soy vuestra conejita, vuestro juguetito, toda vuestra... Oh, Dios mío.... Quiero tu polla, Matías, ven...).
La sensualidad de Natasha es un deleite, es una linda y tierna zorrita adorable. Es el más perfecto de los juguetitos eróticos. Es fina y caliente, muy caliente, incombustible. Le gusta mucho disfrutar y siempre está feliz por ello...
Nunca le asoma la culpabilidad a su joven rostro. Solo quiere pasárselo bien, y qué hay de malo en ello...
Parece ser, que de momento, tiene los demonios acusadores de la concupiscencia a raya. Que disfrute ahora que puede, siempre llega el día en que la conciencia empieza a calcinarte, lentamente y sin tregua. Quién dijo que el nihilismo fuera gratis.
Escribir una escena erótica ya es difícil... Imaginaros una orgía...
Si queréis decirme algo, me encantaría leeros en comentarios. Con un "hola" me daría por satisfecha... :)
Os recuerdo, que en Instagram, anuncio vía Stories la actualización de mis capítulos. Besos.
♥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro