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🥀𝕯𝖔𝖈𝖊🥀

— Hola, mi amado TaeHyung.— una voz femenina se escuchó en el salón, los ojos de TaeHyung se abrieron enormes debido a la sorpresa. Se trataba de una señora que aparenta unos 50 años más o menos.

— ¿Miranda? ¿Qué haces tú aquí?— inquirió TaeHyung con un notable tono de enojo en su voz.

— Vine a visitar a mis hijos.— sonrió neutralmente.— ¿Qué? ¿Acaso no puedo?

— TaeHyung, lleva a Meredith a su habitación, por favor.— esa era la voz de SeokJin que hasta ahora se percataba el pelinegro de que sus hermanos mayores estaban en el salón.— Luego hablamos.

TaeHyung hizo su mano un puño con fuerza, sintiendo tanta ira repentina en su sistema. Sería mejor que se controlara, por tanto, no le quiso dar importancia al asunto y prefirió ignorarlo. Así que agarró la mano de Meredith y salió del lugar no sin antes darle una última mirada a esa señora de nombre Miranda.

— Mamá.— esta vez habló NamJoon.— ¿Cuál es el motivo por que haz venido?— indagó.

— ¿Qué no puedo venir a ver a mis bebés?— dijo con fingida ternura.

— Miranda, no me hagas reír.— soltó YoonGi sin una pizca de gracia en su rostro.— Nunca haces nada que no tenga un motivo serio detrás. ¿A qué mierdas viniste?

— Cálmate, YoonGi.— avisó Jin.

— ¿Qué me calme?— rió sin una gota de diversión.— ¡¿Qué me calme dices?! Esta maldita nos abandonó a nuestra suerte, ¿cómo esperas que me calme?

— Sigo siendo tu madre. Me debes respeto.

— El respeto se gana, Miranda.— espetó NamJoon.— Y para serte totalmente sincero, nunca mereciste nuestro respeto. YoonGi no está equivocado.

— Paren ya.— detiene SeokJin.— Por muy hija de perra que haya sido ella, debemos tratarla con respeto, nada cambia que nos haya dado la vida.

— ¿No sería hipócrita de nuestra parte?— cuestionó YoonGi.

— Bien, ¡basta los tres!— la mujer se puso de pie.— Es cierto, tengo un motivo para estar aquí.— observó el sitio por el que se habían ido TaeHyung y esa chica la cual no sabe su nombre.— Así que es ella, supongo.

Todos guardaron silencio. Ella sonrió con cinismo y altanería.

— ¡Malditos hombres!— espetó.— ¿Cómo pueden perder la cabeza por una mujer? ¿Ah?— negó con su cabeza.— No los crié para que sean el perro faldero de una cualquiera.

— Mejor guarda silencio, madre.— habló SeokJin.— No te metas en nuestros asuntos.

— Ay, mis niños.— caminó hacia donde está sentado SeokJin.— Mis pobres bebés.— golpeó en el estómago a SeokJin. Ninguno se inmutó, era algo normal.— Te desconozco, eres el mayor SeokJin. Deberías imponer respeto.

— Mamá.— habló NamJoon.— Jin tiene razón, no te puedes meter en nuestros asuntos.

Ella lo observó con rabia en sus ojos, rió nasalmente y volvió a golpear a SeokJin, esta vez en su rostro, sacándole sangre de uno de sus labios.

— Son unos vampiros jóvenes aún.— suspiró.— A mis 733 años, nunca me había tocado lidear con insectos como ustedes, mis propios hijos desobedeciéndome por una mujer de dudosa procedencia.

— Claro, ¿Y que nos puedes decir de Isabelle? Miranda.— inquirió YoonGi, en su rostro porta una sonrisa de amargura.

— ¡No quiero volver a escuchar el nombre de esa mujerzuela aquí, en mi presencia! ¡¿Entendieron?!

— ¿Para qué? Si sabemos la verdad y nos la callamos.— dijo SeokJin.— Haga lo que quiera, madre.— se levantó de su asiento.— si me disculpan, tengo algo más importante que hacer que estar aquí discutiendo de trivialidades.

SeokJin abandonó el salón con mucha calma, bajo la atenta mirada de su madre. YoonGi fue el siguiente en irse sin siquiera pedir permiso, a él le vale madres cualquier cosa que esa mujer le dijera.

— Nam, sabes que yo...

— No, Hoseok es el único que te cree. Ve a hablar con él entonces.— ajustó su polera y abandonó el salón también.

La mujer apretó sus puños a más no poder. ¿Qué rayos tenía esa maldita como para conseguir que sus hijos la defendieran?

Mientras tanto, en una de las habitaciones de esa mansión, se encontraban dos personas, una con curiosidad y la otra con mucha ira interna.

— ¿Quién es esa mujer, Tae?— pregunta Meredith con tono calmado.

— Alguien sin importancia.— me restó nivel de interés al asunto.— Olvídala ¿quieres?

— Pero es obvio que no te agrada, noté que su presencia te incomoda.— insiste Meredith.

— Ella es la madre de Jin, YoonGi, Hobi y Nam.— aclaró.

— ¿Es su madre? Vaya, no pensé que aún viviera.— comentó inocentemente.

— Ella es un vampiro, obviamente es inmortal.— suspiró.— Esa mujer es tan detestable.

— Algo muy malo hizo como para que consideres que lo es.

Él apartó su mirada de la de Meredith sintiéndose tan vulnerable. Golpeó una barra de metal que conecta con las tuberías de una forma tan fuerte que esta terminó deteriorada en el suelo. La respiración de TaeHyung se aceleró aún más asustando a Meredith.

— Ella es la razón por la que mi madre murió.— espeta con tristeza.— Asesinó a mi madre.— sintió sus ojos arder.— Mi mamá era una mujer tan hermosa, buena y generosa, además, nos amaba tanto a mis hermanos y a mí.

— Tiene sentido, los chicos se veían muy serios.— comentó Meredith.

— Detestan a esa mujer.— explica.— Es su madre, sí. Pero saben que es ruin y cruel. Los golpeaba, azotaba, y ellos solo eran unos simples niños.— deslizó sus manos por su rostro.— Por su culpa SeokJin es tan estricto, YoonGi tan frío y NamJoon demasiado serio. Siempre tuvo preferencia por Hoseok, por eso del favoritismo y demás.

— Ya veo.

— La odian, y estoy seguro que si tuvieran la oportunidad de asesinarla, lo harían.— asegura.— Pero al ser un vampiro más antiguo, es complicado aplicarle fuerza.

— Lo puedo entender, es una persona horrible.

— También está el hecho de que...— dejó su frase a medias, suspiró antes de continuar.— Siempre ha coqueteado conmigo, sobretodo cuando tuvimos que abandonar nuestro hogar para mudarnos con los hyungs. Fue cuando mamá murió.— suspiró.— Cada que tenía la oportunidad se me insinuaba, incluso llegó a desnudarse y meterse al baño conmigo. Está loca, siempre más osada.

— ¿Esa mujer es una purasangre?

— Es una convertida.— asintió meredith.— Cuando le dio un cuarto hijo a papá decidió morderla ya que no le era útil siendo humana. Y luego se casó con mi madre.— sonrió nostálgico.

— ¿Por qué llegar al extremo de asesinar a tu madre?

— La envidiaba, papá siempre la amó realmente, y eso Miranda no lo toleraba.— suspiró.— No entiendo cómo fue que lo hizo, pero gracias a eso papá contrajo matrimonio con ella y pasó a llamarse Miranda Jhovana Arsies de Casttle.

— No la conozco, pero te puedo asegurar que ya la odio.

Después de un buen rato charlando con Taehyung, la chica decidió irse a su habitación a espera de no toparse con esa mujer. El temor estaba ahí, era un ser peligroso, por lo que debía cuidarse. Aunque era evidente que ninguno de ellos dejaría que algo malo le sucediera a Meredith.

Al abrir las puertas de su refugio personal, es decir, su habitación, lo primero que vio fue a Yoongi sentado encima de la cama, esperó pacientemente a que regresara.

— ¿Qué haces aquí, Yoongi?— preguntó mientras cerraba la puerta a sus espaldas.

— Solo vine porque quiero que me hagas compañía.— su tono fue muy neutral. Meredith frunció su seño.

«Es frío hasta para decir que se siente solo» Ese era el pensamiento de Meredith en ese momento.

— No creo que yo sea buena compañía para ti.— afirma la joven de manera tímida.

— TaeHyung te lo ha contado todo, así que sí opino que eres buena compañía para mí.— su voz sonó firme.

En ese mismo momento, Meredith se hizo una pregunta internamente. Es decir, ¿cómo es que YoonGi sabía que TaeHyung le había confesado todo? Algo extraño estaba sucediendo, son demasiadas dudas sin tener una respuesta.

— De acuerdo.— caminó hacia su cama y tomó asiento al lado del pálido.— ¿Qué quieres que hagamos?

Él quedó en total silencio y se dedicó a observar a Meredith como si ella fuera la cosa más interesante del mundo. Y entonces ahí supo lo que quería hacer realmente, es más, moría de ganas.

— Lo que yo quiero— se acercó peligrosamente a la joven de cabellos castaños.— Lo que yo quiero es tenerte, Meredith.


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