Febrero 7

¿Es este jardín tuyo? No. ¿Por qué?

¿Por qué los jacintos florecen tan hermoso si yo estoy tan agotado? Incluso encerrado en las baldosas que intentan ser blancas, puedo oler ese jardín eterno que te prometí. No me deja. No puede ser tuyo, si no estás aquí, nunca lo será. 

Ojalá pudieras verlo.

Como las plantas se han apoderado de cada esquina de aquí. 

He dejado de buscar a Otoño, estaré mejor si cuido aquí a los rosales. Desde aquí puedo mentirles cuando prenden la luz de tu lugar, puedo decirles que sigues ahí. Que la razón de su existencia está prendiendo un foco para observarlas. 

Que algún día vendrás a verlas. 

Ojalá estas plantas me dejen morir. Ahogarme en las mentiras. Ahogarme en el pseudo-amor que te profeso. Déjame mentirles, que vendrás. Que regresaremos en el tiempo. 

Que tú también quieres regresar. 

Pero no lo hagas.

Ya no vengas.

No me salves.

El jardín es tuyo.

Siempre lo fue

y siempre lo será.

-Algo rojo. Demasiado rojo.