-¿Crees que funcione?- miré a Richard y ese se encogió de hombros mientras sus manos seguían en el volante.

-No lo sé, tal vez si, tal vez no, sabes que Beà es demasiado inteligente, una vez funcionó, no creo que vuelva a caer otra vez- Alejandro negó.

-Bien ya llegamos- Richard detuvo el auto frente a la casa de Beà y los tres bajamos de este- Recemos porque no este asomada en una de las ventanas y porque no nos vea-

-Bueno, Richard tú llamas a la puerta, yo la llamaré al telefono- este asintió y Alejandro tomó su teléfono en mano para arrastrarme junto con él, pegándonos en la cerca que protegía la casa, donde la cámara no daba.

Richard tocó y miré su mano la cual estaba su pulgar levantado, Alejandro marcó el teléfono de la chica y empezó a dar timbre, el sonido de la reja al ser abierta se hizo presente.

-¿Ale?- contestó y este me hizo una seña para fuera y entrara, así lo hice.

-Suerte- me dijo Richard y sonreí sin mostrar mis dientes y seguí para entrar a la casa, sé que en estos momento parezco un psicópata, un completo acosador obsesionado con ella pero necesitamos hablar de muchas cosas.

Me detuve frente a la puerta y vi que estaba abierta, tomé el pasamano de esta y la empuje asomando mi cabeza, no estaba en el recibidor, sentí su voz en el segundo piso.

-Sí debo de tener algunas por la casa ¿Te sientes muy mal?- me acerqué a las escaleras- Puedo ir a tu casa, sabes que no es ningún problema quedarme contigo y cuidarte- se detuvo al principio de está poniendo su mano en el barandal- ¿Seguro?- no se había percatado de mi presencia- Richard esta…- se quedó callada al verme y su teléfono se resbaló de su mano.

-¿Qué haces aquí?- empecé a subir de apoco las escaleras- ¡Respóndeme! ¿Cómo entraste?- seguí subiendo y ella miró su teléfono en el piso y lo tomó- Si no hablas llamaré a la policía- seguí avanzando- ¡Habla!- quedé frente a ella y tomé su rostro entre mis manos. Tenía que comprobar si aún me amaba, si aún siente algo por mí.

Sus ojos se empezaron a cristalizar y era lo que más quería evitar, que llorara por verme, que esos recuerdo tormentosos que yo le producí la atormentaran de nuevo.

Ella cerró sus ojos pero no se alejó de mí. Y ahí el impulso de besarla no se me fue.

Movía mis labios encima de los suyos con la esperanza de que me correspondiera pero no lo hizo, me alejé de ella y apretó sus labios mientras sus ojos me miraban, mis manos estaban siendo mojadas por sus lagrimas.

-Solamente quería comprobar algo- limpie sus mejillas -De ahora en adelante no te molestare más- le sonreí y aparté mis manos de su rostro.

Di media vuelta para empezar a bajar las escaleras, cuanto deseo de que me detenga antes de salir por esa puerta. Pero yo sabía mejor que nadie que eso no iba a suceder.

Cerré la puerta detrás de mí. Y avancé para salir por completo de los límites de la casa, los chicos ya se habían ido, así que tocaba tomar un taxis.

Solamente espero que encuentre a alguien que la haga feliz y no la lastime así como yo lo hice.