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Tag, You're It

El lunes en la mañana, día de clases y reunión entre amigos del instituto, Tzuyu llegó junto a sus hermanos que se despidieron de ella al bajar del vehículo como siempre.

Desde la noche del sábado sólo había intercambiado un par de mensajes con la japonesa por lo que no tenía idea de si esta asistiría a clases, y quería seguir aparentando que no le preocupaba.

Pero sólo le bastó con llegar a su casillero y verla parada junto a él para interesarse de nuevo.

Sólo le bastó una mirada de sus ojos azules y ver su sonrisa gomosa para caer rendida ante ella y lo tierna que era sin siquiera pretenderlo.

Con la misma calma se dirigió a ella sonriendole de vuelta, apretando el agarre en su mochila para calmar sus nervios. — Chewy. — La saludó la mayor tomándola por sorpresa con aquel abrazo que le dio.

Minari... — Suspiró rodeandola con cuidado dejando un beso en su cien. — ¿Como estás pequeña Pingüina? — Preguntó al separarse con aquella alegre sonrisa de siempre.

— Bien, pero te extrañé, yo... — Murmuró Mina mirando sus manos, parecía nerviosa y Tzuyu levanto la ceja al no entender el porque. — Quería disculparme por la última vez que nos vimos, de verdad... — Hizo un puchero. — Lo siento.

Y ese gesto y actitud tan aniñada de la contraria bastó para una nueva sonrisa creciera en su rostro. — ¿Y que fue lo que paso? Porque yo no lo recuerdo. — Bromeó haciéndose la desentendida mientras abría su casillero, disfrutando de la expresión ajena, y del berrinche que sabía se aproximaba.

— Vamos Zhou, si que lo sabes. — Chilló Mina exigiendo su atención con un leve golpesito en su hombro.

Pero la menor estaba firme en su broma, y movió sus hombros cerrando la pequeña puerta metálica frente a ella amtes de responderle. — Me debes estar confundiendo con alguien más, porque yo no lo recuerdo. — Dijo tranquila y Mina rodó los ojos.

Zhou, vamos. — Pidió una vez más haciendo un mohín del que la mas alta debió apartar su vista por su propio bien.

Bromear era su manera de olvidarse por un momento de su amor no correspondido, por eso lo hacía con tanta pasión.

Pero Minari, no sé de que estas hablando. — Trató de seguir con su broma pero la expresión de la japonesa la hizo cambiar su extrategia. — ¿No será que soñaste conmigo? — Preguntó y sin poder resistirlo más rió al fin, aunque con su suave timbre de voz apenas hizo escándalo.

— ¡Aish! — Se quejó Mina cruzándose de brazos inflando sus mejillas mientras la miraba, preguntándose como era posible que su afecto por aquella tonta chica fuera tan grande. — Eres insoportable Zhou, estoy intentando disculp...

Minari, tranquila, está bien. — Tzuyu suspiro recuperandose de su risa deteniendola con una suave palmada en su hombro antes de rodearla con su brazo y empezar su caminata hasta el salón de ese turno. — No te preocupes por lo que pasó, porque ya pasó y sólo queda olvidarlo ¿Si? — Le dio dos palmadas en la cabeza como si de una niña pequeña se tratase y Mina se desesperó de verla tan tranquila.

Pero sólo... — Trató de decir siendo interrumpida por el índice de la menor.

Vamos Unnie, dejalo ya. — Pidió ésta suavemente mirandola con una pequeña y sincera sonrisa ladina que dejó cautivada a la japonesa. — Olvidalo, que ya yo lo olvidé. — Agregó mirando al frente restandole sin llegar a soltarla, mirandola de reojo lista para su siguiente broma. — Además si sigues haciendo rabietas, envejeceras pronto. — Dijo y Mina salió de su agarre viendola reírse de nuevo de ella.

¡Zhou! — Chilló apretando sus puños cual niña pequeña. — Eres imposible. — Con un par de pisotones se adelantó dejándola atrás, escuchando como al instante la risa de la menor se acercaba a ella.

Pero así me quieres. — Alardeó la Taiwanesa, y aunque no dejó de sonreír satisfecha con su reencuentro y sus bromas, si dejó de hablar.

Y Mina volteó a un lado cruzándose de brazos y ocultando su sonrisa, pues sabía que tenía toda la razón.

El resto del día pasó como uno más para la morena, entre clases y fastidiosas fórmulas de química, mismas que casi la hacen dormirse sobre su pupitre, tuvo un giro inesperado cuando iba saliendo de clases, y para su sorpresa no tuvo que ver con Mina esta vez, al menos no directamente, pues se trataba de su novio.

— ¡Que raro! — Comentó Jeongyeon que caminaba rodeando los hombros de Nayeon y miró a la pequeña multitud de estudiantes en medio de la zona de los casilleros. — ¿Que estará pasando ahi? — Cuestionó llamando la atención del resto de sus compañeros, Yoongi, Sana, Momo y la misma Tzuyu, ya que Nayeon iba concentrada en su teléfono revisando las notificaciones de su instagram.

Es cierto, parece como si alguien estuviera... — Empezó a hablar una inocente Sana sorprendiendose al ver el rostro de una de las chicas que parecía ser agredida. — ¿Esa no es Jihyo? — Fue el turno de la Taiwanesa de prestarle atención a lo que ocurría, olvidándose de su cansancio y fatiga para averigüar que sucedía.

— ¿Jimin? — Yoongi amplió sus párpados al ver al chico de cabello rosa ser golpeado por un chico que él y la más alta reconocieron en un segundo.

No puede ser verdad. — Bramó Tzuyu dejando su mochila a un lado, con su expresión cansada transformandose en un ceño fruncido.

Juro que lo mataré. — El rubio imitó su acción y antes de que alguna de las chicas pudiera detenerlos, ya ambos corrían en dirección al resto de chicos.

Tzuyu, Yoongi, esperen. — Gritó Jeongyeon bufando al ver como le tocaba recoger las mochilas de ambos del piso, siguiéndolos a ellos y al resto de las chicas que también se habían dirigido a lo que parecía una desventajosa pelea.

— ¿Pero que te sucede? — Preguntó Tzuyu empujando al pelinegro para apartarlo del pelirrosa una vez llegó al centro del lugar. — ¿Acaso perdiste la razon? — Sus ojos estaban llenos de rabia, y en su voz se percibía el enojo que le causaba ver al chico actuando como un primitivo cavernicola sin educación. — ¡¿Que crees que haces?! — Cuestionó dándole otro empujón logrando que Yoongi alejara al asustado Jimin de allí mientras Nayeon y Momo se dirigían a la pelicorto.

Y no le sorprendió que Jungkook le devolviera el empujón, de cualquier modo, ambos eran concientes de que no se soportaban. — No es tu problema Zhou, largate. — Dijo este en respuesta safandose de su agarre, intentando dirigirse al mochi de cabellos rosados pero la morena se interpuso en su camino una vez más, logrando poner sus manos sobre su musculoso pecho que subía y bajaba a causa de su agitada respiración, empujándolo con la intención de que no lograra acercarse.

¡Al diablo contigo Jeon! Por supuesto que no me voy. — Le gritó Tzuyu mientras el apretaba la mandibula con rabia. — ¿Porque les haces esto? — Lo estaba provocando y lo sabía, podía ver en sus ojos como su paciencia iba disminuyendo pero ya no le importaba, alguien debía ponerlo en su lugar. — ¿Te crees muy machito? — Retó viendo como el chico luchaba por contenerse, pero ya estaba cansada de él y le diría sus verdades, aunque tuviera que recibir un par de golpes por ello.

Vete Zhou. — Murmuró Jungkook entre dientes.

Pues no me voy, si Somi te viera ahora... — Negó haciendo una mueca de decepción mientras miraba como el chico ampliaba sus párpados, lo había tomado por sorpresa con la mención de su hermana menor fallecida. — ¿Crees que a ella le gustaría verte hacer esto?

¡No la nombres! — Le gritó él empujándola con la suficiente fuerza como para desequilibrarla un momento. — Ella ya no esta... — Dijo para sí mismo sintiendo el dolor invadirlo, con sus ojos llenos de lágrimas de rabia y tristeza.

Pues que bueno, así no verá el cretino en el que te has convertido. — Agregó la Taiwanesa viendolo darse la vuelta para irse de allí rendido con el recuerdo de la menor en su mente una vez más.

— ¡Todos largo, no hay nada que ver aquí! — Gritó una seria Jeongyeon dando un par de aplausos antes de que alguno de los directivos llegara y el problema fuera peor.

Tzuyu se acercó a sus amigas y a la asustada Jihyo que temblaba del miedo y que al verlas a todas las esquivaba. — Hey, tranquila, esta bien, ya pasó. — Le susurró sonriéndole con cariño.

Las injusticias siempre le habían parecido indignantes, el que alguien más fuerte se aprovechara de su fuerza para maltratar, lograba llenarla de rabia e impotencia, por eso siempre que podía impedir una injusticia lo hacía, aunque no midiera las concecuencias que tendría ello para sí misma.

Con ayuda de Nayeon la puso de pie y le entregaron su mochila, mientras Yoongi hacía lo mismo con el pelirrosa.

Agradecía que Jeongyeon hubiera alejado a todos antes de que alguno de los profesores interviniera, pero aquello no evito que cierta japonesa de ojos claros llegara a la escena encontrándose con los dos coreanos llenos de golpes en sus rostros y que la Taiwanesa y sus amigos trataban de ayudar.

¿Chewy? — Habló Mina dirigiéndose a ella, con mil dudas sobre lo que había ocurrido en su cabeza, pero no obtendría las respuestas que buscaba, o al menos no de parte Tzuyu que apenas la miró un segundo para decirle algo que la dejó perpleja.

Lo siento Mina, ahora no, me tengo que ir. — Informó acercándose a la pelicorto rodeando sus hombros con su brazo mientras la ayudaba con su mochila y sus amigas le seguían. — Vamos Jihyo, te acompañaré a casa. — Alcanzó a escuchar como le hablaba a la coreana con una pequeña sonrisa en su rostro, misma que esta correspondió con una tímida y casi imperceptible mueca y un suave asentimiento.

Oh Chewy... — Murmuró con tristeza, totalmente ajena al hecho de que el responsable no era nadie más que su novio.

Era su turno de sentir como su corazón dolía y su interior se revolvia ante la amarga sensación de ver a la morena con alguien más frente a sus ojos y tener que aguantarse las ganas de alejarla de ella.

Y tal vez era su turno de entender a Tzuyu cuando esta le decía lo mucho que odiaba a su novio por tener ese privilegio, aún cuando sabía que la Taiwanesa y esa chica no tenían nada.

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