— Dejame en paz Tzuyu. — Exigía una molesta Mina a la Taiwanesa que la tomaba de la mano deteniéndola.
— Por favor Minari, no me dejes así, solo quiero hablar contigo. — Pidió mirándola suplicante.
— ¡Ya te he dicho que te alejes de mi! ¡¿No lo entiendes?! — Gritó safándose finalmente de su agarre.
— Y yo te dije que son mas fuertes mis motivos para quedarme junto a ti. — Respondió la castaña menor con los ojos cristalizados, sintiendo como su corazón se arrugaba ante la frialdad con la que aquellos ojos hermosos la miraban.
Mina negó apretando los labios dando un paso atrás y cuando se giró para finalmente cruzar la calle sin mirar a los lados lo único que se escucho fue el grito de la Taiwanesa y el rechinar de los neumáticos sobre el asfalto.
Y Tzuyu despertó a mitad de la noche con el corazón acelerado y el cuerpo cubierto de sudor. Miró a su lado y el reloj digital en su mesita de noche marcaba las 03:37 de la mañana.
Se pasó la mano por el cabello recostándose de nuevo en la cama antes de suspirar intentando controlar su agitada respiración, es la tercera vez que tiene un sueño de ese modo, y no sabe que los une, aparte de una tragedia en la que la japonesa es la única herida.
Luego de un par de minutos y cuando su respiración ha vuelto a la normalidad se levanta de su cama y baja a la cocina por un vaso de agua, por un segundo se siente tentada de llamar a la japonesa, pero sabe que son solo malos sueños, y aunque su preocupación siga allí, no lo hace, optando por volver a su habitación y quedarse dormida momentos después, agradecida de no tener otro mal sueño el resto de la noche.
A la mañana siguiente despierta por el sonido de su despertador, aunque es sábado, pero según recuerda su madre le dijo que la acompañara a hacer unas comprar al súper mercado, su tía las visitaba y la mayor quería preparar algo especial.
— ¡Hola mamá! ¡Buenos días! — Dice cuando entra a la cocina, no se sorprende de encontrar solo a su progenitora pues de seguro su padre salió a alguna de sus guardias y sus hermanos aun duermen, normal considerando que día era.
La mayor que se encuentra en medio de una llamada con el teléfono entre su hombro y oreja, le sonríe y le responde solo moviendo sus labios, su delantal cubría su impecable vestimenta y Tzuyu la mira con admiración cuando se sienta en uno de los taburetes frente a la isla en medio de la habitación.
— Hola cariño. — Dice por fin la mujer cuando termina su llamada. — ¿Como dormiste?
— Muy bien. — Mintió mientras masticaba un pedazo de manzana, lo que menos quería era preocupar a su madre con sus pesadillas.
— Me alegra mucho mi amor. — Respondió la mayor sirviéndole su desayuno.
— ¿Donde esta papá?
— Se fue mas temprano al hospital, una emergencia en la autopista, y Yixing y Jeong aún duerme. — Informo sirviéndole el jugo. — Por cierto ¿No te molesta ir sola al súper verdad? — Preguntó dejando sorprendida a la menor que detuvo su masticar mirándola interrogante. — Es que debo ir a la oficina ahora, pero te prometo que solo serán un par de horas. — Aclaró antes de que la menor se quejara.
— Puedo esperarte. — Dijo Tzuyu mirándola suplicante. — Sabes que podría perderme allí, y no se que necesitas.
La mayor casi le cree pero sabía que solo era una estrategia de su hija. — Bueno por suerte pensé en ello, y te hice una lista. — Dijo mirando bufar a la chica.
— Pero mamá. Eso es trampa. — Puchereo Tzuyu recibiendo una caricia en su cabello.
— Nada de eso, solo es una precaución. — Minju sonrió triunfal mientras la menor solo asentía rendida.
— ¿De verdad necesitas tantas cosas? Me parece algo exagerado, estoy segura que con la mitad de esto bastaría para que prepararas la mejor comida del mundo. — Dijo al ver la lista que le entrego su madre.
— ¡Owww! Gracias mi vida, pero necesito todo esto, recuerda que tu tía no nos visita muy seguido.
— Ella se lo pierde. — Dijo poniéndose su abrigo y agarrando sus llaves.
— Lo se, bueno nos vemos en un par de horas.
— De acuerdo. — Respondió recibiendo el beso en su mejilla. — Suerte. — Dijo viendo a su madre entrar en su auto antes de dirigirse al suyo soltando un suspiro cuando estuvo en el interior. — Bien, veamos que nos encontramos hoy.
Esperaba que todo fuera rápido, buscar todas las cosas de su lista, pagar y volver a casa, pero claro, no contó con que justo en el momento que llegó al área de salsas se encontraría con Mina y su pequeña hermanita de 4 años, Yeji. Una sonrisa se dibujo en su rostro al ver lo cariñosa que era la japonesa con la pequeña pelinegra que tenia un lindo peluche entre sus brazos.
Y con la misma sonrisa en su rostro decidió acercarse. — Si me aseguran que cada vez que visite este lugar te encontraré en él, entonces haría las compras por siempre. — Dijo sobresaltando a la japonesa.
— ¡Chewy! — Exclamó la pequeña niña corriendo a los brazos de la Taiwanesa mientras una sorprendida y sonriente Mina las observaba.
— ¿Como está esta linda princesa eh? — Le habló Tzuyu a la niña que reía por los besos que dejaba en su rostro, para luego mirar a la mayor. — Hola Minari. — Saludó sonriendo de lado por lo que la japonesa solo negó.
— Es increíble cuando te quiere, apenas hace un momento me pregunto por ti. — Puchereo notando como la pequeña se abrazaba al cuello de la más alta.
Si había algo que le gustara a Tzuyu, eran los pucheros de la japonesa, aunque cada vez que la veía hacerlos, solo quería besarla una y otra vez, pero sólo sonrió divertida pensando en como molestarla. — ¿Y quien no me querría? Solo mírame, soy demasiado adorable. — Alardeó haciendo reír a la mas baja.
— Y también eres una pesada. — Le respondió esta entre risas.
— Tal vez tengas razón y por eso mamá me envió a hacer las compras sola. — Bromeó caminando a su lado, con la pequeña en brazos mientras ella reía y la ayudaba a empujar el carrito de la compra.
La imagen era demasiado tierna para cualquiera que la mirara desde lejos, incluso a Mina le parecía un sueño estar junto a la Taiwanesa haciendo las compras mientras conversan de cosas triviales, tan cómodas la una con la otra y la pequeña Yeji feliz de estar entre los brazos de la mas alta.
— ¿Que harás esta noche? — Preguntó Mina mientras caminaban a dejar las cosas de la menor en su auto.
— Creo que salir con una preciosa chica. — Bromeó con su típica sonrisa juguetona en su rostro.
Y siguiendo su juego Mina oculto una sonrisa tomando a la pequeña Yeji de la mano. — Es una pena, necesitaba tu ayuda con mi tarea de Matemáticas.
— ¡Vamos! Sabes que hablo de ti, además álgebra es una excelente excusa para verte. — Dijo guiñándole un ojo.
— ¡Zhou! — Chilló Mina dándole un pequeño empujón en el hombro mientras reía suavemente.
— ¡¿Que?! Lo digo en serio. — Se defendió Tzuyu cerrando finalmente la cajuela de su auto, recostándose de él. — Hacer tarea contigo es tan inspirador. — Bromeo en un fingido suspiro y Mina negó sin tener idea de que hacer con la personalidad tan atrevida de la menor. — Hasta me hace amar las matemáticas.
— ¿Eres una insoportable sabias? — Rió la japonesa tomando en sus brazos a la pequeña Yeji que estaba distraída con su pequeña paleta roja.
Tzuyu rió suavemente quedando mas cerca de ella cuando se levanto. — Y tú una hermosa mal educada.
— No te dejes guiar por las apariencias — Bromeó Mina sacándole la lengua. — ¿Te veo a las 7? — Preguntó sintiéndose cada vez más nerviosa, por la cercanía que con el paso de los segundos aumentaba entre ellas.
— No llegues tarde. — Respondió la Taiwanesa antes de finalmente darle un beso en la mejilla alejándose de ella con una sonrisa triunfal en su rostro, dejando a una Mina sonrojada en el lugar.
Y definitivamente ese fue su único momento emocionante del día, pues definitivamente estaba de acuerdo con sus hermanos cuando decían que escuchar las historias de su tía era una tortura para el alma de un joven lleno de energía que debía pasar mas de tres horas atrapado en aquella habitación, sólo por no hacer quedar mal a su madre.
Pero a pesar de todo, pensar en Mina le hizo mas llevadero el día, hasta que al fin llegó la hora de ir a verla.
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Creo que debí explicar que tanto la historia como los Caps serán cortos.
Es mi primera vez escribiendo Mitzu, por lo que me disculpo por alguna incoherencia.
Saludos.
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