CAPÍTULO 31
Me encuentro en el salón de eventos donde tiene la oficina la decoradora, le explico que Alessandra quiere agregar unos centros de mesa con flores margaritas naturales, además de una alfombra por dónde ella caminará hasta llegar al improvisado altar y por último unas luces de colores en el centro del salón para que cuando ella y Fabián bailen su primer Valls estén completamente iluminados y las luces los sigan conforme ellos se muevan.
Es complicado porque las luces deben instalarse con anticipación y probarse, pero el restaurante donde Alessandra quiere que se lleve a cabo su boda lo abren todos los días desde temprano hasta muy tarde, eso deberá resolverlo Vanesa la decoradora con Sara, yo cumplo con avisarle, estamos ultimando detalles cuando siento que mi celular vibra dentro de mi bolso, lo saco y es un mensaje de un número desconocido.
Mensaje de texto de Sergio
-Hola homicida en potencia, me dijiste que te escribiera si necesitaba algo.
1:05pm
«Río ante su ocurrente apodo»
-No me hagas sentir peor por lo sucedido 🥺 mejor cuéntame ¿Qué necesitas?
1:06pm
-Verte.
1:06pm
Quedo en shock, no sé qué responder ante su comentario, ¿Será la vida tratando de darme una nueva oportunidad o un nueva víctima? Lo cierto es que Sergio parece ser un gran tipo, bastante directo y sincero pero un buen tipo después de todo.
Decido dejar la conversación hasta ahí, me despido de Vanesa y salgo en busca de un lugar dónde comer, mi estómago ruge con furia y no recuerdo cuando fue la última vez que comí.
Llego al restaurante La delicia donde Sara normalmente está los días miércoles, este es de los restaurantes más sencillos entre todos los que administra, aquí vienen personas del común, que no cuentan con muchos recursos para deleitar su paladar con platillos exquisitos y exóticos como en los otros restaurantes, pero el lugar es acogedor, muy aseado, con buena atención y por supuesto buena comida, el menú es variado y las porciones son un poco más grandes y apetecibles, no soy fanática de la comida gourmet, soy más de una buena comida casera.
Al entrar el delicioso olor a carne asada invade mis fosas nasales, mi estómago vuelve a rugir y se me hace agua la boca, pero quedo paralizada de pronto cuando veo a Fabián frente a mí ¡Mierda! Yo no quería verlo, se supone que se vería con Sara mañana, me mira fijamente y yo no puedo apartar mis ojos de él.
Me acerco y trato de actuar lo más normal posible.
-Hola Fabián.
-Hola Abigail.
Un silencio incómodo se apodera del momento mientras estamos de pie casi en la mitad del salón entre los comensales.
-¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo el viaje?- Son las palabras que salen de mi boca cuando lo que quiero hacer es comerme la boca de él a besos.
-Bien, sin novedades... Te ves... Bien, estás hermosa.
Sus palabras hacen que mis mejillas se tiñan un poco de rosado debido al sonrojo, no me esperaba esas palabras, Por un momento me cuestiono si estoy dispuesta a renunciar o mejor dicho a no luchar por este hombre que tengo al frente, así que me armo de valor y decido enfrentar mi torbellino de sentimientos.
-Fabián ¿Será posible que hablemos un momento? Por favor.
Fabián me mira por un momento como si estuviese debatiendo consigo mismo si acepta o no hablar conmigo, pero finalmente accede y me hace un ademán para que camine con él hacia el patio del lugar.
El patio es abierto casi en su totalidad con mucho césped y algunos arbustos con bellas flores, hay una fila de bancas bajo un pequeño techo para resguardar a quienes se sienten allí del sol y la lluvia, este lugar fue hecho para que los clientes fumen o conversen amenamente sin interrumpir la comida de los demás.
-Te escucho.- Me dice Fabián para que comience a hablar.
-Primero que todo, necesito saber qué sientes por mí.
-Abigail ya te dije que enterré el pasado, si de eso quieres hablar entonces no hay realmente de qué hablar.
Fabián trata de irse pero sujeto su mano para que se detenga, solo ese gesto produce un cosquilleo dentro de mí, el sentir su piel calma mis demonios y alivia mi alma, no sé qué tiene él que causa tantas cosas en mí, con mi pulgar comienzo a acariciar suavemente el dorso de su mano y lo atraigo hacia mí delicadamente.
Quedamos frente a frente durante un par de minutos, veo como pasa su mirada de mis ojos a mis labios y yo hago lo mismo anhelando que me bese, Fabián es más alto que yo aún teniendo zapatos altos así que podría ser en vano tratar de besarlo, doy un paso más hacia él y nuestros cuerpos quedan tan juntos que nuestra respiración se mezcla.
Fabián no ha dejado de mirarme pero trata de resistirse a mí, continúa estático, llevo mis manos a sus brazos, acaricio un poco y los elevo hasta llegar a su cuello, Fabián coloca sus manos sobre mi cintura y acerca su rostro al mío pero solo posa su frente en la mía y aprieta la mandíbula al tiempo en que aprieta sus manos pero no al punto de lastimarme.
Finalmente me abraza, me da un beso en la coronilla y se separa dejándome con el corazón desbocado y con ansias de sentir sus labios. Se sienta en una de las bancas y yo me siento a su lado.
-Abi...- Se aclara un poco la garganta y continúa hablando. -Yo no he podido olvidarme de lo que siento por ti, el sentimiento no es el mismo pero sigue ahí tan vivo que me quema y a veces hasta me atormenta, pero ahora estoy con Alessandra y no pienso lastimarla.
Un ligero sentimiento de felicidad se aloja en mí por sus palabras, imaginé tantas veces una conversación con él pero jamás creí que se volviera realidad y menos que esa fuese su respuesta.
-Yo sé que Alessandra está de por medio pero... ¿Sería muy descabellado si te pido una oportunidad?
Fabián queda muy sorprendido, yo tampoco sé de dónde salieron esas palabras, pero ya las dije y no puedo retractarme, eso es lo que siento y lo que quiero, no puedo seguir tratando de negarme a mí misma lo que siento, no puedo seguir engañándome.
-Te devuelvo la pregunta, ¿Qué sientes por mí?
-Yo... Yo estoy enamorada de ti Fabián, no puedo sacarte de mi cabeza ni un minuto, cuando te veo siento una alegría inmensa y un nerviosismo que se me hace difícil de ocultar, quiero estar contigo, quiero verte a cada instante, quiero poder sentir tu piel, quiero sentir tus labios junto a los míos, tus besos me transportan a un lugar lejos de cualquier sufrimiento.
-Esto debe ser una broma.- Dice casi en un susurro y baja la cabeza para que no pueda notar la humedad en sus ojos. -¿Estás jugando conmigo?- Levanta su cabeza y noto el enojo en su rostro. -Se supone que tienes pareja y estás aquí diciéndome que me quieres y quieres estar conmigo.
-No tengo pareja, no tengo a nadie en mi vida.
-¿Quieres que crea eso? Hace poco que estuve aquí me enteré que estabas viviendo con alguien.
-Así era hasta hace poco.
-¿Qué sucedió?- Continuaba con la seriedad y el enojo en su rostro, yo sé que al decir la verdad me condenaré pero no puedo pretender tener algo con Fabián a base de mentiras, no estaría bien, esta vez soy yo quien agacha la cabeza por la vergüenza y le respondo.
-Le falté, le fui infiel.
-Entonces tú pretendes que deje la estabilidad que tengo con Alessandra por estar contigo, arriesgándome a que vuelvas a destrozar mi corazón y me dejes vuelto mierda de nuevo, ¿Eso es lo que quieres?
¿Quién o qué me garantiza que no me fallarás?
Cierro mis ojos en un intento de evitar que las lágrimas se escapen de mis ojos, trato de organizar mis ideas para responderle pero no encuentro nada, él tiene razón en lo que dice, en ese momento escucho la voz de Sara y Alessandra quienes se acercan a nosotros, los dos nos acomodamos para aparentar que tenemos una conversación como dos buenos amigos.
-Aquí estás Fabián, Abi... No sabía que estabas aquí.
-Sí, acabo de llegar y me encontré con Fabián, estábamos conversando sobre lo que ha acontecido en nuestras vidas.
-¡Qué bien! Bueno les cuento a ustedes dos que Abigail me está ayudando a preparar su boda.- Fabián me mira incrédulo mientras que Alessandra me mira emocionada.
-Me alegra che los... Eh... amicis de Fabián se preocupen ed ayuden en este sogno (Me alegra que los... Eh... amigos de Fabián se preocupen y ayuden en este sueño).- Yo me limito a sonreír, ella no me cae mal pero en este momento quiero que desaparezca.
-Bueno vamos a comer, yo invito y terminamos de organizar lo que falta.- Dice Sara.
Nos sentamos dentro y cada uno ordena lo que quiere comer, Sara y Alessandra hablan emocionadas mientras que Fabián y yo tenemos una lucha de miradas, sus ojos reflejan mucha intensidad pero no logro descifrar lo que cruza por su mente, la forma en como me mira y el saber que aún me quiere me hace sonreír levemente.
Quito disimuladamente una de mis sandalias y deslizo mi pie por toda la longitud de la pierna de Fabián quién está sentado comiendo frente a mí, comienza a toser ya que la sorpresa al sentir mi pie hizo que se ahogara con la comida, yo río de manera disimulada satisfecha por su reacción, definitivamente no tengo esta batalla perdida, tengo oportunidad con Fabián y voy a aprovechar cada momento que se me presente.
Restaurante: La Delicia
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